Uno nunca se cansa de lo que verdaderamente le gusta, y la larga y exitosa trayectoria de Delaporte es una prueba de ello. El dúo ítalo-español de pop electrónico no deja de sorprendernos, y apenas un año después de publicar Aquí y ahora, nos presentan su último trabajo, Déjate caer.
Este álbum, formado por nueve canciones, nos invita a abrazar nuestra vulnerabilidad y a dejarse llevar por lo verdaderamente esencial, más que por opiniones externas. Hoy charlamos un rato con uno de los componentes, Sergio Salvi, sobre el proceso de composición, el mensaje de sus canciones y su experiencia como músico en un mundo que enfrenta sus propios deseos a las expectativas sociales.
Hola, Sergi, ¿qué tal?
Bien, bien, ya bien por fin. Tanto Sandra como yo hemos estado una semana con gripe y acabamos de salir.
Me alegro entonces. En METAL ya os hemos entrevistado un par de veces, la primera en 2019 y la segunda durante la cuarentena. Ahora que han pasado varios años, imagino que os han pasado muchas cosas como grupo que os han hecho avanzar. Así que para el nuevo público de ACERO, ¿podríais volver a presentaros?
Somos Delaporte y seguimos siendo un dúo italiano-español de pop electrónico. Quizás lo que ha cambiado respecto a la última vez es que han subido mucho los BPM y somos un poco más techno de lo que éramos cuando nos conocimos en pandemia. Por lo demás, seguimos siendo dos personas que se divierten haciendo bailar.
Siempre habéis sido claros con vuestra intención de trabajar juntos durante al menos cincuenta años más. Han pasado cinco, y parece que Delaporte mantiene su palabra. ¿Cuál consideráis que es la clave de vuestra relación?
La relación sigue siendo igual, de hecho, creo que mejor. La clave, diría, como en todas las relaciones, es revisarse y trabajar en uno mismo siempre: hacer mucho trabajo de entender, quitarte la capa del ego y ver cuando las cosas vienen desde allí y cuando son genuinas. Y hablar mucho desde la sinceridad, aunque cueste y sea difícil. Si algo te molesta, preguntarte ¿por qué me molesta? ¿Qué es lo que me molesta? ¿Me da miedo algo? ¿Tengo alguna inseguridad?
Cuando uno llega a entenderlo o cree que puede haberlo entendido con las herramientas que tiene en ese momento, comunicarlo siempre desde el amor y no desde el reproche. Sandra y yo lo intentamos, y creo que lo estamos consiguiendo; después de tantos años y de tanta convivencia, es normal que haya épocas donde puede haber tensiones o desconexión, pero siempre intentamos conectar desde el amor y, desde allí, hacer ese trabajo de sinceridad e hiperhonestidad.
Cuando uno llega a entenderlo o cree que puede haberlo entendido con las herramientas que tiene en ese momento, comunicarlo siempre desde el amor y no desde el reproche. Sandra y yo lo intentamos, y creo que lo estamos consiguiendo; después de tantos años y de tanta convivencia, es normal que haya épocas donde puede haber tensiones o desconexión, pero siempre intentamos conectar desde el amor y, desde allí, hacer ese trabajo de sinceridad e hiperhonestidad.
Todo este trabajo personal lo aplicáis también en vuestros temas y música.
Sí. Creo que cuando trabajas en ti, luego salen las cosas a las que le dedicas más tiempo mental en la música, cuando compones. Si estamos mucho tiempo dedicándonos al crecimiento personal y espiritual, se ve reflejado.
En Las montañas existe un mensaje de superación; en Titanas, de empoderamiento, y en Aquí y ahora, estar presentes en el momento. Tras un largo recorrido en la música ahora publicáis Déjate caer, donde mostráis vuestro lado más vulnerable. ¿Qué os lleva a explorar este concepto?
No lo había visto así, este resumen está muy bien. Al intentar empoderarte, te das cuenta de que el empoderamiento no viene desde sentirse más fuerte, sino al revés, de aceptar tus debilidades. Cuando tapas tus fallos estás construyendo una coraza y poniendo unas armas, pero si te las quitan, sigues siendo igual de impotente. Nosotros lo estábamos haciendo, y ahora es un poco lo opuesto: el decir, vale, esas armas son necesarias al principio pero luego, cuando vas ganando confianza, te das cuenta de que no te protegen de verdad. No hay nada que, en el fondo, te pueda proteger. Aceptar que eres vulnerable, que te puedes hacer daño y que todos nos hacemos daño, y que la vida también es eso.
Así que tratar de huir de eso es engañarse e incluso hacerse más daño porque estás en lucha con lo inevitable: todos vamos a hacernos viejos y morir, vamos a tener momentos de tristeza, pánico, de cosas que vemos como derrotas o partes negativas de las que huir. Pero son partes de la vida igual de válidas que la alegría, la juventud y las victorias. Ahora mismo estamos intentando asimilar este discurso donde el verdadero empoderamiento viene del aceptar la debilidad, de reconocerse débil.
Así que tratar de huir de eso es engañarse e incluso hacerse más daño porque estás en lucha con lo inevitable: todos vamos a hacernos viejos y morir, vamos a tener momentos de tristeza, pánico, de cosas que vemos como derrotas o partes negativas de las que huir. Pero son partes de la vida igual de válidas que la alegría, la juventud y las victorias. Ahora mismo estamos intentando asimilar este discurso donde el verdadero empoderamiento viene del aceptar la debilidad, de reconocerse débil.
¿La vulnerabilidad nos hace libres o débiles?
Me hace débil, pero reconocerlo me hace libre. Personalmente, creo que ser libre es no ser esclavo de tus apegos, y cuando reconoces esa vulnerabilidad y la aceptas no te apegas a una imagen de ti que no es verdad ni solo a un lado tuyo. Si huyes de tu debilidad es porque estás apegado a tu lado fuerte, a la parte que te da más bienestar y más placer. Pero cuando te apegas a eso, la otra parte te hace estar mal, y al final tu vida se vuelve una lucha que no termina nunca. Es más, cuanto más avanzas con la vida, más difícil es esa lucha.
Una persona libre es una persona que no tiene esa lucha, y la única manera es no tener apego. Puede parecer una frase triste, pero no es no tener deseos, sino de no apegarte a ellos. Está bien querer cosas e intentar perseguirlas, pero sin aferrarte al resultado.
Una persona libre es una persona que no tiene esa lucha, y la única manera es no tener apego. Puede parecer una frase triste, pero no es no tener deseos, sino de no apegarte a ellos. Está bien querer cosas e intentar perseguirlas, pero sin aferrarte al resultado.
La primera canción del disco, Cagarla, es toda una declaración de estas intenciones. Ser capaz de admitir la imperfección de uno mismo ante las críticas, especialmente en una industria que te expone constantemente a ellas, debe ser liberador. ¿Cuándo llega un artista a este lugar de aceptación?
Creo que es una cuestión humana, independientemente de si te dedicas a algo artístico o no. Y creo que la mayoría de la gente, sobre todo en un contexto occidental, nunca llega a entenderlo. Estamos rodeados del discurso opuesto: la idea de que no te puedes equivocar, de que tienes que ser la mejor versión de ti mismo, destacar sobre los demás, ser el número uno. En la música nos lo dicen todo el rato: que hay muchísima música y, por eso, tienes que destacar. Y con las redes sociales, ni te cuento. Pero para ti será lo mismo.
Es ese chantaje constante: ¿qué puedo ofrecer yo que sea distinto? ¿Cómo puedo destacar sobre todas las demás ofertas que hay en este momento? Lo mejor es admitirse a uno mismo, que no pasa nada si no destacas. Es lo que la vida quiera que sea, y yo me lo voy a pasar bien. Voy a hacer lo que me apetezca, y luego el resultado será el que sea. Y, si no puedo vivir de ello, me buscaré otra cosa para vivir.
Es ese chantaje constante: ¿qué puedo ofrecer yo que sea distinto? ¿Cómo puedo destacar sobre todas las demás ofertas que hay en este momento? Lo mejor es admitirse a uno mismo, que no pasa nada si no destacas. Es lo que la vida quiera que sea, y yo me lo voy a pasar bien. Voy a hacer lo que me apetezca, y luego el resultado será el que sea. Y, si no puedo vivir de ello, me buscaré otra cosa para vivir.
Adaptarse o morir.
Me ha costado mucho entender esto de mí mismo, ya que durante muchos años de mi vida no pensé que podría vivir de la música. Me habían metido el discurso en la cabeza de que no se podía vivir de ello. Así que, cuando empecé a ganar dinero, hubo una parte de mí que se lo tuvo que creer. A ese empoderamiento y coraza que construí para borrar el discurso negativo le acabé cogiendo apego. Entonces entré en un punto en el que la idea de dejar de vivir de la música me daba muchísimo miedo. Acabó siendo un autochantaje y todo se movía por el miedo a perderlo.
Este último año, con mucha terapia, he llegado a sentir que no pasa nada si no acabo viviendo de esto. Me encanta mi manera de vivir, pero esto no es mi felicidad. Es más, cuanto más me apego, más me frustro, más lucho para que esto siga siendo así y menos feliz soy. Ahora sigo haciendo música y, mientras la gente quiera escucharla, la seguiré haciendo. Pero si el día de mañana la gente se cansa de Delaporte pues me buscaré otra cosa, no pasa nada.
Este último año, con mucha terapia, he llegado a sentir que no pasa nada si no acabo viviendo de esto. Me encanta mi manera de vivir, pero esto no es mi felicidad. Es más, cuanto más me apego, más me frustro, más lucho para que esto siga siendo así y menos feliz soy. Ahora sigo haciendo música y, mientras la gente quiera escucharla, la seguiré haciendo. Pero si el día de mañana la gente se cansa de Delaporte pues me buscaré otra cosa, no pasa nada.
Tienes un pensamiento sobre el apego y la vida en general muy interesante. ¿Te encargas exclusivamente del proceso de producción o también participas en otras partes?
De hecho esto ya no es tan cierto, ya que Sandra en los últimos años ha aprendido a producir muy bien y llevamos estos dos últimos discos compartiendo la producción. En Aquí y ahora, desde luego, hay mucho más porcentaje de producción de Sandra que mío, y su toque está mucho más presente. En este disco está más compensado.
La parte compositiva siempre ha sido 50-50, digamos. No se distingue mucho tampoco en nuestra manera de trabajar la composición de la producción, ya que a veces empezamos por una idea de producción y de ahí luego se va a una rueda de acordes o una melodía.
La parte compositiva siempre ha sido 50-50, digamos. No se distingue mucho tampoco en nuestra manera de trabajar la composición de la producción, ya que a veces empezamos por una idea de producción y de ahí luego se va a una rueda de acordes o una melodía.
¿No seguís un proceso lineal?
No, es muy caótico. Donde yo todavía no me he atrevido en Delaporte es en las letras, siempre me he negado y ahora me estoy abriendo un poco más. Es algo que siempre me ha dado miedo, aunque ahora me estoy asomando poco a poco en mi proyecto paralelo, Bruno. Estoy empezando a meterme, escribir letras, cantar y, digamos, a componer en 360 grados una canción entera, que es algo que hasta ahora no me había atrevido a hacer. Quizás algún día en el grupo también pueda componer una letra, pero ahora mismo así es la dinámica.
Así que en el proceso de componer y producir no solo existe un autoaprendizaje a nivel emocional, sino también de capacidades propias.
Sí, creo que el autoaprendizaje es sobre todo al principio, pero luego llega un momento en que se crea otro tipo de relación, como pasa en muchas parejas y relaciones. Cuando acabas de conocer a alguien te sientes una nueva persona, y si el otro no sabe nada de ti, puedes explorar partes de ti que no habías conocido todavía. Luego ya se crea una dinámica, y salir de ahí es más difícil. Por eso creo también que en el último año y medio, tanto Sandra como yo hemos sentido la necesidad de empezar a explorar proyectos paralelos. Pero viene de eso: qué soy yo artísticamente, quién soy yo fuera de la dinámica, fuera de Delaporte. Y en Sandra nació Alexandra y en mi caso nació Bruno.
O sea, vuestros proyectos individuales paralelos.
Sí. Sandra ya lleva un año en activo. Es un proyecto de techno donde ella produce y también pincha como DJ, es más la esencia de la escena clubbing. Mi proyecto se llama Bruno y de momento ha salido solo un adelanto. Sale en el disco de Delaporte, la canción Rendición, y la metemos como un featuring porque salió desde algo que iba a ser para mi proyecto. Pero Sandra lo escuchó, le encantó, le puso esa letra preciosa y de allí salió. Entonces dijimos, ¿qué hacemos con eso? Pues vamos a sacarlo como Delaporte ft Bruno.
Este ha sido el primer tema que ha salido junto a un remix que había hecho para un grupo de amigos italianos, pero tengo un montón de temas en las carpetas del ordenador preparados. Quiero tener un poquito de respiro y de tiempo, que ahora, con el arranque de la gira y todo eso, estoy hasta arriba.
Este ha sido el primer tema que ha salido junto a un remix que había hecho para un grupo de amigos italianos, pero tengo un montón de temas en las carpetas del ordenador preparados. Quiero tener un poquito de respiro y de tiempo, que ahora, con el arranque de la gira y todo eso, estoy hasta arriba.
Sí, darte un poco de tiempo y espacio para ordenar tus proyectos. Y además de la música y todo el caos laboral, ¿de qué maneras creéis vosotros que encontráis una forma de cuidado personal?
Este año he empezado a tener una rutina de meditación. Meditar todos los días me está ayudando muchísimo a estar más en mí, más en paz, a entenderme más y a entender mi relación con los demás y a tomar distancia de mí mismo. Creo que es el recurso principal que me hace tomar distancia de mis pensamientos y de mis emociones. No es que no la sienta, al revés, lo siento todo mucho, pero no me hundo en las emociones ni los pensamientos, sino que lo puedo ver a cierta distancia y al verlo así entiendo que no me afecta ya tanto.
No te anclan ni te limitan.
Exactamente.
Has llegado a un punto de presencia, de cuidado personal y de salud mental que hoy en día cuesta, y más con todo lo que hemos comentado antes sobre las presiones sociales. Con una música que está tan conectada al mensaje de amor propio, ¿de qué manera pensáis que vuestra forma de abrazar esa imperfección y a uno mismo ayuda a las personas que os escuchan?
De una manera diría mágica o que no se puede explicar. Hay algo en la comunicación en general que va más allá de la intención, es lo que tú proyectas y lo que realmente estás sintiendo. Tanto en una canción como en tu ser, eso llega. Si tú estás tranquila en tu habitación y llega una persona que está estresada, aunque no te diga nada, ese estrés cambia tu vibración interna. Sin embargo, si eres tú la persona estresada y llega alguien que está muy en paz, hay una parte de ti que se relaja. Creo que eso con el arte se ve mucho.
Transmitir de manera auténtica lo que estás sintiendo en ese momento a través de una canción, un libro, una peli o una entrevista hace que cuando alguien la escuche, esté receptivo. Tú puedes estar muy hundido en tu drama interior, pero si tienes una parte de ti receptiva y abierta a escuchar, te llegará aunque haya una distancia física y en el tiempo. Aunque la persona haya compuesto en otro lugar del mundo y en otro tiempo, si lo ha compuesto con una intención, a ti te puede llegar sin meter ningún esfuerzo. Es simplemente ser honesto, hacer las cosas desde la ingenuidad y honestidad. Me imagino un globo de helio que sueltas y mientras viaja, quien quiera verlo, lo ve.
Transmitir de manera auténtica lo que estás sintiendo en ese momento a través de una canción, un libro, una peli o una entrevista hace que cuando alguien la escuche, esté receptivo. Tú puedes estar muy hundido en tu drama interior, pero si tienes una parte de ti receptiva y abierta a escuchar, te llegará aunque haya una distancia física y en el tiempo. Aunque la persona haya compuesto en otro lugar del mundo y en otro tiempo, si lo ha compuesto con una intención, a ti te puede llegar sin meter ningún esfuerzo. Es simplemente ser honesto, hacer las cosas desde la ingenuidad y honestidad. Me imagino un globo de helio que sueltas y mientras viaja, quien quiera verlo, lo ve.
En cuanto a explorar y buscar géneros nuevos, ¿está Delaporte abierto a trabajar con otros ritmos, o de momento está cómodo en la música electrónica y pop?
Ahora mismo Sandra y yo te daríamos dos respuestas distintas. Yo creo que Delaporte puede hacer otros géneros y que, de hecho, hay una parte en la que ella y yo coincidimos y nos emociona a los dos pero que no nos permitimos hacer bajo el nombre de Delaporte todavía. Se ha creado una marca con esencia de fiesta y electrónica, sin embargo, cuando nos ponemos piano y voz, como en un programa de radio en el que tocamos Rendición, fue precioso; Sandra lloró al final.
Tenemos ganas pero creo que yo estoy más preparado y me siento más desatado, mientras que Sandra ahora mismo está más en un momento vital. Ahora mismo ella necesita ese desahogue, violencia y fuerza de la electrónica y del techno, así que todavía no es el momento. Pero creo que en algún momento saldrá.
Tenemos ganas pero creo que yo estoy más preparado y me siento más desatado, mientras que Sandra ahora mismo está más en un momento vital. Ahora mismo ella necesita ese desahogue, violencia y fuerza de la electrónica y del techno, así que todavía no es el momento. Pero creo que en algún momento saldrá.
En esta gira, ¿qué podemos esperar de vuestros conciertos y de la puesta en escena?
Quien ha ido a algún concierto de la gira anterior ya ha visto como es. En este caso es como la del año anterior pero por cinco y por diez. Hemos aprendido del año pasado los momentos más fuertes y los hemos potenciado aún más. Sigue siendo mucha energía, mucho desahogue, mucha zapatilla y también mucho amor.
¿Cuál es la canción que más disfrutas sobre el escenario? ¿Y la canción que más te cuesta?
De esta gira, las que más disfruto son dos: Rendición y La ternura es simple, las disfruto muchísimo. La que más me cuesta a nivel energético porque el ambiente está ya muy arriba es Cagarla.
Y para finalizar, ¿dónde se ve Delaporte en un futuro?
No lo sé, la verdad. Espero que independientemente de donde esté fisicamente, siga disfrutando el hacer música sin apegarme al resultado.
