Cuando fui a abrir la puerta del estudio de JayDime esperaba ver todo lo que el artista pregonaba en su música: fajos de dinero, vasos de poliestireno o cogollos de cannabis creciendo del suelo. Vamos, que iba a ser como abrir un portal a un mundo desconocido para la mayoría, algo que muy pocos viven pero muchos escuchan. Estaba a punto de vivir el auténtico trap, pero nada más lejos de la realidad. En la puerta estaba Jay con una sonrisa de oreja a oreja, sujetando una bolsa de patatas fritas de supermercado. A su lado no habían shooters, sino dos colegas de toda la vida y un chaval de diecinueve años con el Fl Studio abierto. Estaban hablando de trap estadounidense, debatiendo de si tendrían problemas con los del estudio si se fumasen un porro en la cabina de grabación. Jay se acercó riéndose a donde estaba para enseñarme fotos de un shooting, diciendo que se parecía a Romeo Santos por las poses que había puesto. Cuando me quise dar cuenta, llevaba media hora hablando con ellos sobre Playboi Carti, y no se me había ocurrido sacar el ordenador. Fue cuando JayDime tiró la bolsa de patatas y sus colegas salieron a fumar que decidí que era el momento de descifrarle. También de preguntarle por su último disco, Poblao Muzik.
Hay bastante misticismo hacia tu figura porque haces pocas entrevistas. ¿Cómo es que es tan complicado llegar a ti para esto?
La verdad es que no me gusta hablar con gente que no conozco del todo, me raya no saber quién está delante, por dónde me va a salir. Si se quién eres, lo hago.
Lo primero que he podido encontrar tuyo en internet es un tema de Soundcloud que lleva a un link oculto de Youtube, se llamaba Go Get Em. ¿Fue ahí tu inicio en la música o llevabas ya tiempo andando por estudios?
Llevaba ya un par de temillas en Soundcloud bajo el nombre de SauceJuzzy, pero dos o tres. El tercer tema que me grabé en mi vida es ese, Go Get Em. En verdad no me acuerdo en qué año, pero recuerdo que pedí que lo archivaran (el videoclip). Siempre he sido un rayado con eso.
Con lo que quede atrás, ¿no?
Sí, querer renovar mi imagen. La memoria esa que dicen de Internet, ¿sabes?
La huella digital.
Esa justo, hermano.
¿Te preocupa dejar una huella digital?
No, tampoco es eso, pero me gusta mantenerlo clean, como soy yo (risas).
El tema de Go Get Em está asociado a la cuenta de Soundcloud de Raw Souljas, tu primer colectivo, en el que estabas con Shynelevell y N3iz4n. Me parece bonito que tantos años después sigan como featurings en tus discos. ¿Cómo ha sido crecer mano a mano hasta el punto en el que estáis ahora?
No sé hermano, al final nos conocimos porque éramos unos chavales de 16 años que molábamos mucho con las mismas referencias. Salir a la calle y estar en el pueblo o en el extrarradio de Madrid pero vivírtela como si fuese Atlanta. Conseguirte una Raf Simons baratilla, lo combinábamos con un Vlone falso de repente. A los mayores siempre les hizo gracia, pero el que entendía lo que estábamos haciendo siempre nos la ha dado. Raw Souljas nos dio acceso a muchos lados, entonces hemos crecido haciendo lo de siempre: molar y hacer música. Lo que pasa es que a nosotros nos ha llevado a algún lado y ahora vivimos de ello, pero seguimos haciendo lo mismo que el primer día que nos conocimos.
¿Echas de menos algo de esa época?
No te sabría decir, yo creo que nada, seguimos siendo iguales.
Se os ve muy jóvenes en las entrevistas que dabais, como que todavía no os ubicabais mucho en la escena.
Hermano si es que teníamos dieciséis años, éramos unos enanos (risas).
Tu nuevo trabajo se llama Poblao Muzik. Tú eres de Aranjuez. ¿Qué música se escucha en tu poblado? Imagino que este trap no.
Hombre, puedes escuchar trap pero es más bien JC Reyes, Cano, Morad, ese rollo. Si no, hay mucho flamenquito o música marroquí.
Lo digo porque me gustaría saber de dónde sacaste esa inspiración del rap estadounidense, ese rollo de Atlanta, que te hizo empezar a hacer esta música.
Yo es que soy un MTV Kid (risas). Igual hay gente que se pregunta, ¿por qué este chaval habla inglés? Empezó mi hermano poniendo la tele en versión original, aprendía con Disney Channel. Muchas series las veía con las voces en inglés y luego escuchaba la versión doblada. Cuando a un negro le ponían voz de blanco, yo decía: no hermano, yo no quiero ver esto.
Te acostumbraste a esas versiones originales.
Sí, además de niño siempre escuchaba RnB, más de mayor empecé con el hip-hop, hace relativamente poco empecé con el trap, pero siempre ha sido música de fuera. Siento que me ha faltado mamar mucha referencia española, a veces me siento a hablar con gente y parece que estoy perdidísimo. Gloosito y Garzi me han ayudado bastante y me enseñan un montón de perlas de aquí. En verdad me jode porque creo que hay que escuchar más música española, cada vez intento ponerme más al día.
¿Trap español no escuchas?
La verdad es que no mucho. Si es música española, me pongo flamenco o temas comerciales, no necesariamente underground. A lo mejor hay gente que se piensa que no escucho eso pero al fin y al cabo yo soy de pueblo. Cuando los chavales cuando quieren ir al reservado de la Shoko es lo que vas a escuchar.
Mola cuando hablas de Aranjuez por esa sensación de pertenencia, pero tu música gana mucho cuando referencias tus raíces africanas. Tu primer Ep, Dime (2021), tiene sonidos más arraigados a África, pero Poblao Muzik se aleja bastante. ¿Qué te ha hecho cambiar de sonido en los últimos años? De Llueve a Buitres 2 hay un salto largo.
También es que Dime me pilló en una época distinta que cuando hice Poblao Muzik. Ahora mismo me siento como en 2021, tengo más intención de explorar con mi sonido, sabes. Sí que es verdad que este último año cuando entraba al estudio me salía hacer cosas más oscuras pero porque tú veías mis playlists y eso era justo lo que escuchaba. En 2024 volví a escuchar un poco de todo, y este 2025 lo he empezado grabando dancehall, un trap para clubs, como que he empezado a echar de menos los temas de discoteca.
Después de Dime empezamos a experimentar un estilo de vida que no habíamos visto nunca, entonces nos salía hablar de otras cosas.
Siempre subes a tu Instagram fotos comiendo en restaurantes típicos de comida africana. Suéltate uno para que la gente empiece a comer bien.
Vale. El restaurante etíope Nuria, entre Bilbao y Tribunal, y Kandinsky, en la zona de Getafe.
El primer tema del disco es Buitres 2. ¿Por qué un buitre? ¿Te sientes identificado?
Me gusta como marca, que la gente me identifique con un logo, pero también es que es un ave al que nadie le toca la polla (risas). Aun así es un arma de doble filo, también es un pájaro que está podrido por dentro, ¿sabes? Creo que también me gusta tanto porque es nonchalant, yo tampoco suelo tener malentendidos.
Pero un buitre también puede ser un símbolo de carroñero, de mal agüero.
Sí, son aves carroñeras, se que la gente le puede dar ese sentido. Soy etíope y me he criado en Madrid, y hay buitres en ambos lugares, lo que mola es que cada uno se ve distinto.
Aun así no es el único animal con el que te vemos a menudo. Desde que te abriste la cuenta de Instagram en la que subes fotos pescando la gente no para de asociarte con eso.
Si es que hermano yo creé esa cuenta para mis colegas y se me olvidó ponerla privada. La vio el Quevedoisbladee, subió un meme y la gente la empezó a seguir. Cuando lo vi pensé que ponerla privada a esas alturas sería de pussy así que ahí sigue, parece que a la peña le hizo gracia. En Aranjuez tenemos el Tajo ahí al lado, y en vez de estar fumando y jugando a la Play tirado en un sofá pues estás fumando tirado en una silla pero pescando al aire libre.
Repites a menudo la barra “joven negro hay opciones”. ¿Cómo ha sido abrirse paso en la escena del rap español siendo negro?
A ver, hay pila de negros con talento, pero ninguno está en el top. No hay mainstream, nunca dices “estoy cansado de escuchar a este negro en la radio”. Pero no, no he tenido malas experiencias, lo que pasa es que en España hay mucho payo, y quieren escuchar cosas con las que se sientan identificados. No sé si es casualidad, pero en mis likes los artistas que hay se parecen más a mí que a ti (risas). Hay de todo, ¿sabes? Siempre he pensado que tarde o temprano habrá uno que se pegue mucho. Pero nada, apoyo entre artistas hay un huevo, cada vez va a mejor. Si no pasa es cuestión de público, no creo que haya nadie en la industria diciendo “a ese negro no, que se quede ahí”.
Otro de los singles que sacaste es Bird Talk. Fue un junte bastante sorprendente, no se lo esperaba la gente. ¿Cómo se dio ese feat?
El Kokos y Dani, que son managers de Superreservao, se llevan muy bien con el mío, Adrián Lorca. Me lo propusieron y Jean LaFleur, colega nuestro que nos ha grabado ya varios vídeos, también me animó. Me escuché su música y pensé: joder, en verdad este chaval está haciendo algo bastante distinto. No hay otro tío sonando como él, y a mí esas cosas me gustan. Además es de Madrid Sur, no podía decirle que no.
Es interesante porque ambos os encontráis en puntos muy similares de vuestra carrera. ¿Cómo describirías este momento en tu trayectoria musical?
Si hay que ponerle un título, takeoff. Pero vamos, que me estoy abrochando el cinturón todavía, ni he despegado.
¿Y el punto en el que estás de la vida?
Me siento bastante bien, hermano. Estoy intentando promover algo más sano después de Poblao Muzik. Quiero hablar menos de drogas, dejar de animar a la gente a ello. He empezado a fumar menos, bebo menos, entreno…
En 4ºESO puse un tema tuyo en clase, Big Lucio, y mi profesor me dijo que lo que hacías era apología a las drogas. Yo hasta ese momento no había visto así tu música, simplemente me gustaba como sonaba. ¿Crees que a través de tus letras glorificas ese uso?
Estoy contando experiencias que he vivido, pero cuanto más pasa el tiempo más repercusión tengo. Tiene que venir alguien como tu profesor de cuarto de la ESO para hacerme entender que, sin yo darme cuenta, estoy influyendo a que chavales de dieciséis años quieran mancharse una soda y fumarse un porro. A lo mejor también les influyo a ponerse a grabar y a perseguir sus sueños y ser sus propios jefes, pero como quieren imitar todo el lifestyle y todo lo que conlleva la parte de las drogas desgraciadamente no se la saltan. Es por eso que quiero dejar de hablar de drogas. Todos en realidad eh, en ese plan estamos todo el colectivo CTDS, también porque creemos que nuestra música va a llegar más lejos.
Quieres cambiar el propósito de tus letras de Poblao Muzik en adelante, ¿verdad?
Más que las letras, son los videoclips y las redes. Al final la gente que ve esas cosas cree que estás enseñando toda tu vida, y no es así. Hay letras que han sido platino y hablan de asesinar, las lyrics son algo más libre.
¿No crees que el trap a veces se pasa “de trap”? De que en vez de contar un estilo de vida vaya buscando el morbo.
Tampoco es eso, al final ese rollo funciona. En UK mencionan cuánta gente han matado y los puntúan en los temas.
¿Y no crees que es pasarse de la raya o es parte del trap?
Creo que es parte, claro que para un padre de familia escuchar eso es horrible, pero de alguna manera suena bien. Es como lo que me decías de tu yo de cuarto de la ESO, que te sonaban bien los temas. Para mí esto es lo mismo. Yo busco las melodías que tiene y su sonoridad, no escucho y pienso en salir a matar a gente (risas).
En el disco además de los feats que ya hemos mencionado estás con GG Muddy, de Londres, con quien has hecho ya otros temas. ¿Cómo se sintió hacer un featuring con alguien fuera de España?
El primer feat internacional que tuvimos en CTDS fue con Lom Rudy, de USA. Luego Baby Pantera me trajo un open verse de París de un chaval llamado thaHomey. Para Lom Rudy grabé yo el open y se lo mandé. Fue algo curioso, porque pude colaborar con alguien que hacía Detroit en USA, el género con el que gané sonoridad en España. Me pareció el doble check, como que en España admitan que este sonido tiene nuestro nombre, y en Estados Unidos nos la diese alguien que se pasa el día con Babyface Ray y todos los papás del sonido Detroit de allí. Yo ahí ya pensé que daba igual lo que me dijesen de ahora en adelante, que yo me quedaba tranquilo. El feat con GG Muddy es en el primer beat que me monté de Vampi, pensé “que locura, esto hay que grabárselo”. Me quedé con el estribillo hecho pero el verso se me trababa, y se lo mandé al Muddy y se tiró un buen cacho y le dije que se quedaba para feat.
Los dos grandes feats son Shynelevell y Gloosito. A estas alturas es inconcebible un proyecto vuestro sin colaborar. ¿Cómo se siente entrar al estudio los tres juntos a hacer temas?
Para nosotros es rutina, trabajo. Te entiendes que flipas, hay sinergia.
¿Cuántos temas tendréis juntos?
Pues yo no tengo ni idea si te soy sincero, eso nuestros managers que seguro que saben cuántas tenemos por ahí guardadas. Nosotros hacemos música y ya (risas).
CTDS está más fuerte que nunca, y cada uno está haciendo está haciendo su movida pero estáis los unos para los otros. Decís mucho lo de “comíamos todos del mismo plato”.
Claro cabrón, es que con Gloo, con Rakim (Shynelevell), con N3iz4n, nos hemos visto feos, muy feos. Por eso, con muy poco que pasara, ya iba a ser un gran cambio para nosotros. Cuando no has tenido nada, lo mínimo que obtengas haciendo lo que te gusta te parece una locura. Nosotros ya nos hemos sentido millonarios. Queda mucho, pero es muy gratificante.
"Cuando no has tenido nada, lo mínimo que obtengas haciendo lo que te gusta te parece una locura. nosotros ya nos hemos sentido millonarios”
¿En qué momento se encuentra CTDS?
No sé, no me parece para nada peak, creo que os queda todavía mucho por ver.
¿Entonces quedan por ver la luz proyectos colaborativos?
Sí.
Tienes muchos temas con Gloosito, el primero en dar el boom del equipo, y parece que ahora cada uno del grupo está centrado en desarrollar una imagen y una marca personal. ¿Sentís presión por estar a la altura de Gloo?
No, nunca hermano, además Gloo siempre deja claro que el tiempo de Dios es perfecto, solo tienes que seguir haciendo tu mierda y esforzarte más y más.
Ahora mismo estás en un camino de labrarte tu propio nombre.
Efectivamente, seguimos dando shows como colectivo, pero es verdad que ahora hay menos música bajo el nombre de CTDS. Estamos cada uno tratando de crear una propia línea y una propia marca, pero seguimos perteneciendo a un colectivo.
Entonces, ¿ves Poblao Muzik como el paso lógico a dar en tu carrera?
No, honestamente Poblao se siente como una despedida. Dejar claro, igual que con el Detroit como colectivo, que el papá de este sonido soy yo en España. En lugar de ir dando singles, he traído un disco con estos sonidos, para ahora poder dedicarme a una música más Dime, más lo que hacía hace años. Lo que quería era dejar tranquila a toda la gente que le gusta ese JayDime oscuro, de pogos. Tranquilos, que en los festivales podréis seguir reventando cabezas (risas). Voy a empezar a hacer más temas de discoteca.
Pensaba que el sonido que hiciste en Dime era algo que habías dejado atrás.
No, este disco es una despedida para toda la gente que pensaba así. Y aunque saque temas de discotecas, seguiré haciendo temas duros porque son los que más disfruto.
¿Te ha faltado algún feat o tema que te hubiese gustado ver en este proyecto?
No, me he quedado tranquilo con cómo está el proyecto.
Cuando escuché el disco, vi que el dinero, las drogas y la ropa de diseño eran temas recurrentes, como en todo tu catálogo. Me gustaría verte en un registro más tristón. ¿Tienes temas sentimentales por ahí guardados? ¿Cómo es que no sacas temas así?
Sí. A ver, tristón tristón no, tengo temas con letras como Llueve pero con bases de Ven (ambos temas del EP Dime).
Touchdown, el último tema de tu primer disco Dimeworld, sigue pareciendo un tema triste pero en una base dura, como que te estás refugiando en el trap para contar algo más sentimental.
Efectivamente, por eso es el último del disco. Touchdown es como un tema en honor a todo lo que ha pasado, como una vista atrás, un touchdown. También es así porque ese disco fue mi primer deal tocho en la industria. Pues ese tema me parece mi más infravalorado, como que no mucha gente lo disfruta tanto como yo.
Tienes a tu lado a Vampi, el productor de gran parte de Poblao Muzik. Diecinueve tacos. ¿Te ves reflejado en él, en tu época de Raw Souljas?
Sí, mucho.
Vampi es del colectivo de Menace102, un grupo de la escena underground. Aún estando ya fuera, se te ve muy metido.
No creas, el N3iz4n está bastante más. Para empezar, fue él el que nos presentó a Vampi y a mí. Justo es algo que no me puedo atribuir, ya no estoy tan metido. Estoy más enterado del de Estados Unidos, pero al final tengo que trabajar con gente de aquí, así que me entero. Pero sí, ahora tocaba trabajar con gente del underground, apostar.
Sin ser tú parte del underground sigues estando muy conectado a él.
Sí, pero yo lo soy al final. No en escena, pero sí en sonido.
Esa sensación que da Vampi que está ahora dando sus primeros pasos produciéndote, ese hambre, se sintió cuando cantaste en el Riverland el pasado agosto. ¿Crees que ese fue un punto de inflexión en tu carrera?
Sí tío, definitely, y el bolo que más he disfrutado hasta la fecha.
¿Qué sentiste al subirte al escenario?
En verdad es el primer festival al que voy bajo mi nombre únicamente. En todos ha sido con Gloo. Aunque me cediese cinco o diez minutos de show para par de temas míos no es lo mismo hermano. La frecuencia, la gente que está en el público te está esperando a ti, mis visuales puestos ahí. La verdad es que los diez minutos antes de subir estaba callado bebiéndome mi Red Bull y cuando me llamaron a salir me puse a dar palmitas con mis colegas. Nos pusimos a hacer compases que yo me arranco muy fácil (risas) pero muy tranquilo. La gente me veía y me decía: tío, no estás nada nervioso, ¿vas borracho? Y yo ni bebí alcohol. Yo iba borracho de felicidad, tenía muchísimas ganas de salir a comérmelo.
Uno de los puntos cumbres del concierto fue cuando saltaste al público y caíste encima de un fan. ¿Cómo fue eso en primera persona?
Mi error fue que en vez de tirarme mirando el cielo y caer de espaldas me tiré con los pies hacia delante. No me hice daño, pero a cambio caí encima de un pobre fan. Mis pies en su caja torácica.
¿Viste si estaba bien?
Sí, Pablo se llamaba. Le he prometido dos entradas para el tour de este año y le pedí mil disculpas.
Uno de mis temas favoritos tuyos es Mudd Draggin, un tema que tienes con Babymurda. No sé si es muy atrevido preguntarte, pero parece que él está enfrentado con CTDS, pero en el concierto del Riverland saliste a cantar ese tema y le tiraste un shoutout. ¿Sigues teniendo relación con él? ¿Haréis música juntos?
Yo no tengo problema con Babymurda, lo que pasa es que musicalmente creo que estamos en sitios diferentes. Él está en un rollo Philly, haciendo algo del estilo de Skrilla. En verdad lo que tiene para sacar suena que flipas, muy fresco. Le pasa como a nosotros en el colectivo con el Detroit o a mí con este trap de Poblao Muzik al estilo GloGang o Chief Keef, que al final se lo va adueñar.
Creo que está haciendo una música complicada de digerir para el público general, es un subgénero que todavía se está asentando en Estados Unidos.
Es que en el Philly son gremlins (risas), gremlins talentosos e incomprendidos. Hasta que la gente le llegue a ese sonido y acaben coronando más de lo que ya están.
¿Tenéis algo preparado para cerrar la etapa de Poblao Muzik?
Sí, hay gira. Creo que hay unas 8 fechas. Tengo las mismas ganas que con el Riverland, es esa sensación de tener un show individual.
Para terminar, sobre lo que viene después de Poblao, sientes miedo o presión por alcanzar un nivel superior?
Que va hermano, presión no, y miedo nunca. No tengo vergüenza ni pánico escénico, le echo cara. Eso sí, sin ser maleducado. Esto siempre lo dice Garzi, que aquí somos muy piratas. Con vergüenza no se come.
¿Tienes algún plan de proyecto para un futuro no muy lejano?
Me encantaría sonar en los móviles y en los coches de gente de a pie, y sonar más en las discotecas. Sueno en fiestas pero son muy de nicho, yo quiero hacer temas que suenen en Fitz, en Shoko, en Opium. Los que se bailan las chicas de imagen.
Eso te iba a decir, tú quieres llegarle a las cayetanas.
Sí, siempre me he llevado muy bien con ellas.
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