Gigi Vives

No me esperaba poder escribir un libro, si que siempre había tenido la idea, pero es algo que no esperaba poder hacer, para nada. Al final, con todo el tema de ser influencer, es bastante inesperado; tanto empezar como poder seguir currando de ello ocho años después, tener un podcast y ahora también un libro. He probado muchos formatos a lo largo de estos años, y el libro ha sido uno con los que me he sentido más cómoda.

Sí, pero creo que estoy más nerviosa por mis amigas o por gente que me conoce desde hace muchos años; ya no esperaba que se convirtiese en un proyecto tan personal. Sin ir más lejos, el otro día se lo terminó una de mis amigas y me dijo; “tía, todas estas historias me las sé porque nos las has contado como amiga, pero no hasta este punto.” A fin de cuentas es como meterte dentro de mi cabeza, y lo he escrito de la misma forma en la que he pensado en ciertas ocasiones. Yo lo defino como una ficción temporal, todo esta basado en hechos reales y todas estas historias han pasado, pero esta todo comprimido como si hubiera pasado este último año.
También estoy nerviosa por la reacción de mis amigas o mis seguidoras más lectoras, por el tema del intrusismo laboral. No quiero ser otra influencer que escribe un libro de su vida. Yo creo que gustará, pero con estas cosas nunca se sabe. En definitiva, estoy nerviosa pero a la vez estoy tranquila para ser yo. 

Mi idea al principio era escribir pequeños relatos sobre las relaciones de algunas de mis amigas, algo más tipo el libro original de Sexo en Nueva York. De hecho Love, Unfiltered empieza con algo así, con la ruptura de una de mis mejores amigas. Pero, en muchos de los casos, conozco a ambas partes de la relación y me sabía un poco mal escribir sobre ello; porque, quizás, el novio de mi amiga no sabe que en su momento hablamos sobre algo de tal manera. Al final son cosas que me han contado en la intimidad de una amistad y no tengo porqué plasmar en un libro, sobre el papel. Entonces, poco a poco fui adaptándolo más a mí y a mi historia.

Definitivamente la espera de tener el libro fisicamente en papel. Lo he leído tantas veces en la pantalla que tenía muchas ganas de tenerlo en carne y hueso. Además, hubo muchos cambios de última por mi parte, y fue de tanto leerlo, como eso de decir tantas veces la misma palabra que te acaba sonando hasta raro. Aparte sentir el libro entre mis manos al final lo hizo real; que también me ha pasado muchas veces lo de empezar algo y que al final no vea la luz que cuando recibí la primera caja de Penguin pegué hasta un grito. Ahora estoy más tranquila, pero, bueno, ya hablamos en un par de semanas y te digo cómo estoy (risas).

No. Sí que tenia muchas ganas de contarlo a mis seguidoras pero estas cosas es mejor no gafarlas. Hay un episodio en el libro que es la correlación de esto, muchas veces pasa que conoces a un tío y se lo cuentas a tus amigas, y a los días te hace ghosting. Lo mismo pasa con el curro. Obviamente se lo conté a mi familia y a mis amigas, así que al menos tenía alguien con quien hablarlo y eso me ayudo. Al contarlo en redes generas también mucha expectativa y quieras o no acabas poniéndote aún más presión a ti misma.

A mí siempre me ha encantado cumplir años y celebrar mis cumpleaños a lo grande. No he tenido nunca ningún problema en aceptar que nos hacemos mayores, que el tiempo pasa y que cada etapa viene con sus cosas buenas y sus cosas malas. Si que es verdad que socialmente está establecido que son un big step, es decir, primero está la mayoría de edad con dieciocho, y luego ya vienen los treinta. También creo que hay mucha presión social, al menos a mí me da esa sensación por el entorno en el que me encuentro y los pasos que están dando mis amigas. Siempre he estado muy tranquila, tenía ganas de cumplir treinta, pero estar rodeada de gente que va a una velocidad muy distinta a la mía me ha puesto esa presión. Tanto que de repente me aterraban.
En verdad lo piensas, y ahora que tengo treinta, no son para tanto, la edad es un numero, pero el estar rodeada de gente que va dando pasos de gigante, claro que me hace sentir pequeña, que me aterra y me hace sentir que voy tarde. Pero hay que aceptar que no pasa nada, que la edad es un numero y que en verdad son lo más, la gente lo dice, que son los mejores años de tu vida, así que a ver si es verdad.

Un poco sí, ha sido un proceso muy terapéutico. No es que no crea en la terapia, pero la probé un tiempo y siento que no es para mí. Me pasa como a Carrie cuando super tóxica dice: “para que necesito la terapia si tengo a mis amigas”, y luego estamos todas igual de mal.
A lo largo de todos estos años he pasado por una ruptura bastante dura, muchos momentos difíciles de autoestima, de agobio, han sido años personales un poco duros, pero como muchas otras personas. Al menos el put it out there escribiendo me ha ayudado a desahogarme. En un principio sí fue, ay, qué guay, voy a escribir un libro es un check en la vida, pero se ha convertido en algo que no sol me ha hecho sentir super orgullosa, si no que ha desenterrado cosas que ni m acordaba que tenía. Hay escritos de hace mil años, he rescatado emails viejos, notas del móvil, documentos que tenia en el ordenador…porque al no hacer terapia, escribía mucho. Ha sido un trabajo de memoria, de buscar, de leer cosas un poco duras, pero es algo que le recomiendo a todo el mundo. Aunque no se publique, escribir, escribir y escribir.

Ha sido divertido, pero cuando me tocó escribir la parte más dura, la de mi ruptura por ejemplo u otras historias que se alargaron demasiado y que en ese momento fueron difíciles, pues no fue tan agradable. Eso de desenterrar temas, supongo. Tardé bastante en llegar a esos temas, de hecho los primeros capítulos que hablan de forma más personal, mi primera ruptura o mi ex es lo que escribí al final, porque lo iba apartando. También soy de que si hay algo que no me gusta, intento no hablarlo. Por eso creo que la terapia no es para mí. Fue muy guay dejarlo para el final porque se convirtió en una forma de cerrar el círculo y decir está en el libro, ahí se queda. También creo que soy una montaña rusa emocional, vamos, de toda la ida, entonces estoy bastante acostumbrada.

Al principio mi idea era escribir pequeños relatos, un poco randoms y aleatorios pero no sabía muy bien cómo estructurarlo. Hay una mezcla de formatos, es decir, hay capítulos que acaban, capítulos que no y mucho flashback. Desde el principio tenía claro que no quería escribir una novela con un principio, un nudo y un desenlace; tampoco quería hacer ficción. Quería escribir lo que he vivido y lo que he sentido, porque es todo aquello que puedo controlar.
Entonces me pusieron una editora de estilo, que me ayudó un montón con la estructura, y de ahí sacamos juntas la idea de dividirlo mediante las estaciones del año como si fueran temporadas de una serie. Cada parte tiene un poco su orden, hay momentos de bajón, momentos de autoestima y momentos de ilusión, pero al final siempre te topas con la realidad; se acaba volviendo siempre un poco al pasado, pero a fin de cuentas lo he escrito de la misma forma que funciona mi mente, por eso también hay tantas referencias de pelis, porque así funciono yo.

Cada plataforma te da un sentimiento distinto como creador sobre lo que esta permitido y lo que no. Por ejemplo, no soy la misma persona en Instagram que en TikTok, porque en TikTok me da más igual subir un video sin maquillar o haciendo el imbécil, no noto esa presión. En cambio en Instagram no es que sea la plataforma más cruel, pero es donde me han dicho o he visto decir cosas más crueles. Siento que en el mundo influencer siempre nos han mirado con lupa, todo lo que hacemos y decimos se puede sacar completamente de contexto y si de repente cambias fisicamente en un uño, o dos, te pueden sacar una foto de 2013 para decirte que se nota que has hecho no sé qué. Es más un tema de formatos, de , vale, quiero decir algo, ¿por dónde lo digo para que llegue de la manera que quiero?
El podcast para mí fue una vía de escape total porque era mi voz, nadie me ponía cara y podía estar en mi casa, sin maquillar, con cuarenta mil granos, el pelo sucio y el día de mierda más heavy. Fue tranquilidad total. Esa presión de intentar salir bien en las fotos se me quitó de encima, y también que si algo no me gustaba pues retoque por allí o retoque por allá. Con el libro ha sido un poco lo mismo, nadie me pone cara y al final quien lo quiera leer lo va a leer y quien no, pues no, y si a alguien no le gusta pues no le va a gustar, pero a quien sí, le va a encantar.

Hay muy poca ficción en realidad, la única parte que lo es es la temporalidad. Por ejemplo, el capítulo en el que estamos mi amiga y yo en París, eso pasó de verdad, lo único que fue hace cinco años o incluso más. Es una selección de las historias más interesantes, más divertidas, o que me han marcado más, y sirven para que el lector entienda un poco el punto, sobretodo romántico, en el que estoy ahora. Pero todo me ha pasado en los últimos ocho años de mi vida, lo único, que está escrito como si hubiese pasado este último año. Nunca quise hacer ficción, pero si que es verdad que la parte final tiene pinceladas de fantasía, pero más por un tema de que si en algún momento surge la oportunidad de hacer un segundo libro, me gustaría inventarme un final feliz para alguna de todas estas historias que he vivido.

Es algo en lo que he pensado, pero al final las únicas que van a saber de quién hablo son mis amigas. Es muy difícil llegar a saber quién es quién y no creo que nadie fuera de mi entorno pueda adivinarlo. Si hay personas que se piensan que estoy hablando de x, lo siento, pero no va a ser el caso. ¿Quién es quién? Qué jueguen, puede ser hasta divertido ver las teorías de la gente.

Nuestra vida es perfecta, tenemos todo lo que queremos: una vida de ensueño, ahora viajo aquí, ahora viajo allá, económicamente nos va bien, nos regalan cosas. Siento muchas veces que por eso no tenemos derecho a quejarnos, pero al final una cosa no quita la otra. Puedo tener una vida maravillosa, pero también emocionalmente tengo días de mierda o me frustro por querer encontrar el amor. Al final en redes todos somos personas, todos queremos hacer más cosas, tenemos los mismos sueños y las mismas inseguridades. Incluso ha habido comentarios de gente cercana de “bueno amor es que yo trabajo” y es como, bueno, yo también. Muchas veces es el delivery de la frase. Y me ha pasado mucho, de callarme porque me da miedo parecer una desagradecida, porque siento que a veces la gente lo piensa. Pero a fin de cuentas quejarse es algo super natural, super humano, que todos hacemos y todo el mundo debería tener el derecho a hacer. Claro que hay gente que esta peor, pero una cosa no quita la otra.
Seguramente tú y yo compartimos mucho mil cosas más de lo que nos pensamos, y que con un rato más llegaríamos a encontrarlas, pero es que ahí esta la gracia. Parece que se nos ha olvidado que así empezó todo. Los influencers lo petamos porque se nos presentaba como ¿de quien te fías más, del claim de una marca en un anuncio de la tele o de una tía que dice que esta crema le va de coña? Pues te fiabas de lo que te decían tus amigas, y nos convertimos en eso. Algunas ya se han vuelto casi celebrities pero sigue habiendo gente real, o al menos yo me considero así.

Tenía muchas ganas de poder enterrar esa relación. ¿Sabes lo que dicen que de todo se aprende algo? Sentía que todo fue tan tóxico que realmente no veía la posibilidad de sacar nada bueno de ello. Quería borrarlo todo. En el libro, pero, dejo representada la parte más respetuosa de la relación, porque al final estoy hablando de otra persona, una persona a la que quise mucho y a la que no quiero dejar fatal, dentro de lo que se pueda siendo consecuente con lo que hicieron o dijeron, claro. Me gusta definir el libro como una historia agridulce, y creo que a fin de cuentas también lo es esa relación para mí, no me gusta recordarla como el trauma de mi vida. Me ha llevado tiempo superarlo, y ha sido todo un proceso recordar esta historia y el libro me ha servido para quedarme con la parte mas bonita. Que sí, que es una historia tóxica, donde yo lo pase fatal, y que incluso a día de hoy sigo pasándolo fatal a veces, pero al ponerla más en perspectiva el recuerdo que se me ha quedado es más sano y más bonito.

Soy muy dramática, pero porque soy muy sentida. Relaciones de este tipo a las que somos muy intensas nos afectan más, aunque luego vayamos de guays y pensemos que ya está, sigue en nuestra cabeza. Yo también soy mucho de comerme el tarro. Dejarle, porque le dejé yo, fue una decisión que me costó mucho tomar, pero era algo bueno para mí, y la parte que más me cuesta es la de vivir con esa decisión. También la importancia que le das a esas personas, relaciones o sentimientos, hay gente que por X o por Y te marca más que otra. Y no solo hablo de relaciones, con las amistades soy igual. Me cuesta desprenderme de las personas a las que he querido con todo mi ser; y, claro, luego quitármelas de la cabeza me cuesta muchísimo porque están ahí clavadas.

Totalmente. Hay que ser lista y cuidarse, ponerse a una misma por delante. Empatizo tanto a nivel emocional que muchas veces pongo a los demás por encima de mí. Soy de las que doy, doy, doy y en ocasiones no recibo nada. Quiero que todo el mundo esté bien, y se me olvida que muchas veces que la felicidad esa persona no supone mi propia felicidad. Basta ya de darlo todo por los demás y luego tú nada, mereces darte el mismo amor y cariño que les das a otros.

Diría que es el darme cuenta que la única persona que te puede ayudar en cualquier cosa eres tú misma. No hay nadie más que vaya a controlar mejor toda tu vida que tú. Antes todo lo que no podía controlar me afectaba muchísimo y la soltería me ha ayudado a ser muy resolutiva con mis problemas, yo misma puedo salir de mi propio pozo. Hay algo que llevo fatal, y, no me malinterpretes; sí quiero encontrar el amor, pero, estoy tan agosto sola que me aterra estar demasiado cómoda con ello y que luego me dé palo intimar con alguien. Me da miedo querer estar sola toda el rato, y a la vez creo que es lo más guay del mundo. 

100%. No me encanta el concepto de ligar, tuve novios desde bastante jovencita y siempre pensé que yo era de esas que terminan casándose con su primer novio. Ser feliz, tener una familia, ya sabes, todo muy peliculero. Yo era de enamorarme de mi mejor amigo y querer vivir una vida de película de los dosmil. ¡Pensaba incluso que para los treinta ya sería madre! No sé si derrota como tal, pero para nada tenía en mi cabeza llegar soltera a esta edad, sino todo lo contrario, me veía con el novio de toda la vida, y así estamos.

Que la vida no es como en las películas. Porque parte de mi problema es ese, que he visto demasiadas. Lo que le diría a la Gina más pequeña es que no viva tanto en las nubes y que baje a la tierra, la realidad no esta tan mal, simplemente hay que afrontarla y ser un poco mas valiente.

Siempre he sido de buscar al hombre de mi vida, y en los últimos dos años me he dado cuenta de que, oye, también puedo hacer casually daiting. No hace falta que todos los chicos a los que conozco, o con los que me lio, tengan que cumplir toda mi lista de expectativas y de planes de futuro, porque al final, quizás solo estamos cuatro meses juntos. Y no pasa nada. Estoy aprendiendo a disfrutar un poco más, a quitarme presión y a dejarme fluir, para simplemente disfrutar de la compañía o de los planes. Mira Sexo en Nueva York, están todo el día casually dainting random guys, eso es lo que tengo que hacer yo, disfrutar y dejar de ponerme tanta presión, dejarme de todas esas expectativas que quizás son un poco locas. 

Creo que hay muchas maneras de interpretar el libro, y eso es precisamente lo bonito de Love, Unfiltered. Va a conectar con muchas mujeres, y hombres también. Estén en el momento vital que sea, aunque tu ruptura la veas súper lejos, porque hace mil que no te pasa, o tienes otras prioridades. A fin de cuentas todas tenemos una amiga que acaba de pasar por una ruptura o una hermana que la esta pasando ahora. Es un libro que va a conectar con muchos tipos de mujeres, habrá chicas de mi edad o chicas más jóvenes que lo leerán y dirán; “tía, same”. Siento que se puede interpretar de muchas maneras y puede ayudar de muchas formas.

Tengo una amiga que está en un punto opuesto a mí. De un día a otro se enamoró locamente y ahora está casada y tiene un bebé. Todo lo contrario a nivel emocional y personal. Cuando se termino el libro me dijo, “me sé todas estas historias, pero hay tantas cosas de las que no era consciente y por la parte que me toca me disculpo.” La intención de este libro, para nada era hacer sentir mal a mis amigas, pero quizás hay chicas que sacan esta misma conclusión: verlo como un toque de atención. Es un poco lo que digo en el prólogo, frases como “bueno, tía, ya llegará” o “tía, no tengo tiempo, ya nos vimos el finde pasado”. Vosotras tenéis a vuestra personita que siempre esta ahí, pero yo no tengo a nadie más que a vosotras.

Con el estilo quería reflejar un poco la forma en la que pienso, muchas veces estoy en un sitio y la cabeza se me va a otro simplemente porque una situación me ha recordado a X. También soy muy visual, me gustan tanto las pelis y las series que Q¡quería que fuese algo muy fácil de imaginar, y que la experiencia fuera como estar dentro de mi cabeza, con todo lo que esto supone; ahora me acuerdo del chat, ahora de ese pantallazo, todo un poco caótico, pero cada uno tenemos cosas que nos detonan recuerdos. Creo que ese multiformato es divertido.

La parte de los añadidos musicales al final se debe a que me lo imagino como el final de un episodio, ¿sabes cuándo empieza la escena culminante del final, suben la música y de repente ya dan los créditos? Pues así es como me lo imagino.

¿Cómo? ¿Existe James Matthews? ¡No es verdad! ¡No es ese James Mattehws! Como la gente se piense que es ese… ¡Ay, dios! El nombre es completamente ficticio, de hecho, para los nombres usé Chat GPT. No quería poner de repente Pippa, por ejemplo, quería algo más real. Si hay nombres como Chloe, que son un poco más divertidos, pero quería que pareciese creíble que una chica de Barcelona pudiese llamarse así. Hay algunos nombres que me dieron mis amigas, rollo, pues yo quiero llamarme así, se pusieron muy pesadas con eso. Para James Mattehws hice eso, le describí el personaje a Chat GPT para que me diera un nombre alternativo, y mira resulta que ahora es el marido de Pippa Midelton. Imagínate que de repente llega a ser actor.

¡No! (risas) Lo llevaría fatal si estuviese con una celebrity de ese nivel. Si esta historia hubiese salido bien, no sé si aguantaría el escrutinio, es que me agobio solo de pensarlo. Y no es el marido de Pippa Middelton, por favor. El peliculeo en la cabeza muy guay pero en la vida real, nada guay.

¡Tengo uno buenísimo! Cuando antes puedas quedar en persona mejor. Hacemos esto de chatear, ese situationship tan raro de ahora me manda fotos, me manda videos, estamos todo el día haciendo llamada. No. Queda rapidito, para tomar algo por la tarde. De esta forma puedes tener mucha más información de la persona, porque es muy fácil hacerte el interesado por chat. “Hoy me ha contestado al segundo”, “tía es que me ha mandado fotos de su gato”… Mira, no te creas nada. Creo que es importante, no solo por un tema de físico, y cómo es, sino la química que tienes con esa persona, el lenguaje corporal… Ves muchas más cosas en persona. Las redes y las apps de ligue engañan mucho, así que, recomiendo a la gente soltera que queden cuanto antes, porque el texting no sirve de nada.

¡Claro! Obviamente lo he pensado, y más ahora que esta tan de moda adaptar libros al audiovisual. Más que una peli te diría una mini serie, de tres episodios o de cuatro. Si algún día se hiciera la adaptación del libro me gustaría que tuviese tendría un formato similar al de High Fidelity de Zoe Kravitz, porque tiene escenas y momentos donde ella habla a cámara  directamente que me hacen mucha gracia.

Te voy a decir, no quién me gustaría, si no qué me gustaría. Me gustaría mucho que las chicas protagonistas, incluso el personaje de Gina, que soy yo, lo interpretaran actrices poco conocidas y emergentes. Me costaría mucho ver a alguien muy conocida haciendo de Gina, que también sería muy divertido, pero creo que sería mas guay darles la oportunidad a nuevas caras. Eso sí, los tíos, que quizás tienen menos protagonismo en el libro, sí me gustaría que fueran actores españoles muy conocidos; aunque tengan un papel de nada, de dos segundos, sería muy divertido.