Rubén Zurita, aka El Chiguito, no solo revive el valor del campo, sino que lo vuelve accesible a todos. Con raíces en un pueblo palentino de cincuenta habitantes y formación en Comunicación Audiovisual en Madrid, conecta nuestra memoria colectiva con un lenguaje fresco y directo a través de refranes, tipos de cereales del campo, escritores, o reflexiones sobre la despoblación rural. Tanta cultura popular nos lo dejó claro: teníamos que conocer sus favoritos del momento. Y, al fin, aquí los tenemos. Porque lo rural también puede ser viral.
Libro - El camino, de Miguel Delibes
Siempre me he sentido muy cercano a Daniel el Mochuelo, y no solo porque su valle cántabro esté a ochenta kilómetros de mi pequeño pueblo palentino. Esta novela cuenta la última noche de Daniel en el pueblo antes de irse a estudiar a la gran ciudad para cumplir con el deseo de su padre, el quesero. Entre recuerdos de anécdotas y aventuras, El camino habla sobre pertenecer a un lugar, sobre conectar con lo local y sobre entender que ser quesero también puede significar avance y progreso. Quiero destacar esta frase: “Dos cosas no deben separarse nunca cuando han logrado hacerse la una al modo y medida de la otra”.

Videojuego - El profesor Layton y el futuro perdido
Tenía doce años y llevaba toda la tarde sentado sobre la cama de mi habitación. No me había acordado ni de merendar. Estaba completamente dentro del dramón final de este juego. En cuanto aparecieron los créditos en la pantalla de mi Nintendo DSI roja, la cerré y me quedé un buen rato llorando en silencio.
La narrativa de esta historia supera lo que cabría esperar de un juego en el que un detective y su pequeño aprendiz van resolviendo puzzles para avanzar con su investigación. El Rubén niño espera expectante el regreso de Layton este 2025.
Serie - Cardo, de Ana Rujas y Claudia Costafreda
Cardo es una serie muy española porque posee esa esencia quijotesca (también presente en Paquita Salas) que habla sobre mantener la dignidad sin importar los palos que te dé la vida. En este caso, a María (la protagonista) la vida le da unos cuantos. Acompañarla en su descenso a los infiernos es entender que estamos ante el retrato de una generación a la que se le han prometido sueños de vapor. A Ana y a Claudia les agradezco esta delicia agridulce de serie y el *traga valor* como aportación al nuevo lenguaje popular.