Cuando tenía doce años, su abuela lo bautizó como Delacalle, y en ese momento poco sabía Maikel del sentido que ese nombre tomaría en su vida. Pasó lo mismo cuando el canario se tatuó Códigos en la nuca; a los pocos meses, esa palabra inofensiva se convertiría en el título de su último álbum de estudio. Un trabajo que lleva construyendo los últimos cuatro años para demostrar una vez más porqué es uno de los artistas más respetados del panorama urbano. Con él, nos regala un pedacito de su tierra, de su familia y de sus recuerdos, un álbum que sin duda es para sentarse a disfrutar.
Códigos el título del album, ¿qué hay detrás de él? ¿Cómo surge?
Me lo tatué cuando todavía estaba el disco en proceso, ni siquiera estaba finalizado. Quería volcar todo lo que no he podido hacer a lo largo de todos estos años porque, al final, cuando trabajas y estás un poco en la ola, quieras o no, te vas acostumbrando a hacer lo que quiere la gente, a hacer lo más mainstream, como quien dice. Y dije, pues no, voy a hacer lo que a mí me gusta. Empecé en la música haciendo eso. Lo que a mí me gusta es el hip hop, el R&B, el rollo de los 2000, y sobre todo utilizar instrumentos, utilizar voces bien creadas y cromatizadas. Creo que Códigos es exactamente eso, esa faceta de Maikel es precisamente la que mostraba en 2016.
En la intro del álbum dices: “Siempre te lo digo, tengo mis códigos / Soy un guerrero, mi nombre un sinónimo”. ¿Cuáles son tus códigos inquebrantables?
Hay códigos que todo el mundo sabe, ¿no? Primero, yo no delato a nadie, ese es uno; no me gustan los chivatos. La pareja de un amigo o amiga se respeta. Y así te podría decir mil más… No faltarme a mí mismo, es decir, no faltar a mi ética, es un código muy importante para mí. En este álbum represento los códigos porque estoy haciendo lo que nadie haría en este momento de mi carrera, que es hacer lo que no es mainstream, lo que no está sonando; es lo que estoy haciendo yo.
Si hablamos de ti, obviamente hablamos de Canarias. En Teide haces mucho énfasis en que te llevaste precisamente a la baby a la isla, ¿cómo te inspira tu tierra a la hora de hacer música?
Súper. Todo el mundo sabe que el Teide es el pico más alto de España, pero independientemente de eso, es el único sitio que tenemos en las Islas Canarias donde hay nieve de vez en cuando. Es un mirador increíble. Cuando quedas con alguien en tu primera cita (o no la primera necesariamente) siempre vas a dar un paseo por el Teide. Quería contar eso al resto del mundo para que sepan que es un sitio encantador. Tengo amigos que han esparcido las cenizas de sus familiares ahí, entonces creo que es una canción que, especialmente a ellos, les va a recordar mucho a sus familiares.
¿A quien te llevarías contigo a Canarias?
Te llevaría a ti, que tienes cara de no haber ido.
Ya no solo tú, sino actualmente existe gran ola de artistas como Cruz Cafuné (cover de ACERO vol. 5), Abhir, Quevedo o Bejo (con quien colaboras en el álbum). ¿Cómo de familiar es el ambiente a la hora de hacer música?
El nombre de las bestias (risas). El ambiente es real; parece increíble pero lo es. Es muy bonito porque todo esto se ha creado también en base a cómo han trabajado los boricuas, los puertorriqueños y los estadounidenses, que siempre se han apoyado los pequeños con los grandes. He de decir que en Canarias no había tanto género en su momento. Por ejemplo, cuando salí en 2016, de ahí solo habían salido Danny Romero, Dasoul, o Critika y Saik. No había mucha gente. O sea, sí la había, pero no se conocía. Cuando salí yo también empezaron Cruzzi, Locoplaya, Bejo, Don Patricio, etc. Y de ahí, mucha más gente.
Lo bonito es que, de alguna forma, inspiramos a que todos estos chavales que están saliendo ahora dijeran, pues nosotros tenemos talento, vamos a salir para adelante también. Se ha puesto un punto en el mapa en las islas que es básicamente a donde todo el mundo está mirando. Un punto que ahora mismo está en pleno auge, ya no solo de artistas sino también de productores, artistas, modistas, gente que graba vídeos, etc. Es increíble, pero es verdad que Canarias ahora mismo está muy activa.
De hecho, llevas en esa escena prácticamente desde el principio, ¿cómo dirías que habéis evolucionado? Con la gente que ha entrado y salido…
Hemos evolucionado un montón. Al principio, los canarios solo tenían featurings con gente de España, o sea de la península. Solamente uno, Danny Romero, tenía una colaboración con Maluma. Cruzar el charco era algo imposible, algo que habían hecho muy pocos. Yo también lo hice, y ahora por ejemplo, Quevedo tiene colaboraciones con artistas boricuas, y también, si no me equivoco, Bejo tiene temas con gente de allá. Don Patricio más de lo mismo, con Mozart La Para… Todas esas cosas antes no se veían. Es lo que más ha evolucionado porque, a nivel artístico, tengo que decir que siempre ha habido talento, siempre.
Y, ¿cómo fue para ti empezar a ganar dinero con esto? Supongo que es un shock y un orgullo teniendo en cuenta tu background, mirar hacia atrás y verte donde estas ahora.
¿Gano dinero con esto? No me jodas (risas). A ver, a mí no me cogió tan de sorpresa. Al principio, el equipo que tenía gestionaba mal mi dinero. Pero cuando lo pude manipular bien, o sea, grandes cantidades, ya tenía la cabeza más en su sitio. En mis comienzos hubo una mala gestión de mi propio equipo de trabajo y no lo controlaba mucho, aunque tampoco tenía tantos ingresos como esperaba. Pero bueno, hoy en día estamos bien, gracias a Dios.
Te llamas Maikel Delacalle por algo, ¿cómo dirías que has cambiado personalmente? ¿Qué te ha echo crecer?
Mi abuela me puso ese nombre –en paz descanses, Juanita, que Dios la tenga en su gloria–. Me lo puso cuando yo tenía 11 años aunque no fue hasta los 13 cuando empecé a grabar mis canciones, y realmente no fue hasta los 18 o 19 que empecé a grabar bien y a intentar hacerme famoso. Todo lo que he vivido me ha hecho ser quien soy.
Cuando mi abuela me puso el nombre era un niño, yo no sabía que iba a coger tanto sentido, simplemente era un pibito que estaba en la calle hasta muy tarde. Las cosas malas que pasé me hicieron aprender valorar a mi familia, a saber querer bien a mi gente y a disfrutarlos. Tuve que pasar por un centro de menores para quizás chocarme contra una pared y decir, diablo, al final uno no está solo sino que necesita a la familia para todo. Es lo más importante del mundo.
En Códigos, ya no solo en la intro, mencionas a Dios en bastantes de tus temas. La verdad que es algo común en muchos raperos, ¿cómo dirías que es tu relación con Dios?
Soy el más religioso de todos, y con religioso no me refiero a ir la iglesia porque voy muy de vez en cuando, cuando es la misa de mi madre o de mi abuela. Me crié con mi abuela y, desde pequeño, me enseñó a tener fe. Apoyé mi fe en eso, en Dios. Le doy las gracias porque estoy aquí gracias a él –y gracias a mi talento también–. Por eso siempre lo tengo presente, llevo hablando de Dios desde que salí.
Además, en Ya no está colaboras con un coro de gospel, ¿cómo fue esa experiencia? Musicalmente tiene que enriquecer un montón.
Mira, es brutal. Ellos lo aceptaron todo desde el minuto uno porque la canción ya la tenía hecha. Hasta el minuto dos, los coros son míos; cuando grabamos el videoclip aprovechamos el audio de la misma cámara y lo metimos en la canción. Es más, mientras va sonando la canción, los coros que suenan son mi voz, ellos interactúan a partir de que esta se acaba. Pero yo pensé, acabo de traer al mejor coro de gospel de España, me gustan bastante, tengo que aprovecharlo al máximo. Tardamos más en enviar la canción a Spotify y todo porque queríamos añadir el pedacito que grabamos en directo, añadirlo al audio original.
Trabajar con ellos es como estar en un equipo de fútbol donde yo solo soy el delantero, tengo a todo el equipo detrás y solo tengo que meter, ellos me acaban de pasar todas las pelotas. Como experiencia me nutrió muchísimo y creo que voy a contar con ellos en mis giras también, con tiempo, porque son gente muy ocupada. Pero, uf, también fue muy duro.
Obviamente, si hablamos de Ya no está, podríamos decir que es de las canciones más íntimas de toda tu discografía. Te abres en canal, una canción en honor a las, me atrevería a decir, mujeres de tu vida. ¿Cómo supiste que era el momento de sacar un tema así?
Vale, te lo voy a explicar. Es interesante esta pregunta y se me eriza la piel solo de pensarlo. Empecé a componer el tema en honor a mi mamá cuando mi abuela todavía vivía. No la iba a continuar porque creía que era una canción muy de iglesia o algo así, fue lo que pensé. Entonces falleció mi abuela y dije, pues mira, tengo que continuarla. La segunda parte de la canción la compuse para mi abuela. O sea, la primera es para mi mamá y la segunda es para mi abuela. Esa canción tenía que sacarla obligatoriamente.
Demuestras a full tu versatilidad. En el álbum pasas del gospel al rap o al funk, ¿cómo consigues cambiar libremente de estilos sin que se pierda esa cohesión?
Yo soy del 94, y recuerdo ir con mi padre en el coche escuchando un CD de estos de hip hop y R&B de Estados Unidos por allá en 2002 o 2003. Esa variedad de música era lo que llamábamos antiguamente ‘música negra’. ¿Te acuerdas? Todo el mundo decía, tengo un disco de música negra. Y básicamente era una mezcla de funky, hip hop, R&B, etc. Quise hacer exactamente eso, que la gente sintiera lo que yo sentía cuando veía un disco así. Escuchar una canción de Tupac seguida por una de Lauryn Hill, otra de Craig Davis… todas en el mismo disco.
Supongo que una parte importante en todo eso son los productores, y tú cuentas con un gran repertorio. ¿Cómo es juntarte en el estudio con casi diecisiete productores diferentes para escribir un álbum?
Es increíble. Esta vez me he metido en la composición al 100% de adelante hasta atrás, y lo increíble es que en la producción también me metí. O sea, todos los productores estaban ahí, no les decía envíame el instrumental y yo escribo algo, sino que me sentaba con ellos y hacíamos la producción desde cero.
Me metí muchísimo en el papel de cada canción para que todo el mundo se sintiese tan identificado como me sentía yo. Y lo increíble es que trabajé todos los temas en persona, mano a mano. Normalmente pasa que te envían la instrumental, tú la grabas en el estudio, se la envías de vuelta y sale a la calle. Aquí fue que me juntaba en el estudio con cada uno de los productores personalmente.
¿Qué dirías que le aportan a tu sonido cada uno de ellos?
Cada uno aporta su granito de arena y ese flow que ellos tienen. Pero al final, todo, todo, todo está dentro de este pequeño CD, como en los 2000. No se sale de esos parámetros, que era lo que pedíamos. Y más o menos elegí el tipo de productor que sabía que iba a poder moverse bien.
Cambiando un poquito de tema, en otra entrevista dijiste que si no fueras músico te dedicarías a la moda, ¿qué necesita Mikel Delacalle para lucir un buen outfit?
¿Qué necesito? Que me guste, que me guste la prenda, está clarísimo. Da igual lo que sea, tú me puedes dar una camisa blanca normal y corriente de cualquier tienda, de la más barata o la más cara, da igual. Yo tengo mis cositas, me gusta mucho usar perlas, tengo mis anillos, mis gafitas, el corte de pelo… Y nada, eso, es que en realidad la percha ya la tengo, solo me tienen que dar cualquier tipo de prenda que yo la luzco.
Justo lo has comentado, pero para los raperos (y para muchos hombres en general, a decir verdad), el pelo es muy importante. Tú vives en un constante cambio de look, ¿qué dice tu pelo de ti según el momento?
Yo estoy contento siempre en todos lados, da igual cómo lleve el pelo. Desde chavalito ya me teñía, cuando era el raperito de mi barrio y tal yo ya me teñía el pelo, me hacía líneas y cosas raras. Ya después empecé a tatuarme y demás. Entonces me desligué un poco más del pelo, siempre lo tenía guay, pero desde que volví, desde que empecé a pegarme con la música, pues casi todos los años me tiño. Ahora exactamente llevo dos años cambiándome de colores para arriba y para abajo. Pero bueno, que si lo tengo rojo no significa que esté cabreado.
Y cada vez que vuelves a tu barrio, ¿cómo reciben a ese raperito del que ahora me hablabas?
Brutal, brutal, me reciben como una familia. Hay muchos chavales que le están metiendo durísimo en mi barrio, que están rapeando y cantando increíble, y creo que estoy creando escuela ahí.
Hablando de raperos… Para ti, ¿cuál es la barra del año?
Para decirte la de otro, te digo una mía. Es: “No traicionar a un hermano, no criticar a un hermano, no dejar mal a un hermano, no decir con los pies lo que luego negarán tus manos. Somos humanos, nos equivocamos, el camino es el mismo, pero cada uno recorre su tramo.”
¿Sabes qué? Mira, seguro que a ustedes también les pasa, en el grupo o lo que sea. Uno siempre quiere estar en el mismo círculo toda la vida, pero muchas veces algunos de tus amigos no avanzan como tú, o quizás están en el mismo punto. Cada uno tiene que luchar por lo suyo. Tú le puedes echar una mano en lo que sea, en mi caso musical, hablo musicalmente. Por eso digo es el mismo camino, pero cada uno tiene que recorrer su tramo. Yo te puedo regalar un featuring, pero cada uno tiene que hacer su propia carrera porque cada uno es un artista diferente.
Y ya para terminar, aunque ya se haya publicado, ¿qué esperas con el lanzamiento del álbum?
Espero que a la gente le guste muchísimo, y creo que les va a gustar porque el feedback de momento ha sido muy bueno. Pero espero que se pegue más de lo que anticipo. A pesar de que no sea mainstream, podemos hacer que lo sea porque es música. Es más, digo que no es mainstream pero creo que este disco se va a pegar mucho, lo vamos a hacer mainstream, da igual.
Maikel Delacalle 5.jpg