Horas antes del desfile ya se respiraba la expectación en el ambiente. Cientos de personas han querido ver de cerca la nueva colección de Dominnico, uno de los nombres estrella de la pasarela. La propuesta del diseñador para la próxima temporada se inspira en María Antonieta, icono pop por excelencia. Roco-Cunt, que así se llama la colección, es una oda barroca al exceso, a la opulencia y sobre todo, a la libertad sin etiquetas. Aquí, la reina adolescente no pierde la cabeza: se la cubre de plumas y perlas, se calza unas botas biker y acelera sin ningún miedo.
Inspirado por la estética de María Antonieta de Sofía Coppola, pero pasado por el filtro provocador y sin género de Dominnico, el diseñador firma un desfile que es una deliciosa contradicción: rosas pasteles y negros intensos, perlas y tachuelas, plumas y cuero, todo vibrando en una misma sinfonía visual. Es el encuentro perfecto entre Let them eat cake y Let them ride fast. Los corsets se desbordan de lazos y encajes, los tops se abren con descaro, las minifaldas flotan al ritmo de una rave en un château francés. Los collares imposibles de perlas nos hacen un guiño a Vivienne Westwood, los maquillajes y drapeados teatrales nos recuerdan a nuestro querido Galliano de los años 2000 y los tocados de plumas gritan McQueen en su punto más poético. Un verdadero homenaje pero con ese punto pop-motorizado tan propio de Dominnico, mitad party girl, mitad princesa decadente.
Algo que nos hace perder la cabeza son los maquillajes recargados: mejillas sonrojadas, pestañas infinitas y labios que parecen recién salidos de una pintura rococó, mientras los peinados suben en volumen hasta rozar el techo del backstage. A los pies, botines de satén con lazos y medias con patrones simétricos que todo amante de la Madame Déficit querría tener.
Entre bambalinas, el propio Domingo Rodríguez al frente de la firma lo resumía así: “Queríamos reimaginar a María Antonieta desde un lugar divertido y contemporáneo. Una mujer revolucionaria que hoy sería libre, poderosa y sin miedo al exceso.” Y vaya si lo consiguieron. Jessica Goicoechea cerró el show como una Marie Antoinette 2.0, enfundada en cuero rojo y negro con guiños racing, preparada para subir a la moto e irse al club. Una reina motorizada, entre el lujo y la locura, entre el haute couture y el afterparty.
En Roco-Cunt Dominnico no solo revisita la historia, la tunea, la deconstruye y la pone a toda velocidad. Porque si María Antonieta viviera hoy, no estaría comiendo pasteles, estaría despilfarrando en una moto rosa pastel llena de diamantes, vestida, cómo no, de Dominnico.












