El nuevo trabajo de Kiara ES, Paranoia, es un LP cargado de crudeza y poderío. Y es que Kiara no miente. Mira a las penas y las dificultades a la cara y si hace falta gritar para sacarlo todo fuera, lo hace. Es un trabajo oscuro, pero como en una noche en el monte, se pueden ver algunas estrellas que brillan con la luz del querer. Así nos desvela el proceso de domesticar ese fuego interno tras su lanzamiento y nos habla de París, de aprender, de soñar y de algunos secretos que vendrán.
¡Enhorabuena por tu nuevo álbum! En él nos dejas varias canciones con las que te abres en canal y nos dejas ver tus entrañas. Muchos músicos hablan del poder terapéutico de la música. ¿Es para ti así también?
Para mí la música es totalmente terapéutica, tanto el proceso de escribir mis propias letras (ando siempre escribiendo en las notas del móvil) como ir al estudio y estar con el productor haciendo una base, buscar melodías, cantar en la ducha, en casa (donde sea), bailar… También os digo, no hace falta ser músico para que la música sea una terapia. He tenido la suerte de recibir comentarios como, el otro día estaba de bajona y me puse tu música y me sentí un poco mejor. Para mí, ese ‘un poco mejor’ es un bienestar interno. Definitivamente la música para mí es terapia y también mi día a día, vamos, lo primero que hago al abrir el ojo y al cerrarlo es escuchar música o escribir.
Son preciosos mensajes como los que transmites con Autoestima. ¿Ha sido difícil el camino a quererte a ti misma?
No te sabría decir con exactitud ya que sigo en el camino. Va de poco a poco y no todos los días te levantas con una autoestima de comerte el mundo. Ahora mismo estoy haciendo lo máximo posible por quererme cada día un poquito más, pero ya os digo, es un trabajazo interno bastante profundo. Hay que aceptarse a una misma en los días buenos y malos, y comprender que porque un día te quieras menos no estás dando pasos para atrás, simplemente tienes que permitir a tu cuerpo, mente y alma sentir, que ya es un privilegio.
En Paranoia se habla mucho del amor de muchas formas distintas. ¿Es el sentimiento que más te inspira?
Paranoia es un sentimiento de desamor puro, de perderse a una misma; me agarré a la angustia, la ansiedad y la desesperación para escribir el álbum, aunque con alguna pincelada de amor propio. Así que cogí todos esos sentimientos, los metí a una Termomix y salió Paranoia.
Aparece un caballo en la portada de tu nuevo trabajo. Es un animal muy vinculado con la fuerza y el seguir adelante. ¿Qué significado tiene para ti? 
El mismo que habéis dicho: fuerza, fuerza de voluntad y coraje para ir de cara y de frente. De hecho, os voy a contar que cuando hice la foto para la portada fue la primera vez que monté a caballo así seriamente. Recuerdo el día del shooting, yo estaba con mucho miedo de que no le fuese a caer bien y me fuese a dar una coz, así que le compré un kilo de zanahorias para hacerme su amiga, y fue llegar ahí y conectar muy rápido con él. Le tenía mucho respeto y, te podrás imaginar, yo semidesnuda a menos dos grados y un viento terrible subida a ese espectacular caballo. Fue una experiencia increíble y literalmente lo que me transmitió el animal es lo que transmite la portada: elegancia, calor, respeto, mucha fuerza, conexión y poderío.
Con tu voz transmites muchísimo, una voz honesta y poderosa y con muchas cosas que contar, pero la propia música no se queda atrás, con influencias del soul, el rock, el pop, el rap… ¿Cómo supiste cómo querías que sonara Paranoia?
Paranoia es caos, es estridente, no quería que sonara de ninguna manera, iba fluyendo. Yo sentía un dolor en el pecho muy grande que me comía poco a poco y saqué Frágil, sentí amor e hice Barry, sentí desamor e hice Nos Rompimos… y así con todas las canciones. No es algo que planeara, claramente luego hay que planear un nexo, que creo que se nota bastante que no he pasado por el mejor momento de mi vida. Quería que sonase a un grito. Interpretadlo como queráis, pero vamos a decir un grito al aire.
Todo nos influye en nuestra vida, y nuestras experiencias suman a la hora de llevarnos por caminos concretos. ¿Cuáles han sido las influencias que has tenido para tu nuevo trabajo? ¿Qué parte de tu pasado encontramos en este trabajo del presente?
Pues Paranoia es simplemente París. Mi etapa por la ciudad fue un año y medio que dio para mucho, para sentir y vivir mucho. Creo que el álbum cuenta muy bien de principio a fin lo que ha sido para mí la experiencia que tuve al vivir allí. Y sobre las influencias, no creo que haya tenido alguna directamente, han sido más bien experiencias, emociones, pensamientos en el momento que se plasman en canciones.
Y, ¿qué es lo que te llevó a empezar por el camino de la música?
Partiendo de la base que desde que era una nena ya sabía que me quería dedicar a esto, fue literalmente aprovecharme de mí. Me explico: a mí siempre me ha gustado escribir mucho y cantar a todas horas, da igual lo que fuese, así que me aproveché de escribir y cantar y de las influencias que he tenido desde peque, que han sido todas y ninguna. Al ver que a la gente le molaba lo que hacía, creo que eso fue lo que me dio más impulso. También te digo, aunque hubiese solo una persona interesada en lo que hago, seguiría haciéndolo. No es algo que haga por fama o dinero o lo que sea, lo hago porque es lo único que me sale natural y que creo que no se me da mal.
Hace ya un año de Chusa, tu anterior álbum. ¿Qué ha pasado en este último año para que aparezca esta nueva Kiara ES en Paranoia? Desde fuera parece que encontramos a una persona con más potencia, más agresividad y sin miedo a lo que puedan decir. 
Catarsis. Ha sido una montaña rusa de emociones, una tragicomedia de año. Desde fuera hay muchas interpretaciones de lo que he hecho. Dentro de mí hay fuego. En el proceso de creación de Paranoia había fuego de destrucción, desamor, desesperación. Un fuego que decía, quiero salir de aquí, necesito salir de aquí, y la Kiara que os está escribiendo esta entrevista sigue con ese fuego, pero se ha transformado en sanador, liberador, empoderador, en una llama fuerte y potente. Antes era un mechero Clipper y ahora me siento las fallas de Valencia, pa’ que se entienda (risas).
¿Estás ya pensando en lo próximo o disfrutando del presente?
Lo que está claro es que mi mente no puede estar en Paranoia. El álbum es la llorera que le das a tu amiga cuando rompes con tu ex y luego sigues pa’lante; pues mi vida la veo así un poco. Ahora mismo estoy trabajando en un EP que probablemente salga en los próximos dos meses (me van a matar por este spoiler). Creo que a partir de lo que va a salir vais a ver a una Kiara más definida, con un género más suyo.
Si pudieras organizar un concierto perfecto con quien quisieras, ¿con quién sería?
Con mi madre la Chusa y mis amigos (risas). La verdad que con mis músicos, ya que me siento supercómoda en un escenario y mi madre subida conmigo (risas). Pero si nos ponemos un poco más exquisitas, pues me molaría mucho compartir escenario con Judeline, Jorja Smith o Rusowsky, la verdad.
En Un sueño encontramos unas melodías preciosas y una ensoñación de un posible futuro. Siempre es difícil predecir el futuro, pero se pueden entrever cosas, y sobre todo siempre se puede imaginar. ¿Dónde te ves en unos años?
Trabajando de la música, teniendo a mi gente muy cerca y feliz, viviendo en España y si todo fuese ideal, en algún lado donde el clima fuese cálido todo el año, y disfrutando de hacer música y compartirla con todo el mundo. 
Y, por último, si Paranoia fuera un color, ¿cuál sería?
Azul eléctrico. Hagan sus conclusiones.
Kiara_Es_1.jpg