¿Sabían Amazon Music y Gallery Sessions que desatarían el caos en redes cuando publicaron Escena, su nueva serie documental? En este primer episodio dedicado al hyperpop, artistas como Fran Laoren, Rakky Ripper, LVL1!, Alequi, Orslok, o Holics reflexionan sobre el nacimiento y desarrollo del género en nuestro país. Nosotros también queríamos compartir nuestra opinión (libre del límite de caracteres). Aquí va.
“Es un término un poco comodín, sobre todo en España”, comienza Santo Romeo (Holics) apenas treinta segundos después de que empiece el capítulo. Al igual que sucedió con el trap una generación atrás, pocos de los artistas que integran este género se ponen de acuerdo en los límites exactos del sonido. Y qué les diferencia. Algunos, como Alequi, incluso ven esa indefinición como una virtud. Aunque no aparece, recuerdo una conversación apenas dos semanas atrás con el productor de MDA, ambeats, quien a la salida de un club me dijo que el hyperpop “en realidad es música electrónica, pero lo han querido categorizar así”.
Ahí está una de sus claves: el componente electrónico. En eso sí están todos de acuerdo. Hablamos de sintetizadores, bpms elevados a números imposibles, y el auto-tune a estallar. Ellos atribuyen este resultado sonoro a cuestiones generacionales. Por un lado, a la necesidad de diferenciarse (aunque cualquiera le diría a un punki que buscaba ser normativo), y por otro, a formar parte de una generación sobreestimulada, que necesita de esa sobreestimulación también en su música.
Explican que sus letras abordan la introspección, la idea de estar en tu cuarto creando con tus amigos, ya acaben llamándose Mosterz o Holics. Ni rastro del discurso callejero del trap ni de su estética (¿quizá para un futuro episodio sobre el drill?). En cambio, colores hipersaturados y las referencias al universo friki de internet conquistan portadas y videos. Toda fantasía harajuku es bienvenida. De ahí el pop.
¿Es necesaria una narrativa marginal para la validación de tu arte?, se preguntan. Lo cierto es que lo único verdaderamente imprescindible para ser músico es la aprobación del público. Y eso, sin duda, lo tienen. “Al final, eres producto de tu época, pero tienes que usar las armas que tienes a tu disposición”, concluye Orslok.
El documental cuenta con una fantástica producción, donde se nota a leguas la mano de obra de Amazon, y la visión del proyecto de Genís Pena. Estaremos atentos al siguiente episodio, en las pantallas y en las redes. ¿Sobre qué será?