En el universo del tatuaje, hay artistas que logran trascender, no solo por su destreza con la aguja, sino por la profundidad y el simbolismo que inyectan en cada trazo. Fernando Cardona, conocido como Ego Sum Lux Mundi, es un explorador de lo sagrado, lo ancestral y lo cultural, fusionando mitología, espiritualidad y arte clásico en cada uno de sus diseños. Con una trayectoria que se remonta a casi una década, su nombre se ha convertido en sinónimo de un estilo único, marcado por líneas limpias, una mirada contemporánea y un profundo respeto por las raíces históricas.
Desde sus primeros pasos en el mundo del arte, pasando por su licenciatura en conservación-restauración de patrimonio cultural, hasta su incursión en el tatuaje, Fernando ha forjado una carrera en constante evolución. Su trabajo no solo cubre la piel de sus clientes, sino que trasciende a otros formatos artísticos como la ilustración, el diseño gráfico y el bordado, siempre con un ojo puesto en lo que el mundo antiguo y lo espiritual tienen para ofrecer. Bienvenidos al mundo de Ego Sum Lux Mundi.

Fernando, para quién no te conozca, ¿quién es Ego Sum Lux Mundi?
Ego Sum Lux Mundi es el nombre bajo el que firmo mi trabajo como artista y tatuador desde hace casi diez años. Es una frase en latín que significa ‘Yo soy la luz del mundo’, tomada directamente del Evangelio, y refleja mi interés por el simbolismo, lo sagrado y lo ancestral.
A través de mi trabajo exploro una iconografía muy personal que mezcla mitología, espiritualidad, historia y cultura visual mediterránea. Aunque soy tatuador, también desarrollo otros proyectos artísticos como ilustración, diseño gráfico, exposiciones y colaboraciones con marcas. Mi estilo se basa en líneas limpias, referencias clásicas y una mirada contemporánea, tanto en el papel como en la piel.
A través de mi trabajo exploro una iconografía muy personal que mezcla mitología, espiritualidad, historia y cultura visual mediterránea. Aunque soy tatuador, también desarrollo otros proyectos artísticos como ilustración, diseño gráfico, exposiciones y colaboraciones con marcas. Mi estilo se basa en líneas limpias, referencias clásicas y una mirada contemporánea, tanto en el papel como en la piel.
Además de tatuador, eres licenciado en conservación-restauración de patrimonio cultural, algo que sin duda ha influido en tu visión creativa. ¿Cómo recuerdas tus primeros pasos en el mundo del tatuaje?
Mis inicios en el mundo del tatuaje fueron casi una coincidencia afortunada. En la universidad estaba rodeado del arte, de piezas históricas, y recuerdo con especial ilusión una asignatura de iconología y simbología impartida por el profesor Raimon Arola. Todo eso fue fraguando mi interés por la práctica artística más allá de la restauración. El tatuaje llegó como un paso más dentro de esa deriva creativa. Empecé a dibujar mucho, inspirado por lo que iba aprendiendo en la universidad, y casi por azar acabé trabajando sobre la piel. Nunca me planteé que quería ser tatuador, simplemente las cosas fueron pasando y poco a poco todo empezó a cobrar sentido.
Después de terminar la carrera exploraste otros ámbitos artísticos como la escultura o la pintura y, poco a poco, fuiste adentrándote en el mundo del tatuaje. ¿Qué fue lo te impulsó para dar el paso del papel a la piel?
El tatuaje abrió un mundo de posibilidades para mí. Me di cuenta de que podía trabajar en los motivos que realmente me interesaban (la simbología, la espiritualidad, la historia) de una forma muy genuina y libre. Además, entendí enseguida que este medio me permitía una relación con los clientes mucho más directa y personal que otros lenguajes artísticos. Y por último, algo que me marcó mucho: la posibilidad de no estar atado a un solo espacio. El tatuaje me permitió viajar, conectar con estudios y personas de todo el mundo, crecer a través de esas experiencias. Esa libertad de movimiento fue y sigue siendo una parte esencial de mi evolución artística y personal.
El estilo old school parece ser la base de tu estilo: líneas negras limpias y sin color, usando el rojo sólo para algunos detalles. ¿Cómo describirías tu proceso desde esos primeros diseños hasta tu proyecto propio actual?
Mi evolución artística ha sido muy orgánica y fluida a lo largo de los años. Desde el principio tenía claro que quería trabajar solo con líneas porque cuando dibujo en papel no uso colores ni sombreados, y quería mantenerme fiel a mis propios gustos y lenguaje visual. Siempre he sentido que la línea tiene una fuerza suficiente por sí sola, que puede sostener tanto la estética como el contenido simbólico de un motivo.
Con el tiempo, claro, el trazo evoluciona: aprendes qué funciona mejor, cómo se adapta a tu mano, y sobre todo entiendes que la piel no es papel y que el tatuaje tiene que resistir el paso del tiempo. Eso influye mucho en cómo dibujas. Mucha gente sitúa mi trabajo dentro del llamado ignorant style, y aunque entiendo la relación, me parece una etiqueta algo limitada. Para mí, lo que define mi estilo es esa búsqueda de pureza en el trazo, de reducirlo a lo esencial para potenciar tanto el significado como la presencia visual del motivo. También me interesa que la piel respire, que forme parte del diseño y no solo sea un soporte.
Con el tiempo, claro, el trazo evoluciona: aprendes qué funciona mejor, cómo se adapta a tu mano, y sobre todo entiendes que la piel no es papel y que el tatuaje tiene que resistir el paso del tiempo. Eso influye mucho en cómo dibujas. Mucha gente sitúa mi trabajo dentro del llamado ignorant style, y aunque entiendo la relación, me parece una etiqueta algo limitada. Para mí, lo que define mi estilo es esa búsqueda de pureza en el trazo, de reducirlo a lo esencial para potenciar tanto el significado como la presencia visual del motivo. También me interesa que la piel respire, que forme parte del diseño y no solo sea un soporte.
“A través de mi trabajo exploro una iconografía muy personal que mezcla mitología, espiritualidad, historia y cultura visual mediterránea.”
En alguna ocasión has mencionado que el primer tatuaje fue a ti mismo. Pero, ¿recuerdas quién fue tu segundo lienzo y qué pieza hiciste?
Ese día fue bastante divertido. Si no recuerdo mal, después de la subida de adrenalina de tatuarme por primera vez, acabé tatuando a varios amigos ese mismo día. En ese momento lo importante era vivir la experiencia; ni el trazo ni el motivo importaban demasiado. Recuerdo especialmente un tatuaje que le hice a mi gran amigo Pol: un símbolo de interrogación en la parte interior del dedo índice.
Escogimos esa ubicación porque pensábamos que se borraría enseguida, sabíamos que tatuar en las manos es complicado por la curación, pero contra todo pronóstico, diez años después sigue ahí, perfectamente visible. Tengo muchísimo que agradecerle a Pol. Durante mi primer año como ‘tatuador’ creo que le hice más de veinte tatuajes. Confió en mí desde el primer momento, y eso es algo que siempre he valorado muchísimo.
Escogimos esa ubicación porque pensábamos que se borraría enseguida, sabíamos que tatuar en las manos es complicado por la curación, pero contra todo pronóstico, diez años después sigue ahí, perfectamente visible. Tengo muchísimo que agradecerle a Pol. Durante mi primer año como ‘tatuador’ creo que le hice más de veinte tatuajes. Confió en mí desde el primer momento, y eso es algo que siempre he valorado muchísimo.
También hablas de que tu inspiración bebe del arte antiguo, la mitología, temas medievales y el manga japonés. ¿Qué otras influencias podemos encontrar en tus diseños?
Totalmente, esas influencias están muy presentes en mi trabajo y forman parte de mi imaginario desde hace años. Otros temas que me interesan también son la iconología y la tradición bíblica. Me interesa especialmente el Antiguo Testamento, toda la literatura hebrea y esos ecos profundos que conectan con las culturas mesopotámicas y egipcias. Son mundos llenos de símbolos, de tensión espiritual, de narrativas complejas que siguen resonando hoy.
Antes estaba muy metido en el manga y el anime, y sin duda me marcaron, pero con el tiempo he sentido la necesidad de tomar cierta distancia. Creo que ahora hay muchísima gente trabajando desde ese universo, y yo he preferido centrarme en otras raíces. Si tuviera que definir los marcos de referencia que sostienen mi trabajo hoy, diría que son Atenas y Jerusalén. Dos formas de entender el mundo, dos tradiciones cargadas de relatos, mitos, leyes, figuras que siguen habitando nuestra cultura. Me gusta moverme entre lo sagrado y lo humano, entre lo arquetípico y lo íntimo, y traducir todo eso en trazos simples, casi ceremoniales.
Antes estaba muy metido en el manga y el anime, y sin duda me marcaron, pero con el tiempo he sentido la necesidad de tomar cierta distancia. Creo que ahora hay muchísima gente trabajando desde ese universo, y yo he preferido centrarme en otras raíces. Si tuviera que definir los marcos de referencia que sostienen mi trabajo hoy, diría que son Atenas y Jerusalén. Dos formas de entender el mundo, dos tradiciones cargadas de relatos, mitos, leyes, figuras que siguen habitando nuestra cultura. Me gusta moverme entre lo sagrado y lo humano, entre lo arquetípico y lo íntimo, y traducir todo eso en trazos simples, casi ceremoniales.
A la hora de recibir a los clientes, supongo que cada sesión será distinta y cada diseño un mundo. En líneas generales, ¿cómo es tu proceso creativo?
Tengo la suerte de que mis clientes son gente genial. Sé que muchos tatuadores tienen complicaciones con la relación cliente-artista, pero creo que al haber desarrollado un estilo tan concreto, se ha afinado también el tipo de persona que se acerca a mí. Suelen compartir una manera de entender el mundo y la estética que hace que trabajar juntos sea muy fácil y enriquecedor. La mayoría de las veces, los clientes me contactan con la idea de tatuarse algún motivo que ya he subido a Instagram, algo que han visto y con lo que han conectado.
En otras ocasiones me piden algo personalizado, normalmente relacionado con mitología, religión o temas simbólicos que aún no he trabajado, y eso también me motiva mucho porque me obliga a investigar y expandir mis horizontes. A menudo sucede también que quieren combinar varios elementos o crear una composición más grande, así que trabajamos juntos para que tenga fuerza tanto visual como narrativamente. Por supuesto, hay mucho trabajo detrás de cada tatuaje, pero en líneas generales intento que el proceso sea fluido, respetuoso y muy conectado con lo que la persona busca comunicar.
En otras ocasiones me piden algo personalizado, normalmente relacionado con mitología, religión o temas simbólicos que aún no he trabajado, y eso también me motiva mucho porque me obliga a investigar y expandir mis horizontes. A menudo sucede también que quieren combinar varios elementos o crear una composición más grande, así que trabajamos juntos para que tenga fuerza tanto visual como narrativamente. Por supuesto, hay mucho trabajo detrás de cada tatuaje, pero en líneas generales intento que el proceso sea fluido, respetuoso y muy conectado con lo que la persona busca comunicar.
¿Hay algún diseño del que te sientas especialmente orgulloso?
Diría que Ícaro es uno de mis favoritos. He perdido la cuenta de cuántas veces lo he tatuado. Ahora mismo estoy explorando otros relatos mitológicos, pero durante una época tatuaba un par de Ícaros cada semana. Y aunque lo he repetido muchas veces, no me canso porque creo que es un relato central en la tradición helénica, y sigue siendo profundamente actual.
Me gusta especialmente porque cada persona interpreta la figura de Ícaro de una manera distinta: algunos lo ven como símbolo de libertad, otros como advertencia, otros como un impulso poético… y eso me apasiona. Sigo dibujándolo, sigo tatuándolo, y siempre me sorprende lo que la gente proyecta sobre él. Es un motivo que me conecta con la mitología desde un lugar muy humano.
Me gusta especialmente porque cada persona interpreta la figura de Ícaro de una manera distinta: algunos lo ven como símbolo de libertad, otros como advertencia, otros como un impulso poético… y eso me apasiona. Sigo dibujándolo, sigo tatuándolo, y siempre me sorprende lo que la gente proyecta sobre él. Es un motivo que me conecta con la mitología desde un lugar muy humano.

A veces sucede que el cliente no tiene muy claro el diseño y busca asesoría en el tatuador. Mencionas que ayudar a la persona a encontrar su pieza es muy satisfactorio, pero, ¿podrías destacar alguna desventaja de esta situación?
Creo que la principal desventaja es que muchas veces no conoces a la persona. Por supuesto, si se trata de un cliente que ya ha venido antes, que en mi caso suelen ser bastantes, todo es mucho más fácil porque ya existe una confianza y una afinidad estética. El problema suele surgir en las primeras sesiones con alguien nuevo. Aunque se pueda hablar largo y tendido por redes o por correo, nunca sabes del todo quién tienes delante ni qué está proyectando en su elección. Eso puede dar lugar a malentendidos, a no captar bien lo que la persona quiere expresar, o simplemente a tener puntos de vista muy diferentes.
También pasa a veces que la persona no tiene una idea clara y hay demasiadas líneas abiertas al mismo tiempo. Cuando no hay un foco definido, la elección del motivo se vuelve más compleja y eso puede generar cierta inseguridad en el proceso.
También pasa a veces que la persona no tiene una idea clara y hay demasiadas líneas abiertas al mismo tiempo. Cuando no hay un foco definido, la elección del motivo se vuelve más compleja y eso puede generar cierta inseguridad en el proceso.
En tu caso, llevas constantemente tu trabajo por otras ciudades como Londres, Barcelona, Amsterdam o Madrid, entre otras. ¿Qué crees que aporta este aspecto de tu trabajo a tu visión creativa?
Moverme entre ciudades ha sido fundamental para mi crecimiento, tanto como artista como a nivel personal. El tatuaje me ha dado la posibilidad de trabajar con libertad, conocer otras realidades, otras formas de pensar y vivir el arte. Cambiar de entorno con frecuencia me obliga a estar siempre despierto, abierto, en constante adaptación. Además de esas ciudades, he estado en muchísimos lugares: estudios privados, convenciones de tatuaje, estudios pequeños y familiares o equipos grandes con dinámicas muy distintas. Todo eso me ha empujado a salir de mi zona de confort.
Te enfrentas a públicos diversos, a distintas sensibilidades y maneras de entender el tatuaje según el contexto, y eso te obliga a escuchar más y abrirte a nuevas perspectivas. También me ha ayudado a conectar con personas que me han hecho crecer muchísimo, tanto artística como humanamente. A nivel creativo, salir de la rutina siempre es enriquecedor. Y aunque mi agenda suele estar muy apretada, cuando viajo siempre intento reservar un rato para pasear o visitar algún museo. De ahí también surgen muchas de mis ideas.
Te enfrentas a públicos diversos, a distintas sensibilidades y maneras de entender el tatuaje según el contexto, y eso te obliga a escuchar más y abrirte a nuevas perspectivas. También me ha ayudado a conectar con personas que me han hecho crecer muchísimo, tanto artística como humanamente. A nivel creativo, salir de la rutina siempre es enriquecedor. Y aunque mi agenda suele estar muy apretada, cuando viajo siempre intento reservar un rato para pasear o visitar algún museo. De ahí también surgen muchas de mis ideas.
¿Encuentras alguna diferencia de la escena del tatuaje en España en comparación con el resto de ciudades europeas?
A nivel artístico, en España hay muchísimo talento. Creo que el nivel creativo es altísimo en todos los estilos, y desde luego no tenemos nada que envidiar a otros países europeos. Sin embargo, la diferencia más notable para mí está en la percepción del público. También percibo una gran diferencia en cómo se relaciona el público con el tatuaje. En España, aunque cada vez hay más gente tatuada y una escena muy activa, el tatuaje sigue siendo percibido en muchos casos como algo marginal o vinculado a estereotipos. No está del todo integrado en los circuitos culturales o mediáticos como sí lo está en otros países.
También noto diferencia en la relación con la audiencia. Como dice la expresión, nadie es profeta en su tierra. A menudo, cuando sales de los países mediterráneos, ves que el tatuaje está mucho más valorado, tanto por el público general como por las marcas, que muestran más interés en colaborar o en vincularse con artistas del sector. Hay una mayor apertura, una mirada más madura hacia el tatuaje como forma de expresión artística.
También noto diferencia en la relación con la audiencia. Como dice la expresión, nadie es profeta en su tierra. A menudo, cuando sales de los países mediterráneos, ves que el tatuaje está mucho más valorado, tanto por el público general como por las marcas, que muestran más interés en colaborar o en vincularse con artistas del sector. Hay una mayor apertura, una mirada más madura hacia el tatuaje como forma de expresión artística.
Los guest spots son una parte muy importante de tu proyecto. Además de las mencionadas, ¿has pensado en visitar otras ciudades o cruzar el charco?
Sí, hay países que me llaman especialmente la atención, como Islandia o Turquía, tanto por su contexto cultural como por las escenas locales de tatuaje, que me parecen muy interesantes y únicas. Pero, sin duda, mi mayor ambición ahora mismo es poder trabajar legalmente en Estados Unidos. Estoy centrado en el proceso de solicitud de la visa, que es bastante complejo a nivel legal y burocrático, pero estoy poniendo mucha energía en ello.
Tengo muchas ganas de visitar distintas ciudades de Estados Unidos, ya que allí tengo una comunidad muy grande que me sigue desde hace años. Aunque muchas personas han hecho el esfuerzo de viajar a ciudades europeas para tatuarse conmigo, siento que es algo que tengo pendiente, casi como una deuda con mi público allí.
Tengo muchas ganas de visitar distintas ciudades de Estados Unidos, ya que allí tengo una comunidad muy grande que me sigue desde hace años. Aunque muchas personas han hecho el esfuerzo de viajar a ciudades europeas para tatuarse conmigo, siento que es algo que tengo pendiente, casi como una deuda con mi público allí.
“Me gusta moverme entre lo sagrado y lo humano, entre lo arquetípico y lo íntimo, y traducir todo eso en trazos simples, casi ceremoniales.”
Hoy en día, las redes sociales también ocupan gran parte de tu trabajo. Para los creativos, la visibilidad en internet es esencial. ¿Qué opinión te merece este panorama y cómo lo organizas?
Las redes sociales son una parte fundamental de mi trabajo. La creación de contenido, adaptarme a las tendencias y a los algoritmos… todo eso supone muchos dolores de cabeza. Por supuesto, mi parte favorita sigue siendo dibujar, y tatuar es lo más fácil dentro de todo el proceso. Lo que realmente me lleva más tiempo son las redes. Desde que empecé prioricé mucho Instagram, y con sus altibajos he sido constante todos estos años.
Creo que hoy en día, sin redes como Instagram o TikTok es casi imposible desarrollar una carrera como tatuador. Conectar con la audiencia es clave, y lo bueno es que las redes permiten eliminar intermediarios: el cliente puede descubrir tu trabajo y hablar directamente contigo. En cuanto a la organización, depende mucho de la semana. Cuando estoy de guest, paso todo el día en el estudio tatuando, así que aunque grabe contenido, no tengo tiempo para editarlo. Luego hay semanas más tranquilas, y ahí es cuando me dedico a montar vídeos, pensar nuevas ideas, dibujar todo lo que pueda, etc. Y por supuesto, agendar citas y responder mensajes. Es un trabajo constante pero necesario para que el proyecto siga creciendo.
Creo que hoy en día, sin redes como Instagram o TikTok es casi imposible desarrollar una carrera como tatuador. Conectar con la audiencia es clave, y lo bueno es que las redes permiten eliminar intermediarios: el cliente puede descubrir tu trabajo y hablar directamente contigo. En cuanto a la organización, depende mucho de la semana. Cuando estoy de guest, paso todo el día en el estudio tatuando, así que aunque grabe contenido, no tengo tiempo para editarlo. Luego hay semanas más tranquilas, y ahí es cuando me dedico a montar vídeos, pensar nuevas ideas, dibujar todo lo que pueda, etc. Y por supuesto, agendar citas y responder mensajes. Es un trabajo constante pero necesario para que el proyecto siga creciendo.
El pasado febrero organizaste una expo con tus diseños en piezas bordadas. ¿Cómo surgió esta oportunidad y qué aprendizaje te llevas de ella?
Fue un evento muy bonito. Uno de mis primeros guest spots fue en Petra Tatuajes, en Bilbao, y desde entonces tengo muy buena relación con Mihail. Ellos ya llevaban tiempo organizando exposiciones, así que la idea surgió de forma bastante orgánica. En cuanto me propusieron participar, empecé a pensar qué y cómo quería exponer, y uno de los proyectos que más ilusión me hacía compartir eran los bordados.
Desde principios de año he estado aprendiendo por mi cuenta el proceso de picaje y bordado, y actualmente estoy desarrollando una serie de estandartes con mis propios diseños. La exposición de febrero fue el momento perfecto para presentarlos por primera vez, y la experiencia me dejó con muchas ganas de seguir explorando este formato. De hecho, ya estoy trabajando en dos nuevas exposiciones: una en Menorca, mi isla natal, y otra en Barcelona. Ojalá sigan saliendo más proyectos así porque me permiten mostrar mi trabajo desde otro lugar, más pausado, más artesanal, pero muy conectado con mi universo simbólico.
Desde principios de año he estado aprendiendo por mi cuenta el proceso de picaje y bordado, y actualmente estoy desarrollando una serie de estandartes con mis propios diseños. La exposición de febrero fue el momento perfecto para presentarlos por primera vez, y la experiencia me dejó con muchas ganas de seguir explorando este formato. De hecho, ya estoy trabajando en dos nuevas exposiciones: una en Menorca, mi isla natal, y otra en Barcelona. Ojalá sigan saliendo más proyectos así porque me permiten mostrar mi trabajo desde otro lugar, más pausado, más artesanal, pero muy conectado con mi universo simbólico.
¿Qué consejo le darías a alguien que quiera empezar a tatuar profesionalmente?
No soy muy partidario de dar consejos porque a veces la gente se los toma de forma demasiado literal. Pero si tuviera que decir algo, sería esto: haz tu propio camino. No te obsesiones con lo que hacen otros, con qué se está tatuando o con qué estilos están de moda. Tómate el tiempo para descubrir qué te interesa de verdad y desarrolla algo que hable de ti.
Mucha gente vive obsesionada con ‘ser artista’ y lo único que consiguen es frustrarse. Creo que lo que realmente te hace destacar en el mundo del tatuaje es ofrecer una visión propia, una forma única de mirar y traducir las cosas. Y eso no se encuentra de un día para otro: toma tiempo, constancia y honestidad con uno mismo.
Mucha gente vive obsesionada con ‘ser artista’ y lo único que consiguen es frustrarse. Creo que lo que realmente te hace destacar en el mundo del tatuaje es ofrecer una visión propia, una forma única de mirar y traducir las cosas. Y eso no se encuentra de un día para otro: toma tiempo, constancia y honestidad con uno mismo.
De cara al futuro, Fernando, ¿qué nuevos proyectos podemos esperar este 2025?
Algunos ya los he mencionado: las exposiciones en Menorca y Barcelona, donde presentaré trabajos vinculados a mi universo visual del tatuaje, pero trasladados a otros lenguajes y materiales artísticos. Por otro lado, sigo inmerso en el proceso de solicitud del visado para poder tatuar legalmente en Estados Unidos. Aún no puedo decir cuándo será posible, pero es una meta muy clara en la que estoy invirtiendo mucha energía y trabajo.
Mientras tanto, en Europa todavía hay mucho por hacer. Seguiré viajando a las ciudades habituales, Zúrich, Londres, Berlín, Múnich, París, Ámsterdam, Viena, entre muchas otras, y este año también tengo previsto visitar países en los que nunca he estado, como Polonia y Noruega. Y por último, este 2025 se cumplen diez años desde que empecé a tatuar, así que me gustaría celebrarlo con algún evento especial, quizá una pop-up más centrada en el merch y en conectar con la gente que me ha acompañado durante este camino. Aún hay muchos detalles por definir, pero sin duda será un año muy activo y lleno de cosas nuevas.
Mientras tanto, en Europa todavía hay mucho por hacer. Seguiré viajando a las ciudades habituales, Zúrich, Londres, Berlín, Múnich, París, Ámsterdam, Viena, entre muchas otras, y este año también tengo previsto visitar países en los que nunca he estado, como Polonia y Noruega. Y por último, este 2025 se cumplen diez años desde que empecé a tatuar, así que me gustaría celebrarlo con algún evento especial, quizá una pop-up más centrada en el merch y en conectar con la gente que me ha acompañado durante este camino. Aún hay muchos detalles por definir, pero sin duda será un año muy activo y lleno de cosas nuevas.











