Pantalones de chándal sobre botas de aguja, vestidos de gala abrazándose a sudaderas XXL y la expectación agrupándose sobre las puertas del Teatro Magno de Madrid. Cualquiera que tuviese a bien pasear por la calle Cedaceros el pasado miércoles fue testigo de una de esas noches para las que, como con la lluvia de Perseidas, muchos esperan pacientemente todo el año. Los Xavales Awards, la gala de premios musicales de Tuti y Charlie, se ha convertido en una cita para todos los que comparten anualmente su Wrapped del año. Gracias a “los gordos”, cada vez está más claro entre la juventud de nuestro país que tenemos un panorama musical repleto de talento y es de ley empezar a sacarle pecho desde dentro.
Una vez en la sala hacemos la vuelta de reconocimiento de rigor y tras unos cuantos ¡Qué tal, bro! las luces se apagan, los Xavales se retiran del escenario y vamos al grano. No hay nadie como Barry B para eso. Con aires de hooligan y lyrics de las que te encantaría que te dedicase tu chaval, el joven de Aranda del Duero no necesita ni tres minutos para demostrar el motivo de su creciente éxito. Su sonido es esa mezcla de influencias mágicas que, simplemente, tiene mucho sentido.
Y como diría Tuti, seguimos para bingo. Con un jurado de lujo formado por expertos y aficionados de la música urbana, creadores de contenido y periodistas musicales como Alexia Ferrer, editora de ACERO y periodista musical, Pablo Contreras o Quillo, la gala transcurre aplaudiendo el talento de todos los gustos y colores. Y, por qué no decirlo, con especial hincapié por parte de todos los galardonados en visibilizar el trabajo de todos aquellos que quedan detrás de foco; productores, directores, managers, videógrafos, técnicos y demás equipos creativos sin los que tu artista favorito no sería más que un proyecto sobre el papel.
Echando un vistazo rápido a la sala en busca de caras conocidas: a la izquierda la chavalería de DISOBEY, Percless, Azuleja, D. Valentino, Guxo. A la derecha, Metrika, GlorySixVain, L0rna, Euskoprincess y Main Costa entre otras. Demasiados nombres y demasiado potencial como para resumirlos a todos entre estas líneas. Lo que sí quedó claro, como era de esperar tras un prolífico 2024 para la escena urbana, es que los premiados de todas las categorías quedaron marcados por la heterogeneidad y la riqueza del talento emergente, reuniendo lo mejor de cada casa.
Digno de mención fue el doble galardón para Judeline como álbum del año por Bodhiria y artista del año. Y es que, más allá de sus Zarcillos de Plata, la artista gaditana ha logrado imponerse como una de las promesas musicales del panorama, tal y como demuestra el reguero de recientes premios que, como mencionó ella misma en los Xavales Awards 2023, comenzó con esta noche de hermandad protagonizada por y para la música.
Unos ruidos y unas ‘barras, gordo’ después, el evento sigue su curso con unas pizzas y un after espectacular de la mano de una de las fiestas más frescas de Madrid, Casa Pepa. La sensación, como cada año, se define por el orgullo de una generación de músicos sin demasiado complejo por el qué dirán, dispuestos a probar, mezclar y retorcer cualquier sonido con tal de hacerlo suyo. Y, en la otra cara de la moneda, un público que, lejos de priorizar la espectacularidad que en algún momento mamaron de la MTV, se sienten orgullosos de acompañar a sus artistas favoritos en el camino, ese que empieza con un videoclip casero de 100 views en Youtube y acaba llenando un Bernabéu, pasando, por supuesto, por alguna edición de Los Xavales Awards.
