Empezó a hacer música en un trastero por vergüenza a que sus padres le escuchasen. Imaginamos que hoy, con tres discos y millones de reproducciones a sus espaldas, estarán bastante orgullosos de él. Hablamos de Enol, un artista que, llevando Gijón en el corazón, se mudó este año a Madrid para hacerse un hueco en la industria y pelear por la vida que siempre ha querido. El asturiano ha bebido de referencias musicales nacionales e internacionales para convertirse en lo que es hoy: un artista de pies a cabeza que bien sabe que el que algo quiere, algo le cuesta. Hablamos con Enol sobre Ocho estrellas, su último disco.
 
Acabas de sacar Ocho estrellas, tu tercer álbum. La única explicación al título la encuentro en el último tema, Ocho estrellas freestyle, en el que dices: “Ocho estrellas en Madrid desde que estoy”, refiriéndote, intuyo, a la bandera. ¿Es esa la explicación o hay por ahí alguna más que se me escapa? 
Es esa. Además, el disco anterior se llamaba Casi superstar y quisimos que este tuviese algo en común con él, así que unimos un poco los dos títulos con eso de las estrellas. Este año me mudé a Madrid y di el paso de empezar a trabajar desde aquí con productores para profesionalizarlo todo más, por eso quise hacer ese juego con la bandera para el título del disco. El freestyle es para explicar todo esto mejor y que se entienda; era una referencia un poco rebuscada y prefería dejarlo claro en un tema. 
Hablando más sobre este disco, ¿qué une a los once temas que lo componen? 
No te diría el estilo porque hay mucha variación entre unos temas y otros. Lo que tienen todos en común es que están basados en mis vivencias personales de este último año, en cómo ha ido cambiando mi vida. Ocho estrellas es un álbum de fotos de todo lo que han sido estos últimos meses. 
Ocho estrellas tiene cuatro colaboraciones con Pole, Marmi, Marlon y Blanca Vergara. Cuéntanos, ¿tenías fichados ya estos cuatro nombres para que te acompañasen en el disco o fue surgiendo todo sin planearlo demasiado? 
Pole y Marmi son más de mi círculo de amigos, hablo con ellos todas las semanas. Ya contaba con ellos de primeras. Lo de Blanca (Vergara) y lo de Adri (Marlon) fueron oportunidades que surgieron. Estuve encantado de trabajar con ellos porque creo que aportan un toque súper especial al disco que yo, con mi voz solo, creo que no podría haber dado. 
Éramos dos es el tema que tienes con Pole y que se ha convertido en tu canción más escuchada en Spotify, con casi tres millones de reproducciones. Ya habías trabajado con Pole en Niño bueno, un tema que sacasteis en 2020, y ahora os habéis vuelto a juntar. Ya me has dicho que sois amigos. ¿Qué tal trabajáis juntos? ¿Cómo habéis ido desarrollando Éramos dos
Teníamos muchas ganas de juntarnos en un estudio. Cuando sacamos Niño bueno, él vivía en Toledo y yo en Gijón y luego ya vino la cuarentena, así que no pudimos volver a hacer nada. En un par de sesiones con Pablo Rouss, que es un máquina, fluyó el tema súper guay. Trabajamos todo desde cero en el estudio y salió un temazo. Con Pole se trabaja siempre genial, me parece un genio y creo que tiene una manera de escribir única. Siempre es un placer trabajar con él. 
¿Con quién te gustaría colaborar en un futuro? Danos algunos nombres. 
Escucho y llevo toda la vida escuchando mucha música urbana española, así que me encantaría trabajar con los artistas que siempre he escuchado: Cruz Cafuné, Recycled J, Rels B... Si tuviese que darte tres nombres, te daría esos tres. Es gente de la que he aprendido mucho escuchándola.
Tengo para luego una pregunta en la que seguiremos hablando más sobre esas referencias musicales que comentas. Volviendo a Ocho estrellas freestyle, creo que este es un tema que se ve más crudo que los demás y en el que te sinceras siguiendo un estilo más de rap que del pop-rock que caracteriza el resto del disco. ¿Cómo nace este tema? Cuéntanos un poquito más sobre él. 
Desde que empecé a hacer música he ido probando otros estilos, pero me gusta sacar un tema más fraseado cada cierto tiempo contando en qué punto vital me encuentro y cómo va todo. El freestyle fue el último tema que grabamos del disco y sentía que tenía que hacer un resumen global de todo. Justo habíamos acabado la gira hacía un par de semanas cuando me junté con Rouss en el estudio y decidí hacer ese tema a modo de punto y aparte. Quería hablar sobre la gira, los conciertos, el parón por el covid, cómo se había recibido mi disco anterior, los cambios que se habían dado en mi vida este último tiempo… Quería poner a la gente en contexto sobre en qué situación había escrito este nuevo disco. 
En tu nuevo disco te has juntado con hasta cinco productores diferentes, Pablo Gareta, Quiroga, Omar Alcaide, J Heras y Pablo Rouss, al que ya has mencionado. ¿Qué crees que ha aportado esta mezcla de producciones a Ocho estrellas?
Me ha hecho aprender y mejorar muchísimo porque estaba acostumbrado a trabajar solo con type beats en mi casa. También he trabajado con otros productores en temas que al final no han salido adelante. 
¿Por qué no han salido? ¿No te acababan de convencer? 
En el proceso de hacer el disco, probamos muchísimos sonidos y estilos y se grabaron muchas canciones para luego tener donde escoger. No queríamos que el disco fuese un collage de sonidos muy distintos y, aunque al final haya R&B, pop y rap, dejamos fuera otros estilos que se llegaron a probar, pero que decidimos que no encajaban del todo en el disco. 
¿Te gustaría producir tus propios temas en algún momento o es algo que por ahora no tienes pensado? 
No me lo he planteado. Sé, por experiencia de cuando estaba en Asturias, que en cuantas más partes del proceso estés implicado, más estrés vas a tener. Los resultados pueden ser mejores, en algunos aspectos, pero yo prefiero delegar la producción en personas en las que confío, como Rouss, Gareta o cualquiera de los otros con los que he trabajado. Ellos tienen ya un nivel que yo o tardaría mucho en alcanzar o no alcanzaría nunca. 
Las cifras marcan con qué tema se quedan los oyentes, pero no con cuál te quedas tú. Si tuvieses que elegir solo una, ¿con qué canción del álbum te quedarías y por qué? 
Mi canción favorita ha ido cambiando a lo largo de los meses. Cuando me gusta un tema, lo quemo, acabo saturado de él y salto a otro. Ahora mismo, el que más estoy escuchando, quizás porque es de las últimas versiones definitivas del disco que me llegaron, es el de Historias que callar, con Marlon. 
A Ocho estrellas lo preceden dos discos, Aeropuertos, de 2019, y Casi superstar, del año pasado. ¿Cómo dirías que has evolucionado desde tu primer álbum hasta ahora? ¿Qué cosas has mantenido y qué otras has cambiado? 
A Aeropuertos no lo llamaría ni disco porque fue más bien un recopilatorio de las canciones que tenía en ese momento grabadas. No tenía ni las nociones ni los medios como para poder plantearme un proyecto tan serio como me parece que es un disco. Casi superstar fue el primer momento en el que me planteé de verdad hacer un proyecto más grande, con una idea y un concepto, y trabajarlo bien. Entre los dos primeros discos, Casi superstar me parece el punto de inflexión; y, entre Casi superstar y Ocho estrellas, el último es un salto de profesionalización y calidad a nivel de sonido y letras. Me he preocupado bastante por cuidar ese aspecto en este disco. 
Hablando de tus trabajos anteriores y retomando el tema de tus referencias musicales, en Casi superstar tienes un tema al que llamas Cruzzi, haciendo alusión a Cruz Cafuné. No solo lo mencionas a él, sino también a Choclock. ¿Son estas tus inspiraciones o referencias a la hora de componer? Antes has dicho que has aprendido mucho de este tipo de artistas. 
Además de los nombres que he mencionado antes, intento escuchar mucha música de muchísimos géneros diferentes. Sé que suena a topicazo, pero creo es lo que más te activa la mente para no caer en lo mismo de siempre. Las referencias que tengo no solo vienen de España, sino también de Estados Unidos, de gente como The Kid Laroi o Post Malone, que me gusta muchísimo lo que hacen; o de Italia, de artistas como Blanco o Sfera Ebbasta, que también me flipan. Intento implementar cosas en mi música que aprendo de fuera. 
Este año tu nombre ha figurado en los carteles de algunos de los festivales más conocidos de España, como el Arenal Sound o Madrid Salvaje, sin ir más lejos. ¿Dirías que estás en tu mejor momento? 
Me siento muy cómodo y feliz con lo que ha sido este año y cómo ha ido avanzando todo. Diría que me encuentro en mi mejor momento hasta ahora, pero tengo ganas de dar el siguiente paso. De hecho, estamos ya centrados en los proyectos del año que viene. Ahora va a haber unos meses de parón sin sacar música, más que nada para dejar descansar el nuevo disco. Yo no voy a descansar, voy a seguir haciendo música. Quiero madurar bien la idea de los proyectos que tenemos para el próximo año e intentar darle una vuelta de tuerca más. Siempre he estado en mi casa en Asturias, sin productores, haciendo las cosas solo, sin competencia ni incentivos que me hiciesen querer y necesitar progresar. Ahora estoy en Madrid, en un ambiente muchísimo más activo, y eso me empuja a seguir mejorando. Este último año he aprendido mucho y ahora quiero ejecutar lo aprendido. 
Para terminar, en febrero empiezas la gira de Ocho estrellas desde tu tierra, Gijón, y tienes ya confirmadas otras doce ciudades. ¿Cómo afrontas este tour? ¿Nervioso? 
La verdad es que no, tengo muchísimas ganas. Me he dado cuenta de que me siento muy cómodo en los conciertos y las sensaciones son siempre muy buenas. Tengo mono ya desde la gira pasada. Estoy deseando volver a viajar y cantar con mis amigos, es una experiencia muy bonita que estamos disfrutando muchísimo.
 
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