Era 1998, aunque algunos no habíamos nacido aún, y se estrenaba una serie que nos cambiaría la vida. Cambiaría nuestra forma de ver las cosas, nos enseñaría a amar la moda y a odiar a los hombres. Fue en ese instante donde conocimos por primera vez a Carrie Bradshaw, nuestra columnista favorita, y aunque muy a nuestro pesar no escribe para nosotros una columna de sexo semanal, sí tenemos un amplio archivo para rememorarla, tanto a ella como a sus amigas, Charlotte, Miranda, y por supuesto, a nuestra queridísima Samantha Jones.
Como muchas otras chicas recuerdo perfectamente la primera vez que vi al grupo de cuatro mujeres que aún a día de hoy deseo con todas mis fuerzas que sean mis mejores amigas. Fue con 8 años junto a mi madre, me enamoré al instante y aunque no entendí mucho lo que pasaba en escena las sandalias de Dolce & Gabbana Spring/Summer 1998 que aparecen en un escaparate en el capítulo cinco de la primera temporada (minuto dos, segundo veintinueve) atrajeron mi atención. Luego llegaron los Saddles diseñados por John Galliano, los Fendi Baguette y, por supuesto, el vestido de novia de Vivienne Westwood y los Manolo Blahnik. And just like that… fue como me enamoré de todas, bueno, de casi todas las cosas que tienen que ver con la serie.
Con el 25 aniversario, que viene de la mano de la segunda temporada de And Just Like That, qué mejor que rendir el homenaje que esta masterpiece se merece. Porque aunque muchas cosas estén mal en la serie, como la relación de Carrie y Mr. Big, alberga un archivo de los momentos más icónicos que vivió la moda a finales de los noventa y principios de los dos mil. Así que vamos a repasar cinco de los mejores fashion moments de Carrie Bradshaw, que sin duda van mucho más allá del collar de oro con su nombre que es ya todo un emblema intergeneracional, no sin antes darle las gracias a Patricia Field, estilista de la serie (también de Emily in Paris) sin la cual probablemente ni tú ni yo estaríamos aquí ahora mismo. Empezamos.
El tutú con el que conocimos a Carrie Bradshaw
Sin duda alguna el tutú es una de las piezas favoritas de nuestra querida Carrie, y es que, sin ir más lejos, fue precisamente con esta prenda con la que la conocimos en la introducción de la serie. Ese tutú concretamente, lo encontró Patricia Field por cinco dólares en una tienda de baratijas de Manhattan. Desde el primer momento supo que estaba hecho para Sarah Jessica Parker pues curiosamente la actriz es ex bailarina de ballet. Y aunque al director de la serie le horrorizaba, a lo largo de los años se ha convertido en un símbolo del personaje, apareciendo en todas sus versiones. Incluso en el primer capítulo que vimos de And Just Like That Carrie llevaba un tutú, y a decir verdad fue la mejor forma de reencontrarnos con ella.
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It’s not a bag it’s a Baguette!
Si algo define al cien por cien el estilo de Carrie Bradshaw es precisamente un Fendi Baguette. Con brillos, metalizado, con lentejuelas, liso, con flores… La serie posicionó el bolso de Fendi casi como un objeto de culto para los amantes de la moda, y es que no solo es un emblema de Carrie Bradshaw sino también de todas sus amigas, cada una llevándolo a su estilo, por supuesto. Incluso podemos ver a Miranda llevando múltiples veces un baguette bajo el hombro. En 2019, mucho antes de And Just Like That desde Fendi hicieron a Sarah Jessica Parker la protagonista de la campaña #BaguetteFriendsForever. Una campaña que termina con la mítica frase de “Its not a bag its a baguette”. Una frase que es un hito de los fans de la serie y que escuchamos por primera vez en el capítulo diecisiete de la tercera temporada de Sexo en Nueva York, donde un ladrón le roba a Carrie el bolso y por supuesto su Manolos.
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Los Manolo Blahnik
Si algo le gusta a Carrie Bradshaw son los zapatos y su colección de Manolos es lo que más envidiamos de todo su armario. De hecho le dolió tanto que el ladrón se llevara sus Manolos que organizó una boda consigo misma para que sus amigas se los regalasen otra vez como regalo de boda, y es que no es para menos: eran sus Manolos favoritos. Esta marca de zapatos llega a ser un emblema tan grande para la serie, que el capítulo nueve de la sexta temporada está dedicado única y exclusivamente a ellos. Como bien dice Carrie, una mujer tiene derecho a escoger sus zapatos. Sin embargo, el hito de los Manolos no llega hasta la película, donde el regalo de compromiso de Mr. Big son el modelo Hangisi de Manolo Blahnik, haciendo que esos zapatos en concreto sean lo primero que pise el apartamento que van a compartir en el corazón de Manhattan, un modelo que Carrie vuelve a ponerse en esta segunda temporada de And Just Like That, cómo no, conjuntándolos con su famoso vestido de novia. Y es que la relación de Carrie con el diseñador canario es mucho más estable que sus relaciones con los hombres.
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El vestido de boda de Vivienne Westwood
Imagínate por un momento que te enamoras de un vestido de novia en una sesión de fotos para Vogue USA y la mismísima Vivienne Westwood te lo envía a tu casa para que te lo pongas en tu gran día. Y no solo eso, te presentas con el vestido de dimensiones considerables en las escaleras de la Biblioteca Nacional de Nueva York, todo para que tu futuro marido te deje plantada en el altar. Eso mismo le pasó a Carrie en la primera entrega de la película de Sexo en Nueva York. Al final todo sale como un cuento de hadas; bueno, casi, porque Carrie volverá a ponerse el vestido nupcial más famoso de la televisión en la segunda temporada de And Just Like That, ni más ni menos que para atender a la Met Gala.  
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El Dior de John Galliano
Cómo terminar este artículo sin hablar de la estrecha relación sentimental que la protagonista de Sexo en Nueva York mantiene con el Dior de Galliano, las prendas estrella de principios de los dos mil por excelencia. Es raro no ver a Carrie con algo de Dior a lo largo de la serie, especialmente con un Saddle, modelo que aparece continuamente a partir de la tercera temporada y que podemos ver en todos sus colores, tamaños y versiones. Incluso podemos ver el Galliano de Dior en los momentos más icónicos de las películas, donde al vestido de novia de Vivienne Westwood lo complementan las sandalias Gladiador de Dior en dorado, una sandalias que recurrentemente la protagonista lleva en negro a lo largo de la serie y que forman parte de la colección Fall/Winter 2001 de Christian Dior. De la misma colección podemos hablar de un look aún más icónico para Carrie: el vestido de estampado de periódico que la protagonista luce en el episodio final de la temporada tres. Tras salir en la serie, el vestido se convirtió en un un hito de la moda y fue subastado el año pasado por algo más de quince mil euros.  
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(Bonus) Carrie y su estrecha relación con Dolce Gabbana
Si me enamoré de Sexo en Nueva York por esas sandalias de Dolce & Gabbana de peluche lavanda con las que a Carrie le rechazan la tarjeta, no podía pasar desapercibida la relación del personaje con la firma. Después de una serie de guiños y prendas icónicas de los dos diseñadores italianos, Carrie Bradshaw acaba enfundándose un vestido floral de ensueño en el episodio dos de cuarta temporada, The Real Me, y aunque el vestido lo acabaría llevando la mismísima Heidi Klum se ha convertido con el paso de los años en uno de los mejores looks de Carrie Bradshaw, una imagen que perdurará hasta que la serie caiga en el olvido.  
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Destacamos seis momentos icónicos, pero se podrían destacar mil más; daría para un libro. Y aunque aún no se haya publicado, sí tenemos a las chicas de @everyoutfitonsatc para rememorar los looks de nuestra columnista favorita de Nueva York de todos los tiempos.