Marlena, el dúo formado por Ana y Carol, vuelve con su nuevo EP, La victoria, compuesto por siete temas que hablan del amor. Tras la gira A pleno pulmón, se preparan para una nueva etapa de conciertos que las llevará por toda España, con paradas clave como el Sant Jordi Club en Barcelona. Aunque ya son una de las bandas más consolidadas de la escena indie pop española, siguen con ganas de crecer y consolidar su sitio en un panorama mayoritariamente masculino. A través de historias cotidianas que acercan al público, Marlena transforma la música en directo en un encuentro íntimo y cercano.
Hola, ¿qué tal estáis? Es la primera vez que os tenemos en ACERO. Para quienes todavía no os conozcan, ¿cómo os presentaríais?
Ana: Yo soy Ana y mi compañera es Carol. Juntas somos Marlena, unas chicas bastante naturales con una música para reflexionar y pasárselo bien, y con un directo divertido. Así que animamos a todo el mundo a que nos vaya a ver.
Venís de la gira A pleno pulmón, donde presentasteis Entre cuatro paredes y una verdad. Para esta nueva gira de 2026, ¿con qué mentalidad salís a la carretera? ¿En qué sentís que será diferente respecto a la anterior?
Carol: Arrancaremos la gira por muchas zonas de España en las que no hemos estado. Vamos de la mano de Vibra Mahou, y tenemos una gran parada en el Sant Jordi Club en Barcelona. Enfocaremos la gira con mucha más madurez, justo estamos organizando esta semana de ensayos. Es una gira de transición hacia mayores cosas que se puedan venir, pero va a ser un muy buen directo, poquito a poco hay más cosas que podemos ir metiendo en el show. Además, se va a poder escuchar tanto todas las canciones de este EP como otras míticas nuestras de una forma mucho más sólida de lo que venimos haciendo.
La gira os llevará por toda España empezando el 5 de diciembre en Valencia y acabando el 18 de abril en Guadalajara. Y el 20 de marzo aterrizáis en Barcelona. ¿Cómo afrontáis la preparación de un tour tan grande?
Ana: Sí, es cansado pero te das cuenta cuando ya te queda el último mes. No sé cómo lo hace Dani Fernández, por ejemplo. Yo a veces me quedo sin aliento, no doy más, pero es de las cosas más divertidas, y para Carol también: el momento furgo, viajar, estar sin parar. Somos unas privilegiadas y hay que dar gracias por eso. En cuanto a la preparación, el tema vocal es algo que he tenido que cuidar porque tengo muchos conciertos seguidos. Las dos somos bastante deportistas y eso es fundamental a la hora de estar en el escenario, no solo preparar la cabeza y la voz, sino estar en forma para poder aguantar los escenarios grandes. Los minutos y el calor, sobre todo en verano, y que no se note que estás agotada.
Carol: Sí, requiere mucha preparación, como dice Ana, física y mental, y lo vamos aprendiendo año tras año. Las dos somos muy currantes para estar a la altura de una gira.
Barcelona se os está convirtiendo en una parada fija: este año llenasteis Razzmatazz y también estuvisteis en La Mercè, y en 2026 volvéis. ¿Cómo afrontáis este salto? ¿Qué vínculo tenéis con la ciudad?
Ana: Hay que hacerlo. Son cosas que, en el fondo, te dan miedo. Es pasar de las dos mil personas que tiene Razzmatazz, que tampoco esperábamos esa cantidad de gente, llegaban hasta los baños, pero te tienes que arriesgar a seguir aumentando el número y a hacer salas más grandes. Lo bueno de Barcelona es que tiene un intermedio entre el Palau Sant Jordi y Razzmatazz, el Sant Jordi Club, que son cinco mil personas. Lo afrontamos con muchísimas ganas, la estamos deseando. No sé qué pasa pero el público allí tiene una energía y una vibra con nosotras muy especial. Siempre decimos que incluso tenemos más público catalán que madrileño, lo llenamos todo mucho más rápido de forma más natural y orgánica. Así que con muchísimas ganas. Pero también me entran ansiedades de pensarlo porque va a ser muy grande, es el concierto más grande que vamos a hacer hasta la fecha.
Carol: Sí, que exista ese espacio intermedio entre un Palau y Razzmatazz es una maravilla. Además, este es el año de hacerlo, vamos a preparar un show muy potente para empezar a sentirnos a gusto y cómodas en ese tipo de escenarios.
Además tenéis una canción con The Tyets, Estaré millor demà.
Carol: Eso fue una pasada. Ana les escribió porque los escuchaba un montón y dijeron que sí al momento. Vinieron a Madrid y salió el tema, que a día de hoy es de los más escuchados, tanto suyos como nuestros. Nos encanta, además, que lo canten por toda España. Estar en Sevilla, en una sala, y que te canten Estaré millor demà es una maravilla.
Ana: Es fuerte, sobre todo escuchar a los andaluces cantar en catalán. Y además son dos chicos superfáciles, ojalá todos los compañeros de la industria fuesen como ellos, porque fue: sí, nos encantáis, vamos a hacerlo. Teníamos la canción en tres horas. Y vuelvo a repetir que fue todo muy fácil. Ojalá todo el mundo fuese así.
¿Habéis pensado salir de España y llevar vuestra música a otros países? Si pudierais elegir, ¿dónde os gustaría tocar y por qué?
Ana: Sí, estamos deseando cruzar el charco. Siempre decimos de empezar por México. Nos encantaría ir a todos lados: México, Colombia, Chile, Argentina, Estados Unidos. Pero sí, sobre todo el tema Latinoamérica lo tenemos muy entre ceja y ceja. También da mucho respeto, pero yendo allí te ganas ese respeto y nos apetece mucho conocer y vivir la experiencia, y que escuchen Marlena en directo. Además, cuanto antes se empiece, mejor. Allí es empezar de cero. Hay que empezar desde el principio, creando un vínculo.
Habéis lanzado La victoria, un EP sobre el amor, y además lo habéis sacado en vinilo. ¿Qué os llevó a apostar por un formato tan analógico en un momento tan digital? ¿Qué tiene el vinilo que sigue seduciendo?
Ana: Pues fue más bien una idea del equipo, que lo veían muy claro. El vinilo suma mucho al momento de promoción del EP, acerca más al público, al oyente, para que se acerque a las canciones. Nos parecía una propuesta interesante. Lo hicimos también con el álbum anterior y estamos contentas. Por un lado, se ha puesto de moda sacar el vinilo, pero por otro es todo muy vintage. Es bonito, en un mundo donde todo es digital tener la música en formato físico, coleccionar esos vinilos o incluso escucharlos en el tocadiscos, que también es una experiencia distinta.
La victoria habla del amor, mientras que vuestro último álbum se movía en el desamor, el duelo y las cicatrices emocionales. Un año después, en la misma época, dais el giro y habláis desde la felicidad. ¿Qué ha cambiado para que ahora queráis contar la cara positiva del amor?
Ana: Se trata de conocer a una persona que te da tu lugar, que te hace ver otra perspectiva del amor. Evidentemente, a mí me gusta muchísimo el drama y la intensidad, pero también me gusta escribir sobre la parte bonita del amor. La parte dramática, de lo que cuesta volver a enamorarte, abrirte, perdonarte a ti misma para poder conocer a otra persona. Todas esas cosas que me gustan y que están reflejadas en el EP. No solo habla del amor en sí, sino también de lo que cuesta llegar hasta ahí, aunque sea algo bonito.
¿Qué le diríais a alguien que siente que no puede pasar página tras una ruptura? ¿De verdad podemos volver a enamorarnos incluso cuando pensamos que no?
Ana: La parte que más cuesta es darte cuenta de lo que no quieres. Para mí eso es fundamental: reconocer dónde no voy a volver a estar, lo que no voy a volver a permitir. Eso es lo que te enseña una ruptura, sobre todo una ruptura mala. Hay rupturas naturales, normales, bonitas, y a veces acabas teniendo una amistad con esa persona. En mi caso, todo lo contrario. Entonces, se trata de darte cuenta de lo que no quieres para que no se repita. Claro que hay historias que se repiten, pero al final son experiencias y, sobre todo, mucho aprendizaje. Y se vuelve a encontrar a gente buena. Todo llega.
Habéis dicho alguna vez que escribir desde el desamor es más fácil. ¿Por qué creéis que sale más natural ponerle palabras a lo que duele?
Ana: A mí me cuesta muchísimo menos cantar sobre lo doloroso. No sé qué pasa pero todo el mundo se siente identificado. No todo el mundo se enamora, no todos han conocido la parte bonita del amor por igual, pero todo el mundo ha sufrido. Por eso creo que nos sentimos identificados, y es alucinante lo mal que lo hemos pasado, tanto nosotras como nuestro público. Luego esas canciones más enrabiadas son graciosas una vez pasa el duelo.
En las canciones habláis no solo de reenamorarse y de reencontrarse con el lado bonito del amor, sino también de la importancia de estar bien con una misma. ¿Por qué creéis que este amor propio es tan importante? ¿Hace falta estar bien con una misma para poder crear con honestidad?
Ana: Imprescindible no.
Carol: Pero lo suyo es estar preparada para los momentos difíciles y tener la cabeza bien amueblada. Hay que estar sí o sí con todo claro, queriéndose y enamorándose de una misma. Como dice Ana, para volver a enamorarte de otra persona, después de pasar un duelo, tienes que enamorarte de ti misma y reencontrarte. En general, cuando estás a gusto contigo misma las cosas empiezan a ir bien y a encajar. No es imprescindible a la hora de crear porque en el álbum anterior las canciones se fueron componiendo con Ana bastante mal. Y es verdad que estando así también sale una realidad interesante y auténtica.
Ana: Y luego hay personas que enlazan muchísimo: estoy mal pero tengo otra relación, y otra, y otra. Nunca acaban de tener ese ratito de duelo, de pasarlo mal, de abrazarlo. Acaban haciendo daño a otras personas y es bastante egoísta. Lo típico que se dice es que no va a terapia y al final eres tú quien acaba yendo.
Muchos artistas usan la música como un diario emocional. ¿Os pasa también a vosotras?
Ana: Sí, yo soy de la vieja usanza: papel y boli, escribirlo todo. Lo llevo haciendo desde el colegio, escribiendo lo que me pasa por la cabeza. Creo que es una manera de quitarte ese mal o buen rato del pecho y de la cabeza. A veces te viene ese pensamiento a las tres de la mañana y piensas que ojalá hubiera aparecido a las nueve de la noche.
Carol: Sí, escribir sana en general y ayuda a relajar la cabeza.
Hablemos del proceso creativo, ¿cómo nacen vuestras canciones? ¿Sois más de improvisar o vais con las ideas claras?
Carol: Depende de la canción, pero en general el modus operandi es que Ana escribe en su libreta las letras, me manda un audio con la melodía y yo le doy feedback. A raíz de ahí vamos a los estudios y nos juntamos con productores. Hay algunas canciones que salen de sesiones de composición, que solemos llamar sesiones de terapia: nos juntamos con otro letrista o con un productor y ponemos sobre la mesa la situación emocional o lo que queremos escribir.
Como grupo, ¿qué buscáis transmitir? ¿Qué creéis que es imprescindible para conectar con los oyentes?
Ana: Explicar o cantar sobre lo cotidiano, sobre lo que nos pasa a todos, es muy importante. Algo que tenemos Carol y yo es que intentamos transmitir al público que viene a vernos que no somos unas superestrellas inalcanzables. Esto genera una hermandad, una sensación de que, aunque estemos en el escenario, podríamos estar abajo entre el público. Esa cercanía y esa manera de hablar de cosas tan cotidianas, banales y normales que nos pasan diariamente, y también explicar lo que hay detrás de la canción, es lo que nos une con la gente. Después de un festival o concierto, la gente siempre te da las gracias, y es por la forma natural en que contamos lo cotidiano.
Carol: Sí, completamente, eso marca la conexión entre nosotras y el público.
Ana: Hay muchos autores que componen a partir de historias ficticias o de las experiencias de otros, y a mí eso me resulta muy complicado. Me cuesta hacer el papel de actriz y tener que defenderlo en un escenario si no me ha pasado a mí. O me pasa a mí o me pasa a mí, si no, no lo vivo igual.
En la industria musical sigue siendo evidente la escasa presencia de bandas femeninas. ¿Cómo lo vivís vosotras? ¿Sentís que algo está cambiando o todavía queda mucho por hacer?
Ana: Yo espero que haya más.
Carol: Sí, hay poquísimas bandas femeninas. Artistas en solitario hay muchas, pero bandas se me vienen pocas a la cabeza. Hay hueco y hay que pelear por ese espacio, por las bandas femeninas y, en general, por las mujeres artistas. En los carteles de festivales, que suelen ser muy de bandas, en varios de los que estamos somos las únicas mujeres, y como banda, seguro que somos las únicas de más de una integrante. Hay mucho talento oculto: chicas que tocan la guitarra increíble, el bajo, la batería, de hecho ahora se está dando a conocer Repion, que son dos mujeres con la batería y la voz. Es justamente eso lo que hace falta: mostrar mujeres sobre el escenario con instrumentos, dándolo todo, porque talento hay de sobra.
Ana: Y aún así, cuesta bastante hacerse un hueco, sobre todo en el mundo en que está Marlena, un mundo de indie pop, cantautor con banda detrás. Estamos rodeadas de Siloé, de Viva Suecia, de Dani Fernández… De chicos. Cuesta que te tomen en serio y que te vean no solo como ‘dos niñas’, sino como ‘pedazo de mujeres’. Porque para este tipo de música tiene que ser un frontman, no una frontwoman. Por eso Carol y yo estamos intentando ocupar el hueco que creemos que nos corresponde en este estilo musical.
Después de este EP tan cargado de amor y fuerza, ¿tenéis en mente un proyecto más grande, quizá un futuro álbum?
Carol: Sí, este EP lo consideramos una transición del álbum anterior, que venía con el duelo de Entre cuatro paredes y una verdad. Ha consistido en recopilar siete canciones que tienen un factor común: el amor y las victorias, lo vemos como una transición hacia algo que esperamos que vea la luz a finales de 2026. Estamos en la inmediatez de la industria: acabas de sacar el EP y ya estás pensando en el álbum. Pero estamos muy ilusionadas, con muchas ganas de hacer un álbum bien trabajado y maduro, que vendrá con su correspondiente gira. Nuestra intención es no parar porque simplemente no se puede parar.
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