“No me hacen falta caballos pa’ entrar en los estadios”. El nuevo álbum de LaSol, Nina, es una declaración de intenciones de principio a fin. Enigmática, sexual y explosiva, el de la raxet catalana es un fenómeno que nace como un cataclismo cegador, un estallido de luz que se materializa en canciones que bien emergen de corazones desgarrados, bien son una celebración de una misma y nos sacuden al ritmo de un beat contagioso. En su universo poliédrico en el que poco espacio hay –dice– para los heteros, se cuelan referencias a la familia, el lujo, lo personal y también a algunas de sus ídolas, como Arca, Tokischa, Marsha P. Johnson y Michael Dillon.
Antes de empezar, para quienes no te conozcan todavía: ¿quién es LaSol?
Soy una chica que ha crecido y vive en el Raval, así que ya te puedes imaginar cómo ha sido mi experiencia como persona disidente. He tenido que trabajar muy duro, y aún sigo en ese proceso. LaSol canta, compone y produce porque es lo que la vida quiere de mí.
Sacaste tu primer single Quemarme hace apenas un año, luego vino tu primer EP Morriña y ahora lanzas tu segundo trabajo. Mucha música en relativamente poco tiempo.
Tanto como artista como persona, estoy en constante aprendizaje sobre mí misma y mi entorno. Eso hace que LaSol como proyecto cambie mucho aunque conservando una esencia y un sonido propios, que para mí es más importante que un registro o estilo. Es cierto que no ha pasado mucho tiempo entre un proyecto y otro, soy muy inquieta y necesito estar en constante creación. Aun así, quiero dedicar mucho más tiempo a lo próximo en que trabaje.
¿En qué momento sientes el impulso hacia la música? ¿Es algo repentino o ya llevabas tiempo meditándolo?
Toda mi vida he estado en contacto con las artes escénicas. Desde bien pequeña, tenía una libreta donde escribía mis canciones, creyéndome Hannah Montana o alguna otra chica Disney viviendo su mejor vida. Siempre había escrito, pero nunca me había atrevido a materializar mis canciones. Hasta que una amiga me presentó a un productor y decidí ir a su estudio a trabajar en Morriña. En esa primera sesión me di cuenta de que no me podía dedicar a otra cosa que no fuera la música.
Morriña actúa como un prólogo más brillante, naïf y crudo de Nina, pero ya da pistas del rumbo que iba a tomar tu nuevo proyecto. ¿Cómo has vivido esta transición del bedroom pop a la electrónica? ¿Ha sido un proceso orgánico o sentiste que debías dar un volantazo?
Morriña ha sido más bien una primera toma de contacto con el mundo de la música. Aunque le tenga mucho cariño al EP, no siento que ese sonido me identifique ahora. Quiero tomar otro camino y poder ir definiendo mi estilo poco a poco. Nina como idea nació después de estar encerrada en el estudio probando cosas nuevas y haciendo canciones para encontrar un sonido que me lanzara a hacer un proyecto grande. Fue trabajando en “SOS” que encontramos el punto de partida.
Hay un hilo conductor innegable entre Morriña y Nina. ¿Era importante para ti seguir conectada a tus –no tan lejanos– inicios?
El cambio de registro ha sido totalmente orgánico. Más que con mis inicios, que al final no son más que un momento efímero en el tiempo, estoy conectada conmigo misma y con lo que quiero en el momento.
Unx amigx te decía en Instagram que Nina estaba siendo como “parir un hijo”. ¿Lo has sentido así? ¿Cómo ha sido el proceso creativo? Mucha experimentación, ¿no?
Totalmente, y ahora es el momento de parir. El proceso creativo ha tenido sus luces y sombras: ha sido divertido y enriquecedor, aunque también ha habido momentos en que quería mandarlo todo a la mierda. Hemos intentado buscar un sonido nuevo, con lo difícil que es eso hoy en día cuando todo está inventado. Ha sido un reto para mí y OskarOkay darle una identidad clara a cada canción.
Nina es también luminoso aunque quizá desde un prisma más enigmático. ¿Qué mensaje esconde la nueva era de LaSol?
Mi objetivo es presentarme a mí misma como artista, de ahí la intro del disco con This is LaSol, en la que me planto y dig, “aquí estoy y soy esto”. Por eso esos sonidos fuertes y estridentes, para que se escuchen mis pasos entrando a la industria y no pasar así desapercibida.
¿Por qué Nina?
Nina es el apodo que usan mis madres entre ellas y también conmigo, es una palabra que nos une. En este disco me estoy presentando al mundo, por eso está lleno de todos mis referentes musicales, artísticos y conceptuales. ¿Cómo podía olvidarme de mis madres y mis abuelas si son mis primeros referentes.
Seguramente haya muchas más aristas, pero si el disco fuese un triángulo se resumiría en desamor, sexo e identidad. ¿Cómo atraviesan tu música estos temas, por qué te inspiran?
Son los ejes del disco y de mi vida en general, y se nutren entre ellos. Si tuviera que jerarquizarlos, la identidad sería el principal, ya que Nina es mi carta de presentación. Soy una persona sexual: me gusta gustar, relacionarme y conectar con personas que quizá me pueden romper el corazón, pero al final mi identidad es lo que me salva.
El universo visual también responde a esta metamorfosis de referencias más kitsch, pop y modernistas a una estética más afilada, sombría y distópica. ¿Cómo has construido este imaginario tan simbólico?
Nina es una amalgama de conceptos que puede que choquen entre sí, pero para mí lo más interesante es crear contraste. En este universo, vive una muñequita raxeta-rockstar vestida de cuero perdida en la oscuridad de una noche un poco blurry pero con mucho brilli, que va andando por la calle mientras en sus cascos suena Lola Flores y creyéndose una chica Almódovar.
En el disco te acompañan La Queency y Simona. ¿Cómo nacen estas colaboraciones?
Tenía claras estas colaboraciones desde un inicio. Además de ser dos artistas a las que admiro, son amigas y me hacía especial ilusión compartir este proyecto con ellas. A La Queency la conocí por Oliver Over (productor de Morriña) y nada más conocerla, tuve la necesidad de hacer una canción siendo las bolleras más icónicas de la escena. Simona y yo nos conocemos porque trabajamos juntas en un bar, y desde el primer momento tuvimos una conexión muy bonita.
Presentas el disco en Barcelona en marzo y en agosto actuarás en un festival internacional. ¿Qué es lo próximo en la Nina season?
Tengo que decir que el directo de Nina es una locura. Cantaré todas las canciones del disco, hemos hecho arreglos para que suenen mucho más duras. También canto algunas versiones de canciones que no son mías, además de pinchar canciones de Arca y Sega Bodega. Es literalmente una fiesta.
¿Algún sueño por cumplir?
Hacer música y tocarla en directo, que la gente reciba como está recibiendo mi proyecto, ya es una locura. Solo puedo pedir que siga creciendo de esta forma tan bonita y que vaya llegando a más gente
La Sol 1.jpg