Israel B lleva dando guerra más años que la carraca. Desde su etapa en Takers a El ejército de un hombre solo, la evolución musical del de Orcasitas ha sido notoria, dejando atrás a muchos de sus coetáneos que no han sabido adaptarse al cambio de tendencias. Siempre acompañado de su mano izquierda, Lowlight, el nuevo disco de Israel B cumple lo justo para mantenerlo un año más en la cresta de la ola.
Tras dos años de su último disco, El ejército de un hombre solo, Israel B vuelve a la carga con Mi propio peor enemigo. Sin promociones excesivas, con dos sencillos que no hicieron mucho ruido y con mucha clase, el cantante y su equipo se mantienen fieles al cuidado y el respeto a los proyectos largos que llevan demostrando hace años. 
El disco lleva consigo un concepto interesante que Israel explicó vía post de Instagram: “Ha sido un año y medio bastante malo a nivel personal. Me he dado cuenta de que estoy solo, que estamos solos, que vivimos en un mundo en el que todo el mundo vive en una superficialidad y en una comparativa constante”. Tras años mostrando esa faceta de rapero inquebrantable, el artista rompe con lo que se esperaría de él y presenta un disco que, si bien no es íntegramente personal, tiene trazos de ser su proyecto más profundo hasta la fecha.
El apartado visual del proyecto plasma a la perfección el momento que atraviesa el de Orcasitas, predominando el blanco y negro y con una portada que referencia a la perfección lo que es plantearte la vida un domingo de resaca. Sin sobrecargar en exceso el proyecto de FX ni títulos vistosos, la dirección creativa deja que la música hable y sigue esa onda lowkey que ha ido cogiendo el rapero estos años, y eso es un gran punto a favor. 
Una de las facetas claves de los discos que ayudan a entrar en materia son las intros. Generalmente los artistas suelen elegir una introducción que no tenga tanto replay value pero que introduce al oyente en la temática del proyecto o, por el contrario, colocar uno de los tracks más potentes del LP para captar la atención más superficial. Israel opta por meter las dos en una con Prólogo 34:1, donde comienza con un trap más personal que transiciona a un sexy drill con una temática en común: la falta de confianza en el entorno que le rodea. Si bien es cierto que es una buena intro, la ejecución podría haber sido mejor y no en un beat de carácter tan agresivo que se aleja del concepto del proyecto. En cuanto al cierre, no dice nada y se podría haber experimentado algo más.
Pasamos a la vuelta de Ébano después de unos meses de inactividad en Pequeñas cosas, uno de los tracks más potentes del disco gracias al quejío de Ébano, que tantas alegrías nos ha dado. Los featurings en general están impecables, siendo los típicos Ill Pekeño, Dano y Ergo Pro (agüita con su performance) a los que se le suman dos no tan habituales, como Atomic Otro Way en un dancehall que saca a Israel de su zona de confort, y La Pardo, una colombiana que aporta una angelical voz femenina para firmar Unaná.
Se agradece también la variedad de beats en un disco tan oscuro donde Israel empieza a marcar el sexy drill como seña de identidad. Se nota la intención de evitar la monotonía en cuanto a sonidos y eso es un punto a favor. Eso sí, se le nota la falta de costumbre en ritmos más profundos a nivel composición y por eso el proyecto se posiciona en mitad de la fina línea entre un disco o una mixtape. Es un punto a mejorar porque rapear explícitamente sobre sexo en un disco propuesto como personal no es lo mejor, aunque no quita que Wet con Ergo Pro, el tema más sucio, sea el mejor. 
En líneas generales, Mi propio peor enemigo es un buen conjunto de canciones donde Israel da un paso adelante a nivel conceptual y experimental pero se queda en el camino de ser lo que se debe conocer como un disco introspectivo y profundo. Se agradece ver a un Israel con menos estigma de rapero de calle duro que no puede mostrar debilidad y eso es muy positivo, porque si las figuras de la escena como él se muestran vulnerables ante lo que sucede en sus vidas, las generaciones venideras lo tomarán de ejemplo y no tendrán que vivir esa represión emocional que vivió la suya. 
Track favorito: Wet (ft. Ergo Pro)