Apostar por tu proyecto y dedicarte a la música no es para cualquiera, y conseguir poner a tu ciudad en el mapa con ello, menos aún. Ambos son el motor de j Battle, que con proyectos como su último álbum, MGBA2 (que significa Make Bars Great Again 2), demuestra que las segundas partes sí funcionan.
Hoy jugamos en casa. El tren interminable hasta el centro de Madrid queda sustituido por ir a la terraza de siempre en la Avenida de la Alcarria para tomar el aperitivo un domingo cualquiera. j Battle es de esas personas que se toman su ambición en serio, de los que al hablar de planes a futuro lo hace con convicción. En él convergen la vena inquieta propia de un creativo y las pausas y dilemas que dejan entrever una persona perfeccionista. El fruto de una combinación así ha sido MBGA 2, su segundo álbum en solitario.
Has sacado hace nada MBGA2. ¿Qué sensaciones tienes?
Pues ha sido como parir, la verdad, orgulloso del trabajo que he hecho. Y también aliviado porque hago mucha parte de mezcla, de pensar las cosas, de decidir visuales, etc. Y es cansado, es como un proyecto de fin de curso. Entonces aliviado pero también orgulloso y contento por el recibimiento de la gente.
Es que eres muy de involucrarte en todas las partes del proceso.
Sí, y eso es sacrificado. Si tienes un equipo enorme que te ayuda a hacer todo, es más chill hacer solamente música.
¿Lo haces un poco porque te toca o por maniático?
Un poco por ambas. Sé que va a haber cosas que, aunque tenga más medios, voy a seguir haciendo yo. Por ejemplo, hablaba con un productor que me decía de hacer un álbum conjunto, pero a mí me gusta currar con muchos productores, ser la cabeza pensante, darle los toques a todos los temas y que luego sea juntar un poco de aquí y de allí, pero que sea mi idea.
A la hora de sentarte a hacer música, ¿cómo es tu proceso creativo?
Cada tema es un mundo. Tengo el estudio en casa y estoy todo el día haciendo mis movidas: mezclar temas de otra gente, escuchar música, temas que ya he hecho, etc. Hay veces que me hago la maqueta yo solo, otras que surgen de una sesión con un productor, de hacer el beat de cero, otras que hago con beats que me pasa la gente y hay veces que tengo letras por ahí sueltas y las voy metiendo en otros ritmos. Mola porque, al no tener un proceso único, también te salen cosas distintas.
Antes, cuando hacíamos rap, te ponías la base y a escribir, pero es un proceso distinto. Por ejemplo, hacerte un tema con autotune es diferente a hacer un tema melódico, que al final te pones en el micrófono a tirar melodías y luego las tienes que convertir en letras. Te salen hasta barras distintas. Si es un tema así más despreocupado o más de fronteo, pues igual lo hago así, pero si es algo más profundo, me salen peores letras si tengo que transcribir melodías.
Has dicho alguna vez que este álbum recoge influencias del trap francés que se junta con temas mucho más experimentales o que pueden ser más comerciales, que te apetece tirar ahora por ahí y salirte un poco del rap como tal. En ese sentido, ¿crees que es un poco un trabajo de transición?
Sí, pero creo que lo ha sido más Make Bars Great Again. Son dos trabajos paralelos para mí, aunque con el paso del tiempo este me parece mucho más serio. En ambos, desde el principio hasta el final, se ve una transición de sonido. Aún así, me parece que hay muchos registros que hago que no se han visto todavía, estoy con mi parte más de barras y de rap y ese rollo, pero no es todo el abanico que puedo tener.
Has convertido las gorras en tu seña de identidad. De cara a la portada del álbum, el protagonismo lo tiene una gorra nueva de la mano de Minibé, y quería preguntarte un poco qué representa y cómo ha surgido.
La gorra del primer álbum surgió en base a Make America Great Again de Kanye, no de Donald Trump, que no estoy a favor de sus ideas ni nada (risas). Quería reflejar la evolución de mi sonido y mi estética a través de ella, lo tuve claro desde el principio. Quería mantener el rojo, lo veía muy representativo del primer álbum, pero para el segundo, dejarlo en los detalles y tener una base blanca. La gorra es mucho más deportiva y creo que me ha salido bien porque, la verdad, lo tuve que hacer bastante deprisa y corriendo todo. Yo siempre voy con gorra, me mola y creo que es algo representativo mío, es coger un elemento y hacerlo tuyo, más cuando es algo que me sale natural.
Eres fan declarado de Kanye West. ¿Separas obra de artista en ese caso?
Bastante, la verdad. Creo que los artistas más grandes están todos de la olla.
O sea, que no llega a ese nivel esquizofrénico de que cada vez que sale una polémica dices, es parte del plan, let him cook.
Tampoco soy la persona más friki del mundo. Me cuesta enterarme al cien por cien de las escenas estadounidense o francesa o todo el rollo porque no son mis idiomas. Lo que más admiro de Kanye, aparte de su música, es que quiero ser igual de multidisciplinar: con la moda, cómo ha hecho los movimientos, como productor y rapper, etc. Esa cabezonería de tener claro que lo va a conseguir. Trajo muchos sonidos nuevos en sus primeras épocas, tenía temas que habíamos escuchado en todos los anuncios del mundo incluso antes de saber nosotros quién era Kanye West. Hizo cosas muy mainstream siendo experimentales.
¿Ha sido apostar por el arte como algo multidisciplinar el origen del Alterno Market?
El Alterno surgió de pensar que hay una escena aquí en Alcalá de gente de todos los rollos que hace cosas superguapas y que igual la gente de Madrid conoce individualmente pero no saben que todos somos de un mismo sitio. Mi hermano y yo tuvimos esa inquietud de hacer cosas aquí y nuestra hermana también, ella es muy underground, igual no está en el rollo urbano rapero pero le pasaba lo mismo y vimos ahí un vacío. Son cosas hechas de los artistas para los artistas.
Tu familia me da mucha curiosidad porque los tres hermanos os dedicáis al mundo del arte de una forma u otra y los tres habéis ido al mismo colegio en el que he estado yo. Sé que no es un ambiente en el que se premiase especialmente ser diferente, pero habéis salido bastante espabilados.
Creo que nuestros padres han tenido algo que ver con salir tan creativos. Los dos han tenido trabajos normales y corrientes pero mi padre es supermanitas con la madera, todas las reformas que hemos tenido en casa casi que las hemos hecho nosotros: pintar, tirar una pared, un suelo, etc. En el jardín, por ejemplo, hay un montón de casetas así rollo playa hechas por él. También ha construido una piscina de estas enanas que no puedes hacer nada con ellas (risas), unas escaleras plegables y sabe hacer de todo.
Luego mi madre tiene mano con el tema de la ropa, y es lo que hace mi hermana también. Igual una amiga suya le daba una bolsa de ropa que iba a tirar y ella coge un trozo de un vestido y de una camiseta y se hace un vestido más guapo. Por ejemplo, en el estudio tenemos un sofá que está tapizado todo con telas de vaqueros y cada vez que viene alguien flipa. Y de ver eso en casa algo se pega. También te digo que de nuestro colegio ha salido mucha gente. No diría que es la represión, porque tampoco lo he vivido así, pero muchas veces el ir a un colegio de curas hace que te pase lo contrario y luego seas muy culo inquieto.
Sobre las batallas, he revisado las Libreto Battles para preparar la entrevista.
¿Te has visto?
Sí. Pero ya me las veía en su día, ¿eh? Me acuerdo de que entonces te veía mucho mayor, pero al revisarlas ahora veo que eras un crío. Era gracioso porque siempre había gente que conocías y te lo tomabas a coña pero luego te llevas la sorpresa de que, joder, había gente buena.
Sí, yo lo dejé como a los quince o dieciséis años, o sea que batallé muy joven y me cansé muy rápido. Cuando fui más mayor me ponía de juez o estaba más organizando que otra cosa, pero también moló porque las primeras veces que canté en un escenario temas míos fueron en batallas.
Crecí y empecé a rapear en el parque con la gente en corros de freestyle o que cada uno se pusiera a cantar el tema que acababa de escribir, me parece la forma en la que tienes que vivir el rap para empezar y creo que ahora se puede perder un poco eso. Recuerdo aquella época como un entrenamiento, la toma de contacto. Me sirvió para soltarme, yo siempre he sido muy reservado y en la vida pensé que podía ser artista o subirme a un escenario. Eso me dio una soltura que flipas, también conocer a mucha gente con la que me sigo llevando hoy en día.
Aún así, en este álbum ya se van viendo nombres grandes, colaboraciones como con la Blackie, Easy-S y en el anterior que te produjo Nico Miseria.
Sí, la verdad no me quejo. Lo de Nico surgió porque le di un shoutout en el tema de Kanye West Freestyle antes del disco, que produjo un colega de Málaga que en su momento tuvo un grupo con Nico, se lo pasó y le hizo mucha ilusión. Le he conocido en persona y es un máquina, ha sido todo muy orgánico. Luego con Easy y la Blackie me seguían e intuía que les molaba mi música y les pasé un tema a medias. Eso es algo que estoy haciendo ahora que en su momento me daba cosa pero coño, si tienes un tema bueno y sabes que le puede encajar a alguien que además te tiene fichado, hazlo.
Por ejemplo, a Easy le conocí en persona y súper bien, en general toda la gente de Space Hammu me da muchísimo feedback y me están apadrinando bien. Te tienes que quitar un poco de rayadas a la hora de hablar con gente, ahora ya estoy en este punto de tener relaciones fuertes con productores o artistas y todo va más natural. Tienes que tener claro que todos los artistas son chavales normales y corrientes y tratarlos como tal, a partir de ahí surge todo. Yo conozco a un artista que llevo tiempo escuchando y al final estoy conociendo de cero a una persona.
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He visto que te mola mencionar a futbolistas en tus canciones, tipo Bellingham, Vinicius y tal. ¿Si tuvieras que equiparar tu música con un futbolista, quién sería?
Tengo que pensarlo bien. Bellingham es buen ejemplo porque es de mi edad, es de los mejores y muy polivalente también. Le ves por todas las partes del campo recuperando balones y metiendo goles decisivos, no se achica. Sería un box to box, un mediocentro de los que defiende, sube, mete goles y que hace de todo.
O sea, que eres madridista. 
Sí. Gracias a Dios.
¿Y tienes algún hobby que no te pegue?
Mis aficiones fuera de la música me da más por rachas. Igual me da por el ajedrez, el sudoku o juegos frikis. O por ejemplo, a videojuegos no suelo jugar mucho porque además cuando empecé con la música vendí la Play para pagarme un videoclip, pero últimamente sí que he estado jugando a uno que se llama Sekiro, que es de los más difíciles que hay. Me lo pasé y me flipó. Leer me gusta también, he leído mucho desde pequeño, pero también voy por rachas.
¿Qué referencias tienes más presentes ahora? Aparte de Kanye West.
Pues tengo referencias muy esparcidas, la verdad. En el rap, por ejemplo, lo que más me ha llamado siempre ha sido el español. He escuchado mucho norteamericano, claro, pero de rap madrileño de gente ahora pues el Mashek y el Vela, que son muy underground. También trap francés a fuego tipo La Fève o Laylow. Dentro de lo urbano, los artistas franceses me parecen los más adelantados. También he tenido mi época de trap norteamericano, al final hemos empezado escuchando a Travis, Don Toliver, todo el curro que hicieron con Jack Boys, Young Thug, Future, A$ap Rocky y demás.
Luego los otros estilos, música latina, rollo salsa, Héctor Lavoe, Gloria Estefan, etc., he escuchado un montón en mi casa por mi padre. Ahora estoy también mucho en el rollo de UK, tanto drum and bass como UK garage y movidas mainstream tipo PinkPantheress o Nia Archives. Es algo que voy a hacer mucho a partir de ahora y que en España no se hace tanto, pero también movida afro y el rap de allí tanto de drill, amapiano, cosas así, hacer una movida más europea. De España por ejemplo mi rapper favorito es Ébano, que también está muy metido en la movida francesa.
También vi que le hiciste como un tema a la Rosi.
La Rosalía también es de mis artistas favoritas, sin duda, porque es gente que hace de lo experimental mainstream. yYa no es solo que me influencie su música, sino ellos como artistas. Mismamente Nussar, que está saliendo ahora, o Ralphie, Rusowsky o incluso Sen Senra, que le puede escuchar todo el mundo pero es una movida nueva.
A lo mejor es que yo estoy esquizofrénica de C.Tangana, pero hay cosas que me recuerdan un poco a cómo empezó él.
Sí, sí, yo lo pienso también. De hecho, me hice un tema hace poco que tampoco es que tenga nada que ver, pero me recuerda a él de alguna forma. Somos los dos madrileños, venimos del mismo sitio y queremos hacer lo mismo. Su obra es toda su carrera, que es un poco lo que yo intento y por eso hago álbumes de conceptos redondos y que tienen una línea. Es lo que mola, ver la carrera de un artista y no ver cincuenta mixtapes sacadas por sacar, que todo tenga un concepto, una idea y unos movimientos estratégicos por así decirlo, no sé si eso todo viene de ahí. Yo creo que todo eso viene de él.
Y al igual que lo has tenido tú también en algún momento de decir, lo dejo. Porque al principio también estaba dudando.
Yo no, la verdad, creo que soy muy cabezón y muy inconsciente porque es una apuesta superfuerte. Siempre he sacado buenas notas y podría haber hecho la carrera que me hubiera apetecido y haber vivido de ello,  pero me hice un grado superior y mis padres me querían matar. Ahora no tengo remordimientos pero sí que es un pensamiento recurrente, nunca cambiaría las decisiones que he tomado pero sé que es algo arriesgado.
Eso supongo que también te sirve para trabajar la seguridad en ti mismo, saber que tienes una parte más artística y creativa pero también la de ser un coco.
Sí, claro, yo creo que eso se nota en mi música también. Puedes disfrutar de un artista que es full natural y a quien le da igual cómo sacar las cosas pero yo soy muchísimo más meticuloso, todo supercuidado y limpio. Creo que esa parte la estoy aprovechando en la música. Ahora, por ejemplo, he terminado el disco y estoy cansado, ya no de mi música sino de querer irme por ahí y desconectar. Si solo hiciera música no me cansaría, pero es que son un montón de cosas más: todo el rato estar pendiente de WhatsApp, de los eventos, de que le tengo que mezclar a no sé quién o de pasarle los ritmos… Es un trabajo que estás haciendo todo el rato.
Tengo la sensación desde hace unos años de que no estoy haciendo nada y a la vez estoy haciendo todo. No tengo rutina, igual me levanto a las once de la mañana y me da la sensación de que soy un vago, pero a la vez siento que estoy todo el día haciendo cosas, hay una dicotomía rara. Luego, cuando recapacito bien, reconozco que soy un currante y sé que si me llega algún día la oportunidad de vivir de esto va a ser merecida.
De cara a este veranom he visto que vas al Riverland, ¿algo que se pueda esperar?
Aparte del Riverland tengo alguna cosilla más cerrándose. Pues yo creo que a la gente que no nos ha visto en directo le va a gustar mucho porque como somos cuatro y todo eso. Desde fuera creo que hacemos directos muy guapos. Y alguna sorpresilla más, vamos a hacer cosas especiales. Por lo demás, voy a estar haciendo música, preparando lo siguiente, ahí de vacaciones y currando también.
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