La música siempre ha sido muy importante para nosotrxs. Pero este año nos hemos pasado el juego: a principios de 2022 lanzábamos ACERO, la nueva publicación que ya conocéis centrada en la escena urbana española y latina (prometemos sorpresas pronto, así que atentos). ¿Cómo no íbamos a hacer un recap de los mejores discos de este año tan importante? Podrían haber sido más, pero lo hemos dejado en veinte: nuestros más top de este 2022.
Hemos reunido de todo, de lo más sonado a nuestros pequeños descubrimientos, de lo comercial a lo más experimental. Y es que este año ha sido intenso, desde la fiebre de las motomamis y Rosalía, hasta viajar a campos de trigo junto a Guitarricadelafuente o todos esos incontables cócteles con Bad Bunny sonando de fondo. La música es mágica y este 2022 nos ha pegado fuerte. Desliza hacia abajo que esto empieza. No te olvides darle al play.

20. Yudi Saint X - Todos mis novios
Es verano en una pequeña cala de aguas cristalinas, estás tomando el sol perdida en tus pensamientos con el vaivén de las olas de fondo cuando, de pronto, una alarma roja se enciende: son todos los mensajes que siempre quisiste mandar a tus ex pero nunca encontraste el momento de hacerlo. No sabemos del todo si Yudi Saint X vivió una revelación parecida en Cala Foradada, pero sin duda su primer disco, Todos mis novios, recoge todas estas conversaciones (o monólogos) pendientes con un pop confesional que perfectamente podría ser la banda sonora de Autodefensa. Producido junto a Ferran Palau y b1n0, un disco para los melancólicos del verano, para bailar despechás un atardecer infinito que bien podríamos alargarlo hasta el amanecer.

19. Putochinomaricón - JÁJÁ ÉQÚÍSDÉ (distopia aburrida)
Paréntesis temporal: vuelves al confinamiento, estás encerrado en casa de tus padres y tu única escapatoria son las redes sociales e Internet. Ahí nace JÁJÁ ÉQÚÍSDÉ (distopia aburrida). Chenta le canta a eso de no sentirse “ni de aquí ni de allá”, de migrar y sentirse vacío mientras crea un espacio de ficción en estas canciones. Todo el álbum en sí mismo es una realidad paralela en la que la cultura de Internet, el pop y el mamarracheo reinan por encima de todo. El sonido habla por sí mismo, hardcore y mucho autotune para hablarnos de tamagotchis y de adultos incomprendidos, y de ahí a desgranar y transgredir el mundo en el que vivimos.

18. Jesse Baez - Amor en español
Jesse Baez explora el amor y sus infinitas incógnitas, geometrías y recovecos en su primer álbum, Amor en español. Su inconfundible R&B latino, combinado con melodías tropicales y sonidos que orbitan géneros como el bolero y el hip-hop, se funde aquí con letras que no solo cantan sobre la ilusión de un nuevo amor, sino que también ponen música a desencuentros, engaños, reproches, despedidas y un sentimiento de culpa que nos persigue y que la voz del guatemalteco hacen un poco más soportable e incluso bailable.

17. Cupido - Sobredosis de amor
Ay, el mal de amores… Todos hemos pasado por ahí. Y aunque no lo parezca, se pasa. Incluso ese dolor del que muchas veces pensamos que vamos a morir puede iluminar grandes cosas como Sobredosis de amor, el último álbum de Cupido, quienes protagonizan una de nuestras covers de ACERO Vol.3. Un álbum para escuchar de principio a fin y conseguir enamorarte mientras sientes que tu corazón se rompe. Un disco donde a través del pop se exploran diferentes estados de ánimo en un viaje no exento de dolor pero también de desahogo. Un trabajo perfecto para sacudirte esa rabia e impotencia, para enviar a tomar por saco esa melancolía en la que te instalas cuando se acaba una relación. ¿Se puede morir de amor? Ni idea. Lo que sí sabemos es que este disco nos ha venido fenomenal para las (no tan) indirectas en Stories.

16. Amaia - Cuando no sé quién soy
Hemos estado deseando este álbum durante mucho tiempo y Amaia (cover en ACERO Vol. 1) no decepciona. La confrontación con una misma es dura pero maravillosa, y Amaia sabe mejor que nadie cómo trasladarlo a la música. Cuando no sé quien soy también podría llamarse ‘Sonrisas y lágrimas’ y, oye, no nos parece mal la dicotomía porque al final es de lo que se trata todo esto. Así que a tope con no saber quién es una, con montar el show, y con todo lo que Amaia cante y nos confronte.

15. Elio Toffana - Shock Wave
Con poco más de dos semanas en la calle, Shock Wave se ha convertido en uno de los discos del año sin discusión alguna. Con pulidísimas producciones que firman Samuel Lorenzo, Cieloazul o Lex Luthorz, y featurings junto a Kiddo Toto, Las Ninyas del Corro o Santa Salut, Elio logra una combinación de estilos y bases perfecta que van del rap al trap en cuestión de segundos. Un trabajo que despide el 2022 por todo lo alto y que este 2023 le llevará de gira por todo el país. “Un final y un comienzo, sacrificarse y seguir empujando”, palabras de Elio para definir Shock Wave.

14. El Niño de Elche - Flamenco. Mausoleo de celebración, amor y muerte
Siempre hablamos de la experimentación y la vanguardia como dos de los hitos más importantes de la música, pero ciertamente nada existiría sin la tradición. En su último trabajo, el Niño de Elche explora el minimalismo, la esencia más pura y más tradicional de todo lo que le ha acompañado durante su carrera. Un canto íntimo, que empieza con un llanto a la muerte y se mueve por temas trascendentales como el amor y la celebración. Un álbum imprescindible para entender las estructuras de la música actual y que funciona como un memorial de todas las influencias que la alimentan.

13. Rigoberta Bandini - La emperatriz
Sí, lo sabemos, La emperatriz no deja de ser una recopilación de temas ya conocidos. A excepción de cuatro canciones, el resto nos lo sabíamos de memoria cuando se publicó el álbum. Pero vamos a ser realistas, ¿quién nos lo ha hecho pasar mejor que Rigoberta Bandini este año? Por cierto, ella también fue cover nuestra, concretamente en el Vol. 2. ¿Quién ha provocado que se saquen tantas tetas al aire como ella? Absolutamente nadie. Por eso, por sus himnos, por sus cuatro temas inéditos, y por la frescura que ha hecho llegar a nuestras playlists y nuestras fiestas, La emperatriz merece estar aquí.

12. Daniel Sabater - ya se me pasará
Muchas cosas han pasado desde que Daniel Sabater se imaginaba encima de un escenario ante miles de personas mientras imitaba a sus ídolos de Disney Channel frente a la televisión: desamores, pérdidas repentinas y una abrupta llegada a la vida adulta con un salto a la fama vertiginoso. Su álbum debut, ya se me pasará, convierte todo este caos personal en un bedroom pop celestial, con una melancolía devastadora como las historias de todo lo que pudo haber sido y nunca fue, que él tanto odia. Un disco en el que nos deja la puerta abierta a su hipnótica intimidad para que entremos siempre que necesitemos que alguien nos recuerde que al final, sin saber cómo, todo pasará.

11. Hoke & Louis Amoeba - BBO
Hemos perdido ya la cuenta de todas las entradas que ha conseguido vender Hoke desde la salida de este disco, por ahí en septiembre. Trending Topic en redes, miles de escuchas, posicionamientos en listas de éxitos… Pero es que no es para menos. Los elementos digitales se mezclan con elementos clásicos constantemente y con potentes barras, de esas que se te quedan en la cabeza durante días y que solo te apetece gritarlas a los cuatro vientos. Esta dupla, sin promos ni discográfica, se han convertido en la última sensación del rap en español, asegurándole al género un futuro prometedor. Y es que BBO es simplemente fuego.

10. Natalia Lacunza - Tiene que ser para mí
Sobre lo difícil que es luchar contra nuestros propios fantasmas, la necesidad de encontrarse a una misma y lo dulce que es perder el miedo a equivocarse habla Natalia Lacunza en su esperadísimo primer disco, Tiene que ser para mí: una oda al amor propio que casi funciona como un mantra que todas deberíamos repetirnos cuando las cosas no van como querríamos y necesitamos mantenernos a flote. Doce canciones que –a la suerte de estados de ánimo– fluyen con naturalidad del R&B hasta el funk carioca y el bolero y a la vez se deconstruyen, con su huella de pop minimalista intacta y dejándonos ver a una Natalia girlboss que quiere disfrutar y nos invita a hacerlo con ella, porque al final, “todo gira siempre hacia adelante”.

9. Fuji? - Hanami
No os vamos a mentir, nos encanta descubrir nuevos talentos, de esos con pocos oyentes en Spotify que se convierten en un must en todas nuestras listas, esos sin los cuales gran parte de nuestro trabajo carecería de sentido. Y precisamente uno de ellos es Fuji? En Japón, Hanami se refiere a la costumbre de disfrutar de la belleza de las flores. A lo largo de estos siete tracks, Fuji? te hace disfrutar de la belleza de los sonidos. Con una gran influencia japonesa y sampleando escenas de sus animes favoritos, Fuji? consigue crear su propio universo que mezcla con funk para crear un sonido urbano que se ha convertido en nuestra fantasía otaku favorita.

8. Juicy Bae - PTSD
Excitante, explosivo y, sobre todo sincero; así es PTSD, la segunda mixtape de Juicy Bae. Viajamos, en primera persona, a través de la negación y el trauma que supone una ruptura amorosa. Pero no una cualquiera. Lidiamos con la toxicidad y la dependencia emocional junto a Juicy, nos arrancamos la piel como ella misma hace en el videoclip de Rendez-Vous (cuando es de noche) y, ante todo, aprendemos que la meta es superarse. Directamente nos abre su corazón, lo disecciona, y nos lo tira a la cara mientras fluctúa entre el trap y el R&B, las palmas y el reggaeton.

7. Erik Urano & Merca Bae - Qubits
A Erik Urano y Merca Bae les encanta romper esquemas. Por separado, juntos, como sea. Pero este 2022, su álbum conjunto Qubits ha marcado un hito en el género urbano. De producciones extraplanetarias al urderground inglés, pasando por el dubstep, tintes de reggaeton y letras rap, este álbum es incatalogable. De hecho, clasificarlo en un solo estilo sería de pésimo gusto. Qubits es pura ambición, y nos recuerda que todavía queda mucho por descubrir en la música.

6. Rojuu - Kor Kor Lake
Tan solo este año Rojuu ha lanzado tres álbumes, colaboraciones aparte. Nosotrxs nos quedamos con Kor Kor Lake por sentar las bases de todo lo que vino después, aquí con un sonido más vulnerable, que tira más al indie que a otra cosa, y más comercial que el resto de sus lanzamientos. No nos tiembla la voz al decir que este 2022 también ha sido su año. Y por supuesto, también fue portada de nuestro ACERO Vol.1. ¿Recuerdas su entrada al Sónar? ¡A ver quién no!

5. Trueno - Bien o mal
Era inevitable no mencionar a Argentina en esta lista. Y es que los argentinos se han echo con la corona ya no solo del futbol sino también de la música. Trueno (cover en ACERO Vol. 3) ha ido un paso más allá con un álbum voluntariamente épico y un sonido que revienta el freestyle que le vio nacer para alumbrar un universo musical propio. Siempre desde la honestidad para armar la revolución y reivindicando Argentina, su amado país, donde encuentra su discurso y la fuerza necesaria para crear un disco como este. Está claro que entre el bien y el mal, la balanza va a estar del lado que siempre quiso: ser el mejor.

4. Rocío Márquez & Bronquio - Tercer Cielo
La voz de la cantaora Rocío Márquez confluye en Tercer cielo con la electrónica experimental de Bronquio en un disco que te eriza hasta el alma. Un álbum que hace estallar las costuras del flamenco más ortodoxo como ya hiciera en su día el gran Enrique Morente o más recientemente El Niño de Elche. Emocionante, luminoso, oscuro a ratos, desafiante, ravero y arrebatador. Y podríamos seguir, porque no hay adjetivos suficientes para lo que han hecho estos dos. Tercer cielo se agarra a tus entrañas desde el primer tema y no te suelta hasta el final, da igual que Márquez se arranque por bulerías o seguiriyas, que te cante una rumba o una soleá: su voz suena siempre portentosa y la magia fluye a lo largo de todo el disco amplificada por la música de Santiago Gonzalo. Un trabajo en estado de gracia que posiblemente acabará siendo recordado como uno de los mejores álbumes de esta década.

3. Bad Bunny - Un verano sin ti
¿Alguien podría imaginarse el verano de 2022 sin cualquier canción de este disco sonando de fondo? Imposible. En Un verano sin ti hay de todo, canciones para llorar, para irte de fiesta, para viajar en coche o tumbarte en la playa a la bartola. Canciones calientes que calientan, que huelen a sexo y saben a sal. Un verano sin ti es un álbum hedonista, disfrutón y sudoroso que se pega a ti como un chicle a la suela del zapato. Y que cuando por fin te suelta y lo escuchas tiempo después, te saca de vuelta una sonrisa de oreja a oreja mientras te sorprendes tarareando cualquier canción con cierta nostalgia. El mismo Bad Bunny ha dicho que en 2023 quiere descansar, pero también corren por ahí rumores que aseguran que lo tendremos por aquí tocando. Así que, quién sabe, lo mismo el próximo verano repetimos banda sonora.

2. Guitarricadelafuente - La cantera
Lo de Álvaro Lafuente es muy fuerte. Se presentó al mundo así como quien no quiere la cosa, amarrado a su guitarra, con la mirada tímida, la voz… ¿pero qué voz era esa?, esa forma de cantar que te robaba el corazón, y un puñado de deliciosas canciones, pequeñas joyas de un inusitado ajuar. Y luego la espera. Hasta que llegó La cantera y caímos de nuevo rendidos a sus pies. Guitarricadelafuente es un trovador de un tiempo que no es el nuestro, que es pasado y futuro a la vez, un tiempo que es eterno como sus canciones, pequeñas y preciosas obras de orfebrería apuntaladas por esa omnipresente guitarra en un disco que a ratos se vuelve más experimental y se abre paso entre una electrónica brumosa y distorsionada; un músico que se acerca a la tradición con respeto pero con la libertad para hacer y deshacer como le venga en gana y, desde luego, uno de los mejores letristas de su generación. Nada sobra en La cantera, nada se echa en falta. La cantera es un regalo, un disco que a pesar del dolor que destilan algunas de sus canciones es pura luz, un disco sanador. Y qué puede ser más importante que esto.

1. Rosalía - Motomami
Pues nada, aquí estamos en el primer puesto de la lista. No te lo esperabas, ¿verdad? Y, cuidado, porque no ha sido fácil resistirse a la tentación de no caer en la obviedad. Pero es que a veces lo que hay es lo que hay, sin dobleces. Y este 2022 es el año de la reina Rosalía. No hay más. Rosalía y su transmutación en motomami para gozo nuestro. Motomami es el álbum en el que Rosalía hace lo que ha hecho siempre: lo que le da la gana. Hay quien ha querido reducir el disco a un compendio de lugares comunes de tintes reggaetoneros, y nada más lejos de la realidad. Motomami es reggaeton y autotune, sí, pero también es bachata y bolero y preciosas baladas melódicas y, sí, flamenco. Y aunque hay canciones fáciles como Bizcochito y hasta tontas como Chicken Teriyaki hay preciosuras como Hentai, G3 N15 o Como un G donde la voz de Rosalía te pone los pelos de punta y brilla más aún si cabe. Por no hablar de esa maravilla que es Abcdefg y que tantas alegrías nos ha dado en los directos. Motomami es un álbum inesperado capaz de aunar lo que parece improbable que pueda convivir junto sin sonar a ridículo pastiche. Por no hablar de todo su imaginario, que es pura fantasía. Nunca agradeceremos suficiente a Rosalía el habernos desbloqueado esta nueva actitud: la de mascar chicles imaginarios con gesto de desaprobación, llevar nuestros cascos como bolso y jurar únicamente como hacen los G’s.