Ismael de la Trinidad no sigue reglas ni se conforma con lo establecido: su forma de crear es pura anarquía. En esta entrevista, nos abre las puertas de su mundo creativo, donde la empatía, el instinto y el arte más visceral marcan cada proyecto. Este artista andaluz ha revolucionado la estética visual de la música, llevando su pasión por el flamenco y la cultura surrealista a proyectos con artistas como Dellafuente, Carolina Durante o Lia Kali. Conoce su lado más creativo y déjate llevar por su historia en esta charla sincera.
Criado en Granada, Ismael de la Trinidad es un director creativo que ha sabido dejar su huella en la industria musical española, desafiando lo convencional y redefiniendo la estética visual del panorama. Su arte, marcado por sus raíces andaluzas, su pasión por el flamenco y una mirada surrealista, ha ido creciendo con él: desde sus inicios en la hostelería hasta la creación de su propio estudio.
Su trayectoria despegó junto a con Dellafuente, donde desempeñó un papel esencial como director creativo en álbumes como Lágrimas pa otro día, Tayfa Yallah, Milagro, Tanteo y DEP. Con el paso de los años, su capacidad para materializar conceptos abstractos y emociones en imágenes lo ha llevado a colaborar con artistas como Ángeles Toledano, Israel Fernández, Eladio Carrión, Cano, etc, consolidándose como un referente en la industria.
Su estilo es un reflejo de su propia esencia: caótico, libre y profundamente emocional, sin ataduras a las reglas establecidas. Desde la dirección creativa de álbumes hasta la creación de videoclips, Ismael convierte lo intangible en una realidad visual. Se presenta como un puente entre las ideas más abstractas y su materialización en imágenes que no solo hablan, sino que gritan. En esta entrevista, nos abre las puertas de su mundo y nos cuenta con total honestidad cómo ha crecido su mirada artística y lo que hay detrás de su proceso creativo. A pesar del tiempo, su esencia sigue intacta: un creador sin filtros ni límites, siempre dispuesto a romper las barreras de lo establecido.
Lo primero, ¿cómo estás?
Muy bien, es la primera entrevista que hago.
¿Sí? ¡Qué ilusión! Yo he hecho pocas entrevistas, así que estoy igual que tú, no te preocupes. ¿Empezamos?
Dale, estupendo.
Me parece importante que comencemos con tus inicios. ¿Qué te llevó a adentrarte en la creación de proyectos y a fundar tu propio estudio creativo?
Siempre he intentado trabajar sin poner mucho la cara, sin darle mucha importancia a mi nombre. Pero llegó un momento en el que me llegaban bastantes proyectos a la vez y quería poder aceptarlos todos. Entonces fue cuando pensé en formar un equipo de trabajo. Además, me gusta trabajar con más personas y cuidar a mi gente. Siento que en este curro existe una gestión de egos constante, no en el mal sentido, y como la dirección creativa es algo tan etéreo, pensé que estaba bien tener un nombre en el que la gente se pueda arropar.
Has trabajado en la dirección creativa de artistas diversos: desde Israel Fernández, Ángeles Toledano, Dellafuente y Cano, hasta Carolina Durante, Lia Kali y Eladio Carrión. Muchos de ellos comparten una esencia flamenca en su música, ¿Es coincidencia o sientes una afinidad especial por el género?
A ver, yo antes que persona, soy andaluz (risas). Soy de Granada de toda la vida, como Lorca.
“Mis proyectos están muy conectados con mi origen y mi tierra. Ser andaluz te da muchas cosas. Hay una chispa, hay un duende en el aire.”
Entiendo que allí conociste a Dellafuente
Sí, somos amigos desde el instituto. La peña que se dedica a esto lo sabe, se puede llegar a esta industria por muchos sitios. Yo he trabajado toda la vida en hostelería, desde los dieciséis. No tengo estudios, no tengo la ESO, siempre he estado a mi rollo. Mi afición en clase era escuchar música (risas). Y bueno, está todo muy conectado y obviamente las amistades influyen. Yo he llegado hasta aquí, primero, por cómo soy, y segundo, porque uno de mis mejores amigos es Dellafuente.
Mis proyectos están muy conectados con mi origen y mi tierra. Ser andaluz te da muchas cosas. Hay una chispa, hay un duende en el aire. Y siento que allí la vida va más lenta y los recursos que tenemos a nivel educativo, político y social son distintos, a veces más recortados, por eso la imaginación vuela. Te paras a ver qué está pasando en el aire. Creo que esto nos da una sensibilidad especial.
Lorca decía una cosa de Granada que me encanta: como Graná está rodeada de montañas, todas las energías que hay dentro se concentran, como si fuera una olla express. Yo creo que esta concentración de energías nos deja, primero, con ‘mala follá’, como se dice, y luego, una visión de las cosas que no se puede explicar.
Mis proyectos están muy conectados con mi origen y mi tierra. Ser andaluz te da muchas cosas. Hay una chispa, hay un duende en el aire. Y siento que allí la vida va más lenta y los recursos que tenemos a nivel educativo, político y social son distintos, a veces más recortados, por eso la imaginación vuela. Te paras a ver qué está pasando en el aire. Creo que esto nos da una sensibilidad especial.
Lorca decía una cosa de Granada que me encanta: como Graná está rodeada de montañas, todas las energías que hay dentro se concentran, como si fuera una olla express. Yo creo que esta concentración de energías nos deja, primero, con ‘mala follá’, como se dice, y luego, una visión de las cosas que no se puede explicar.
Sí, la verdad que hay muchísimos artistas que nacen en Granada, no debe ser casualidad.
Sí, desde Los Ángeles, que es una banda de los 50, hasta ahora siempre hemos sido referentes, sobre todo en la música.
Aun así, cada artista con el que has trabajado tiene un estilo muy diferente, ¿cómo consigues adaptarte a cada proyecto sin perder tu sello personal?
Sin tener sello (risas). Yo no trato de imponer una estética personal, sino que me adapto a las necesidades del artista. Es un servicio que presto, lo que supone crear un departamento de arte adaptado al equipo que lo contrata. Yo trabajo desde un lugar que implica ver qué necesita el artista y actuar desde una posición más emocional, más de ‘psicólogo’. Tampoco es eso, pero para que se entienda.
Siento que todos los años que he trabajado en restauración y todo lo que he aprendido en terapia me sirve un montón cuando curro con un artista, porque es leer sus necesidades y qué quieren hacer con eso. La obra es suya, y a veces incluso el nombre de director creativo impacta mucho. Entonces supongo que mi sello personal, si tengo que decir algo, es mi empatía y mi buen gusto, que es lo que siempre doy de mí en cada proyecto.
Siento que todos los años que he trabajado en restauración y todo lo que he aprendido en terapia me sirve un montón cuando curro con un artista, porque es leer sus necesidades y qué quieren hacer con eso. La obra es suya, y a veces incluso el nombre de director creativo impacta mucho. Entonces supongo que mi sello personal, si tengo que decir algo, es mi empatía y mi buen gusto, que es lo que siempre doy de mí en cada proyecto.
Para entender tu forma de trabajo, cuando defines la identidad visual de un artista o un álbum, ¿cuál es el punto de partida? ¿Cómo empiezas a crear ese universo?
Hay muchos. Como digo, aquí hay una parte de sensibilidad y de ver las necesidades que tiene el artista. A veces te llega con un disco acabado que no tiene nombre; te lo escuchas, sacas conclusiones, hablas con el artista y descifras un poco qué ha volcado ahí o en qué punto de su vida está. A partir de ahí empiezas a construir. Otras veces te vienen directamente con un nombre. Diría que siempre es un trabajo muy personal, yo lo que intento es leer la situación y el artista. Entonces trato de bajar a imágenes o a narrativas lo que el artista ha volcado en su disco.
¿Cuánto de intuición y cuanto de planificación hay en este proceso?
Yo no soy nada estructurado. Para mí, la dirección creativa son diez minutos y el resto del proyecto es más una cosa de project management. Hay momentos en los que siempre aparece la intuición y tu cabeza te lleva por un sitio u otro. A mí siempre me vienen ideas a la cabeza, imágenes, sensaciones, y las expreso sin miedo a equivocarme o a decir una gilipollez o algo incómodo. Siempre intento que no haya filtros en este proceso y luego ya después se va puliendo con un equipo que te ayude a tangibilizar y a ‘briefear’ la paranoia que te has montado en la cabeza para que la gente lo entienda.
Yo me lo imagino como un embudo por el que pasan emociones, conceptos e ideas abstractas para convertirlas en una realidad. Hay un punto de crear un espacio, una mesa de trabajo imaginaria donde cada uno puede aportar un poco de lo suyo. No me gusta cuando se dan las cosas muy cerradas, mola que todos estén implicados y no se convierta en un ‘encargo’, sino que cada persona pueda aportar su arte.
Yo me lo imagino como un embudo por el que pasan emociones, conceptos e ideas abstractas para convertirlas en una realidad. Hay un punto de crear un espacio, una mesa de trabajo imaginaria donde cada uno puede aportar un poco de lo suyo. No me gusta cuando se dan las cosas muy cerradas, mola que todos estén implicados y no se convierta en un ‘encargo’, sino que cada persona pueda aportar su arte.
Con la creciente importancia de lo visual en la industria musical, especialmente con el auge de redes sociales como TikTok, ¿cómo ha cambiado el rol del director creativo en los últimos años?
La realidad es que hacer un disco supone mucho trabajo. Hay una presión muy grande con lo visual, con los algoritmos, TikTok, las redes, etc., y tener una figura que te ayude con todo eso ahora está más solicitado. Aunque no es lo mismo ser director creativo que community manager. Siento que la figura del director creativo tiene mucha más importancia que hace seis años, cuando empecé, que casi ni existía. No sabías muy bien cómo definirte a ti mismo o lo que hacías, y al cabo del tiempo ha ido cogiendo sentido y se ha materializado en esta figura.
“No soy nada estructurado. Para mí, la dirección creativa son diez minutos y el resto del proyecto es más una cosa de project management.”
Ya llevas una trayectoria larga, ¿cómo ha evolucionado tu estilo y tu forma de trabajar dentro de una industria musical en constante cambio?
Obviamente he tenido una evolución muy grande. Puesto que hace seis años y medio acababa de llegar de México, donde estuve buscándome la vida trabajando de coctelero y cocinero, y ahora vivo de esto. El progreso ha sido gordísimo. La primera portada que tuve que hacer fue Amigo, de Dellafuente, la vi hace una semana y dije: cute.
Sin darme mucha cuenta acabé metido en este ‘fregao’ porque ‘tu colega del trap’ te pide que te metas, y al final terminas trabajando con sellos y gente con la que normalmente no te relacionas. De repente, estábamos dentro de la industria un grupo de colegas que no se mueve en esos entornos, igual que pasó en su momento con Pxxr Gvng. Por tanto, ha habido una evolución también por parte de la industria, que se ha adaptado a nuevas formas de hacer música.
Sin darme mucha cuenta acabé metido en este ‘fregao’ porque ‘tu colega del trap’ te pide que te metas, y al final terminas trabajando con sellos y gente con la que normalmente no te relacionas. De repente, estábamos dentro de la industria un grupo de colegas que no se mueve en esos entornos, igual que pasó en su momento con Pxxr Gvng. Por tanto, ha habido una evolución también por parte de la industria, que se ha adaptado a nuevas formas de hacer música.
¿En qué sentido?
Se ha democratizado. Antes no todo el mundo sabía hacer una canción, ni tocar la guitarra, el piano o el sinte. Ahora llega un punto en el que la peña busca ‘A$ap Rocky type beat’, se lo descarga, se ponen el autotune y empiezan a hacer canciones. Con el tiempo aprendes a trabajar con ellos, y ellos, a trabajar contigo. Al final somos artistas sin formación que nos metemos en el mundo del arte. Y esto me encanta porque hay un punto de anarquía en todo lo que hago. Ayer justo leí a Carlos Cano que decía que “ser andalucista es ser anarquista”. No me debo a ningún patrón, en todos los sentidos.
Y dentro de esta anarquía, ¿de dónde nace tu inspiración? Me encontré por ahí tu cuenta de Pinterest.
Ese Pinterest tiene mucho tiempo, ya no lo uso. De hecho, he prohibido usar Pinterest a la gente con la que trabajo (risas).
“Con los años acabas explorando espacios y lugares que te conectan con sensaciones intangibles. Y cuando intentas explicar con palabras estos lugares inmateriales acabas recurriendo a imágenes.”
Ya, entiendo que limita la creatividad, ¿verdad?
Claro. De hecho, pensamos en hacer un fanzine poniendo portadas y trabajos de otra gente que salen de Pinterest, rollo: portada, referencia, portada, referencia.
Entonces, ¿de qué fuentes o experiencias surge tu visión creativa?
Lo que me ha hecho ser quien soy es escuchar la música y sentir devoción, querer saber más y más. Hubo un momento clave en mi vida que alteró algo dentro de mí. Cuando tenía doce años, fui un día al monte a comer caracoles con el ‘tito guay’, y en el coche puso The Doors, el tema Light my Fire. Desde que lo escuché me obsesioné con el sonido y con la música muy fuertemente.
En esa época no tenía un ordenador muy a mano, así que me ponía los discos y miraba al infinito. Creo que ahí fue cuando se formó mi parte más psicodélica, comencé a estar más en contacto con el surrealismo. Desde los doce años he estado en contacto con todo lo que va alrededor de la música: las portadas, los videoclips, etc. Aunque no tuviera MTV.
En ese momento se generó algo en mí que nunca he dejado de alimentar. Con los años acabas explorando espacios y lugares que te conectan con sensaciones intangibles. Y cuando intentas explicar con palabras estos lugares inmateriales acabas recurriendo a imágenes, utilizando tu subconsciente para transformarlas en algo real.
En esa época no tenía un ordenador muy a mano, así que me ponía los discos y miraba al infinito. Creo que ahí fue cuando se formó mi parte más psicodélica, comencé a estar más en contacto con el surrealismo. Desde los doce años he estado en contacto con todo lo que va alrededor de la música: las portadas, los videoclips, etc. Aunque no tuviera MTV.
En ese momento se generó algo en mí que nunca he dejado de alimentar. Con los años acabas explorando espacios y lugares que te conectan con sensaciones intangibles. Y cuando intentas explicar con palabras estos lugares inmateriales acabas recurriendo a imágenes, utilizando tu subconsciente para transformarlas en algo real.
A pesar de no tener patrones, ¿hay algún detalle o simbolismo recurrente que te guste incluir en tus videoclips?
Justo el otro día me dijo una amiga, mi Marta, que siempre uso personajes, y no me había dado cuenta. Siempre utilizo personajes que simbolizan algo de la canción. Creo que esto es un claro reflejo de lo que te contaba antes. Hay sentimientos y detalles que no se dicen en las letras y se quedan en el aire, y yo intento volcarlas y darles vida en personajes o en otros elementos.
Por ejemplo, en uno de los vídeos con Ángeles Toledano, la luz actúa como un personaje y Ángeles durante todo el vídeo aparece siguiendo la luz o huyendo de ella. Mediante este simbolismo conseguimos hablar de otra forma, no tan evidente, sobre el dilema mental al que se enfrentan los artistas cuando se exponen tanto.
Me gusta meterme y rebuscar entre los surcos del surrealismo para darles vida de alguna manera. No sé hasta qué punto luego se entiende lo que queremos transmitir, pero tanto al artista como a mí nos da seguridad expresarlo de esta forma.
Por ejemplo, en uno de los vídeos con Ángeles Toledano, la luz actúa como un personaje y Ángeles durante todo el vídeo aparece siguiendo la luz o huyendo de ella. Mediante este simbolismo conseguimos hablar de otra forma, no tan evidente, sobre el dilema mental al que se enfrentan los artistas cuando se exponen tanto.
Me gusta meterme y rebuscar entre los surcos del surrealismo para darles vida de alguna manera. No sé hasta qué punto luego se entiende lo que queremos transmitir, pero tanto al artista como a mí nos da seguridad expresarlo de esta forma.
Me parece una forma muy bonita de crear. ¿Hay algún proyecto o colaboración con el que te sientas muy satisfecho, o que te haya marcado especialmente a nivel emocional o personal?
A ver, este oficio requiere mucha implicación, entonces a veces hay que aguantar muchas frustraciones. Yo por eso ahora estoy intentando elegir más con quién trabajo; si no me gusta como persona, no me quiero meter ahí. Yo les doy una parte de mi vida y de mis emociones porque no sé hacer las cosas sin involucrarme de una forma muy fuerte.
Este año ha sido mi primer año en Madrid, y ha sido muy loco porque he hecho cinco discos y he dirigido ocho videoclips, ha estado crazy. Todos los proyectos han tenido algo, pero con los que yo he llorado y me he emocionado profundamente han sido junto a Israel Fernández y mi hermano Rufo, y también con Ángeles Toledano. Con todos ellos he hecho tremenda amistad.
Cantar flamenco es algo que te lo da dios. Para mí es la música más bonita del mundo. Ver que ahora en España se le está dando más importancia y más recursos, y que figuras como la mía puedan colaborar en estos proyectos, es algo precioso. Poder darle imagen al flamenco, renovarla y llevarla a otro sitio que no sea solo de lunares y palmas, es algo que siempre he querido hacer y he tenido la suerte de poder cumplirlo.
Este año ha sido mi primer año en Madrid, y ha sido muy loco porque he hecho cinco discos y he dirigido ocho videoclips, ha estado crazy. Todos los proyectos han tenido algo, pero con los que yo he llorado y me he emocionado profundamente han sido junto a Israel Fernández y mi hermano Rufo, y también con Ángeles Toledano. Con todos ellos he hecho tremenda amistad.
Cantar flamenco es algo que te lo da dios. Para mí es la música más bonita del mundo. Ver que ahora en España se le está dando más importancia y más recursos, y que figuras como la mía puedan colaborar en estos proyectos, es algo precioso. Poder darle imagen al flamenco, renovarla y llevarla a otro sitio que no sea solo de lunares y palmas, es algo que siempre he querido hacer y he tenido la suerte de poder cumplirlo.
También has trabajado con Little Spain en vídeos recientes. Cuéntame, ¿cómo surge esa colaboración y qué te aportó a nivel profesional?
Pues ha sido una experiencia muy bonita. Siempre quise estudiar audiovisuales, pero sabía que no me iba a sacar los estudios porque estaba más pendiente de otras cosas, estaba disperso (risas). Empecé con Dellafuente y, desde entonces, no he parado de tener más y más ganas de aprender y currarme los vídeos, porque siempre me ha apasionado. Y bueno, mi referente, la persona que me hizo darme cuenta de que quería ser director, fue Roge (Rogelio González), cuando vi su pieza Now You Know durante la pandemia. Tuve la suerte de conocerle años después. Recuerdo que ese primer día estaba hasta nervioso, pero nos llevamos muy bien. Supongo que real reconoce a real (risas).
Y lo de trabajar juntos, en realidad, empieza todo en una cueva en el Albaicín. Roge y Santos estaban allí por el Festival de Jóvenes Realizadores de Granada y me escribieron. Nos reunimos en la cueva, de cachondeo, y yo les conté mi situación de entonces; había cambiado de rumbo. Ya no estaba con Dellafuente y me iba a Madrid a buscarme la vida, lo que me daba un poco de miedo. Ellos me dijeron que no tuviera miedo, que estaban ahí, y realmente así fue.
Llegué a Madrid y, a la semana, me escribieron para ofrecerme ser el director creativo del proyecto de Carolina Durante. Me hizo muy feliz porque yo también he sido muy rockero toda la vida, pero nunca había trabajado con una banda de rock tan ‘canónica’ por así decirlo. Tuve la suerte de trabajar también con Teresa Carril, que es otra de mis referentes.
Y lo de trabajar juntos, en realidad, empieza todo en una cueva en el Albaicín. Roge y Santos estaban allí por el Festival de Jóvenes Realizadores de Granada y me escribieron. Nos reunimos en la cueva, de cachondeo, y yo les conté mi situación de entonces; había cambiado de rumbo. Ya no estaba con Dellafuente y me iba a Madrid a buscarme la vida, lo que me daba un poco de miedo. Ellos me dijeron que no tuviera miedo, que estaban ahí, y realmente así fue.
Llegué a Madrid y, a la semana, me escribieron para ofrecerme ser el director creativo del proyecto de Carolina Durante. Me hizo muy feliz porque yo también he sido muy rockero toda la vida, pero nunca había trabajado con una banda de rock tan ‘canónica’ por así decirlo. Tuve la suerte de trabajar también con Teresa Carril, que es otra de mis referentes.
“Ahora estoy intentando elegir más con quién trabajo; si no me gusta como persona, no me quiero meter ahí. Yo les doy una parte de mi vida y de mis emociones.”
Ahora hablemos del futuro. ¿Hacia dónde te gustaría dirigirte? ¿Cómo te imaginas en unos años?
Lo tengo claro: quiero que mi estudio cobre vida y tenga un nombre. Poder seguir dándole curro a gente y ayudando a personas, igual que a mí me ayudaron en su momento. En general, ser un poco Robin Hood, dar oportunidades y buscar talento. En especial a mi gente de Andalucía porque es parte de mi historia. Quiero seguir haciendo dirección creativa, visual y artística junto a grupos de personas que sean buena gente, puros y que tengan un buen gusto.
Quiero seguir dirigiendo videoclips, que es algo en lo que cada vez me siento más seguro, con más recursos. Cada vez me siento más director, y me gustaría entrar en ficción más pronto que tarde. Siento que uno de mis grandes proyectos será darle forma al surrealismo andalusí y contar la Andalucía real, que no está exotizada o anabolizada. Una Andalucía más contemplativa, que es donde surge ese duende del que te hablo. Y también espero tener varios restaurantes (risas), eso va a pasar.
Quiero seguir dirigiendo videoclips, que es algo en lo que cada vez me siento más seguro, con más recursos. Cada vez me siento más director, y me gustaría entrar en ficción más pronto que tarde. Siento que uno de mis grandes proyectos será darle forma al surrealismo andalusí y contar la Andalucía real, que no está exotizada o anabolizada. Una Andalucía más contemplativa, que es donde surge ese duende del que te hablo. Y también espero tener varios restaurantes (risas), eso va a pasar.
Si pudieras elegir cualquier artista, español o internacional, para un proyecto, ¿quién sería y por qué?
A nivel internacional, obviamente Junior H, hermana, me encantaría. A nivel español, estaría mintiendo si no te digo que la primera que se me ha pasado por la cabeza es Judeline. La admiro mucho. Primero, por ser mujer, que me suele gustar más trabajar con mujeres porque siento que es más real todo. Y luego porque es andaluza, es surrealista y tiene el oído en 2050. Como artista andaluz me inspira mucho, y sin haber escuchado su último disco ya sabía que iba a ser el mejor del año. También me encantaría trabajar con Manuel Carrasco y tiene un motivo.
¿Cuál es ese motivo? Qué intriga.
Yo a mi madre nada más le he dado disgustos en la vida. Desde hace un año que le empiezo a dar alegrías, y ella también está empezando a entender mi trabajo. Lo que me haría la persona más feliz del mundo sería poder rodar con Manuel Carrasco y presentárselo a mi madre por sorpresa. Para ella es: Manuel Carrasco y Luis Miguel. Son ellos dos. Más allá de que me parece un musicazo que flipas, con una capacidad increíble para emocionar a las masas, es que es el favorito de mi mamá. Y me gustaría poder darle esa alegría a mi madre.