Miriam y Paula son las culpables del éxito de Lisasinson. El álbum debut de la banda valenciana viene cargado de las habituales experiencias cotidianas de cualquier chica post-millenial. Al ritmo del pop-punk, Un año de cambios representa el frenesí de la vida y las propias vivencias de la banda en los últimos meses. Eso sí, sin dejar nunca de lado la especial vitalidad, electricidad y descaro que tanto caracterizan a Lisasinson.
Presentáis vuestro álbum debut Un año de cambios. Tras el título podemos intuir lo que hay en el corazón del proyecto. ¿De qué forma refleja este disco vuestra trayectoria profesional y personal?
Un año de cambios es un disco muy personal, a través del cual nos puedes conocer y, además, descubrir las cosas que han ido pasando durante este último año. Es mucho más maduro que Perdona mamá, nuestro primer mini LP 10”, y tiene un sonido más contundente aunque sigue siendo espontáneo.
Compuesto por una chica millenial y otra de la generación Z, refleja las cosas que nos preocupan y que nos afectan de manera directa, tanto buenas como malas. Habla del amor, lxs exs, la precariedad, las situaciones machistas que nos toca vivir por ser tías y músicas, el mansplaining, los cambios en la banda, la ansiedad, la incertidumbre, el aburrimiento, las injusticias, la escena musical valenciana, el autoboicot, el síndrome de la impostora… Incluso, sobre los incendios que se repiten todos los años en nuestras montañas.
Cuando escuchamos el nombre de Lisasinson pensamos de forma inevitable en punk-pop post-millenial. En Un año de cambios habéis sido fieles a vuestro estilo pero alcanzando una cierta madurez. ¿Qué ha cambiado en vuestro sonido con este álbum?
En este álbum se ha buscado un sonido más compacto y se ha dado más protagonismo a algunos detalles como sintetizadores, más líneas y melodías de guitarras y de voces. Esto también se ha conseguido por el hecho de haber grabado, mezclado y masterizado todas las canciones en el mismo estudio, con Carlos Hernández Nombela.
La tónica general es el amor, la juventud y el descaro. Letras fuera de juicio, versos al amor y emociones que pasan por altibajos se ven reflejadas en melodías agresivas y densas. ¿En qué os habéis inspirado?
Pues como hemos dicho antes, en las cosas que nos pasan, en nuestras experiencias y también en experiencias de colegas. No todas las canciones hablan de nosotras, pero sí todas se basan en experiencias reales.
De doce canciones que componen el disco, Mochi y Se me ha muerto una flor han sido los hits por excelencia. Dos singles completamente diversos, uno algo sensiblero y romántico, el otro más punk y conceptual. ¿Dónde creéis que se encuentra el éxito de Lisasinson?
A pesar de que sean dos temas muy diferentes, creemos que el éxito se debe a que todo el mundo podría sentirse reflejado de una manera u otra con estas letras. Además, las melodías son muy pegadizas y esto es algo que siempre funciona, aunque no lo hagamos intencionadamente.
En No sé muy bien delatáis vuestra personalidad e intenciones. No queréis ser modernas, queréis ser post-punk. ¿Cómo describiríais el carácter Lisasinson?
No, no, tampoco queremos ser post-punk (risas). La letra dice: “Ya no quiero ser moderna, ahora paso del post-punk”. Estos últimos años han salido un montón de grupos de post-punk en Valencia y hubo un momento que era como del rollo, si no haces post-punk no molas. El carácter de Lisasinson es que hacemos lo que nos da la gana. Nos mola el punk y nos mola el pop y podemos hacer una canción súper punk y otra super pop. Y si lo juntas todo, pues tienes un álbum de punki pop.
Cuando nombráis referencias aparecen grupos como The Breeders, Bikini Kill, Juniper Moon, Aerolíneas Federales o Los Romeos. ¿Qué nos podéis contar sobre estas influencias? ¿A quién estáis escuchando actualmente?
Son grupos que nos gustan mucho a las dos. El álbum Un año de cambios se ha compuesto teniendo muy en cuenta este tipo de referencias, buscando en cada canción un estilo y un sonido muy claros. Actualmente estamos escuchando a grupos y artistas que tampoco tienen que ver muchísimo con lo que hacemos, un batiburrillo: Judeline, Blu Boi, Barry B, El último vecino, La iaia, Wet Leg, Pipiolas…
El álbum ha sido producido y masterizado por Carlos Hernández, una figura indispensable tras el nombre de Lisasinson. ¿De dónde nace esta relación profesional? ¿Cómo encajáis vuestros perfiles creativos en un proyecto conjunto?
Nace a través de Elefant Records. Trabajar con Carlos es súper guay, entiende muy bien lo que buscamos y respeta mucho nuestras ideas desde un principio. Intenta no modificar las maquetas que llevamos al estudio.
Barakaldo fue vuestro bautizo dentro del panorama musical en el año 2019. Le siguieron singles como Atasco, Casamiento o Volverte a enamorar, entre otros. ¿Cómo y por qué nace Lisasinson?
Lisasinson nace en la facultad de Bellas Artes de la UPV. María (exbatería) y Míriam querían tener una banda de tías y tenían algunas canciones, así que le preguntaron a Mar (exguitarrista) si se quería unir y justo ella tenía un hermano que tenía un local. Así empezó todo. Queríamos empezar haciendo versiones, pero las canciones empezaron a salirnos solas… Nos apetecía quejarnos de la precariedad, de las relaciones tóxicas, de todo aquello que nos pasaba.
Vuestro primer mini LP fue Perdona mamá, en 2021, una antesala sonora a lo que sería dos años más tarde Un año de cambios. ¿Qué es lo mejor de haber experimentado esta evolución junto al grupo?
Lo mejor ha sido poder superar los cambios y las dificultades a las que nos hemos enfrentado como banda, y también a nivel personal. Todo esto ha dado resultado al nuevo disco, y si lo escucháis podéis entenderlo. Estamos muy orgullosas del trabajo que hemos hecho.
Hasta la fecha contáis con una gran variedad de singles, EPs, giras y colaboraciones. Algo muy post-millenial es tener la mente puesta en el futuro. ¿Qué le pedís al destino para Lisasinson?
Queremos hacer una gira por México y otra por Japón. Sacamos una edición especial del álbum en septiembre en Japón y nos encantaría que funcionara bien. También nos encantaría poder dedicarnos única y exclusivamente a la música.
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