Jimena Amarillo es… Jimena Amarillo. No necesita nada más. No le hacen falta artificios, grandes producciones ni otras parafernalias para demostrar su talento, y el público lo sabe. La joven valenciana, desde su primera canción, ha sabido combinar a la perfección una extrema sensibilidad musical, con un aplomo y una seguridad admirables a la hora de producir y mantenerse fiel a sí misma. Fue en 2019 cuando Jimena se dio a conocer con sus temas cargados de una reconocible cotidianidad, que hablaban de sus desventuras con otras chicas y de cómo el amor nos tira, pero también nos levanta. Todos nos hemos sentido identificados con temas como Cafeliko o Ni se nota. Tienen esa cercanía que hace posible que en las vivencias de Jimena veamos también las nuestras. 
Entrevista extraída de ACERO vol. 5, publicada en julio de 2023. Hazte con tu copia aquí.
Su primer álbum: Cómo decirte, mi amor, fue toda una declaración. Un romance melancólico y arrasador que consiguió embelesarnos a todos. Con sus baladas pop, Jimena se abría en canal en todas y cada una de sus canciones. El aplauso fue atronador, tanto que no quedaba otra alternativa que venirse arriba, abrirse paso entre tanto bollodrama y empezar a bailar como locos. Ese ha sido el objetivo de su segundo álbum, La pena no es cómoda. Un título que supone toda una declaración de intenciones y nos empuja a salir de nuestra nube negra, lanzarnos a vivir y a amar sin rayadas. Porque lo único que tenemos es el presente, y si podemos disfrutarlo escuchando a Jimena Amarillo de fondo, ¿qué más se puede pedir? 
¡Hola!, ¿cómo estás? 
Bien, ayer tuve un evento y estoy algo cansada. 
¿Qué tal fue? 
Pues superraro. Un poco una puta mierda. Fue como tocar al cielo. No era mi tipo de público. Yo que sé. Lo mejor es que después me emborraché (risas). 
Bueno, pero tú en los directos te superas. Da la sensación de que te surge muy natural. Manejas muy bien el escenario. 
Yo en el escenario lo que busco siempre es pasármelo bien. Eso es lo más importante, disfrutarlo. Encima, con mis compañeras de banda, Eva y Luci me lo paso siempre increíble. Además, creo que poco a poco he ido perdiendo la vergüenza.
Eso seguro que hace las cosas mucho más fáciles a la hora de de enfrentarte al público en vivo. 
Sí, porque si no, vaya tela. Yo ahí todo achantada. No, no.
¿Recuerdas cuando empezaste a dominar el escenario? 
Pues, la verdad, cuando empecé a dar conciertos. O sea, yo estaba aterrada al principio. Tenía un miedo que me cagaba. Pero como empezó todo bastante fuerte, me di cuenta de que era una situación de sobrevivir o morir. O me quitaba la vergüenza de una hostia o no tenía nada que hacer. Así fue como creo que conseguí sentirme cómoda en el escenario. 
Sí, definitivamente eso lo has logrado. Has sacado este año tu segundo disco, La pena no es cómoda. ¿Cómo lo estás viviendo? 
Ahora estoy muy contenta, pero me apetece un poco hacer un parón musical y encontrar más movidas, ¿sabes? No quiero continuar sacando música de una manera tan frecuente. Siento que he lanzado muchos temas, y creo que quizás deba detenerme y tomar consciencia de mis movidas, de lo que he vivido y de todo lo que se me pasa por la cabeza. Pero la verdad es que estoy realmente contenta con todo lo que he sacado como cantante. 
¿Recuerdas esos días en los que se lanzó el disco? 
La pena no es cómoda es un disco que ha sido totalmente producido por mí y del que conozco todos y cada uno de sus detalles. Para mí, musicalmente suena muy bien y me gusta mucho. Cuando ya estaba listo pensé, estoy contenta con lo que he hecho, vamos a sacarlo a ver si gusta.
¿No hubo nada de nervios?
Claro que los hay, pero más por el tópico del cantante que lanza un disco. Yo es que casi siempre prefiero sacarlo y dejar de volverme loca. 
Supongo que es un poco como una liberación…
Total, literalmente. Fue quitarme un marrón. ¡Qué horror!
¿Hay algo que te ha sorprendido tras lanzar el disco? 
¿Qué me ha sorprendido? Por ejemplo, una canción que se llama De la cabeza a los pies. Pensaba que iba a ser la más floja, que no le iba a gustar a nadie… Y justo ha sido al revés. Que sucediera eso cambió la onda que yo tenía con el disco. Dio un giro a mi perspectiva y despertó mi curiosidad sobre la opinión de la gente.
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Camiseta ARMAND BASI, chaleco LEVI’S. 
¿Y tú por qué crees que, por ejemplo, esa canción gustó especialmente?
No tengo ni idea, la verdad. O sea, no tengo ni idea. Es una canción hortera, con sintetizadores… Quizás gusto por la producción. No lo sé, puede que se trate de eso. Por la temática no, porque todas las canciones van sobre lesbianas (risas).
Bueno, pero en este disco hay una intención clara de venirse arriba, ¿verdad? 
Totalmente. Lo he hecho para hacerme un poquito la chula, y luego ya vemos (risas). 
¿Y ha funcionado? 
Como te digo, yo estoy muy contenta. Puedo decir claramente: este es mi disco, lo he producido enteramente yo, y de aquí ya vamos hacia adelante. He hecho lo que he querido con la gente que me ha apetecido. 
Te confieso que, alguna vez, escuchando este disco y el anterior, no he podido evitar preguntarme por qué estás tan triste (risas). 
¡Este segundo disco no es tan triste! El anterior sí era un poco más. De verdad que yo no soy una persona triste. Mis canciones son mis canciones y yo soy yo. Simplemente pienso y me salen las letras así cuando escribo, las emociones que hay en esas canciones no son algo que muestre mi día a día, y por eso creo que me salen tan intensas.
¡No me digas!
Coño, claro. Me pongo a escribir y digo, voy a vomitarlo todo, y de eso sale una canción. Pero yo, en mi día a día, vivo muy contenta. 
Sí, te entiendo. Aunque es inevitable sentir que, siempre que empiezas una relación, una parte de ti cree que va a salir mal. 
¡Uf!, es que ahora que me lo estás diciendo así y lo estamos analizando, me estoy dando cuenta de algunas cosas. Lo que me pasa es que yo vivo las relaciones muy intensamente. 
Eso ahora que somos veinteañeras, pero cuando tengamos cincuenta, si seguimos con esa intensidad, nos va a dar un parraque. 
Literalmente. Pero haz como yo: vive el presente y punto. 
Imagino que si la música te ayuda a expresar lo que llevas dentro, el vivir sin música, para ti, debe resultar impensable. 
Sería una absoluta loca. Antes de escribir música yo nunca decía nada, no me expresaba. La música me ha ayudado a que pueda hacerlo. Me ha quitado la vergüenza y me ha hecho ser más cuadro. Ahora intento ser más comunicativa, decir lo que siento. Si no escribiera música, imagino que me pasaría todo el día callada (risas). 
¡No te creo! (risas).
Es que ha sido así, de verdad. Viví una época, cuando no hacía música, en la que me expresaba muy poco. 
¿Y tu gente se ha sorprendido por este gran cambio? 
Todos los que me conocen se sorprenden mazo porque yo no era así. Algunos, los de toda la vida, me dicen: “¿Pero qué coño haces Jimena? ¡Si tú eras supertímida!”. ¡Me lo han dicho muchas veces! 
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Entonces, ¿tu faceta musical es una especie de alter ego? 
No, es todo lo mismo. Mi proyecto musical y mi persona son absolutamente lo mismo. Lo que pasa es que mi proyecto musical, en cuanto a letras y tal, muestra una faceta mucho más intensa. Por ejemplo, cuando actuó en los conciertos soy yo misma, no hay nada de personaje ni de alter ego. Justo creo que es por eso por lo que consigo pasármelo tan bien. 
¿Y no es una putada ligar tu música a las relaciones sentimentales? 
Yo he tenido suerte. Nada me ha salido realmente mal con nadie, ni hay una canción que me joda cantar y me haga pensar: ¿qué coño estoy haciendo cantando esto sobre alguien que me ha hecho un montón de daño? Cuando pase, sí que creo que igual me da algo, pero creo que tampoco haría nunca una canción que pueda causarme eso, que sea tan, tan explícita. Por ahora, todo está guay y todas las canciones también lo están. 
Entonces, podemos decir que el terminar una relación se te da bien… 
Sí, yo creo que sí. Nunca he terminado una relación mal, gracias a Dios. 
Menuda suerte.
Nunca he tenido ninguna ruptura cuyo mal rollo durara más de un mes, ya sea por una parte o por la otra. Nunca nada muy heavy. 
Oye, ¿alguna de tus novias se ha percatado de que la canción iba sobre ella y te ha dicho algo?
Yo siempre aviso. Por ejemplo, cuando estoy con alguien le enseño las canciones. Es como una especie de regalo. Mis discos son como regalos para ellas. Cuando empecé, sí que es verdad que subía la canción a las plataformas sin enseñarla, pero para que ella la escuchara. Poco a poco tuve más seguidores y entonces empecé a enseñarlas. Es un gesto muy personal que, creo, se refleja en las letras y en la música, que en el fondo es algo mío y de la chica a la que va dirigido. Si resulta que luego a la gente también le gusta, pues genial. 
¿Qué te dicen cuando les enseñas alguno de tus temas? 
¡Hombre, qué bonitos! En algunas más tristes, si que se cagan encima, pero yo es que nunca hago nada con el objetivo de tener beef con  nadie. 
¿No te da miedo que se asusten por la intensidad?
¡Qué va! Yo es que soy muy segura. 
Qué romántico, que alguien te dedique una canción.
Sí, es chulísimo. A ver, cuándo me lo hacen a mí, tío.
Pues tienes que enamorarte de alguna otra cantante o poeta.
¡Uy, deja, deja, que me vuelvo loca! ¡No puedo, me da algo!
Habrá artistas más calmadicas. 
¡Qué va! ¡Estamos todas locas!
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Sudadera SSSTUFFF. 
Se lo pregunté a Alizzz cuando hablé con él: ¿cuál es la diferencia para ti entre romántico y moñas? 
Te voy a dar una definición de moñas que me estoy inventando ahora. Moñas es, por ejemplo, cuando haces o escuchas una canción y te provoca un poco de vergüenza ajena. Yo tengo canciones en las que hay frases que me dan algo de corte porque son muy moñas. Romántico creo que es todo lo contrario, cuando una canción no te provoca ese tipo de vergüenza. 
¿Y tú qué te consideras? ¿Más romántica o moñas?
Creo que romántica. Estoy luchando por ello.
¿Una romántica optimista? 
Sí, porque como no pienso en el futuro, siempre soy optimista. 
¿Nunca te pasa lo de conocer a alguien y no poder evitar pensar en un futuro junto a esa persona? Imaginar la boda, el vestido, los hijos que quieres tener… (risas). 
¡Uy, no, no! Eso no me pasa, ¡que me agobio! Antes quizás, pero como llevo tanto trote por ser lesbiana, ya no me pasa. Soy una persona que si me gusta alguien, me agarro mucho y lo doy todo. Eso sí, sin pensar en el futuro.
Me da la sensación que eres una persona que siempre tiene pareja.
Eso me ha pasado durante toda mi vida. Ahora mismo estoy en un momento totalmente alejado de eso, porque si no es que me va a dar un chungo. Necesito estar conmigo y luego ya veremos qué pasa. Pero sí, yo siempre he sido de parejas, pero ahora quiero dejar espacio para mí, para respirar. 
¿Esa nueva actitud va a afectar a tu música? 
¡Totalmente! Y me raya bastante. Ahora escribir música no me está saliendo con la facilidad con la que salía antes, que me levantaba y podía escribir una canción. Ahora estoy descubriendo un nuevo mundo a raíz de ese cambio de actitud. Estoy algo expectante conmigo misma. 
¿Nunca has pensado en inspirarte en algo ficticio? 
¡Ni de coña! Yo solo puedo escribir sobre la realidad. Mis canciones son como una especie de conversación que yo mantengo con otra persona. Nunca podría inventarme nada. 
¿Y encontrar inspiración en las vidas que te rodean? En alguna movida de un colega o algo así… 
No, qué mal. Lo que sí que tengo pendiente es escribir canciones a mis colegas. Es un objetivo que me ronda últimamente. 
¡A lo mejor esta etapa puede ayudarte a empezar a hacer todo eso!
Claro, es que yo me he cagado un poco viva. Todo el mundo relaciona a Jimena Amarillo con música para lesbianas e imagínate que ahora saco un trabajo que habla de algo totalmente distinto, de todos los muñecos que colecciono, por ejemplo. La verdad es que me apetece. Soy una chica muy random.
Tía, pues un disco de muñecos lesbianos, que también podría ser. Todo es posible.
¡Todo, todo es posible! (risas). 
Por cierto, dicen que tu música ha unido a varias generaciones de jóvenes. ¿Sientes que es así? 
A mí me hace reír siempre que escucho esas cosas, porque como soy yo de la que hablan, siempre pienso: ¿qué coño están diciendo? Si estoy yo aquí, en mi casa con mis muñecos, ¿qué voy a estar uniendo yo? Es verdad que ahora lo noto mucho más con el nuevo disco. Hay un montón de público nuevo, muchos hombres, gente mayor. Es chula la ráfaga de público que tengo, porque a veces voy a un sitio y no me espero a quién va a estar allí. 
¿Es difícil el poder ir a tu bola cuando la cosa con la música se va poniendo cada vez más seria y los números van creciendo? 
Pues no. La verdad es que no. De hecho, quiero no ser así. Quiero cambiar y currar con gente, porque nunca lo he hecho. Me digo a mi misma, Jimena, deja ya de ensimismarte, aprende a trabajar con gente y comparte tu movida. Porque es verdad que ahora que soy más conocida, me doy cuenta de que estoy sola en la industria, no conozco a nadie. 
Bueno, siempre tienes a las chicas de tu banda. 
Si. Total, pero lo digo en plan para juntarme con alguien y producir. 
También te digo que muchas veces para colaborar con alguien, a veces con cruzar cuatro palabras basta, no tenéis ni que veros en persona.
A mí eso se me hace muy difícil. Se hace tan difícil. Es como que no sé socializar con gente y siempre he pensado que o vienen a mí o nada. Ahora quiero meter un poco la cabeza a ver que pasa. Ya veremos. 
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Sudadera CARHARTT WIP, pendiente y cadena de la artista.
Pero imagino que te habrán llegado propuestas.
Bueno, pero no me gustan. Lo que yo quiero no me llega.
Bueno, ya llegará. Tú que hablas tanto de lo cotidiano, cualquier día te llega algo que no esperabas.
¡Eso es verdad!
Aprovecho que menciono lo cotidiano para preguntarte, ¿cómo es un día en la vida de Jimena Amarillo? 
Me despierto y lo primero que hago es irme a andar. Porque si me despierto y me quedo en mi casa sin hacer nada, me agobio.
¿Eres madrugadora? 
Me pongo la alarma a las nueve.
Buena hora. 
A ver, cuando salgo y eso, no. Pero normalmente soy una chica bastante tranquilita. Últimamente no me gusta mucho salir porque me cago en todo al día siguiente. Pero, sí, ando muchísimo. Ahora es verano, y es verdad que estamos todos haciendo miles de cosas, pero un día normal vuelvo del paseo, me voy a ensayar y después procuro quedar, que soy nueva en Madrid y me toca hacer amigos y punto. A la cama suelo irme pronto. Las doce es mi hora perfecta. 
Es una hora normal, no muy de abuela. 
Ni de coña, eso tampoco. Antes de las doce también me gusta. Es como que al día siguiente digo, joder, he dormido.
Veo, pues, un día a día sin sobresaltos.
Sí, eso. Que ya no estoy para sobresaltos.
¿Llevas poco en Madrid? 
Me acabo de mudar de piso pero llevo desde septiembre. Estoy en un momento en el que quiero reencontrarme con la ciudad. Es un buen momento y quiero estar aquí. La mudanza ha sido una mierda, pero por fin me levanto y me apetece estar en casa, no en una caja de zapatos de diez metros cuadrados en Lavapiés. Tengo espacio y curiosidad por ver qué puede salir de todo esto. 
¿Venirte a Madrid ha cambiado tu visión de la industria? Imagino que habrás entrado en contacto con más gente de la música. 
Pues sí, la verdad. Yo no conocía nada de la música, no tenía ni puta idea. Ahora ya sé cómo va el cotarro. Estoy más enterada.
¿Cómo han sido esas primeras impresiones? 
¡Uf! A mí es que me da pereza. Por ejemplo, el modo eventos y todo eso me da pereza. Me gusta mucho hacerme la moderna si voy con algún amigo, pero a mí eso de hablar por hablar o, mira, este quién es, vamos a hablar con él, no me va. Igual por eso estoy tan solitaria, pero es que no me mola ese tipo de interacción.
Imagino que el venir a una nueva ciudad te habrá despertado algo de curiosidad por el mundo de las citas en Madrid… 
Literal, sí. Eso también. Por lo menos no me aburro, pero hay veces como que es demasiado y me digo, a ver, calma, que porque te quedes en casa no va a pasar nada.
El FOMO, que es muy malo. 
Sí, el FOMO este de los cojones. Yo no tenía esa sensación, pero vine aquí y dije, Dios, es que hay tantas cosas que si no vas no sabes lo que te pierdes. Pero me di cuenta de que pensar así iba a ser horrible y me calmé. 
Claro, pero la música no se está calmando, cada vez tienes más seguidores… 
Estoy intentando mantener la esencia de como empecé y de como he hecho siempre las cosas. En todo momento pienso que por mucho que avance, hay que tratar de tener los pies muy en la tierra y que nada cambie. Intento que, aunque las cosas sean muy heavies, no subirme a ninguna parra y ser yo, que es lo que mola. Procurar ser la que he sido siempre. Todo lo llevo haciendo igual desde el minuto uno y, si cambia algo, quizás sea la producción o algo así, pero nunca la persona. 
Me da la sensación de que tu carrera es como un hijo al que mantienes muy cerca de ti. 
Sí, total. Soy muy consciente de como hago las cosas y de como quiero seguir haciéndolas. 
Imagino que eso también tendrá sus contras.
A veces me rayo y digo, coño, podría cambiar; pero soy una chica supersegura e intento que nadie me raye, porque si me rayo, ya es lo que me faltaba. 
Eres una chica de contrastes, la verdad. 
Soy un supercontraste. Musicalmente soy muy segura, porque considero que digo las cosas y escribo de una forma que no me causa vergüenza ajena, salvo por algunas canciones antiguas (risas). Sé que mis letras hablan de inseguridad y de cierta sensibilidad, pero que nada tiene que ver con como hago las cosas y lo segura que estoy a la hora de mostrarlas. Sé que la gente piensa que va a toparse con una Jimena Amarillo muy triste y se sorprenden. Ni de coña soy como piensan. 
¿Y nunca te has planteado que a lo mejor darle tantas vueltas al amor le quita un poco la gracia?
No, la verdad. Depende de la forma en la que lo hagas. Si hablas del amor en términos muy generales es aburrido, pero si cuentas cosas concretas, todo es más ameno. Y como a mí me pasan tantas, pues lo tengo fácil.
¿Y no te apetece una relación tranquila de vez en cuando?
Ahora mismo no me apetece ningún tipo de amor, pero cuando aparece, siempre viene bien que tenga algo de vidilla. 
Pero tendrás que estar abierta al amor amistoso, que acabas de llegar a una ciudad nueva.
Estoy concentrada en eso.
Los amigos también dan mucha guerra, ojo, cuidado.
Totalmente. Mi vida gira en torno a la música, no sé que voy a hacer para conocer gente. 
De fiesta o en el gimnasio son buenas alternativas. Aunque no lo sé porque a ese último sitio no voy. 
Igual el año que viene me apunto a un equipo de baloncesto y me vuelvo loca, por qué no. 
¿Crees que entre la peña de nuestra edad hay empatía? 
Sí, claro. A través de la música se percibe mucha empatía. 
¡Hija, luego hay tanto ghosting!
Ay, sí. Me ha pasado alguna vez y he pensado lo gilipollas que pueden ser algunas personas. Trato de no relacionarme con gente así, más aún desde que estoy en Madrid, donde me he propuesto gestionar mejor todas mis movidas. 
Ahora, ¿cuál es tu meta como cantante? 
Ni lo sé, ni sé si lo quiero saber. Voy fluyendo. No tengo objetivos fijos ni tampoco pienso en futuros. Eso me mantiene bastante tranquila. 
¿Y en el pasado? ¿Qué relación mantienes con tus primeras canciones?
Ahora estoy en un punto en el que quiero reencontrarme con ellas. No me hace mucha gracia que alguien que no conoce mi música, se meta en el mi perfil de Spotify, escuche las primeras que salen, las más escuchadas, porque yo, en estos años, he cambiado mucho y muy rápido y prefiero que descubran algo más actual. Pero a todos mis trabajos les tengo muchísimo cariño. 
Oye, aprovecho para preguntarte: ¿sigues tocando el violín? 
Sí, más o menos. Quiero ponerme más a ello. Tengo el problema de querer abarcar siempre demasiadas cosas. Me gustaría volver a retomarlo.
¿Y has pensando en diversificarte? Lanzarte a otros mundos como el de la pintura o incluso la actuación.
Ya me lancé un poco al mundo de la pintura. La portada de La pena no es cómoda es un cuadro que pinté yo. Descubrir que también podía hacer eso ha sido muy guay. 
¿Cómo describirías tus cuadros? 
Mis cuadros son muy moñecones. Como yo, literal. 
Veo que a ti te van mucho los muñecos
¡Tengo estanterías llenas! Una, por ejemplo, está llena de trolls, que son mis favoritos. 
¿De dónde sale esa afición de coleccionar muñecos? 
La tengo desde pequeña. Tal vez tenga que ver con algún trauma, si es así,  mi psicóloga me lo dirá. Siempre me ha gustado la estética de los muñequitos. 
Si hubiera un incendio en tu casa y tuvieras que rescatar solo a uno, ¿cuál escogerías? 
Un troll con el pelo amarillo y un trajecito con pantalones y camiseta de cuadros. Se parece un poco a mí.
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Camiseta SSSTUFFF, camisa ESTADODERUIDO, pantalón JAVIER GUIJARRO, zapatos CAMPERLAB. 
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Full look CARHARTT WIP. 
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Full look LEVI’S, botas DR. MARTENS.
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