Podríamos llamarle la madre de muchxs cantantes y compositorxs del indie/pop español, y es que después de siete álbumes, algunas bandas sonoras, muchos singles y muchas colaboraciones, Ana Fernández continúa regalándonos los oídos con trabajos como el que sacó hace unos meses, Paprika.
Confieso que no puedo ser muy objetiva cuando hablo de La Bien Querida –ya lo iréis descubriendo a lo largo de la entrevista, ya que muchas de las preguntas son inquietudes personales que necesitaba resolver–, pero este nuevo disco llega como una bocanada de aire, algo ligero, fresco, divertido pero intenso al mismo tiempo. “Mi esencia y mi forma de componer está, simplemente se han vestido las canciones con otros aires y está bien.” Cuenta Ana cuando le pregunto sobre estos nuevos aires más propios de Latinoamérica que ha introducido en Paprika.
Y muy sinceramente, os reto a que me digáis qué cantautora describe mejor el delirio que produce enamorarse, o sufrir por amor que La Bien Querida, que si está bien o mal querida eso ya es otro tema, pero poner palabras a todo esto es muy difícil y más aún que estas no limiten el sentimiento. Así que poco más que añadir, poned play a Paprika y leeros esta entrevista. O no, up to you, pero dadle al play.
Antes de nada, felicidades, que ayer fue tu cumpleaños. Cuéntanos qué hiciste para celebrarlo.
Lo celebré el día anterior, pero vamos, yo lo celebro cada día. Las fechas señaladas por obligación no me gustan mucho.
¿Y cómo has pensado enfocar esta nueva etapa? ¿Te parece algo vertiginoso, te lo tomas con naturalidad?
Me lo tomo con mucha naturalidad.
¿Y musicalmente hablando?
Musicalmente hablando también, hago lo que quiero y lo que me gusta con naturalidad. Intento gustarme a mí misma, y así me defiendo mejor.
Entre remixes, reediciones, sin contar singles, ni bandas sonoras, llevas siete álbumes ya, que se dice pronto.
¡Sí! Este va a ser mi séptimo álbum, Paprika.
Tú sentaste las bases de las artistas que ya hace unos años que están en el panorama de lo que antes se decía el indie, que ahora también, pero que parece que se reniega un poquito, luego entraremos en eso, estas músicas que narran la cotidianidad, sin grandes metáforas ni historias de amor épicas. Aunque tu música tiene un poquito más de grandilocuencia, se te llena la boca cuando cantas del sentimiento y la emoción profunda. ¿Cómo ves tú a estas nuevas generaciones que beben de lo que tú has hecho?
Mmm, creo que estamos en un buen momento musical. Ahora con las redes sociales y otras plataformas lo tenemos todo más al alcance, todo lo que hace todo el mundo. Hay mucho de todo (risas) pero es que somos muchos y muchas.
Esta cotidianidad de las letras para ti era “estoy en el jardín mirándote como lees” y ahora es “le doy un like a Instagram”.
Claro, sí. Es que claro estamos en la era digital y hay que incorporarlo al día a día.
¿Tienes alguna cantante localizada que realmente te resulte muy estimulante?
Mi cantante favorita es Lana del Rey.
Ya te pega, podríamos llamarte la Lana del Rey española (risas).
(Risas) Ella me encanta, es mi favorita.
Oye y esto del indie, hay un poco de estigma con el indie y los indies ¿no? Pero que al final todos beben de ahí, de esta herencia. ¿Cómo ves tú el indie ahora?
Es que indie ya hay poco. Ahora todo el mundo es indie, ¡yo qué sé! los festivales antes era una cosa como indie pero ahora ya no. Es como que todo el mundo es indie, han cambiado las cosas.
Claro, la mayoría es indie, ¿no? Cosa que no tiene mucho sentido en sí mismo.
Leiva es indie, y antes no lo sería, los antiguos te dirían que no, que no es indie. ¿Coque Maya es indie? Pues no.
Hablando de cantantes indies, uno de tus favoritos es Jota de Los Planetas, ¿no? Vuelves a colaborar con él en este disco, ¿cómo es colaborar con un amigo tan íntimo tuyo?
Jota es familia, y además su voz y la mía quedan muy bien. Siempre que puedo trabajo con él porque es mi amigo. También está Santiago Motorizado, que es una persona que me gusta mucho y me apetecía colaborar con él. Tenía esa canción en el disco y como tenía mucho texto pensé que quedaría bien hacerla en plan dueto.
¿Colaborar con amigos, con Jota, por ejemplo, es el mismo proceso que haces con Santiago o con otro artista o cambia un poco la metodología?
En este caso yo ya tenía las canciones, y pensé en quién podría funcionar bien ahí. Ahora algunos hacen las canciones conjuntamente y firman la canción a medias, pero yo de momento no.
No paras de componer…
Bueno no paro (risas), ahora llevo unos meses sin hacer canciones y estoy un poco desquiciada, me tengo que poner ya, pero necesito que salga el disco para decir venga ya está. La gente lo va a empezar a escuchar ahora, pero para mí ya cierro la etapa ¿Qué te ha parecido a ti el disco?
A mi me ha encantado, aunque soy muy fan, entonces dudo mucho que en algún momento tu música me decepcione, pero Paprika me ha gustado mucho porque no dejas el amor de lado, que es lo que te representa y quien mejores palabras pone a esto que pasa por dentro, pero hablas mucho de libertad, de esa dicotomía entre atar y no, cómo te has atrevido con distintos sonidos, no sé. Muy fresco y ligero pero sustancial.
¡Qué bien! Creo que va a gustar, pero bueno, a ver qué le parece al público.
Hablando de amor, volvemos al gran tema, ¿cómo lo haces para seguir sacando jugo a esto, para seguir haciendo música sobre este temón? A veces pienso que el amor fatiga un poco y hablar y hacer música sobre esto debe ser tan agotador.
(Risas) Sí, agota. Pero la pasión, el romance, es mi fuente de inspiración.
En tus álbumes acostumbra a haber las canciones de esperanza y energía, de empezar algo nuevo, y luego siempre hay alguna canción, o a veces más de una, sobre frustración, de que te la pegas.
Sí, totalmente. En este álbum también hay un par con un poco de mala leche. Quizás en los otros hay más de buenrollismo, de amor, de qué bonito todo, y en este sí que hay mala leche.
Ya toca a veces tener un poco de mala leche ¿no?
Sí, la verdad es que sí (risas).
Hablemos por ejemplo de Sentido común, es una canción que solo cantarla agota emocionalmente, no sé cómo lo vives tú. ¿Cómo lo haces para continuar cantándola sobre un escenario?
Ya, ya, sí, no sé.. En los escenarios me meto en el momento, me meto en la canción, a sentirla y a intentar hacerlo lo mejor que puedo.
Tanto lxs autorxs de libros, poemas, no sé, todx creadxr artístico, al final ficcionan estas narrativas. ¿Entiendo que en tus canciones también hay algo de ficción no?
Sí, claro, es que hablo de deseos, de fantasías también, de pasiones, de todo un poco.
¿Y te encuentras de repente dándole más bombo a algo de lo que realmente ha sido solo para tener un buen contenido musical?
Las canciones son como las películas, se exagera todo un poco (risas). Cuentas la historia, pero en el momento álgido, no cuando es aburrido.
Antes hablábamos de estos recursos de cotidianidad, de estos lugares comunes que pueden ser muy concretos, pero no dejan de ser universales, como tu “me muero de amor”.
Sí, todos nos creemos especiales y únicos, pero todas y todos nos parecemos más de lo que nos gustaría, vivimos situaciones muy similares.
Oye, ¿tienes alguna favorita de toda tu discografía?
Mmm, no sé. De repente hay canciones que en los directos las abandono y un día la escucho por algún lado y pienso, ¡ay pues es bonita esta canción!
¿Y un directo que recuerdes con especial cariño?
Una de las últimas veces que toqué aquí, en Madrid, de hecho, los mejores conciertos que he tenido la mayoría han sido en Madrid. El público de Madrid es increíble. Y uno de los últimos que hice en el Lula Club este invierno fue muy especial.
¿Tú hija te viene a ver a los conciertos?
No, no le gusta. Me la llevo muchas veces conmigo cuando voy a tocar, pero no le interesa mucho mi música.
Alguna sensibilidad musical habrá sacado de tener dos padres músicos, ¿no?
Sí, ella va a clases de batería. Y le gusta la música indie, ella se hace sus playlists y le gustan grupos rarísimos. Pero también le gusta mucho Lana del Rey, en eso ha salido a mí
Entremos un poco en Paprika: “Soy mi peor enemigo/ soy buena soy mala/ soy todo soy nada”. ¿No te parece que hay una necesidad impetuosa de autodefinición?
Bueno siempre hablo de tú, de ti, de no sé qué, de él, de la otra persona, y dije pues vamos a hablar un poquito de mí. Y la canción habla de todas las personas que viven dentro de un ser humano, no eres siempre buena ni siempre mala, no estás siempre guapa ni siempre fea, nunca todo es blanco ni negro.
Con esta canción reflexioné un poco sobre estas corrientes estéticas tan marcadas y limitadas que vemos en redes, parece que nuestra identidad tiene que estar clara, concisa, marcada para formar parte de algo. Siento como que últimamente hay más necesidad de autodefinición. ¿Qué piensas tú de esto?
Mmm, sí, o sea, las redes sociales tienen cosas buenas pero también hay mucho mal. Estamos todo el rato dependiendo de la admiración y validación de los demás, esperando la reacción positiva de los que te miran, y se convierte en una adicción. De hecho, se ha visto muchos influencers que tienen depresión, que se suicidan, cosas horribles. Y tienen miles de seguidores, pero porque es todo falso…
Adicción a ser visto y reconocido, ¿no?
A ser visto y reconocido y a vender que todo es bonito, pero todo se convierte en negocio. Me parece un poco enfermizo.
No estás muy a tope con las redes.
No estoy a tope porque no creo que sea bueno.
¿Y crees que el amor ha cambiado también por la digitalización de estos sentimientos?
Ha cambiado un montón. Por las redes, por las aplicaciones de contactos. Ahora a la gente lo que le gusta es consumir todo el rato.
Justo es la palabra, consumir. Todo pasa a través del consumo.
La corriente esta de los jóvenes que dicen, el amor no. Claro, porque el amor requiere un esfuerzo y requiere también renunciar a cosas. Todo no se puede. Tengo amigos y amigas que están hablando con cinco personas a la vez, y no se puede todo. Igual soy una antigua, pero no creo que sea saludable eso.
Volviendo a tus canciones, Átame, La voz de su amo: esa libertad deseada y no obtenida, o todo lo contrario. Paprika está lleno de contradicciones, ¿no?
No, porque es el momento que vivimos. Estamos todos celosos de nuestra vida y de nuestra independencia, pero al mismo tiempo somos incapaces de renunciar para unirnos a otras personas.
Y Como si nada.
Como si nada es una nana a traición.
Una nana diabólica (risas): “Sufre como yo he sufrido, la tuya es de la un niño caprichoso y consentido”. ¿Cómo es eso de girar esta cara? Porque normalmente cuando hablas de desamor hablas desde la pena, desde el sufrimiento y no tanto desde la rabia. ¿Cómo ha sido este cambio?
Supongo que la situación que he vivido en este tiempo, desde que salió el álbum anterior hasta que ha salido este, me han llevado a escribir eso. Este disco tiene un poquito de mala leche, que el anterior no tenía. Mala hierba también, he sacado el lado más Paquita la del Barrio, que es una cantante mexicana que todas sus canciones son muy de despecho y con mucha mala leche. Y para mí es una inspiración de mujer.
¿Tienes muchas referencias mexicanas? Porque La Bien Querida también bebe un poco de ahí.
Tengo familia en México, sí, me inspira mucho.
Ya que estamos aquí, La Bien Querida, pero tus canciones muchas veces hablan de no estar bien querida, ¿no?
No, pero bueno, esto nos pasa a todos. Es lo que tiene la vida (risas).
Continuando con los títulos, ¿por qué Paprika?
Se llama así el disco porque es el nombre de una salsa, y como tiene canciones con arreglitos un poco latinos… Juanjo López tenía un grupo, que era super underground de Barcelona, que se llamaba Paprika Joe, y me encantaba la sonoridad de ese nombre, me ha inspirado él.
¿Cocinas mucho con Paprika?
No (risas). Pero de hecho en la preventa, el álbum viene con una lata de Paprika extra picante.
Datbay, ¿qué es eso?
Es un nombre en clave, y esa canción habla de una vez que me metí en Tinder y conocí a una persona y se la he dedicado a esa persona.
Y caíste en las nuevas formas de amar.
Sí (risas). Pero no me gusta mucho, ya me quité. Requiere mucho tiempo, antes ibas a un bar conocías a alguien y ya sabes si te gusta o no, pero claro en una aplicación tienes que estar hablando, llamando, y cuando le ves quizás te das cuenta de si te gusta o no.
Sabes quien es Taylor Swift, ¿verdad? Ella habla mucho de sus relaciones, sus rupturas, y además acostumbran a ser conocidos. Y me parece fantástico como despelleja cada relación que tiene, porque al final es su forma de expresar y a qué se dedica, ¿no? ¿Cómo es hablar de amor tan públicamente? Aunque le metas ficción. ¿Alguna vez has recibido ese mensaje de, oye, tía, te has pasado conmigo?
No, porque ninguno se ha atrevido (risas). Es una forma de venganza que me hace gracia, lo utilizo, sí. Una especie de venganza y terapia para quien lo hace.
Otra cosa que también me alucina es que normalmente, menos el anterior, tu productor es David, de la Estrella de David, padre de tu hija.
Sí, este lo ha hecho David y Sergio Pérez, un chico asturiano que vive en Barcelona desde hace muchos años, del grupo Super, que está inactivo desde hace años, pero hace muchos discos increíbles. Y respecto a David, es que es mi amigo. Todos mis ex quieren ser amigos míos así que… (risas).
Se curan en salud, ¿no?
Exacto (risas).
En el disco de Fuego, se hizo muy famosa la canción de Dinamita, porque Maialen la cantó en OT, y de repente hizo un boom.
Sí, sí. Y ha salido en series como Élite, Paquita Salas y alguna más. Es una canción que ha llegado muy lejos.
7 días juntos, con Joan Miquel Olivé, ¿cómo surgió esto?
Conocía a Antonia Font de hacía tiempo. ¡Ay!, de hecho, no sé porqué, esta mañana estaba escuchando una canción de ellos, Calgary 88, no sé porqué me ha dado por ahí. Pero salgo en el vídeo de esta canción. Salimos David y yo en dibujo animado. Y esta mañana antes de levantarme he visto el vídeo, porque me he acordado. Antonia Font me encanta, y a Joan Miquel lo amo, es un artistazo.
Me gustó mucho cuando escuché en su momento esta canción, porque aún siendo muy distintos, pensé, ¡joder, qué bien se entienden! El lenguaje abstracto de Joan Miquel es lo contrario a la nitidez de tus letras. Y en esta canción hay una parte muy clara y una parte súper confusa y queda increíble.
Sí, sí, es verdad. (risas). De hecho, fue muy gracioso porque le dije a Joan Miquel si quería venir para el vídeo y él me dijo que no, que le daba pereza, y entonces puse a un amigo mío guapísimo de República Dominicana que sale haciendo de Joan Miquel y él se descojonaba.
Ya vuelvo a Paprika, pero ya a título personal necesito comentar una mis canciones favoritas del mundo, Los jardines de marzo, ¿cómo pasa esta canción por tu cabeza?
Ya, yo qué sé, es fuerte cómo salen estas canciones.
Lo que te decía antes de agotarte es, por ejemplo, con esta canción, que parece que estés vomitando emociones, una vida, me alucina.
Claro, a mí, por ejemplo, el otro día me llegó un TikTok de Sting y decía que él notaba que en las composiciones de ahora no había puentes, que eran unas composiciones más planas. Y que notaba que faltaba eso en las canciones de la juventud. Y yo es que me nutro de los compositores de antes, de Manuel Alejandro y tal, que sí hacen el puente, una estructura más clásica. Y es lo que me gusta, contar una historia y que cada canción sea concreta, en vez de poner frases como místicas –que también tengo algunas. Hacer cosas más concretas.
En Brujería, el álbum anterior a este, colaboras con Diego Ibañez, ¿cómo pasa esto?
Sí, Diego me gusta un montón. Le conozco desde hace mucho porque conozco a su padre de hace tiempo. Y antes de que les fichara Sonido Muchacho me llegó un directo que hicieron en la Sala Maravillas y flipé, me encantó. Y de hecho David y yo le pasamos esa grabación a Luís de Sonido Muchacho, a Elefant, a Ártica, y el único que nos hizo caso fue Luís. Yo ya le vi potencial a Diego. Y cuando tuve esta canción, me pareció que su fraseo le iba muy bien a Diego, se la mandé y le hizo muchísima ilusión.
¿Te es más complicado o menos conectar con cantantes de otras generaciones?
Conecto con gente de todas las generaciones de forma muy natural. De hecho, algo chulo de la música, y del arte en general, son estas relaciones intergeneracionales que aparecen, es muy bonito.
Por ejemplo, con Carlos Sadness no me esperaba que colaborases.
Me lo pidió él, no había escuchado nada suyo, pero me escribió, la escuché y me pareció bonita.
Volviendo a Paprika, Esto que tengo contigo, estos ritmos de repente que has metido ahí, ¿no tienes miedo a meterte en ningún género?
No, la verdad. En ningún momento de mi carrera, pero además en este momento multicultural que vivimos con las redes, plataformas de cine, menos. A la música latina no le había hecho mucho caso hasta ahora. Me he dejado seducir por Latinoamérica y estoy contenta con el resultado. Mi esencia y mi forma de componer está ahí, simplemente se han vestido las canciones con otros aires y está bien. Es algo fresco y alegre, ¿no?
Sí, total. Para mí es un álbum donde hay rabia, no mala, donde hay fuerza, hay dirección, pero a su vez respira mucho, no es un trozo de cemento intenso, sino eso que dices, hay frescura y diversión.
Sí, estoy contenta de cómo ha quedado. Es un disco muy liberado de disciplinas; al fin y al cabo, es pop.
¿Tienen vida útil tus álbumes para ti? ¿Hay algún momento en que dices, uf, no puedo más con este?
Una vez sale ya no lo vuelvo a escuchar, solo cuando ensayo para tocar y tal, pero ya me olvido. Pero cuando lo estoy haciendo estoy a tope, y cuando digo a tope digo que estoy yendo a clases de salsa, de bachata, así que fíjate.
¿Y hay alguna canción que ya no puedas cantar más en directo?
Mmm, no. Pero hay algunas canciones que directamente no me gustan. No poder más de sentimiento, de emoción, no. Pero hay días que sí digo qué horror de canción, pero son como hijitos, les tengo como cariño.
Espero que nunca te canses de De momento abril.
(Risas) No, esa me hace gracia, es como inocente. La veo muy infantil y me hace gracia.
¿Cómo planteas el proceso de creación artística? Me refiero, te marcas un horario para escribir con la idea de hacer un disco o escribes cuando te sale y luego recopilas…
En cuanto sale el disco, yo ya estoy con el siguiente, ya estoy en modo nuevo, a ver lo que sale. Y con las vivencias, películas, libros, historias que me cuentan, pero lo que más te nutre es lo que te va pasando, o lo que no te pasa.
¿Canción favorita de Paprika?
Átame me parece muy bonita. Y luego me hace gracia los arreglos, esas guitarras rollo Prince, esas guitarras como horteras que no están nada de moda, pero está hecho a posta. Esta canción, de hecho, me gustaría traducirla y cantarla en italiano, porque soy muy fan de los cantantes italianos y la quiero sacar.
Ya para acabar, ¿Anita, en qué piensas?
(Risas) Ya en el próximo disco, en lo nuevo. Tengo la necesidad de cerrar Paprika y abrir una puerta nueva, a ver por dónde salgo.
Qué bien, qué ganas. ¿Y planes a corto plazo?
Ensayar el nuevo directo, tengo presentaciones por algunas ciudades, a ver lo que pasa.