Con el alma abierta y una mirada poética, Joina acaba de publicar Entre la mort i el desglaç, un disco que, a medida que pasan los minutos, va construyendo un paisaje muy suyo, lleno de detalles y con una gran sensibilidad. Sin perder su esencia híbrida entre lo clásico y lo experimental, la artista de Barcelona nos regala un trabajo cargado de relatos que dialogan con la memoria y la emoción. Un cancionero que te invita a escucharlo con los cinco sentidos.
Lo hace de la mano del productor Emili Bosch (b1n0), en una alquimia que aúna la melancolía de Debussy, la arquitectura electrónica de James Blake y la valentía intuitiva de Rosalía, sin dejar de ser inconfundiblemente ella. La canción que abre el disco, Albera, es como una carta de bienvenida al mundo. Habla de nacer rodeado de amor, de la suerte de tener raíces, y lo hace desde un sonido experimental y una voz que te atrapa desde el minuto uno.
Flama y Entre la mort i el desglaç nos llevan por caminos más oscuros, pero igual de honestos. Hay duelo, pero también fuerza. Imágenes potentes como “en un bosc ple d'espines i asfalt” te dejan reflexionando sobre temas existenciales, mientras que la voz sintetizada y experimental de Joina te arrastra inevitablemente a su mundo, aquel “que era preciós”, y en el que “havia arbres altíssims”. 
Luego llega Deliri, en la que la barcelonesa canta desde el filo del deseo, y Ulls com laberints, que juega con lo sensorial, lo onírico y esa sensación de estar atrapado dentro de un sitio (o sentimiento) en el que no quieres estar. “Estàvem en una casa que era un laberint”, sentencia.
Si amanece, junto a gatogaso, cierra el álbum hablando de la fugacidad del presente, de que cada nuevo día que sale el sol desaparecen las sombras, pero también las flores. Que el amor y el dolor conviven con la delicadeza y fragilidad del mundo, y al mismo tiempo, el tiempo se lleva todo por delante. “Quédate conmigo un poco más, todo es tan bello que me quiero acordar”, confiesa la artista. 
En definitiva, un proyecto para escuchar con calma, el corazón abierto y el imaginario encendido. Joina firma aquí una obra madura, valiente y profundamente humana, donde cada canción es una pieza de un puzzle emocional que, al completarse, deja una sensación de belleza y verdad. Un viaje donde lo poético y lo experimental se funden sin miedo. Y sobre todo, un acto de amor hacia la música y hacia la vida.
Track favorito: Deliri.