Lowlight decidieron que solo iban a entrar al estudio con alguien que supiera entonar y se atreviera a jugar con las melodías, entonces Dailos MB hizo sonar el timbre de su puerta. Obviamente también dejaron pasar a Ergo Pro, que fue a por dry o extracción y se quedó para tirarse un verso. Una vez puestos para el trabajo, la inspiración salió de escuchar ritmos de música afro y latina. Eso llevó a Dailos a contarle algunos de sus percances amorosos al micro y así nació Amor y malos hábitos, su nuevo EP con el dúo de productores. O así me lo imagino yo.
Aunque se suele decir que el mundo del rap es muy limitado a nivel melódico (en parte cierto si lo comparamos con otros géneros, para qué mentir), Lowlight son especialistas en sacar lo mejor de las voces con las que trabajan. La voz de Israel B es muy raspada, ¿pero quién va a negar que entona que flipas? Estamos seguros que parte de culpa la tienen ellos, al fin y al cabo es cuando más ha sacado este registro. Hasta hicieron que Ill Pekeño se cantara un estribillo en Napoleón, que quedó increíble, por cierto. 
Por su parte, Dailos MB ya cantó bajo los mandos de Lowlight precisamente en Galerías Deva, el trabajo de la MG junto al ‘nieto la Pili’. Allí hizo el estribillo de Young Boys (N.B.A.); ahora le toca ser el protagonista en solitario. 
Amor y malos hábitos está compuesto por cuatro canciones y no llega a los diez minutos, pero si algo nos ha demostrado Dailos hasta ahora es que lo breve y bueno es dos veces bueno. Arranca con la única colaboración, M2, donde se monta en un sexy drill junto a Ergo Pro. Ha sido el sonido revelación de este año en Nueva York, pero aunque el beat sea fiel a este estilo, las voces le dan un toque diferente que hace que diste de lo que veníamos escuchando de EEUU. Le dan más continuidad a las melodías, no las cortan tanto como Cash Cobain y demás, y en general es más cantado. Ni mejor ni peor, diferente.
Si veníamos diciendo que escucharemos ritmos latinos y afro, y sabemos que el cantante es canario, podíamos intuir que en algún momento nos iban a entrar ganas de pedirnos un Daikiri. El momento es ahora con Island Girl. Música de bailoteo que nos transporta a un clima tropical, por eso “se le ve la marca ‘el bikini”. De verdad, es muy pegadizo el estribillo.
Perdón, que la música me distrae y descuido lo importante. En M2 estábamos jugando al tira y afloja por no saber ni querer estar solos, en Island Girl sentimos ese fuego interior y nos enamoramos, y ahora en Señales toca sufrir. Se trata de un tema pop de desamor, lo más parecido que tenemos en la música a un lenguaje universal. Lo podría cantar en sueco y sabríamos por lo que está pasando. Por suerte terminamos con algo de club, Cartier Love. Aquí da con un amor desinteresado en el que no necesita de una pulsera o un brazalete de Cartier Love para conquistarla, porque a ella no le importa si tiene o si no.
Track favorito: Island Girl.