Hay veces que la realidad supera la ficción. Otras, sin embargo, necesitamos un poco de ficción para sobrellevar la realidad. En ese punto donde se cruzan ambos conceptos nos encontramos con las ilustraciones de Genie Espinosa. La artista badalonesa lleva ya años reflejando su realidad a través de cuerpos desproporcionados y voluminosos que, igual que su creadora, no tienen miedo de decir: ¡ey, que estoy aquí!.
Cuando hace un tiempo decidía dejar su trabajo como diseñadora gráfica para dedicarse al mundo de la ilustración, no se imaginaba que iba a colaborar con empresas como Google o artistas de la talla de Nathy Peluso. Ahora, tras dos cómics publicados y una amplia variedad de proyectos a sus espaldas en los que se incluyen murales, ilustraciones y figuras 3D, considera que es “la mejor decisión que he tomado en mi vida”.
Eres ilustradora, muralista y autora de cómics, entre otros, pero no siempre ha sido así. ¿A qué te dedicabas y qué te lleva a cambiar de profesión? ¿Recuerdas el momento exacto en el que decidiste dar el paso?
Recuerdo estar sentada en mi mesa de trabajo y pensar casi a diario cómo sería intentarlo. Si sería una cosa tremenda o quizá algo más fácil de lo que esperaba. Sé que fue una decisión meditada a medias porque era como si tuviera unos brazos estirándome para empezar a moverme.
Era diseñadora gráfica en una empresa de automoción multimarca, la verdad es que era un buen trabajo, con un buen sueldo y buenos compañeros. Me ayudaron un montón y se pusieron de mi parte cuando les di la noticia de lo que quería hacer (recuerdo que lloré leyendo algunos de los mails de despedida). Supongo que desbordó el vaso que me empujaba a intentarlo, fueron muchos nervios, muchos cambios (incluyendo una mudanza a otro país), pero sin duda la mejor decisión que he tomado en mi vida.
Era diseñadora gráfica en una empresa de automoción multimarca, la verdad es que era un buen trabajo, con un buen sueldo y buenos compañeros. Me ayudaron un montón y se pusieron de mi parte cuando les di la noticia de lo que quería hacer (recuerdo que lloré leyendo algunos de los mails de despedida). Supongo que desbordó el vaso que me empujaba a intentarlo, fueron muchos nervios, muchos cambios (incluyendo una mudanza a otro país), pero sin duda la mejor decisión que he tomado en mi vida.
Has comentado en otras ocasiones que en tus inicios en el arte gráfico tuviste que emigrar a Bristol para trabajar porque aquí no se valoraba ¿Consideras que España ha evolucionado en la visión que se tiene sobre este trabajo?
Sí, ¡desde luego! Hay muchísimas publicaciones ahora mismo que dan un gusto increíble cuando te pasas por el quiosco, y la verdad que el tiempo que tuvimos a Nacho Padilla (en Madrid y Barcelona) como director de arte de los ayuntamientos fue una gozada visual. No sé si no se valoraba, lo que sí sé es que yo siempre fui diseñadora de guerrilla, de catálogo y flyer, no estuve en ningún estudio increíble (me hubiera encantado).
Has desarrollado un estilo muy personal. Imágenes de carácter surrealista con formas psicodélicas y cuerpos desproporcionados. ¿De dónde parten estos diseños? ¿Cómo fue el proceso de búsqueda de un sello propio?
Creo que lo más importante antes de empezar es pensar en lo que se quiere comunicar, antes de la ilustración editorial o más artística que hago ahora estuve muchos años haciendo ilustración infantil (libros, libros de texto, etc.), y creo que estar tan comedida desató las ganas que tenía de hacer cómics y contar mis propias historias. La deformación y la desproporción me hacen sentirme muy cómoda, creo que crean un espacio seguro donde todas las modalidades son bienvenidas y pueden existir cómodamente.
A pesar de este singular estilo, tus ilustraciones normalmente representan escenas comunes. ¿Podríamos decir que es en lo cotidiano donde nace tu inspiración?
Creo que para todos es lo más normal reflejar nuestras realidades, es lo que más tenemos presente. Aunque no puedo evitar incluir fantasía o escenarios surrealistas (sobre todo en mis cómics) porque es donde creo que nace la magia. Cuando la frontera de la realidad está ahí pero de repente algo tiene un tamaño inesperado, eso es lo que me gusta.
En 2021 se publicaba tu primera novela gráfica, Hoops, que cuenta la historia de tres adolescentes que se caen un agujero interdimensional e inician un viaje casi vital donde se enfrentan a sus propios monstruos. Por este trabajo recibiste el premio Miguel Gallardo a autora revelación y el Ojo Crítico de RNE de cómic. ¿Consideras que fueron puntos de inflexión en tu carrera?
¡Sí! No me lo esperaba para nada. Hice Hoops con mucha ilusión y con muchas ganas de contar una historia que llevaba ya tres años dale que te pego, y cuando salió y recibí todas esas buenas críticas me quedé alucinada, y encima dos premios y finalista de la ACDC!
¿Fue ese el momento en el que sentiste que tu trabajo como artista se estaba viendo recompensado?
No sé si es una recompensa, lo que sí es es una oportunidad increíble para poder seguir dibujando cómics y contando historias que considero emocionantes para el lector. Eso es tener mucha suerte, la verdad.
Tu segunda publicación veía la luz dos años después, Tauró blanc, obra escrita en catalán. ¿Por qué en tu lengua natal? ¿Fue difícil sacar el proyecto adelante?
Salió más o menos a la vez en castellano y catalán (Sapristi y Finestres), lo que justamente pilló la unión de Sapristi (Roca) con Penguin y además con el nacimiento de mi hijo, así que tuvimos que parar un poco en la versión en castellano. Tener un cómic en catalán fue una alegría inmensa, lo recibí como si fuese una obra nueva. La edición es increíble y Montserrat Terrones hizo un ejercicio buenísimo de traducción.
Entre portadas para medios de comunicación como Marea, ilustraciones para una campaña de Cruz Roja y ponencias en el extranjero sobre tu trabajo, ¿cómo te organizas? ¿Eres capaz de establecer límites entre tu vida personal y profesional?
Ahora mismo me sale mejor eso de los límites porque en cuanto recojo a mi pequeño de la escuela infantil ya me cabe poca cosa más en el cerebro. Lo que sí tengo es un calendario mensual en la mesa y el calendario del teléfono a todo meter con mi pareja para evitar solapar eventos, aunque a veces no lo consigo, (risas). La verdad es que, aunque hemos ido con el pequeñajo a Berlín (Pictoplasma) o Londres (Nicer Tuesdays!), ha sido supergratificante ver que seguía siendo yo, haciendo las cosas que más me emocionan (y aterran) y encima con mi familia apoyándome. Un lujo, la verdad.
Diseñar los carteles del festival Viñetas desde o Atlántico no es lo mismo que crear una colección cápsula con la marca Inxxfashion. Con proyectos tan variados, ¿has encontrado un proceso creativo concreto al que ceñirte o prefieres improvisar en cada propuesta?
Soy tan mala organizándome que prefiero improvisar, siempre tiendo a seguir unas líneas generales pero lo mejor para mí es poder adaptarme al medio y al cliente, acercarme de una manera única y personal al proyecto sin tener normas estrictas que me impidan adaptarme como yo quisiera y abrazar ese proyecto de manera especial.
Hoy en día muchos artistas utilizan las redes como altavoz para hacer llegar sus obras a un público más amplio. ¿Crees que es importante la presencia en redes sociales? ¿De qué manera consideras que han impulsado tu carrera?
Si te estuviera contestando en 2020 te diría que son imprescindibles para cualquier artista, tanto para conectar con colegas como con clientes. Lamentablemente, todos hemos visto cómo se han podrido desde que Meta y Elon han metido mano, y diría que ya no es lo que era, que ya no subo imágenes a X porque las van a pasar por IAs o que Instagram me gusta por los DM entre compañeras. En su momento tuve muchísimos clientes y encargos por redes y espero que en algún momento puedan volver a ser lo que eran (quizá).
En 2018, la cantante Nathy Peluso te contactó por Instagram para que diseñaras la portada de una de sus canciones más icónicas, Mafiosa. Cuéntanos más sobre cómo fue el trabajar mano a mano con ella y qué te aportó a nivel personal y profesional.
Nathy me mandó un DM y me agarró de la mano en un momento en el que yo dudaba de todo, estaba en un momento jodido porque no sabía cómo encarar lo que quería hacer. Tuvimos un par de reuniones online con ella y su equipo y nos metimos en el proceso de creación de Mafiosa de una manera muy natural. La verdad es que es un sueño hecho realidad y un orgullo ser parte de una carrera tan increíble como la suya.
Nathy Peluso es solo una de las muchas mujeres con las que has colaborado. Desde tus inicios como ilustradora de fanzines junto a Clara Soriano hasta tu último proyecto colaborativo, Raras, siempre has estado rodeada de ilustradoras, escritoras y autoras de cómic y artistas. ¿Crees que eso se ha visto reflejado en tus obras? Cuéntanos más sobre tus compañeras y de qué manera te influencian.
Mis compañeras son lo mejor que tengo. Ya lo sabía de antes, pero desde que soy madre me he dado cuenta todavía más de lo increíbles que son las mujeres. Todo lo que consiguen y, sobre todo, verlas fuertes me da mucha energía y también un espacio donde cuestionar y descansar estando protegida. Me inspiran en todos los niveles de mi vida y me dan la mano para seguir adelante. No puedo pedir nada más, la verdad.
No solo tus colegas, muchas de tus publicaciones en redes sociales tienen mujeres como protagonistas. ¿Consideras que el arte, y en especial el tuyo, es un buen altavoz para denunciar injusticias sociales como las que sufren las mujeres en su día a día?
Si no usara lo que pudiera para hablar de las cosas que me interesan estaría perdiendo el tiempo. Creo que ya que ha costado tanto visibilizar nombres de mujer (en ilustración y sobre todo cómic), hay que seguir dando voz y compartiendo esos proyectos y obras imprescindibles para todos los lectores. He hecho algunas colaboraciones para proyectos sin ánimo de lucro como la investigación del cáncer de mama, la exposición no consentida online y asociaciones de personas con discapacidad o dificultades de salud mental. Siempre que pueda y esté a tope con la causa, intentaré hacer lo que pueda por ayudar.
¿Dónde te ves en cinco años? Háblanos más de tus proyectos de futuro.
Me veo en una mesa todavía dibujando encorvada, seguramente quejándome porque de nuevo estoy haciendo un cómic que dije que no querría hacer pero que estoy haciendo porque me gusta tanto que no puedo evitarlo. Seguramente, enseñándole cosas a mi hijo a ver qué cara pone al verlas. Me gustaría hacer otro cómic, eso seguro. Ojalá tener suerte y seguir participando en el mundo del fanzine y en campañas que me reten a probar cosas nuevas.