Producto de un amasijo de sensaciones, el primer álbum de Abraham Brody aka Eyibra, Diomede, nace como una necesidad vital para sí mismo. Mientras metaforiza una relación amorosa pasada, explora lo no binario, lo queer y la fluidez de género y derriba al patriarcado en los versos de estas canciones. Lo artisto presenta, una vez más, una lucha encarnizada por romper las reglas y los límites de la sociedad a través del arte.
Con Eyibra hablamos de todo en esta entrevista: del imaginario de Diomede, que también se venderá en forma de NFT como obra de arte en 3D, de su experiencia en la performance que realizó junto a Marina Abramovic The Violinst Is Present y, también, de la presentación de su última pieza Bigidiribela (Zapoteco para el dios Murciélago) junto a Lukas Avendaño, Nnux y Oswaldo Erréve en el LACMA. Todo para descubrir que este artista es único en su especie, y que todo el universo que le envuelve es una pieza de colección exclusiva.
¿Podrías presentarte para quien todavía no te conozca?
Soy Eyibra, artista multimedia, productor, compositor y performer. Mi signo es géminis, luna en leo. Actualmente vivo en Ciudad de México.
Ya que te describes así, ¿siempre supiste que querías dedicarte al arte o tenías otras aspiraciones?
Sí, siempre supe que quería ser performer o artista. Desde niñx siempre actuaba para mis padres, con un vestuario elaborado, inventando mis propias canciones, bailes… Crecí en el bosque, así que la naturaleza me ha inspirado mucho en todo esto. No había mucho que hacer además de escuchar los cantos de los pájaros, y así creo que fue cómo nació mi creatividad.
Entorno a ese imaginario del que nos hablas, ahora lanzas tu nuevo álbum Diomede. El título viene de la islas Diomede que, pese a estar separadas por tan solo dos kilómetros entre sí, tienen franjas horarias diferentes. ¿Qué hizo click en tu mente para tomar el nombre de estas islas como título para el disco?
La primera idea fue We Are More Than Islands, título de una de las canciones del álbum. Pero un día, hablando con un amigo, nos pareció demasiado largo. Él me habló de las islas Diomede y me pareció un nombre increíble, una metáfora perfecta para una relación en la que te sientes tan cerca y al mismo tiempo tan lejos de alguien. El álbum trata mucho de mis relaciones y mi vida personal, y me pareció el título perfecto para encapsularlo todo.
Es decir, este álbum es una oda a alguna relación personal, ¿verdad?
Sí. Mira, siéndote sincero, fue mi ex novio quién me explicó todo esto de las islas Diomedes, yo lo metaforicé pensando en nuestra relación; pero, claro, es algo que cualquier persona puede adecuar a sus emociones.
Además de esto que cuentas, el concepto principal del álbum también es el de explorar lo queer y el significado del género a través de la mitología y de las relaciones. Más allá de las letras y el propio título del álbum como decíamos antes, ¿cómo has conseguido transcribir estos conceptos en las canciones del álbum?
Existen diferentes direcciones. Primero me gustaría hablar de mi amigx Lukas Avendaño, que es probablemente la persona que más me ha inspirado en mi vida. Ellx también es muxe, un tercer género del pueblo originario Zapoteco de Oaxaca (México). Conocí a Lukas hace 3 años, y me ha ayudado un montón a encontrar mi identidad como persona y artista. Gracias a Lukas he hecho muchas investigaciones, he leído muchos libros de antropología, historia y género para informar sobre mi proceso creativo. Identidades como lxs muxes existen en casi todos los países del mundo; bueno, más bien existían antes del patriarcado y la iglesia católica. Lo no-binario y lo queer no es nada nuevo, siempre ha existido. La canción 2Spirit se la dedico a Lukas, la escribí mientras pensaba en esto junto a grabaciones de textos que ellx escribió.
Por otro lado, también he explorado los conceptos de la producción ‘masculina’ o ‘femenina’, experimentando con los sonidos de los beats para que fueran más poderosos o profundos como la Madre Tierra, o al revés, elaborando snares que tuvieran una energía muy punzante, directa, o masculina. Es algo que hablé mucho con mi co-productora, NNUX. También exploré la transformación de la voz; por ejemplo, en la canción We Are More than Islands nos inspiramos en una canción de Maria Arnal y Holly Herndon en la que hay muchas capas cortadas de voz, también jugamos con plugins y filtros para estirar los límites y las características de mi voz.
Por otro lado, también he explorado los conceptos de la producción ‘masculina’ o ‘femenina’, experimentando con los sonidos de los beats para que fueran más poderosos o profundos como la Madre Tierra, o al revés, elaborando snares que tuvieran una energía muy punzante, directa, o masculina. Es algo que hablé mucho con mi co-productora, NNUX. También exploré la transformación de la voz; por ejemplo, en la canción We Are More than Islands nos inspiramos en una canción de Maria Arnal y Holly Herndon en la que hay muchas capas cortadas de voz, también jugamos con plugins y filtros para estirar los límites y las características de mi voz.
Cito textualmente tus palabras: “al crecer nunca tuve canciones de amor sobre romance queer, nunca vi obras de arte inspiradas en ejemplos antiguos de expresión de género fluido (…) El proceso de hacer este álbum fue una forma de alcanzar y curar a mi yo joven, así como a mi comunidad y la generación más joven de personas queer”. Y aquí me pregunto: ¿en qué sentido dirías que este álbum nace como una necesidad vital para ti?
Este disco nació durante la pandemia, en ese entonces me sentía muy solo y también reflexioné mucho sobre mi vida, mi comunidad y mis relaciones. De repente no tuvimos acceso a los espacios queer donde siempre bailábamos, perreábamos, coqueteábamos, dónde hacíamos nuevos amigxs y redes…Pensé entonces en los orígenes y en las raíces de mí mismo y de mi comunidad. ¡Por eso el álbum tiene tanta melancolía!
El álbum empieza con Shape of a Rose hablando sobre el desamor, después suena Moon Dance que trata la autosuficiencia, Kirship explora la noción de comunidad queer, Womb de la destrucción del patriarcado y We Are More than Islands es, en esencia, una canción-ritual que, tradicionalmente, solo cantan mujeres pero que tú has reinterpretado para hablar de una relación queer. Más que una historia parece la evolución de una persona, ¿no es así?
¡Me gusta tu interpretación! Pensé en muchas cosas mientras creé esa canción. Sí, al principio con toda las transformaciones de mi voz, con la letra de la canción tradicional lituana, quería conectarme con mis raíces en una manera que sintiera más orgánica y natural para mí. Esa canción tradicional habla de una mujer que no puede encontrar el amor, y eventualmente al final, baila con el diablo, se abre la tierra y ella cae dentro. Cambié el género del cantante para hablar de dos hombres y, el resto de la canción, con mi letra en inglés, es muy dramática y muy salvaje. En We are More than Islands hablo de que no somos solas, que tampoco somos aisladas ni pequeñas, sino que podemos ser todo el océano si lo queremos. Tú puedes transformarte y llegar a tu verdadera identidad.
Y todas estas referencias étnicas y rituales, ¿qué función desempeñan en el transcurso del álbum? ¿Cómo y por qué se te ocurrió añadirlas?
Mis raíces (de Lituania y Ucrania) siempre me han influenciado mucho. Pero en el sentido del álbum busqué maneras y oportunidades de interactuar con, específicamente, las canciones rituales de Lituania: que tienen miles de años son pre-cristianas y pre-patriarcales. Estas melodías hablan y hacen referencia a un tiempo de mujeres-diosas, de brujas sagradas, de fluidez y de energía o cómo dic Björk, de la matriz. Esto me fascina.
Deconstruir la noción de género es una realidad que todavía muchos no contemplan o ni si quiera se replantean. Pese a que el álbum transpira sensaciones de melancolía, al mismo tiempo siento una transcripción motivadora en las letras. ¿Imaginas un mundo en el que el cisheteronormatividad no existiera? Tal y como hablas de destruirlo en la canción Womb, por ejemplo.
Sí, justo cómo te hablaba antes sobre la matriz de la que habla Björk. De hecho, esa misma cita me inspiró en crear Womb. Yo creo que siempre hay juegos de poder y de desigualdad, pero esta canción trato de contribuir con el diálogo de cómo podríamos cambiar la sociedad y volverla más igualitaria y equilibrada. Desde la conquista, el poder ha estado en manos de un par de hombres que nos roban los recursos, la libertad y la tierra misma.
¿Crees que nuestras generaciones podrán ver la caída de, al menos, la imposición de la heterosexualidad desde que nacemos?
Espero que sí. Como estos últimos años nos han enseñado, nunca sabemos lo que viene.
Volvamos a Diomede, a nivel de producción y de sonido me recuerda muchísimo a producciones de Sevdaliza o Björk, de la que me hablabas antes. ¿Fueron ellas algunas de tus inspiraciones a la hora de crear el sonido experimental del álbum?
Totalmente. Las dos son algunas de mis artistas favoritas, me han influenciado muchísimo. También la producción de Arca, FKA Twigs y Maria Arnal me inspiran mucho. Todas son diosas.
Siempre que hablo con amigos sobre sus proyectos musicales, me encanta preguntarles: ¿cuál dirías que es el momento perfecto para escuchar tus canciones? En el caso de Diomede, ¿cuál sería?
Depende de la canción, pero yo creo que caminando por las calles de la ciudad, en el sillón fumando o a lo mejor con setas en el bosque.
Además de este lanzamiento, me gustaría que hablásemos de otros tantos proyectos que has desarrollado, por ejemplo, tu performance junto a Marina Abramovic The Violinist is Present. ¿Cómo surgió esta colaboración?
Fue hace un par de años. Acababa de terminar mis estudios y me interesé mucho por romper las reglas, las normas y los límites. Por eso no me gusta decir que solo soy ‘músico’ o ‘compositor’. Empecé a crear obras de performances más interactivas, y encontré el trabajo de Marina, me inspiró muchísimo. Hice un vídeo-proyecto donde reinterpreté su obra The Artist is Present, y la nombré The Violinist is Present. En mi pieza hago improvisaciones de lo que veo en los ojos del público a través de mi violín y mi voz. Todo fue porque el asistente de Marina lo vio, se lo enseñó y a ella le gustó. En ese momento yo vivía en Londres y estrenaba su performance 512 Hours en la Galería Serpentine. Ahí me invitó a conocerla y entonces nació la colaboración.
Como mencionabas, esta performance trata de la relación que puede llegar a crearse entre el público y el artista durante el directo; el cuerpo, la música, el espacio, todo cuenta. ¿Cuáles fueron los resultados que anotaste de esta actuación? ¿Alguna conclusión que quieras compartir con nosotrxs?
Consistía en tomar al performer como espejo del público. Yo era el espejo de sus emociones, una reflexión de sí mismos. Cuando tocaba el violín, cambiaban las emociones que veía en sus ojos y entonces se abría un diálogo no verbal súper poderoso. La primera vez que hice esta performance Marina quiso que la hiciera durante 8 horas sin parar. Fue algo muy fuerte, sentí que veía las almas de cientos de personas de las que no sabía ni su nombre. Lloré varias veces. Fue muy íntimo, muy pequeño, pero muy poderoso a la vez.
Presentas el álbum en dos ciudades, hoy en el Teatro de la Ciudad en Ciudad de México y el 15 de junio en Elsewhere en Nueva York. Todavía quedan más fechas por confirmar pero, ¿algún adelanto de shows en directo que puedas darnos?
Ahora mismo estoy de estreno junto a Lukas Avendaño, Nnux y Oswaldo Erréve con Bigidibirela (Zapoteco para el dios Murciélago), una pieza que hicimos en conjunto y que fue encargada por el LACMA. La vamos a presentar allí en septiembre y nos encantaría llevarla hasta Europa y otras partes del mundo también. Con mi álbum estoy armando una gira en Europa que pronto espero compartir. Stay tuned.