¿Sabéis esa escena de Ratatouille en la que Remy prueba el queso con uvas y se imagina una serie de fuegos artificiales de colores mientras degusta esos sabores? Pues algo así vivimos el pasado miércoles en la segunda entrega de esta temporada de las Juicy Sessions.
Las Juicy Sessions en la Sala Villanos se están ganando su hueco en la noche madrileña. Con tanta saturación digital se agradece que haya un espacio real y palpable en el que sentir la música brotar de su hábitat natural, y lo del pasado miércoles fue un ritual de sanación en toda regla. En cuanto llegamos a la sala nos encontramos un sold-out total que por poco nos deja fuera. Tuvimos que serpentear entre los asistentes de una sala completamente abarrotada para poder vivir de cerca esta experiencia de la que tanto nos habían hablado.
Todo eran sonidos y estímulos por todos lados, un ambiente a lo Babylon de Damien Chazelle nos rodeaba y no tardó nada en absorbernos, porque es más fácil entrar en la dinámica de algo cuando notas que es genuino. La trompeta de Pere Navarro nos recibía nada más entrar y conforme avanzaba la noche pudimos ver a invitados como St. Woods, que tuvo un momento extrañamente mágico en el que toda la sala se quedó en silencio para escuchar una canción muy sentida, aunque no es lo habitual en la sala. También subieron nombres como Javypablo o Marina Reche, que supieron ganarse nuestro favor con tan solo unos minutos de actuación.
Parte del mérito de que todo esto sonase así de bien recae en la banda compuesta por Omar Alcaide, Christian Delgado, Juan Arance, Fernando Lamadrid y Ferran Semper, que se adaptan a cada artista en cuestión de segundos. Aunque también hubo relevos con artistas que no eran invitados per se, pero decidieron subir al escenario a darlo todo. Ejemplos de esto son nombres como Javier Navarro, al que conocemos por ser el batería de La Plazuela, o el rapero uruguayo Zeballos, que también subió a tirarse unos versos en acústico.
Sales del evento recordando por qué disfrutamos de los conciertos y la música en directo. Viviendo una experiencia completa un miércoles noche que te hace sentir como si tuvieses una doble vida y habiendo tenido la oportunidad de casi palpar la música en el aire. Estad pendientes para la siguiente porque nosotros estamos ya contando los días para que esto se vuelva a repetir.