Siempre se recuerdan las primeras veces. Y en el listening party del próximo EP de Kyr4 había por lo menos dos personas que vivían algo por primera vez: una de ellas, la artista gallega; y otra, yo mismo. Es irónico que Ojos tristes sea el nombre de su primer trabajo, porque la mirada de Kyr4 relucía ilusión. Os explico por qué.
Una sala a oscuras nos daba la bienvenida. Tras algún momento de silencio nervioso, Kyr4 comenzaba a contarnos de tú a tú. Conceptualmente, Ojos tristes es su viaje hasta este momento. Un camino en el que quiere explicar cómo ha sido pero, sobre todo, por qué lo ha recorrido: la soledad de la que siempre ha disfrutado, el vértigo de venirse sola a Madrid y la frustración de perseguir algo que luce inalcanzable; los sacrificios tras esa lucha. Todo plasmado en un EP de cinco canciones en las que se mezclan sonidos tan distintos como el boom bap, el trap, el flamenco o el rock, y que acompañan a esa lírica tan potente y poética de la artista. Una atmósfera introspectiva que solo rompe el tema Business, porque como ella misma dice, “siempre hay que dar un toque de alegría”.
La pre-escucha se pasa volando entre aplausos. Durante esos veinte minutos que parecieron cinco, le pregunto a Kyr4 por qué no le había dado más peso a su voz hasta ahora. Saliendo de Batalla de Promesas, su viralidad se dio en gran medida por su capacidad de ‘melodizar’, que parece haber relegado en pos de la lírica.
“Al final yo llevo toda la vida cantando y sé que canto bien sin tune (…). A la hora de evolucionar como artista quiero ser buena en todo y decidí entonces darle un poquito más de grosor a la letra”. Comenta también que no espera dar un pelotazo con este disco, que solo quiere presentarse. Y que estos eventos le cuestan más de lo normal, aunque que ya está preparándose para sacar más cosas.
Tras un apretón de manos y una sonrisa, dejo a Kyr4 en la misma sala que nos habían cedido para hablar. Ella ya tiene todo hecho y solo queda esperar a las 00:00h para que todo el mundo pueda disfrutar de Ojos tristes. Desde aquí, solo puedo esperar que los demás vean en sus ojos lo mismo que yo he sentido.