El nuevo single de Lhara, Lo ke toco lo rompo, marca una evolución en su propuesta artística, profundizando en los temas de la adicción y la repetición con un sonido experimental que fusiona pop, hyperpop, reggaetón y rap. La artista vasca residente en Barcelona presenta un personaje complejo, Juno, como parte de su tercer álbum de estudio, cuyo concepto sigue una narrativa emocional que explora la lucha interna y la ansiedad. En esta entrevista, Lhara nos habla sobre el proceso creativo detrás del single, las influencias que definen su estilo y lo que espera transmitir con su música.
Tu nuevo single ya ha salido. ¿Qué puedes contarnos sobre Lo ke toko lo rompo ahora que el público lo ha escuchado, y cuál ha sido la respuesta de tus fans?
Lo ke toko lo rompo trata sobre la adicción y la repetición. Como el resto del álbum, muestra un personaje con un conflicto muy marcado. Aquí se representa el bucle y la ansiedad a través de samples de chicles y una percusión industrial. Al principio temíamos la reacción del público, ya que como single era un poco arriesgado, pero la respuesta ha sido increíblemente positiva, lo que ha sido un alivio y una gran satisfacción.
Lo ke toko lo rompo introduce a Juno, un personaje cargado de emociones intensas. ¿Cómo nació este personaje y qué representa para ti en el contexto del álbum?
Juno surge de experiencias personales y de querer profundizar en esa sensación de impotencia que produce la adicción y la recaída. En el contexto del álbum, es una pieza clave dentro de un universo donde cada personaje representa un aspecto de la vida humana, formando parte de una gran historia colectiva pero con sus propios universos complejos.
¿Qué artistas han inspirado tu sonido y tu estética visual en este nuevo proyecto?
Mi inspiración viene de artistas como FKA Twigs, Arca, Grimes, Sophie y Tyler, The Creator. Todos ellos tienen propuestas muy originales y singulares, y eso siempre me ha impresionado. Su capacidad para fusionar música, visuales y emociones me ha impulsado mucho desde que comencé.
Tu nuevo álbum, Manos en la mesa, parece tener una narrativa muy definida. ¿Cómo surgió la idea de estructurarlo como un reality show?
Manos en la mesa nació durante la cuarentena, un período de introspección y mucha creatividad. Empecé dibujando personajes y componiendo canciones para cada uno. Gradualmente se convirtieron en una familia disfuncional cuyas interacciones se reflejan en las canciones. Exponer estas inquietudes a través de ellos fue una forma de enfrentar mis miedos, especialmente el temor al juicio, y dar a los oyentes la oportunidad de decidir el destino de estos personajes.

Tu música combina géneros como el pop, el hyperpop, el reggaetón y la electrónica. ¿Cómo decides cuándo experimentar y cuándo mantenerte en un terreno más reconocible?
No suelo pensarlo demasiado, simplemente dejo que la música fluya. El ritmo o el género depende de lo que quiera expresar en ese momento y cómo me siento. A veces me encuentro mezclando géneros y, otras veces, busco un sonido más claro y directo.
¿Recuerdas alguna canción o momento que marcara el inicio de tu camino como artista?
Sin duda, recuerdo esos momentos viendo los premios MTV de niña, admirando a los artistas y diciéndome a mí misma: yo quiero eso. Me pasaba horas imitando las actuaciones y grabándome, fue una época de mucha ilusión. La música siempre ha sido mi fuente de felicidad.
Mencionaste influencias de artistas como Arca y SOPHIE. ¿Qué aspectos de su trabajo encuentras más inspiradores y cómo influyen en tu música?
Lo que más admiro de ellos es su capacidad para crear universos completos: no solo en la música, sino en el aspecto visual, la producción y su identidad. Me encantaría tener un universo tan sólido y único, algo que la gente pueda identificar como mío.
El álbum aborda temas como la obsesión y el fracaso. ¿Cómo te afectan personalmente estas temáticas, y qué esperas que el público saque de ellas?
Creo que en el contexto actual, donde la velocidad y las expectativas son tan altas, muchos enfrentamos preocupaciones similares. Estas emociones me paralizaron en su momento, pero hablar de ellas a través de la música me ha ayudado. Espero que las canciones sirvan para que otros también se sientan acompañados y comprendidos.
Desde Por ké ibas a mentirme (2020) hasta ahora, ¿cómo ha cambiado tu perspectiva artística y hacia dónde sientes que te diriges?
Creo que mi perspectiva ha cambiado al integrar más áreas del arte en mi proyecto. Ya no solo me enfoco en la música, sino que quiero explorar el arte visual, la moda y otros medios para enriquecer mi propuesta. Mi enfoque es seguir aprendiendo sin límites.
Has hablado de apoyar a otros artistas emergentes. ¿Qué te inspira a impulsar el talento de tus colegas y cómo los descubres?
Me encanta descubrir música nueva. Mi entorno y yo compartimos constantemente recomendaciones, y me gusta mucho conectar con artistas que estén pasando por experiencias similares a las mías. Conversar con ellos y compartir lo que están creando es algo que me enriquece mucho.
Eres conocida por ser una narradora visual. ¿Qué papel juegan los videoclips y la estética en la forma en que cuentas tus historias?
La parte visual es fundamental para dar contexto a las canciones y transmitir de manera más completa lo que quiero expresar. Me permite profundizar en las ideas y explorar contrastes, lo que disfruto mucho.
Desde tu debut, has crecido como una artista muy versátil. ¿Qué ha cambiado en tu proceso creativo desde tus primeros lanzamientos hasta este proyecto?
Aún compongo sola en mi cuarto con mi portátil y auriculares porque es mi espacio de mayor comodidad. Sin embargo, he aprendido a valorar más la simplicidad en la producción, ya que antes solía recargar mucho las composiciones. Ahora, el proceso de ‘vaciar’ es fundamental para mí.
Finalmente, con Manos en la mesa en camino, ¿qué mensaje o emociones esperas que queden con tu audiencia tras escuchar el álbum completo?
Espero que cada persona lo haga suyo y lo reciba con cariño. Este proyecto tiene muchos años de trabajo emocional, y solo deseo que quienes lo escuchen lo disfruten y, ojalá, les llegue de alguna manera.
