Parece que fue ayer cuando veíamos a una jovencísima Marta Sango subirse al escenario de Operación Triunfo para cantar Superstar y conseguir así entrar a la academia. Sí, esa que tantas alegrías ha dado. O por lo menos a los espectadores. El concurso acaba, la academia cierra, y ahora tienes una carrera que empezar. Para quienes veíamos los directos, las míticas palabras “dejaros aconsejar, la gente de vuestro alrededor solo quiere lo mejor para vosotros” os resultarán familiares. Sin embargo, a menudo esas palabras representan una idealización de un futuro marcado por contratos que van más allá del bienestar del artista.
Descuelgo el teléfono un jueves tarde y me encuentro con una Marta Sango ilusionada por una libertad que sentía robada. Entre risas y despistes fruto de las horas me confiesa sus inquietudes, la importancia de caminar despacio y decidir hacer oídos sordos a promesas vacías. Abrochaos los cinturones que arranca.
Hola Marta, ¿qué tal llevas todo?
Pues todo muy bien, con mucho curro y ganas de arrancar.
¿Cómo has vivido estos años post-Operación Triunfo?
Han sido años llenos de cambios, aunque no todos buenos. Han sido muy intensos y han dejado mucho impacto, sobre todo. Ha habido altibajos, pero se trata de aprender a sobrellevarlos y a gestionarlos. Al final me han servido para crecer como artista, pero como mujer más.
Al decir como mujer, me viene a la cabeza esto de que se dice que el hombre en la industria del pop ya viene con un terreno ganado.
No solo a nivel del pop, sino por el tipo de exigencias que se le piden a unos y a otros. Solamente por el hecho de ser mujer tenemos que hacernos cargo de unas expectativas en torno a bailar, cantar, el tipo de estética que llevamos y miles de detalles más que a un hombre no se le exige. Da la sensación de que todo tiene que estar más preparado, ¿no? Mientras que a un hombre no se le va a cuestionar nada.
Sí que es verdad que a mí me gusta hacer las cosas bien. Pero ya no por el hecho de ser mujer, sino por ser una mujer exigente.
Esto de que se exige menos al hombre también lo veíamos en Operación Triunfo, ya que se criticaba que a ellos les pusieran un polo o una camisa mientras a vosotras os exigían ir con mucho maquillaje, una estética muy pulida…
Sobre todo con el cuerpo de baile, que estaba muy encasillado en lo binario. El hombre podía ir con el torso fuera, mientras que la mujer siempre tenía que ir muy repeinada; que si el moño, que si tacones… Sí que es cierto que hasta cierto punto nosotros teníamos poder de decisión, pero al final terminábamos igual de encasillados.
A diferencia de otros compañeros tuyos, no te has lanzado a la piscina de golpe, sino con pausa, cosa que admiro.
Salí de OT con una presión tremenda y con la percepción de que tenía que empezar a sacar cosas ya. Además de que tenía que hacer las cosas como ellos querían que fuesen, tener la carrera que ellos querían que fuera... Sales de OT con un altavoz muy grande y es lo que la discográfica buscaba, aprovechar el filón y grabar temas y no dejar de sacar producto. Tenía la sensación de estar asesorada por un grupo de personas que solo buscaban sacar rédito de mí y, a nivel artístico, no me servían en ese momento.
Tuve que hacer un gran esfuerzo para luchar por mi opinión y me siento muy orgullosa de haber sabido escucharme a mí misma y a mis tiempos. Decir que no a opiniones que buscaban sacar algo de mí sin dejarme construir a mí misma primero ha sido muy gratificante.
He ido con calma y eso también ha hecho que la gente me critique mucho por ello, porque tenían la sensación de que estaba perdiendo el tiempo cuando no era así. He sido fiel a lo que me gusta cuando lo fácil era dejarme llevar por opiniones que únicamente buscaban regalarme el oído.
¿Es el tiempo una pieza clave en tu trabajo, entonces? ¿Cómo funciona el proceso de creación?
Claro, el tiempo ha sido necesario para poder conocerme a mí misma. Empecé muy joven y necesitaba esos tiempos, esas pausas. Aunque también hay que adaptarse a los ritmos de la industria musical. Ahora mismo se consume muy rápido y hay que encontrar un punto medio.
Ha sido un proceso lento en comparación a otros porque no se han podido hacer las cosas bien desde el principio. He tenido cambios de discográficas y ha habido mucho tira y afloja; mucho papeleo hasta poder decir que soy libre. Cosa que ahora por fin puedo decir.
Si bien formar parte de un concurso semanal ya debe de darle a una tablas, trabajar en musicales, más. ¿Qué te aporta La llamada como profesional?
La llamada me ha aportado, sobre todo, una seguridad en el escenario brutal. Es imposible que no dé tablas. Me ha dado mucha seguridad como artista, también. Escuchas los aplausos, las reacciones, las risas y te vas con una alegría inmensa a tu casa. Ya no dudas de lo que vales o no como artista.
O sea, que de alguna forma ayuda a contrarrestar toda esa crítica que ibas teniendo.
Claro, al final el producto que tengo es algo que se ha ganado el aprecio de muchas personas y el teatro me ha aportado eso. También me ha dado estabilidad aquí en Madrid. Poder estar segura a la hora de hacer y buscar mi vida en esta ciudad.
¿En qué tesitura te sientes más cómoda: en la de cantante o en la de actriz?
Me siento más cómoda en la de cantante, ya que es lo que siempre he querido hacer. Aunque este lado más de Marta Sango en la interpretación me ha enseñado muchas cosas y me ha dado muchas alegrías. Me gustaría explorar más esta faceta, aunque por todo lo sucedido en el ámbito musical todavía no he podido ponerme más en serio.
Por curiosidad, ¿te han ofrecido algo ya?
Por el momento me ofrecieron que hiciera la música para el documental sobre Michael Jackson que ha hecho Carlos Cabotá. Hice un corto con Cosmic Tree que está ahora rondando por festivales, pero no me he puesto, todavía, a buscar una agencia para Marta Sango actriz. Marta Sango música me consume tanto…
Desde hace 3 años, diciembre debería escribirse con M, ya que son las fechas donde has lanzado Por ti, en 2019, Qué más quieres de mí, en 2020, y ahora Sigues en mi mente. ¿Qué tiene ese mes?
Solo han sido coincidencias. La primera fue así porque me empeñé en que quería que saliese antes de acabar el año y pilló esa fecha (risas). Qué más quieres de mí iba a salir antes, pero vino la pandemia. Sigues en mi mente ha salido en diciembre fruto de un desencuentro discográfico que ha durado casi un año. No se me estaba tratando seriamente como artista, se estaba llevando a cabo una muy mala gestión que terminó en los tribunales debido a varios desencuentros y actitudes bastante desafortunadas. Por suerte todo eso se ha acabado ya. Ahora estoy feliz y la canción ha podido ver la luz. Tengo ganas de salir un poco del bucle de diciembre, la verdad.
Ojalá algo para primavera o verano, que se pueda bailar bien.
Mi idea es sacar el disco en primavera. Hay un lado vengativo en mí, digamos, que quiere sacar todo de una vez y redimirme.
Estas tres canciones tienen un sonido muy propio, curtido por referencias ochenteras que hacía mucho que no oíamos aquí. Cuéntame sobre tus referentes.
De referentes tengo, por ejemplo, La Casa Azul o Fangoria que me inspiran mucho a crear las bases o el tono de las canciones. Ahora, en cuanto a maestros diría Michael Jackson, Elton John o Phil Collins, que me han enseñado muchísimo.
Por otra parte, Stromae me ha enseñado a tener una imagen propia y lo importante que es eso. Tener un sello, un logo propio, un vestuario determinado y tu propio lenguaje no-verbal.
Creo que es algo que se nota al ver tu evolución, y esa madurez progresiva tema tras tema. Claro está, sin perder ese sello del que hablamos. ¿Es algo que has ido buscando?
Esto ha sido un aprendizaje que yo he tenido con los años. Al final es saber sacarte partido y ver cómo estás más cómoda. El maquillaje, los peinados, la ropa, los videoclips… Aparte, vas conociendo profesionales que te inspiran, aunque al final me fío más de mí misma.
¿Prefieres tener tú ese control?
Es una filosofía que tengo. Claro que tengo en cuenta las opiniones de mis amigos, familiares y otros profesionales de quien confío, pero tiene que haber una propuesta que salga de mí. Esto me hace feliz y es terapéutico.
Sigues en mi mente era tu apuesta para el Benidorm Fest, nuestra preselección eurovisiva. Ya la hemos podido oír en plataformas, así que, ¿habrá videoclip? ¿Con qué estética lo relacionas?
Realmente me gustaría decir que lo tengo claro, pero soy humana y no es así. Tenía un proyecto en mente que por temas como los que te he comentado antes no va a poder hacerse y estoy pensando ya en otra cosa. También te digo, creo que hay algo bonito en el hecho de escuchar una canción sin videoclip. Escucharla y dejarte volar y volar con ella hacia donde te lleve. Pero quiero que haya vídeo y estamos trabajando en ello.
En cuanto a estética, que sea muy puro. Al final es una letra que entra de lleno. Casi sin florituras. Quiero que el vídeo mantenga esa esencia junto a ese toque ochentero que me gusta.
Dejamos la nave espacial para otro momento, entonces.
Lo otro fue muy loco, muy sintético. Quién sabe si vuelve en alguna secuela.
¿Qué significa para ti volver a los escenarios después de estos últimos 2 años?
Tengo que decir que al principio da impresión. Personalmente, considero que subirse a un escenario es una responsabilidad. Pero ha sido un regalo, estamos en un momento en el que los artistas tenemos muchísima inestabilidad laboral todavía y con todo lo que he pasado me ha costado más. Sin embargo, me gusta tomármelo como el regalo que es.
¿Cómo fue el momento de juntarte con Andoni y Manu
Fue muy bonito, tenía claro que quería tener bailarines al salir de OT, así que fue cuestión de ponerme a buscar. Veía Fama A Bailar en 2018 y Andoni es el que me llamó más la atención. Al poco le contacté, nos emocionamos muchísimo los dos y le comenté la idea que tenía y que quería gente que me ayudase. Él me presentó a Manu y enseguida congeniamos súper bien. También somos cáncer (risas), y entre eso y que nos une ser andaluces… Entre nosotros nos entendemos.
La verdad es que está siendo un viaje muy bonito y enriquece un montón el poder compartir experiencias con estas personas.
Por lo que hemos ido hablando y con tu sonido más que afianzado, damos por confirmado que queda música para rato, ¿no?
Hay Marta Sango para rato, ¡no he dado la turra todavía! Llevo un buen rato calentado motores y quiero hacer ya una carrera de fondo. Que la gente vea lo que hay. Por fin cuento con el apoyo de un equipo que confía en mi proyecto, así que se avecina un año glorioso.