"Yo soy la que peor canto, la que peor bailo, pero tengo una cosa especial que ninguna ha salido ni ninguna se parece a mí". Con esta cita de Lola Flores arranca Marina Abramovic, el nuevo single de La Ice y Ales Fabiani. Y no es casual. Es un aviso, un marco y un manifiesto en contra de los cánones y esquemas preestablecidos. En este tema, la voz protagonista no viene a ser perfecta, viene a ser única.
Después del místico y crudo Consolamentum, la dupla vuelve más afilada, entregando un track que mezcla el arte y la calle, lo ancestral y lo ocultista, y la crítica social con referencias que van desde la geopolítica hasta el subconsciente colectivo.
Cante jondo, reptiles, Cthulhu, Juana la Loca, la Infanta Elena, todo parece formar parte de un mismo tejido simbólico donde la mujer es guerrera, bruja, emperatriz y resistencia viva. Donde la historia oficial se cuestiona y “la verdad es peligrosa en el siglo COVID”.
Y el título no se queda atrás. Marina Abramovic, además de ser una artista del performance, es símbolo de resistencia mental, de presencia, de cuerpo como vehículo de conciencia. Como ella, este tema desafía, incomoda y no busca complacer.
Así como Abramovic podía beber un vaso de agua durante media hora o sentarse en silencio ocho horas al día frente a desconocidos, aquí se propone otra forma de resistencia: rapear verdades en un mundo saturado de ruido superficial. Este track, como sus performances, te enfrenta contigo mismo. No hay escapatoria posible.