Cuando K1za empezó hace cuatro años a dedicarse a la música de manera profesional, nunca pensaba que iba a poder dedicarse a ello, ni siquiera cuando se empezaron a viralizar sus temas en TikTok. Ahora, con una letra sincera y voz rasgada, se sitúa como una de las raperas emergentes más especiales del panorama español, y es que la chica, tiene temas para todo (y para todos). Tiene tanto por decir que este 2024 no ha parado de hacer cosas: ha colaborado con artistas como Santa Salut, actuado en festivales, organizado firmas de discos. Y por si te parece poco, a nada de acabarse el año publica trece canciones que recoge bajo un álbum titulado Dosis. Así, sin más.
“Quería hablar de mis demonios, desgranar los monstruos que formaban parte de mí, monstruos que finalmente terminarían convirtiéndose en trece venenos”, comenta Carmen. El proyecto, público desde el 13 de diciembre, no es solo su carta de presentación, sino también el encargado de situarlo como una joven promesa en su género. Tras mostrar su parte más oscura, hoy hablamos con ella sobre la narrativa y el conceptualismo en sus temas, la superación y su representación y futuro y pasado.
¡Hola! ¿Qué tal? Es un placer tenerte por aquí. Para romper un poco el hielo, ¿podrías presentarte?
¡El placer es mío! Me llamo K1za,  soy una rapera de Madrid y acabo de sacar mi primer disco: Dosis. Llevo cuatro años haciendo música profesionalmente y dos viviendo de ello.
Durante tu infancia estudias piano y guitarra, compones en casa e incluso formas un grupo de rock. ¿Cómo llega el rap a tu vida y en qué momento consideras dedicarte a él?
El rap llega a mi vida en un momento en el que mi adolescencia se complica mucho y me encierro mucho en mí misma. Las emociones que tenía en ese momento me llevan a inclinarme más por escribir a solas en mi cuarto que a formar parte de un grupo. Escuchando a Crema e Hijos Bastardos empiezo a rapear sobre acordes que yo misma tocaba con la guitarra y más adelante empiezo a hacerlo sobre instrumentales de YouTube.
Nunca he considerado dedicarme a la música hasta que ya lo estaba haciendo. Fui creciendo poco a poco e incluso cuando se me viralizó algún vídeo seguía con mi camino sin pensar que iba a poder vivir de esto. El último año de carrera fue el primero que vivía de la música y pagaba un alquiler a la vez que estudiaba, y no fue hasta terminar mis estudios que decidí darle una oportunidad a la música y aparqué temporalmente mi carrera para centrarme en mi sueño.
Aunque trabajas con un género tan amplio, lo cierto es que tu estilo es muy personal y, lo más importante, reconocible. Letras profundas, ritmos experimentales y una voz influenciada por el punk. ¿Cómo ves tu evolución desde Contrato hasta ahora?
Creo que mi música ha evolucionado en dos sentidos. Por un lado, a nivel musical, siempre escribía con bases sencillas de internet, y ahora trabajo con instrumentos, dedicando muchísimo tiempo a cada canción e intentando enriquecer la letra con varias líneas melódicas, silencios y efectos en los que antes ni pensaba. Por otro lado, creo que la diversidad de música que consumo como oyente se ha visto reflejada en mi trabajo como artista. Antes no me salía del boombap y ahora intento hacer todo aquello que me gusta.
Tu proyecto más reciente se llama Dosis, un álbum con trece canciones dedicadas cada una a un veneno en específico como el ego en Soy Dios, el orgullo en No lo noto o la adicción en Cárcel. Al ser conceptos profundos me parece interesante hablar del proceso creativo, ¿escribiste en torno a ellos, o primero escogiste de cuáles querías hablar y entonces empezó la composición?
Quería que mi primer disco fuese una carta de presentación de K1za (mi parte más oscura) y que fuese un trabajo muy introspectivo, como lo es siempre mi música. Entonces pensé que quería hablar de mis demonios, desgranar los monstruos que formaban parte de mí, monstruos que finalmente terminarían convirtiéndose en trece venenos, las trece dosis que componen la parte más oscura de Carmen. A partir de ahí fui escribiendo canción a canción. Muchas de ellas más bien se escribieron solas; otras, como Psicosis (Miedo) o Kandinsky (Rencor), han tenido un trabajo minucioso para llenar la letra de referencias (al mundo del cine de terror y de la pintura, respectivamente, en este caso).
No solo has innovado en la narrativa, sino que también te has adentrado en géneros como el drill y el techno. Para darles vida, has contado con la ayuda de siete productores. ¿Cómo ha sido el proceso al tener tantas perspectivas diferentes? ¿Hay algún profesional con el que hayas sentido más sinergia a la hora de trabajar?
Yo venía de trabajar con un solo productor en todos mis temas y para mí fue un cambio brutal. Como he comentado antes, buscaba esa variedad para un proyecto tan importante como mi primer disco. La persona que ha llevado el peso de todo el proyecto ha sido Geckodelarue, a quien tuve la suerte de conocer al empezar todo, y quien aparte de producir uno de los temas, ha grabado la gran mayoría y masterizado todos.
Luego he trabajado casi cada tema con productores diferentes que para mí han sido referentes siempre, como son Dualy, Kilvertz, o Pablo Gareta. Quería que mi disco tuviera a los mejores al mando de la producción y creo que puedo decir que lo he conseguido.
¿Qué has aprendido sobre ti misma, tanto desde el punto de vista artístico como personal, tras la composición de Dosis?
Desde el punto de vista artístico he aprendido a cuidar cada tema con el cariño que se merece, a rodearme de buenos profesionales para mimar cada detalle de la composición, y también he aprendido a fusionar el rap con otros géneros que antes no me había atrevido a explorar. A nivel personal, he aprendido a tener paciencia para trabajar en un proyecto tan largo, a ser resolutiva ante los mil problemas que han surgido a lo largo del disco y a tener constancia y dedicación hacia mis sueños. También he aprendido mucho de mí, a abrazar mis errores y saber que soy mucho más que ellos. He entendido que K1za es parte de Carmen pero que Carmen es mucho más que K1za.
Imagino que ha sido un año bueno y estresante a partes iguales, ya que no solo has producido un álbum, sino que también has finalizado tus estudios en Medicina. Lo primero, felicidades, es un gran logro que me lleva a una pregunta inevitable. ¿Cómo has combinado mundos tan exigentes, además de tu trabajo como profesora de inglés?
La verdad es que ni yo misma sé cómo lo he compaginado. A base de pocas horas de sueño, de renunciar a tener tiempo para mí e incluso a base de comprometer mi salud para poder llegar a todo. Pero ha sido decisión mía y estoy contenta de haber podido llegar a todo y tener ahora los resultados de un esfuerzo tan grande. También tengo que decir que soy una persona que no se sabe estar quieta, ahora que he estado dedicándome solo a la música, sentía que me sobraba tiempo y he vuelto a empezar a estudiar… ¡Yo misma me lo busco!
Y ahora que has finalizado, ¿óomo planteas tu futuro: medicina, música, o ambas?
Mi idea sería compaginar ambas. Si algún día la música me da la seguridad de que voy a tener una estabilidad económica a largo plazo, es mi sueño y por lo que me inclinaría siempre, pero a día de hoy me gustaría poder compaginar ambas, ya que tengo muchas ganas de formar una familia y eso requiere una estabilidad que muchas veces es difícil obtener de la música.
Con tantas cosas en mente, tantas exigencias y planes, ¿cómo desconectas del mundo exterior y entras en contacto contigo misma?
Mi forma favorita de desconectar es pasar tiempo con mi gente. Mi familia, pareja y amigas son lo que me hace volver a tierra con tanta locura. Para mí suelo tener menos tiempo, pero con dormir por las noches recargo la energía que necesito.
K1za_2.jpg
Tu música se centra mucho en la salud mental y ayuda a tus seguidores a conectar con su propio mundo interior, ¿no es así? Si hablamos de mensajes, ¿con qué quieres que se quede el público después de escuchar a K1za?
Nunca he pensado en esto porque escribo como desahogo sin pensar en lo que a la gente le llegará. Pero si pudieran quedarse con algo, me gustaría que fuera con que habiendo estado hasta el cuello de problemas y pensando que no iba a remontar nunca, salí de todo aquello y si yo pude, ellos también.
Para un artista no todo es la composición, también entran en juego otros factores como la puesta en escena. A nivel personal, ¿qué parte del proceso disfrutas más: escribir, producir en el estudio o cantar en directo?
Aunque vaya siempre a los conciertos con muchos nervios, no hay nada como la adrenalina de estar en un escenario viendo como tu público canta contigo, o se emociona, o cierra los ojos y siente lo que sientes tú y se encuentran un poco menos solos.
Sobre el escenario, ¿cómo planeas transmitir la intensidad de Dosis?
Estamos planeando un show con un nivel altísimo de energía, con muchos contrastes y con instrumentos en directo, así que desde luego será mi show más trabajado hasta la fecha.
Uno de los valores que defiende un estilo como el rap es la colaboración entre artistas, ya que más que el cantante individual, lo esencial es la denuncia. Después de haber participado en proyectos  junto a raperas como Anier o Santa Salut, ¿de qué manera te influyen? Cuéntanos más sobre tus referentes.
Las colaboraciones me han ayudado a crecer y a aprender de otros artistas. Siempre me he sentido muy acogida, sobre todo por gente como Tribade o Elane, que desde el principio me han tratado como a su hermana pequeña y me han hecho un hueco en todos sus conciertos. Mis referentes de más pequeña han sido siempre grupos de rock y punk, y ahora me fijo mucho en gente con un directo que me marque, como puede ser Dellafuente o Lia Kali, o con un mensaje importante y unos valores que me representan, como puede ser Jarfaiter.
¿Crees que todavía existen barreras para las mujeres en la industria de la música, y en concreto, en los estilos con los que tú trabajas?
Creo que siguen habiendo barreras, pero la verdad es que yo nunca me lo he planteado como si tuviera que superar ninguna. Soy una mujer que hace rap y punto, lo veo igual de normal que un hombre que hace rap, y me he sentido acogida por todos mis compañeros y tomada igual de en serio que cualquier hombre.
Lo que está claro es que, por suerte, aunque sea a ritmo lento, el mundo continúa avanzando, y ya no es el mismo que hace, por ejemplo, cinco años. Si pudieras contactar con la K1za de ese entonces, ¿qué le explicarías sobre tu yo actual? ¿Cambiarías algo?
Nunca cambiaría nada porque hasta las peores cosas que me han pasado me han hecho convertirme en la persona que soy hoy, y aunque me queda todavía camino por recorrer, estoy orgullosa de la persona en la que me he convertido. A mi yo de hace cinco años poco le diría porque creo que es importante tropezar por uno mismo y aprender de nuestros errores.
¿Y a la del futuro?
Que nunca deje la música aunque todo se ponga en su contra. Que la necesita.
Háblanos sobre lo que podemos esperar de ti este 2025.
Podemos esperar una gira de Dosis, varias colaboraciones que están por salir, géneros nuevos que aún no he explorado, ¡y rap macarra del de siempre!
K1za_5.jpg