Parece que el disco de Foyone está al caer, y si este adelanto, Banana Split, es una muestra de lo que podremos escuchar y ver cuando salga el proyecto entero, tiene pinta de que vamos a flipar. Siempre le ha gustado el arte en sus distintas formas y expresiones, especialmente el graffiti, pero esto parece ser un paso adelante en el que mezcla su estilo y letras con una música aún más rica y con un videoclip pensado para la gran pantalla. El malagueño se ha convertido en Kendrick Lamar para hacer esta canción, y ahora os contaremos por qué. 
Tras el pistoletazo de salida (literal), escuchamos una especie de precoro con unas notas que nos hacen recordar el puente de Alright, tema del rapero de Compton. Pero en vez de enganchar con el estribillo, da un giro y hace que las notas decaigan mientras nos increpa diciéndonos “que no se te olvide que yo soy el jefe, no tú”. Con ese ‘tú’ final, sube los graves y bajamos al fango. Representa musicalmente la dualidad que vemos en el videoclip y apreciamos en la letra, entre la ambición y la ostentosidad, y el ser del barrio (o como dice él orgulloso, del sur) y menospreciar a los ricos. Si conoces la obra de Kendrick ya estarás entendiendo todo.
El videoclip, producido por LaBellavista  y dirigido por Juan Barbazán, es de cine. La incidencia en lo oscuro cuando el tema lo pide, reforzada con planos que muestran realidades como el consumo de drogas o una dentadura sucia y pobre de dientes, se contrasta con el banquete, las prendas de lujo y las joyas que lleva Foyone con la finalidad de mostrar la realidad o el origen de los más humildes, a la par que sus sueños y la vida que quieren llevar cuando consiguen ser ricos. Toda esta narrativa conceptual se mezcla con un hilo conductor, el baile, y se adorna con un gran juego de recursos en el que vemos desde transiciones hasta planos referenciales, como el clásico del voyeur, o el de la puerta en el cielo que personalmente me ha recordado al final de El show de Truman.
“El hombre rico caga igual de feo que lo haces tú”. Se entiende, ¿no? El dinero no es más que dinero y hay cosas que nos igualan a todos, por eso también dice “todos vamos pa’l hoyo, allí ninguno destaca”. Pero cada uno elige vivir como quiere y en este tema se hace una crítica a aquel que con dinero persigue una vida de ensueño falsa que no va a conseguir, mientras se olvida de la realidad. En el coro final recrea esta visión con un tono ridiculizante en el que da la sensación que está enfermo y canta “estoy comiendo Banana Split / no me importa si no hay pa’ ti”, lo contrario a aquello que gritaba en el banquete, diciendo “Guiso de la abuela no fast food”. Después de ver esta crítica social, parece que el disco nos va a dar que pensar.