Los 2000 fueron una época icónica: estampados de leopardo y colores flúor, el Keep Calm and… y numerosas tardes en sesiones light de discotecas donde posabas a lo Thug Life para luego verte publicada en Tuenti. Aunque una parte de la población prefiere olvidar esa época, María Escarmiento ha optado por todo lo contrario. Tras salir de la academia, decidió alejarse de lo mainstream y rendir homenaje a aquellos años con el álbum y posterior gira iCandy, que sin duda ha dado de qué hablar. Después de un 2024 lleno de conciertos en las principales ciudades de España, la artista ha culminado esta etapa en la Sala Apolo de Barcelona, que colgaba el cartel de sold out hace meses.
Un guardarropas hasta arriba, una sala abarrotada y una mezcla de tribus urbanas; el preludio perfecto de una noche que promete. En el escenario, una pantalla proyecta letras de canciones como Unwritten o La reina del pop, y un par de minutos después de las nueve de la noche y con algunos despistados todavía entrando a la sala, María se sube al escenario.
Un chándal estilo Juicy Couture con el escudo del Fútbol Club Barcelona y un micrófono es todo lo que necesita para hacer temblar el suelo de Apolo, que en momentos concretos parece que se va a venir abajo. Interpreta temas como Dónde fue nuestro amor, La vida que elegí y Lloraba tanto sumida en visuales flúor y sin parar de saltar. Vimos tanto ejercicio físico ahí que más de una vez pensamos: esto sí que es una buena sesión de cardio.
Durante el concierto pudimos escuchar también éxitos como Pretty Girl Swag, Bolso Valentino o Quiero verlo todo azul, este último de su anterior disco, Cosas de brujas, o sea los favoritos de un público que se sabe todas las letras. Así, fue inevitable que no hiciera un recorrido por su discografía, incluido su paso por Operación Triunfo, y cantar una de sus versiones más conocidas, Voy en un coche.
La noche no deja de mejorar y alcanza el clímax gracias a colaboraciones especiales. Natalia Lacunza irrumpe en el escenario para interpretar Prefiero, que desata la locura. Y tiempo después María la felicita sobre el escenario, porque, sí, era el cumpleaños de Natalia y lo estaban celebrando allí mismo. Más tarde es Fran Laoren quien aparece para cantar Fiebre remix, Noch3 d3 d3rroch3 o Demasiado callado. Tras otro rápido cambio de vestuario, cantan Miau, Aventura en el crucero o (L)nuëstro mundo(L), dejando entrever la evidente química existente entre los autores de Sensación de calor.
Cierra la velada con su versión upbeat de Puedes contar conmigo y entre palabras de agradecimiento y regalos inesperados por parte de su equipo, María demuestra que no es necesaria una gran puesta en escena, ni detalles en exceso, para conectar con el público. Porque ya de por sí eclipsa, y eso es una magia que no tienen todos los artistas.