Cuando el arte no te intriga, mal vamos. No hay palabra que defina esa sensación tan inquietante, ese maravilloso calambrazo. No obstante, hemos intentado desentrañar este misterio con quien es, muy probablemente, uno de los artistas del momento. Filip Custic dice que crear es juntar ideas que, aparentemente, se repelen; buscar un equilibrio dentro del caos, algo que él define como casi mágico. Lo llama “hacer click”, cuando todo se ordena, cuando sabes que estás haciendo algo verdaderamente bueno.
Entrevista extraída de ACERO vol. 8, publicada en julio de 2024. Hazte con tu copia aquí.
Filip inaugura exposición dentro de PHotoEspaña y no nos puede gustar más el título: Pq hacemos lo q hacemos? Gran pregunta para los tiempos que corren, o quizá para todos los tiempos. Y aunque me temo (sorry universe) que no existe la respuesta, sí que existen cabezas como la de Custic, capaces de darnos ese subidón mental que tanto necesitamos. En este número hablamos con él sobre sus procesos creativos, su fascinación por El Bosco, sobre salirse del matrix y, sobre cómo la vida empieza a parecerte corta justo en el momento en que sabes que, por fin, te lo estás pasando bien, pero de verdad.
Antes de que empecemos, ¿cómo estás?
Pues estoy muy bien, la verdad, muy tranquilo y satisfecho con cómo ha ido la expo. Diríamos que estoy en un descanso activo. Hay momentos en que hay que parar para luego volver a reiniciarte. Si no, estás perdido (risas). Y como el capitalismo no para de decirte continuamente que sigas y sigas y sigas… pues lo mejor es hacerle frente.
Acaba de arrancar PHotoESPAÑA, festival en el que participas con tu exposición Pq hacemos lo q hacemos? ¿Te pones nervioso en los openings? ¿Cómo describirías el subidón de inaugurar una exposición?
Participar en PHotoESPAÑA esta siendo un sueño, literal. Admiraba el festival desde hace muchos años y cuando recibí la llamada para invitarme a formar parte, fue increíble. Sobre todo la sensación de pensar que qué maravilla estar en un punto de mi carrera en el que ya participo en un festival de esta envergadura. Y, la verdad, no me pongo nada nervioso con los openings, es más, estoy siempre megarelajado. El journey de una expo empieza siempre mucho antes, así que cuando está todo listo es el momento de disfrutar y celebrar con amigos. Siempre hay algo de nervio pero, desde luego, no paniqueo.
Me gusta mucho el título, es precioso. ¿En qué momento supiste exactamente cómo nombrarla?
Yo siempre trabajo como si tuviera un mural donde voy vomitando todas mi ideas, garabatos, conceptos, imágenes. Hay un momento de caos total pero luego todo eso se organiza de manera casi mágica. En ese caos, hay a veces alguna nota suelta que de repente me sugiere el título final. En general, siempre he puesto títulos más asépticos, pero esta vez quería que evocara algo mucho más filosófico. Quería que la exposición comenzara con una pregunta, algo más existencialista, pero definitivamente quería ser directo.
¿Cómo es exponer en un museo-palacio como el Cerralbo? ¿Debemos abandonar ya de una vez el white-cube?
Increíble. Ha sido una conversación constante con el espacio; un aprendizaje y una verdadera responsabilidad exponer en un lugar con tanta historia. Piensa que en cualquier espacio contemporáneo, si te equivocas, pues se vuelve a pintar y punto. Pero exponer en un palacio que es patrimonio, es muy challenging. Hemos tenido que tener en cuenta un sin fin de detalles para preservar el edificio y eso es un verdadero puzzle, también para los costes y la planificación.
¿Conoces la tradición alemana de las Kunstkammern? Lo digo porque exponer en Cerralbo debe ser algo similar a sumergirte en una de esas cámaras de las maravillas, ¿no?
La verdad es que literalmente es una cámara de las maravillas. Flipé con la cantidad de objetos que había y lo maximalista del edificio. Siento que mi obra contrasta muy bien con la naturaleza excesiva del edificio, mis piezas y su aparente sobriedad se entienden muy bien con el palacio. Hay contraste, y eso siempre es algo bueno.
¿Has sido tú también el curador de lo que vamos a ver? ¿Qué diálogo se establece entre el artista y los diferentes agentes culturales?
Ha sido un trabajo en equipo pero siempre dirigido por mí. Me he dejado aconsejar en ciertos momentos por la Colección Solo y por el equipo de PHotoESPAÑA pero al final, por así decirlo, sí que diría que la curaduría es mía.
Esto me lleva a preguntarte algo que siempre ha sido un tema controvertido dentro del mundo del arte: la autoría. ¿Crees que una exposición es el resultado de un trabajo conjunto? ¿Quien guía la mirada del espectador?
Yo siento que, en general, la autoría es siempre algo bastante orgánico. Me explico: siempre se sabe, al final, de una manera casi natural, qué ha aportado cada quien dentro del resultado final de una pieza. Hay veces que los contratos artísticos, por hablar en términos más prácticos, ya lo estipulan de primeras. Es algo bastante complejo de definir, pero en general, a mí me gusta llevar la batuta en mis proyectos. Aún así, siempre me siento inspirado por otros, y su aportación la siento como algo valioso y clave. Pero sí, en mi caso, soy yo el que dirige la mirada del espectador.
Me gusta mucho el montaje del flyer de inauguración, supongo que conoces las pinturas sobre talleres de pintura (viva la metanarrativa) del XVII, ¿hay algo de esto?
¡Justo la gente que los imprimió me hizo el mismo comentario! Mi foto es eso pero todo está montado virtualmente, no existe dicho taller en realidad. Pero sí, me encantan las escenas costumbristas de los artistas en su taller, o los artistas con su obra.
Hay algo que para mí define la magia del arte y es la tensión. El arte tiene que tensionar las cosas. Encontrar el punto exacto antes de que algo se rompa y pulsar en ese momento el botón de stop. Y creo que hay bastante de eso en tu arte, no sé si estarás de acuerdo conmigo.
Lo que tú llamas tensión yo lo llamo click. Hay un momento en que la idea de la obra se materializa y de repente todo hace click: la pieza te hace cuestionarte cosas, te saca del matrix. Pero desde luego, aparte de tensión, tiene que haber también equilibrio.
¿De dónde te viene la inspiración?
Bebo un montón del pasado. Eso me ha dado mucha base. Pero vamos, que el pasado también puede ser el 2002. Luego hubo un punto en que decidí que para contar el presente, necesitaba ese pasado y añadirle mi visión del futuro, ¿me explico? Esas son mis dos bases fundamentales. Por ponerlo como una ecuación: pasado + visión del futuro = mi presente.
Antes de entrar a hablar de alguna de tus obras en concreto, me gustaría preguntarte qué tal te va con Solo, hace ya un tiempo que entraste a formar parte de la colección y te hemos visto también exponer en su espacio, ¿cómo valoras todo este tiempo?
Súper bien. Es increíble encontrar gente que te apoye de esta manera. He tenido experiencias previas en las que me he encontrado con muchas negativas, y eso siempre es frustrante. Con Solo, desde luego que es una conversación; no es un sí a todo, pero en general es un “adelante con esto, vamos a hacerlo posible”.
Aparte de esta exposición que podrá verse durante todo el verano, ¿en qué otros proyectos andas ahora?
Ahora estoy en un descanso activo. Estoy muy satisfecho de cómo han ido las cosas con esta expo así que estoy esperando a septiembre para reanudar proyectos.
Hablemos de algunas de tus obras, me gustaría empezar con selfie materializado: x=y=z, expuesta en el MDBK de Leipzig. Qué bonita, por cierto. ¿Qué poética subyace en las fuentes de los deseos?
Esta pieza también bebe un montón del pasado. Hay un montón de referencias de artistas que han trabajado con el agua y las esculturas. Me flipa la combinación entre la imagen hiperrealista y el concepto de fuente de los deseos. Es una pieza que habla de la espiritualidad y la auto-representación. Quería hablar de cómo hemos decidido, por ejemplo, clasificarnos por razas, de envejecer, de la universalidad de los mitos aunque estos vengan de la antigüedad. Si te fijas, la escultura está hecha de partes de diferentes cuerpos. Hay una oreja de señora mayor, por ejemplo. De nuevo un equilibrio de conceptos aparentemente opuestos.
¿Es Instagram una fuente mágica, un pozo oscuro, o ambas cosas a la vez? ¿Dónde yace la tensión en toda esta movida de las redes sociales?
Instagram es en verdad un fenómeno en continua evolución. Para mí, ha pasado de ser una plataforma muy guay donde poder expresarte a ser una especie de máquina que censura en base a ciertos algoritmos un tanto perversos. Es una especie de ruleta de la suerte (risas).
Esto me lleva a que hablemos un poco sobre la auto-imagen. Tú la utilizas en numerosas ocasiones para vertebrar tus piezas. ¿Me podrías hablar un poco de esto? ¿Por qué nuestro propio reflejo es algo tan fascinante y aterrador al mismo tiempo?
Lo que más me inspira, en realidad, es lo humano. Flipo con cómo puedes jugar con el cuerpo para representar ideas. Desmembrarlo, utilizarlo de mil maneras para subvertir la realidad y presentar un concepto nuevo. El cuerpo es, definitivamente, el eje de mi discurso.
Me gustaría seguir indagando un poco más sobre este tema. Me vienen a la cabeza artistas como Orlan o Cindy Sherman, ¿han sido referentes para ti?
Cindy Sherman, definitivamente, lo es. Siempre me ha encantado. De todos modos, hace bastante que no me fijo tanto en artistas para inspirarme. La vida está llena de cosas random que de repente captan toda mi atención.
¿Te gusta lo que ves cuando te miras?
¡Depende totalmente del día! No obstante, tengo comprobado que hasta los guapos más normativos, los que vienen de fábrica, también se cuestionan su propia imagen. En verdad, vivimos en un mundo obsesionado con esto, creo que las redes sociales han apretado a muerte el botón de la dismorfia, especialmente en las generaciones más jóvenes.
Me gusta mucho cómo presentas los cuerpos en diferentes bloques, todo tan geométrico pero de alguna manera, también orgánico. ¿Consideras que somos un revoltijo de contradicciones?
Vuelvo al tema del click. Cuando algo clickea es que hay una contradicción. Lo que hablábamos antes de la tensión. Ideas que aparentemente son opuestas y de repente viven en equilibrio. Sí, totalmente creo que lo somos, vivimos inmersos en las contradicciones y es muy guay… ¿no?
Otra de tus obras es (hego hiperrealista) + (juguete de viento) para la Fundación César Manrique. ¿Cómo surgió esta colaboración?
Me encanta que me lo preguntes porque soy de Tenerife. He crecido con César Manrique y me crié pensando que el arte era algo cinético. Cuando la fundación me contactó, aluciné. Querían que colaborara con ellos para su aniversario y me llevaron a ver todo lo que había producido. La pieza de la que hablas es la primera escultura que hice en toda mi carrera. Es súper especial y pienso que Manrique fue un genio.
¿Sabías que eran famosas las fiestas que montaba en su casa-volcán?
Cuando inauguramos me traje como a treinta amigos y celebramos una súper fiesta al estilo Manrique. Fue muy mágico todo.
¿Y qué piensas del deseo? ¿Crees que el arte contemporáneo, al igual que el deseo, subvierte de algún modo los valores que aparentemente defendemos?
Me gusta que lo menciones porque yo hago las cosas porque quiero cumplir un deseo. Normalmente pienso; ¿qué es lo que me vibra ahora? ¿Qué deseo quiero cumplir? Y entonces, actúo, empiezo a crear algo. No sé si subvierte los valores que aparentemente defendemos, pero sí te digo que el deseo es una fuente primaria para la creación. Tiene una fuerza difícil de comparar.
¿Qué opinas de hacerse viejo? ¿Te gusta, te da miedo?
¡Es traumático! No en serio, es muy fuerte. Como no hemos vivido otra vida para saber cómo es el proceso, es muy misterioso. Siento que cuando eres pequeño, el tiempo pasa mucho más lento, pero llegada cierta edad, cuando empiezas a pasártelo bien, parece como si volara y viviéramos un montón de vidas juntas.
Tu pieza overthinking myself, para el MSU en Zagreb, es un poco El Bosco meets Nam June Paik. ¿Lo tienes en tu Top de artistas?
El Bosco definitivamente debería ser una inspiración para todo el mundo. El Jardín de las Delicias es, quizá, el mejor cuadro de la historia. Es surrealismo en pleno siglo XVI. Es futurista con elementos del pasado, su tamaño es perfecto…¡todo! Me obsesiona esa obra, me encanta.
Hablemos de moda ahora. Tienes millones de colaboraciones, ¿cómo surge esta relación?
Yo originalmente quería ser fotógrafo de moda. Fue mi primer contacto con lo creativo y durante bastante tiempo pensé que mi mundo estaba ahí. Luego me di cuenta de que yo realmente vibraba con el arte, por muchos motivos diferentes. Pero me sigue encantando la moda, lo comercial, su relación tan estrecha con el cuerpo humano.
A ti personalmente, en tu día a día, ¿te gusta recrearte en lo que vas a ponerte o, por el contrario, serías feliz con un uniforme con pequeñas variaciones de tanto en tanto?
Cuando no tenía mi creatividad tan saciada, la verdad, me encantaba recrearme en mis looks. Ahora que ya cubro esa parte, es verdad que tengo un poco un uniforme diario. Pero ese uniforme va variando y siempre se actualiza.
¿Crees que Madrid es una ciudad donde se ven grandes looks? A mí me cuesta un poco encontrarlos… ¿Qué piensas tú?
Yo creo que hay grandes looks y gente muy chula, pero en general creo que la moda ha perdido mucha identidad. Hay demasiado usar y tirar, hay demasiada información, hay demasiadas tendencias y subtendencias. Antes, no sé, veía la moda como un discurso más auténtico. Creo que hoy en día estamos en un momentos mucho más comercial y menos arty en términos de moda.
Seguramente hay quien nos esté leyendo y se esté preguntando, todo esto del arte está muy bien pero, ¿cómo se vive de esto, cómo se monetiza todo ese talento, todo ese trabajo? Así que te traslado la pregunta, a ver qué les puedes decir.
Como todo en lo creativo, hay momentos de vacas flacas y vacas gordas. Se resume en eso. No obstante, yo sigo compaginando muchas cosas para poder vivir de mí mismo. Es curioso porque dentro del mundo del arte hay como muchas capas, y las vas descubriendo a medida que avanzas en él. Descubrir a tus coleccionistas es un proceso un tanto opaco, no existe ninguna fórmula ya hecha que puedas seguir.
Y acabamos como solo podemos hacerlo en estas fechas, ¿qué tienes pensado para este verano? ¿Cuáles serían tus vacaciones soñadas?
Me encantaría viajar al pasado y poder ir al Egipto de los faraones.