No os voy a mentir: Maluma no es santo de mi devoción.  La memoria de algún lector recordará el drama asociado a 4 babys o las recurrentes acusaciones de plagio que enfrenta.  Así que, desde luego, nunca me imaginaría escribiendo sobre Maluma. Pero Don Juan ha sido un poco la excepción. Siendo sinceros, el disco tiene par de cositas de las que hablar.
Coco loco constituye al 99% del motivo por el que estamos publicando esta reseña. No es extraño ver al colombiano montado sobre una caja de ritmos de merengue/reggaetón con una letra veraniega y sentimental. Es más, es cliché. Lo verdaderamente excepcional es la producción de Giancarlos Rivera y Jonathan Rivera aka Madmusik que samplea el sintetizador de Veridis Quo (Discovery, 2001). Sí, repito, Veridis Quo, de Daft Punk. 
Punto para Colombia. El beat provocó muchísimo revuelo, como era de esperar, entre los seguidores del sonido más predefinido de Maluma y los devotos feligreses del legendario dúo. Pero también atrajo las miradas curiosas de los que, como una servidora, nunca esperaron una combinación así. Sobre todo, porque los nombres de Thomas Bangalter y Guy-Manuel Homem-Christo aparecen en los créditos de composición. Si no los reconocéis por el nombre, permitidme deciros que son exactamente quienes imagináis. La dupla electrónica de inconfundibles cascos participó en Coco loco (aunque no sepamos cuánto). Aun así, ¿qué clase de locura es esta?
En Don Juan convergen un par de tracks que también son reseñables, pero ninguno tan explota-cabezas como el que acabamos de nombrar. Destacan especialmente las colaboraciones: el perreo old-school de Nómina con Jowell & Randy, o el afrobeat de Mama Tetema, que suena a viral en TikTok antes siquiera de contar con coreografía. También el junte con el indiscutible papá de la salsa contemporánea, Marc Anthony, en La fórmula, o el reggeatón/trap que comparte con Anuel AA y cierra el disco. 
El caso es que el colombiano busca mostrar su versatilidad en todos los formatos posibles, y por eso se sirve de hasta diecinueve canciones distintas para hacerlo. A veces, quizá, hasta abusando un poco de la fórmula. Me remito al corrido tumbado que interpreta con Carin León en Según quién, que se percibe como un movimiento un tanto forzado por integrarse sí o sí en esta arrasadora tendencia made-in-México.
Maluma sigue y seguirá siendo Maluma. Y eso no está mal. Bikini u Ojitos chiquiticos (oportunidad desperdiciada de referenciar la original de Don Omar) son el exacto pop comercial del Ken de Medellín, que tanto suena en las radios de peluquerías. Pero entender los códigos de la música de masas nos acerca a la realidad. Una realidad de la que los analistas de cultura nos distanciamos con frecuencia por considerarla superficial, pero que no es nada fácil de conquistar.
Track Favorito: Coco loco