En un mundo donde el techno a veces se toma demasiado en serio y el perreo se baila sin pedir permiso, aparece Luca Eck, artista que transforma la pista de baile en un territorio de libertad emocional y política. Influencias que van de Cascada a Amore, pasando por Lady Gaga o Saramalacara, hasta raves industriales y perreos sucios. Todo cabe en su universo: lo clásico, lo distorsionado y lo que todavía no sabemos nombrar. En esta charla, nos colamos en su imaginario para hablar de procesos, caos emocional y la escena underground berlinesa, que sigue mutando (esa misma que Luca observa, celebra y reta desde dentro).
¡Hola, Luca! Bienvenide a ACERO, un placer tenerte por aquí. Para quien no te conozca, ¿podrías hacer una pequeña presentación sobre ti?
¡Holi! Gracias por invitarme. Soy Luca Eck, artista y productore no binarie de Berlín. Hago música que nace de lo personal pero suena muy de ahora: queer, electrónica, emocional. Me gusta romper estructuras y jugar con lo que se espera del pop y se espera del techno. Me encanta mezclar lo íntimo con lo experimental, lo pegajoso con lo inesperado. Me interesa todo lo que es raro, honesto y potente.
Como tu misme dices, tu sonido mezcla techno, perreo y hasta toques clásicos. ¿Qué tiene el perreo que todavía no tenga el techno y viceversa?
Creo que el techno a veces se toma demasiado en serio. Nació como un género rebelde y futurista, pero hoy en día muchas escenas se han vuelto rígidas y cerradas. Como artista que no encaja fácilmente en etiquetas tradicionales, me he sentido bastante cuestionade dentro de ese mundo. Por eso empecé a describir mi sonido como avant-club: una mezcla que va más allá del techno, con influencias del pop distorsionado, del perreo, incluso de lo clásico.
A diferencia del techno, el perreo no te exige nada: puedes ser ridículx, sexy, feliz, y nadie te mira raro. En las fiestas de perreo siento que la gente se divierte sin juicios, sin pretensiones. A veces lo disfruto más que una rave porque puedo ser más yo, no solo como DJ, sino como persona. Aunque me alejo de algunas cosas del techno, sigo conectando con su tempo y su estética. En mi música intento unir eso con la ligereza y el juego del perreo.
¿Recuerdas cuál fue tu primer contacto con la producción?
¡Claro que sí! Hago música desde que tengo memoria. Empecé con piano clásico y contrabajo cuando era peque, pero mi primer contacto con la música electrónica fue a los once años. Me obsesioné con los CDs de Eurodance de mis padres (Cascada, Ace of Base) y me enamoré de esos sonidos sintéticos y potentes. Fui a MediaMarkt y compré un programa baratísimo que se llamaba Magix Music Maker. Era bastante cutre, pero empecé a jugar con loops y sampleos y me enganché de inmediato. Incluso llegué a colarme en los días abiertos de universidades de música electrónica para sentarme a escuchar clases como si fuera estudiante. Imagínate la cara de los profes viendo a un niñe de once años queriendo aprender cómo hacer música club.
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Has hablado de cómo para ti la pista de baile es un lugar de catarsis, pero también político. ¿Qué quieres que pase en la pista cuando suena un tema tuyo?
Quiero que la gente se sienta libre. Que pueda habitar su cuerpo sin miedo, sin tener que encajar, sin ser mirada raro. Cuando suena un tema mío, me gustaría que en la pista se abra un espacio donde todo eso que a veces escondemos (la rabia, el deseo, la ternura) pueda salir sin filtro. Para mí, bailar siempre fue una forma de soltar lo que pesa, pero también de reclamar un lugar. Porque no todo el mundo se siente seguro en todos los espacios, y mucho menos en todos los clubs. Así que si mi música puede ayudar a crear un momento donde alguien se sienta visto, o más cerca de sí misme, entonces ya valió la pena.
Entre tanta energía rave y club, ¿cuál es tu momento de calma? ¿Qué escuchas cuando no quieres bailar?
Entre tanto ruido y velocidad, mi momento de calma está en mi estudio nuevo en Berlín. Lo comparto con mis amigxs Jakob y Finn, está en el último piso y tiene una terraza enorme con vistas increíbles. Allí paso muchos días produciendo, a veces bajo el sol, y aunque el trabajo sea intenso, el espacio tiene algo muy relajante. Hago producción para artistas de pop, rap y electrónica de distintas partes del mundo, y eso me ayuda a no quedarme atrapade en un solo sonido. Escuchar otras voces, otras referencias, me mantiene despiertx creativamente.
Y cuando tengo un verdadero día libre, me gusta invitar a amigxs a casa y cocinar para ellxs. Cocinar sin prisa, con buenos ingredientes y tiempo, es mi forma de meditar. La banda sonora de esos momentos suele ser una mezcla bastante ecléctica: pop raro, cosas brillantes y emocionales. Desde 2hollis hasta Amore, pasando por aespa, Lady Gaga, fakemink o saramalacara. Depende del día, pero siempre algo que me saque de la cabeza y me devuelva al cuerpo.
Estás a punto de lanzar tu próximo single, Puta emocional, junto a Simona. ¿Cómo nace la conexión con ella?
Lxs dos estamos firmadxs con Universal Music Publishing. Yo iba a hacer un viaje de composición a Barcelona para conectar con la escena local, y mi A&R en Alemania, Karina, me puso en contacto con Marco y el equipo de UMPG España. Así llegué a Simona. Conectamos al instante. En nuestra primera sesión hicimos dos temas, y esa misma noche fuimos juntxs a Latineo, una fiesta queer increíble. Bailamos, nos reímos un montón… hasta hoy es una de mis noches favoritas. Desde el principio hubo muy buena energía.
¿Qué viste en Simona que encajara tan bien con esta idea de caos emocional y perreo?
Simona y yo somos parecidxs en algo muy concreto: tenemos ese lado segura, perra, divina, pero también un núcleo muy tierno, sensible, suave. Eso lo notamos enseguida. Cuando hablamos de influencias y experiencias personales, supimos que queríamos volcar esa dualidad en la música: fuerza y vulnerabilidad, drama y dulzura, perreo y emoción.
“Creo que el techno a veces se toma demasiado en serio. Nació como un género rebelde y futurista, pero hoy en día muchas escenas se han vuelto rígidas y cerradas.”
¿Qué aprendizaje te llevas de trabajar con ella y qué crees que has podido aportarle tú?
Con ella aprendí a no forzar nada. A confiar más en el instinto y en lo que se siente bien en el cuerpo. La canción salió tan fácil que todavía me sorprende. Fue uno de los procesos más rápidos que he tenido: en cuatro horas lo hicimos todo de cero. Sin vueltas, sin trabas. Solo fluyó. Otras canciones me han llevado meses; esta, un día.
Volver en mayo para grabar el vídeo y pasar tiempo juntxs fue lo que necesitaba sin saberlo. Había estado al límite durante semanas, y ese viaje me reconectó con algo muy simple: disfrutar. Me dio paz y también ganas. Fue un antes y un después para mí este año.
Si miras atrás y ves proyectos como Consumed o Run from Me, ¿sientes que hay un hilo conductor o prefieres no repetir fórmula nunca?
Creo que sí hay un hilo, aunque no siempre sea evidente. Para mí, cada proyecto es como una fotografía emocional de un momento muy específico. Consumed, Run from Me y lo que viene ahora comparten una misma intensidad, una búsqueda de vulnerabilidad real, aunque el sonido o el enfoque cambien.
No me interesa repetir fórmula, pero sí seguir escarbando en las mismas preguntas: ¿Qué me duele? ¿Qué deseo? ¿Qué parte de mí necesita salir a través del sonido? Me gusta pensar que lo que une todo no es un sonido, sino una sensación. Una especie de honestidad cruda que siempre estoy persiguiendo.
Tienes ya varios temas con Six Sex, se nota que ahí hay algo especial. ¿Qué tiene ella que hace que siempre quieras volver a trabajar juntxs?
Para mí, Six Sex es una pionera de un sonido nuevo que está a punto de explotar a nivel global. La manera en que conecta los sonidos del club que emergen desde Latinoamérica con lo club europeo me parece única. Cuando contacté a su equipo por primera vez en 2023, fue como encontrar una aliada creativa inmediata. Teníamos metas parecidas, mucha curiosidad por el universo del otrx y cero miedo a mezclar lenguajes sonoros.
Sexo no tradicional fue un punto de inflexión para mí: no solo a nivel musical, sino también personal. Un momento de aceptación total, de conectar con todas mis partes. Ver cómo está creciendo su carrera me llena de orgullo, y estoy segurx de que vienen muchas cosas hermosas entre nosotres.
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Hablando de tus orígenes, Berlín: ¿qué tiene la escena club allí que te ha permitido romper tantos límites?
Es una ciudad que no te exige una versión ‘vendible’ de ti misme. Al contrario: celebra lo extraño, lo crudo, lo inacabado. Y eso es muy poderoso cuando estás en búsqueda. Hay mucha libertad creativa, y aunque la escena también tiene sus clichés y exclusiones, todavía hay espacios donde puedes romper las reglas y que eso se celebre.
¿Cómo ves la evolución de la escena underground en Berlín? ¿Estamos en un momento de explosión, de agotamiento o de cambio?
Creo que estamos en un momento de cambio. Hay nuevas fiestas underground muy emocionantes surgiendo, con propuestas frescas y necesarias. Pero al mismo tiempo, la escena está atravesando una crisis financiera seria. Organizar eventos ahora es carísimo: los costes se han disparado y el riesgo económico es enorme. Por eso muchxs promotorxs tienden a ir a lo seguro, con headliners grandes o géneros que están de moda en Berlín, como el hard groove o el trance.
Pero esa fórmula se está agotando. Mucha gente con buen gusto está harta de ver siempre lo mismo. Y por eso están naciendo propuestas nuevas con mucha personalidad. Hay terreno fértil pero falta apoyo. Ojalá el gobierno entienda por fin el valor cultural real que tiene la escena de clubs en Berlín y ofrezca más apoyo financiero sin tanta burocracia.
¿Hay algo que aún no hayas tocado y mueras por explorar? ¿Un género, una colaboración, un formato, un club?
Algo que me emociona muchísimo y que todavía no he vivido es una gira por Latinoamérica. Ahora mismo tengo más oyentes en Argentina que en Alemania, y siento una conexión muy fuerte con lo que está pasando allá a nivel musical y emocional. Me muero de ganas de estar en contacto directo con esa energía, con esa gente, con esas pistas. Si todo sale bien, va a empezar a hacerse realidad a principios del próximo año. Ese viaje está cerca. Y no veo la hora.
Vienes de actuar en dos fiestas Spark. ¿Dónde podremos verte próximamente?
Estoy tomando una pequeña pausa de los shows porque estoy preparando un nuevo live muy especial para principios de noviembre. Va a ser el más grande que he hecho hasta ahora y el comienzo de una nueva etapa. Atentxs, que se vienen cosas importantes.
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