¿Qué tiene Iván Pellicer? Una curiosa mezcla de inocencia, rebeldía, vulnerabilidad y juventud. No hay género cinematográfico que amedrente al actor, ya sea el drama familiar o la comedia, pasando por la telenovela adolescente o el terror más psicológico. Él quiere explorarlo todo. Lo último, su participación en el biopic Disco, Ibiza, Locomía, y en otoño estrenará Querer, una miniserie dramática dirigida por Alauda Ruiz de Azúa.
Entrevista extraída de ACERO vol. 8, publicada en julio de 2024. Hazte con tu copia aquí
Es algo inmediato. Cuando el actor Iván Pellicer entra en una habitación su energía se expande por toda la sala. Su mirada curiosa denota una personalidad inquieta, deseosa de aprender, de explorar los límites de una profesión para la que parece haber nacido. Sus personajes siempre gozan de matices, incluso los más gamberros y desenfadados, son seres humanos atrapados en circunstancias que no pueden controlar. Iván se estrenó en el cine con Ánimas, donde encarnaba a un adolescente tan furioso como perdido. Y desde entonces no ha parado de ofrecernos notables interpretaciones de la mano de directores como Carlos Montero, Eduardo Chapero-Jackson o incluso Manolo Caro. El nuevo gurú de la ficción hispanoamericana en Netflix lo requirió en Sagrada Familia para el complicado papel de Abel, un joven cuya madre, interpretada por Najwa Nimri, le obligaba a huir con ella de un día para otro, para refugiarse en un barrio residencial plagado de secretos. Su trama, el romance entre un adolescente y un inspector de policía, fue una de las más comentadas y arriesgadas de la ficción durante sus dos adictivas temporadas. Iván salió tan victorioso que no dudó en aceptar un nuevo desafío: interpretar a uno de los integrantes de Locomía en el biopic Disco, Ibiza, Locomía estrenado este mismo año. Nada ha logrado intimidarle, ni la purpurina, ni los abanicos, ni las noches más turbias o el drama más histriónico. Ahora, tras superar la resaca de ese proyecto tan intenso, Iván inicia una nueva etapa en su carrera afrontando papeles de un calibre emocional mucho más serio y contundente.
¡Iván, hace mucho que no hablamos! ¿Cómo va todo!
Pues sin parar, tío, este mes estoy hasta arriba. Estoy rodando dos proyectos a la vez y no tengo tiempo para nada más. Ahora, justo me has pillado entrando por la puerta de casa, tengo aquí al lado a mi perrita. 
¿Son ambos rodajes en Madrid?
Sí, eso lo agradezco. No tengo que ir de una ciudad a otra. Estoy currando en dos series muy diferentes entre sí. Una de ellas se titula Legado y la protagonizan José Coronado y Belén Cuesta. Es una especie de thriller con tramas familiares de estos que enganchan. La otra es Furias, dirigida por Félix Sabroso. 
Me encanta Félix Sabroso, Perdona, bonita, pero Lucas me quería a mí y Descongélate me parecen muy divertidas. 
Sí, además en la serie están Candela Peña, Nathalie Poza y Carmen Machi. Un reparto increíble. 
La verdad es que sí. Oye, hace nada estrenaste Disco, Ibiza, Locomía, que tuvo una promoción muy grande, ¿qué tal estás llevando la resaca de todo ese ajetreo? 
Disco, Ibiza, Locomía ha sido una experiencia muy fuerte en general. El rodaje fue muy intenso, al igual que toda la promoción que hicimos. En el estreno estaba muy nervioso, ese día iba a conocer a Manuel Arjona, a quien interpreto en la película. Fue un momento muy especial. Pero sí, acabé agotado con toda la promo. Además, nada más terminar, empecé a rodar estos dos proyectos que te comentaba, una locura. 
Cuéntame un poco más sobre ese momento en el que conociste a Manuel. 
Fue muy guay. Nos hicieron varias fotos juntos y me dijo que estaba muy contento con mi trabajo. Recibí un feedback muy positivo por su parte. 
¿Cómo has vivido el poder formar parte durante los meses de rodaje del universo Locomía?
Me sentí muy cómodo. Lo pasé superbien durante los ensayos de baile que duraron casi dos meses. Esos momentos creo que nos ayudaron a crear un grupo de verdad, hicimos piña todos los miembros de reparto y fue muy guay. Ojalá todos los rodajes fueran así. Y en ese mundo de color, de brillos, de purpurina. ¡A mí me encantó! Creo que eso es precisamente lo mejor del proyecto.
Yo sé que a ti te gusta mucho bailar, pero no es lo mismos hacerlo en tu vida real que hacer esas coreografías que hacían Locomía. ¿No sentiste algo de vértigo teniendo que asumir ese nivel en las coreografías ? 
¡Qué va! Bailar era una de las cosas que más me motivaban. Creo que se me da muy bien expresarme con el cuerpo. También lo consideré un poco como un reto muy divertido. Me apetecía mucho hacer un personaje que bailara, que se subiera a un escenario vestido con trajes extravagantes, rodeado de purpurina. Fue uno de los mejores desafíos a los que me he enfrentado como actor. 
¿Llegaste a hablar con alguno de los integrantes de Locomía durante el rodaje?
En mi caso no. Manu Font, interpretado por Jaime Lorente en la película, y Lurdes Iribar, interpretada por Blanca Suárez, sí vinieron a vernos. Pero yo me preparé para el papel a través de la música, observando su forma de bailar. Vi un documental que me gustó mucho sobre el grupo, y leí muchas entrevistas que hicieron cuando eran jóvenes. Pero la clave para mí ha sido aprender a bailar. La corporalidad ha sido muy importante. Tengo que decirte que en parte agradezco no haber conocido a Manuel hasta hace poco, porque eso me ha permitido crear mi propio personaje con libertad. Siempre hay cierta presión cuando interpretas a alguien real, yo pude seguir mi propio camino. Disco, Ibiza, Locomía no es una película biográfica sino más bien un homenaje a la esencia de la banda y lo que lograron.
Como espectador, ¿te van los musicales?
Te diría que no he visto muchas películas musicales, pero cuando me topo con alguna la he disfrutado mucho. Me encanta fijarme en cómo los actores encaran ese tipo de proyectos, su disciplina y su talento cantando, bailando, expresando todas esas emociones a través de la música. Ahora que lo pienso, me gustaría ver más. 
Locomía era una banda que bailaba mucho y sus coreografías parecían complejas. ¿Cómo fue vuestro primer día de ensayo?
Fue un puto desastre porque bailar así es bastante complicado. Coordinar el baile con los movimientos de los fans fue muy difícil. También tuvimos que hacer playback, bailar, girar... pero una vez aprendes es como conducir, no lo olvidas.
Si es que bailar te tira mucho…
¡A mí me encanta el baile! Durante todo el rodaje nos acompañó un grupo de bailarines que nos ayudó mucho. Pero la verdad es que no me hizo falta pedir ningún consejo a nadie (risas). Yo bailo mucho en mi vida cotidiana, me encanta escuchar música y bailar, sobre todo cuando salgo. 
¿Cuándo fue la última vez que saliste a bailar un perreo intenso? 
¡En el Primavera Sound! Aunque fui solo un par de días. 
Yo también estuve.
¡Lo pasé genial! Me dio rabia porque solo llegué a la parte final de la actuación de Lana Del Rey. Después me fui para Rels B y cuando terminó tuve que saludar a muchísima gente. Luego ya la noche me confundió y lo pasé genial. Recuerdo que el sábado vi a una chica actuar que me pareció increíble. 
Seguramente era 070 Shake. La gente se volvió loca con ella. 
¡Sí, esa era! 
Es lo más. Muy cool. Tu querido Sen Senra no actuó este año…
Ya lo sé, tío. Además, hace nada tocó en Las Noches del Botánico y no pude ir porque estaba enfermo. ¡Me dio una rabia!
Si es que hemos estado todas malas, con este tiempo es imposible no resfriarse. La garganta la tengo en carne viva. 
¡Yo igual! Ahora parece que algo mejor, pero todavía no estoy bien del todo. 
¿Podemos confirmar que sigue siendo tu cantante favorito? (Risas).
No sé si quiero confirmar que es mi cantante favorito, pero Sen Senra me gusta mucho. Sus letras y cómo expresa sus emociones hacen que me identifique mucho con él. No tengo un cantante favorito. Odio esa presión que supone tener algo favorito. Yo soy alguien a quien le gustan algunos aspectos de un artista, pero nunca su totalidad. Sobre Sen Senra puedo decirte que fue uno de los primeros cantantes que logró que me identificara mucho con su trabajo y con su manera de hacer las cosas. 
¿Y qué te parece la música electro pop? Con ese género triunfó Locomía a finales de los ochenta. 
A mí esa música me gusta, me hace gracia, puedo bailarla si suena y la disfruté durante el rodaje de la película, pero no la consumo. Aún así, este proyecto me ha ayudado a conocer un poco más este género y a descubrir que hay mucha gente aficionada a él y que lo viven y lo vivieron con mucha intensidad en aquella época. 
¡Es que la intensidad de aquella época era algo brutal!
Súmale eso a que Locomía tenía mucho desparpajo, vestían de una manera muy llamativa y bailaban muy, pero que muy bien. Si yo hubiera vivido aquella época, me habría fijado en ellos sin dudarlo. 
En segundo de carrera viajé a Ibiza con unas amigas y pude vivir lo que es la isla ahora, con fiestas como la de Ushuaia o Amnesia donde pinchan los mejores DJs del mundo. ¿Tú también has probado las noches ibicencas? 
Sí, he estado y también he estado en la discoteca que comentas. Pero la noche no es lo que más me gusta de Ibiza. He tenido la suerte de pasar largas temporadas en la isla y para mí lo mejor es su energía. Ese lugar tiene una vibración única y la gente con la que puedes encontrarte es muy especial. Me gusta más visitarla en primavera, cuando todavía no está llena de turistas, porque en verano está abarrotada de gente. Para mí, Ibiza es un lugar para desconectar más que para desfasar. 
Locomía vivió un momento de popularidad muy intenso pero a la vez muy efímero, ¿no crees? 
Creo que las cosas se complicaron mucho para ellos debido a las situaciones internas en las que se vieron implicados, sobre todo cuando Xavi Font decidió desvincularse del productor, José Luís Gil. Desde ese momento todo se volvió muy difícil para el grupo. 
Ellos son un ejemplo muy acertado de cómo funcionan últimamente las cosas, con el estreno de películas que de un día para otro se convierten en auténticos fenómenos y sus protagonistas, en estrellas de la noche a la mañana. 
Sí, yo también tengo esa sensación. Creo que esa inmediatez debe ser muy difícil de gestionar. Sucede muy a menudo con los estrenos que se lanzan en las plataformas de streaming. Me parece algo muy loco, si me pasara algo así, no sé como reaccionaría. 
Además, puede ser algo muy fugaz, porque se estrenan muchas películas y series todas las semanas.
Claro, puede que durante los meses posteriores al estreno de tu serie o película te reconozca todo el mundo cuando salgas a la calle, pero igual después de un año, no te conoce ni Peter. Eso, mentalmente, no se cómo se puede gestionar porque a mí nunca me ha pasado. Yo estoy muy contento con cómo me han ido sucediendo las cosas y con mi situación actual.
En tu caso yo creo que todo fue más gradual, paso a paso.
Sí, puede ser.
¿Has dejado de hacer algo en tu vida diaria debido a la popularidad que te ha traído tu presencia en el cine y la televisión? 
Qué va. Yo siempre he hecho mi vida normal. En ocasiones me suelo encontrar con la típica situación en la que te reconocen o les suenas de algo, pero no saben muy bien de qué. Me ha pasado a veces que estoy sentado en un restaurante, tranquilamente, y alguien que pasa por mi lado cuando se sienta en su mesa veo que se pone a buscar en Internet con el móvil. Otras veces me han parado por la calle y me han pedido hacerme una foto, muy amables pero llamándome Arón (Piper). En plan, “Arón, ¿podemos hacernos una foto contigo?”. Yo les respondo que sí, pero que no soy Arón (risas). Recuerdo una especialmente en un supermercado en Portugal. Insistí varias veces en que no era Arón, pero no se lo creían, decían que les estaba engañando e incluso se sorprendían por lo bien que hablaba español. En esos momentos es más fácil echarse la foto y ya se darán cuenta ellos de que yo no soy quien piensan (risas). 
Entonces tú sigues cogiendo el metro y tomándote tus cervecitas en una terraza con tus amigos… 
Todo eso lo sigo haciendo como siempre he hecho. 
Oye, y ahora que no paras de encadenar trabajos, siento curiosidad por tu gusto a la hora de escogerlos. ¿Crees que tus preferencias han ido cambiando con el tiempo? 
Me parece una muy buena pregunta. Creo que me encuentro en un momento en el que considero que mis gustos han cambiado bastante desde que empecé en esta profesión y ahora me gustaría hacer otro tipo de cosas. Quiero dejar claro que no me arrepiento de nada de lo que he hecho. Estoy encantado con todos mis proyectos anteriores y los volvería a hacer de nuevo, pero ahora me apetece poder escoger con más calma y atención. 
Como actor, ¿qué tipo de historias te gustaría contar ahora? 
Lo hemos comentado alguna que otra vez; sabes que me encanta el cine de autor. Ahora me gusta empatizar mucho con la historia que me ofrecen, con su guionista o con el director que la va a dirigir. Me gusta mucho que las personas detrás de un proyecto tengan muy claro lo que quieren contar y el motivo de hacerlo. Eso es algo que me motiva muchísimo. También valoro mucho cuando me permiten tener mucha libertad y aportar mi granito de arena y poder crear junto al equipo. 
Háblame de los directores con los que te gustaría trabajar. 
Si Xavier Dolan me llamara, aceptaría sin dudar (risas). 
Ahora creo que está medio retirado pero nunca se sabe.
Es verdad. También quería rodar con Alauda (Ruiz de Azúa) y lo he conseguido. 
Ahora que la mencionas, has terminado de rodar su nueva serie para Movistar, Querer
Eso es, y también es un ejemplo perfecto del tipo de historias que quiero contar. Hace nada fui a doblar alguna que otra escena y me está encantando lo que estoy viendo. Estoy muy, muy contento con este proyecto. 
La serie cuenta una situación familiar muy fuerte, cargada de emociones al límite. La madre de tu personaje, tras 30 años de matrimonio y dos hijos en común, abandona el domicilio conyugal y denuncia a su marido por violación continuada.
Sí, es algo muy grave. 
¿Cómo te has preparado para sumergirte en esa complicada trama familiar? 
A veces ni soy consciente de cómo lo hago. Tras una larga jornada de trabajo no sabía por dónde estaban transitando las emociones de mi personaje. Llegaba a casa y me sentía muy, muy cansado, casi sin energía. Creo que era algo tan fuerte lo que estábamos contando que absorbía toda mi fuerza vital. Cuando rodé la serie en Bilbao no me dediqué a absolutamente nada más, terminaba de trabajar y me iba a casa a leer o a dormir. No podía hacer ninguna otra cosa. 
¿De qué manera se te presentó un proyecto tan complejo? 
Me llamaron para hacer el casting justo cuando terminaba de rodar Disco, Ibiza, Locomía. Me encontraba en Tenerife y corriendo cogí un vuelo a Madrid para hacer el casting con Alauda. Fue bastante largo, casi hora y media, además, con mucha improvisación de por medio. Pocos días después me mandaron los guiones y me preguntaron si lo quería hacer. Respondí con un sí rotundo. 
¿Qué has descubierto de ti mismo tras afrontar un papel de tanto calibre emocional? 
De la mano de Alauda he aprendido mucho, pero sobre todo a confiar en mí mismo y a creer en lo que hago. Siempre he sentido mucha inseguridad y cierto miedo por cómo hago las cosas y Querer me ha ayudado a ganar confianza, no solo como actor, también como persona. Eso me ha encantado, ha sido maravilloso poder trabajar con Alauda. 
Has mencionado que el rodaje fue en Bilbao, ¿cómo viviste esos días alejado de tu gente en Madrid? 
Los viví bastante bien. A veces el ritmo de la vida aquí en Madrid puede saturar y me vino bien desconectar. En la serie coincidí con Miguel Bernadeau, que interpreta a mi hermano, y pasamos mucho tiempo juntos. Luego, como te he dicho, he estado descansando y pasando ratos muy tranquilos, paseando, visitando Donosti y disfrutando del lugar. Personal y laboralmente, Querer ha sido de las mejores vivencias que me han sucedido. 
Ya que estamos hablando de desconexión, en tu vida diría ¿cómo dejas un lado el estrés de los rodajes?
Mira, voy a contarte lo que voy a hacer hoy para desconectar, porque cuando me has llamado acababa de llegar a casa después de un largo día de rodaje y estoy agotado, la verdad. Voy a limitarme únicamente a pasear a mi perra, a hacerme algo de cenar y después a sobar. Mañana me vienen a recoger a las cinco de la mañana. 
¡Vaya madrugón!
Sí, es un buen madrugón. En Bilbao era diferente cuando terminaba de rodar. He estado quedando mucho con Miguel para tomar algo y charlar de cosas que no fueran la serie. Pero, a veces, cuesta mucho no pensar en el trabajo, en cómo haces las cosas y en si las harías de otra manera. Una ducha caliente y al final un poco fría siempre ayuda a hacer que la mente descanse un poco y pensar: lo hecho, hecho está. 
¿Te es fácil hacer amigos en los rodajes? 
Sí, muy fácil. No te diría que soy una persona muy abierta, pero no tengo problemas a la hora de socializar. Sé que igual me cuesta un poco mantener las relaciones con el paso del tiempo, pero de primeras se me da superbien (risas). 
Claro, teniendo en cuenta que vas de un sitio a otro y que los horarios de los rodajes no ayudan mucho, no debe ser fácil mantener las amistades. 
He de decirte que la gran mayoría de amigos que tengo en Madrid son también actores y me comprenden perfectamente. Pero los colegas que no se dedican a esto tienen que acostumbrarse un poco. 
Tengo la sensación de que Querer nos va a dejar a todos muy sorprendidos. 
No sé qué pasará, pero creo que la serie puede dar mucho que pensar. Respecto a mi papel, desconozco si va a causar algún tipo de reacción en especial. Sé que nunca consigo verme del todo como el personaje por muy diferentes que sean mis papeles entre sí, me ponga lentillas o me cambien el pelo. Al fin y al cabo, convivo todos los días conmigo mismo.
2-IVAN-PELLICER-9.jpg
Top y chaleco CARLOTA BARRERA, pantalón MANS CONCEPT.
3-IVAN-PELLICER-11.jpg
Jersey LOEWE.
6-IVAN-PELLICER-8.jpg
Traje MANS CONCEPT, camiseta ARKET.
4-IVAN-PELLICER-1.jpg
Jersey y camisa GUCCI.
5-IVAN-PELLICER-2.jpg
Top JEAN PAUL GAULTIER, pantalón DIESEL, zapatos JIMMY CHOO.
7-IVAN-PELLICER-10.jpg
Top y chaleco CARLOTA BARRERA.
1-IVAN-PELLICER-12.jpg
Full look DSQUARED2. 
8-IVAN-PELLICER-7.jpg