Los favs de Maria Bottle

¿Su secreto? la naturalidad, la cercanía y, por supuesto, la originalidad. El contenido de Maria es una especie de oasis online, un sitio donde lo cool no es la perfección y lo especial florece precisamente de su propia autenticidad. Obviamente, no podíamos dejarla escapar, porque alguien tan especial como ella tenía que contarnos sí o sí cuáles son sus favoritos. ¡Allá vamos!

Este libro me atrapó porque me pareció muy cool, estéticamente perfecto: cada palabra y cada pensamiento del personaje principal te transportan. La pasé muy bien, pero también me dejó pensando bastante. Me sentí reflejada en su proceso, en esta desconexión con el mundo y el intento de encontrar algo más profundo. Igualmente, creo que lo leí en el momento correcto y me sentí acompañada; además, estaba ya cansada de leer puros libros de autoayuda y este me pareció un descanso. 

Siento que ella se atreve a decir cosas que yo no, y de alguna forma sentí la descarga emocional a través de ella. Me divertí mucho leyendo sus observaciones sarcásticas y ácidas sobre la vida y las personas a su alrededor. Es un libro que te hace explorar dentro de ti misma sin siquiera darte cuenta. 

Hay algo especial en Desperate Housewives que me atrapó completamente. La vi cuando era niña y me gustó, P E R O cuando me mudé sola y la volví a ver, todo tuvo sentido. No solo porque ya tengo mis propios dramas de vecinos, sino porque ahora observo a Bree Van de Kamp y, en lugar de verla como una mamá enojona, como antes hacía, puedo conectar con su sentir, su obsesión por que todo se vea perfecto y cómo eso choca con el caos de su vida personal. Siempre es una persona que da mucho por los que ama, pero, a la vez, tiene muchos momentos de cuidado personal que introdujo en mi vida, como la jardinería y la repostería; me encanta y creo que son momentos terapéuticos para mí. Además de esta mujer icónica, la serie en general tiene una estética hermosa. Me fascina el styling de los personajes, y algo que antes tampoco notaba: las casas. Son una belleza, y toda la decoración y plantas que tienen... ¡las necesito en mi vida!

Cuando vi Carol, sentí que había algo casi terapéutico en la manera en que contaba una historia de amor entre dos mujeres. Para mí, fue como encontrar un espacio que nunca tuve creciendo. No recuerdo haber visto una película de amor lésbico cuando era niña, y si la hubiera visto, probablemente me habría ayudado a entender muchas cosas antes. Lo que amo de Carol es que no intenta ser esta gran declaración política; es simplemente una historia honesta, con sus momentos dulces y sus grandes tragedias, que te hace vivir cada mirada, cada roce, cada silencio. Cate Blanchett y Rooney Mara son guapísimas y logran que cada escena se sienta como poesía visual. Y claro, todo está envuelto en esta estética perfecta de los años 50: los outfits, las miradas, el drama silencioso. Es una historia que duele, pero en el mejor sentido.

Teresa Margolles es, para mí, el ejemplo perfecto de lo que significa usar el arte para decir algo que realmente importa. Sus piezas son impactantes, directas y, a veces, incómodas, pero creo que eso es lo que las hace tan necesarias. Aborda temas como la violencia y la pérdida de una forma tan poética que no puedes evitar sentir en el pecho. Mi obra favorita es Plancha porque transforma algo tan cotidiano como el agua en un símbolo de todo lo que no queremos ver, pero necesitamos enfrentar. Admiro cómo puede usar materiales tan simples para contar historias tan complejas, y creo que su trabajo es un recordatorio de que el arte no siempre tiene que ser bonito, pero sí tiene que ser valiente.