Consciente del trabajo y la constancia que requiere el éxito, Mami LaQuinn hizo las maletas para volver a Madrid y ponerse manos a la obra. La sevillana despidió 2022 disfrutando de los resultados de su primer disco, Espectáculo, un proyecto de quince temas que irradia energía, autoestima, sensualidad y morbo, y que lanzó tras un obligado parón por culpa de la pandemia. Confiesa que está profundamente enamorada de la música y, más pronto que tarde, nosotros también lo estaremos de la suya. Quédate con su nombre porque volverás a escucharlo.
Has vuelto a la escena después de un parón y lo has hecho pisando fuerte. Enhorabuena por tu último disco, Espectáculo. ¿Es el inicio de una nueva etapa?
Sí, sin duda es el principio de una nueva etapa de Mami LaQuinn. No voy a parar. El parón que tuvimos fue por el Covid y otros motivos, pero ahora ya estamos a tope, sin dejar de currar.
Espectáculo es tu primer álbum, con quince temas. ¿Sentías que era el momento de lanzar algo más que un sencillo?
Exacto. Ya subí un EP de cinco temas que me encantó y fue súper bien, pero me apetecía sacar algo más completo y con más contenido que una simple canción cada cierto tiempo.
En este disco tocas varios estilos. ¿Crees que tus estudios en el conservatorio te hacen más versátil?
El conservatorio, más que versatilidad, creo que te da una muy buena base para todo. La versatilidad y el ir probando estilos depende más de la actitud y la cara que se tenga. Los artistas no solo escuchan los estilos que tocan, sino que también escuchan y les gustan otros. Lo que pasa es que vende lo que vende. Vende el dembow, vende el rap y vende el reggaeton. Aunque toquen un estilo más que otros, los artistas igualmente van a tener que ir probando a lo largo de su carrera. Es inevitable. Creativamente, no puedes quedarte solo en un género. ¡La vida es muy larga! Bueno, Dios quiere que sea larga (risas). Yo, personalmente, me dejo guiar siempre por lo que me nazca hacer en el momento y creo que eso es fundamental en un artista. El conservatorio me ha ayudado bastante a la hora de producir, de enfrentarme a los directos y entender los instrumentos.
¿De qué géneros has ido bebiendo desde que empezaste? ¿Dancehall, hip hop…?
De todo un poco. Desde pequeña he escuchado en casa flamenco, copla, música celta, música árabe… De todo, literalmente. Cuando crecí y empecé a cantar escuchaba mucha música en inglés, mucho r&b, hip hop, pop, el pop español de los 2000… He escuchado mucho de todo. Además, cuando escucho algo que me gusta, le presto mucha atención y sé lo que está sonando en cada momento. Tengo muchísimas referencias.
Vienes de una familia con mucha cultura musical, entiendo.
Sí. Mis padres son grandes consumidores de música y les encanta cantar, pero no se dedican a nada de esto. Uno de mis tíos toca la guitarra, otro pinta… Se podría decir que todos somos bastante creativos y artísticos, pero ninguno de mis familiares, hasta donde yo sé, ha llegado a profesionalizarlo. Se lo toman como un hobby y le ponen mucha pasión.
El conservatorio suele asociarse a un tipo de música diferente al que haces. ¿Siempre has querido dedicarte al género al que te dedicas ahora o a veces has tenido curiosidad por otros estilos?
Empecé con el trap cuando estaba en auge en España y no había ninguna tía. Los colegas con los que empecé eran raperos, productores de música y filmmakers, así que compartíamos un estilo de vida y quedábamos mucho. En una de esas, decidimos empezar con el proyecto Mami LaQuinn. Aunque todo empezó y surgió en un ambiente muy underground, cosa de la que siempre estoy y estaré orgullosa, el objetivo no es quedarse ahí. Siempre he tenido mucho amor por la música y por eso quise meterme en el conservatorio, porque era la única manera de tenerla cerca desde pequeña. Vivía en Sevilla, de donde salen muchos artistas, pero todos acaban yéndose a Madrid o a Barcelona a seguir desarrollándose profesionalmente. Siempre estuve metida en la música clásica, en bandas y musicales, pero al terminar el conservatorio me di cuenta de que la música también podía ser un negocio al que sacarle algo más que pasármelo bien, así que me vine a Madrid y empecé con mi propio proyecto. He tenido y tengo amigos que son muy talentosos, pero nunca se han sentado a profesionalizarlo, buscar su identidad artística, su nombre, su discurso y su propio sonido. Cada uno elige su camino.
Tienes unas habilidades vocales y un directo que juegan muy a tu favor para hacerte un hueco en la industria. ¿Dirías que es este tu punto fuerte como artista?
La voz es súper importante y creo que a mí me caracteriza bastante cómo la uso y la interpreto. Más que componer, lo que más me apasiona es interpretar y expresarme con giros de voz, miradas y gestos. Me curro mucho toda esa parte y siempre intento mejorarla día a día. Creo que sí, que lo que más me identifica como artista es mi voz, que es medio rasposa, pero con aire, dulce, pero picante (risas).
Has sacado videoclip ya de varios temas del disco. ¿Hasta qué punto te involucras en la dirección creativa del vídeo? ¿Prefieres delegar la parte visual más en tu equipo o eres tú quien suele llevar las propuestas?
La verdad es que voy contratando filmmakers y estilistas y cuento con diferentes personas para cada proyecto. No tengo un equipo cerrado, aunque suela trabajar con los mismos casi siempre, porque, al fin y al cabo, nadie tiene exclusividad conmigo y a veces tienen que irse a hacer otros proyectos. Si tienen que irse a otro país por trabajo o quieren irse a su pueblo (risas) me tengo que aguantar y buscar a otra gente. Son muchos dolores de cabeza, pero hay que hacerlo. Lo bueno es que en Madrid hay millones de personas y es más fácil encontrar a alguien. Prefiero delegar los trabajos porque, aunque me guste tenerlo todo bajo control y llevar las propuestas, no puedo hacerlo todo. Pasa igual que con las canciones: aunque yo sola las componga, detrás hay productores y mezcladores que hacen que todo suene bien.
¿Todos los temas del disco tendrán su vídeo?
No teníamos pensado hacer videoclips de todos los temas, depende de qué canciones gusten más a la gente. Tenemos un tema que se llama Inolvidable, que es bachata y es el que más está gustando, así que a lo mejor le hacemos vídeo.
Hablando un poco sobre tu proceso creativo, ¿cómo nace una de tus canciones? ¿Por dónde empiezas?
Depende de cada tema, pero normalmente hago primero la melodía y ya luego le pongo la letra. Me pongo una base, le doy al play de la grabadora del móvil, me enciendo un porrito, me pongo a analizar qué me sugiere la instrumental y empiezo a cantar en un idioma que no existe (risas). Luego ya cojo la grabación, le doy más vueltas, me quedo con lo que me gusta, descarto lo que no y escribo la letra y la historia de la que habla la canción. Ese es el proceso más común, pero también hay temas que han surgido a raíz de un proceso totalmente diferente. Por ejemplo, Pivones y Peli porno salieron muy de repente (risas). Hace un año, cuando estaba haciendo Hablamos luego en el estudio de Tunin Slow, vi muchos niños guapísimos (risas) y se me ocurrió grabar lo que ahora es el estribillo de Pivones, que dice: “Hay demasiados pivones en la sala” (risas). Me vino en el momento. Me apunté cuatro frases en el móvil y un año después empecé a grabar el tema.
Nunca se sabe cuándo te puede venir la inspiración.
Totalmente (risas). A veces estoy pensando en mis cosas y de la nada me vienen frases que pienso: hostia, son perfectas (risas).
Espectáculo está producido por Octopvs to the Party, Tunin Slow, Mike Music y Jimmy Selecta. ¿Por qué has decidido rodearte de varios productores? ¿Qué dirías que aporta cada uno al disco?
Quince canciones es un trabajo grande y tiene mucho curro detrás, así que decidí hacerlo entre varios para no cargar todo el peso del proyecto en una sola persona. Cada productor tiene un sonido diferente. Jimmy Selecta es quien ha hecho la bachata de Inolvidable y el trap lentito y sensual de Conmigo. Él y Mike (Music) son venezolanos y le meten al disco esa esencia. Tunin Slow es dominicano y es el que ha hecho los dembows. Octopvs (to the Party), el productor con el que llevo más tiempo trabajando, es de Madrid y mete trap y drill. Básicamente, cada uno tiene su esencia y recorrido y eso es lo que hace que el disco sea tan completo.
Has participado en la producción, ¿no?
Sí, sobre todo en el tema de voces, armonías y los soniditos que se escuchan a veces por detrás, que me gustan bastante y siempre quiero subirlos (risas).
A modo de curiosidad, ¿cuál de los quince temas del disco dirías que es tu favorito?
Súper difícil decidir un tema (risas). Diría que los temas más top son Pivones y Beber y fumar, que me parecen muy comerciales y creo que a todos les pueden gustar. Los demás temas son buenos, pero quizás no haya tanta gente que se vea identificada con ellos. Pivones y Beber y fumar son temas más genéricos y de cachondeo que a cualquiera le pueden gustar y hacer gracia.
¿Cuáles han sido y son tus referencias en la industria? De ahora y de antes.
Siempre me ha gustado escuchar a gente que hace melodías. Justin Bieber o Rema son buenos ejemplos de eso. Me quedo hipnotizada con esas dos voces y me parecen impresionantes a nivel vocal. En acústico son increíbles, cosa que dice mucho de un artista. Justin Bieber no desafina ni una nota y hace giros de veinte notas en un segundo y parece que no le suponga ningún esfuerzo. Luego Beyoncé es la reina de todo esto, baila y canta encima del escenario sin desafinar ni ahogarse. Eso tiene muchísimo mérito. En España, la única que hace eso es Melody. Melody derrocha energía. Creo que es la artista más completa en España y no se le da el reconocimiento que merece. Empezó muy pequeña y es una chavala de Dos Hermanas súper normal que no pierde ni la esencia ni la sonrisa. Se merece el cielo porque es una artistaza y siempre está para su público. Veinte veces le piden que cante El baile del gorila y veinte veces lo canta. La pobre tendrá hasta pesadillas ya con El baile del gorila (risas), pero siempre la cantará con gusto y amor a su público si se la piden. Eso es una artista. Mi referencia aquí en España es Melody, totalmente (risas).
El trap y el reguetón, sobre todo, son géneros dominados mayoritariamente por hombres, aunque cada vez hay más figuras femeninas que se abren paso. ¿Qué responsabilidades asumes como mujer en la industria?
Todo está dominado por hombres, ya no solo la industria de la música y el trap. Las mujeres tenemos la responsabilidad de hacer lo que nos guste y queramos sin pensar en los estereotipos típicos de formar una familia y correr porque se nos pasa el arroz, por ejemplo. Que lo que hagamos sea por gusto y no por obligación. Si quieres ponerte chándal, póntelo. Si quieres ponerte vestido y tacones, póntelo. Si quieres ir de chula, ve de chula. Si prefieres ir de otro rollo, ve de otro rollo. Todas las mujeres tenemos la responsabilidad de ir haciendo camino para un futuro, si es que lo hay, claro, porque a lo mejor se acaba antes (risas). Tú y yo, sin ir más lejos, estamos hablando ahora aquí porque alguien, en algún momento, dijo que las tías teníamos que votar, trabajar y elegir nuestro propio rumbo. Nada se cambia de un día para otro, pero sí poquito a poco.
Para terminar, ¿te gustaría sacar alguna colaboración o hacer un remix de alguno de los temas del disco?
Me encantaría, pero aquí en España no hay ningún tipo de apoyo. Por mucho que me conozcan grandes artistas de aquí y de fuera, ellos no van a hacer nada conmigo hasta que yo no tenga un nombre y un tema pegao’, como le pasó a Bad Gyal, a la que también le costó bastante que la aceptaran y alguien quisiese trabajar con ella. Aquí son todo hombres y suelen colaborar con su colega, su bro, el primo de su amigo y ese tipo de cosas. A veces te hablan, pero es porque les haces gracia y quieren entrarte. Ahora mismo no voy a ir detrás de nadie para rogar una colaboración. Ya hay bastantes que me han llegado a decir que les gustan mis temas pero luego les propongo algo y no sale adelante. Pues nada, cariño, ¡ya vendrás! (risas).