Creative Youth by Iker Torre

Se ha ido dando poco a poco. En febrero de 2022, al acabar el máster de arquitectura, empecé a asistir a diferentes directoras de arte y set designers. Comencé con Sofía Alazraki aquí en Madrid. También, Cristina Ramos y Olatz Azcona de Barcelona me llamaban cuando necesitaban asistencia para sus proyectos en Madrid. Y desde septiembre de ese mismo año empecé a asistir a Cito Ballesta de manera mucho más regular, persona con la que aún sigo trabajando hoy en día. Cada uno de ellos me ha enseñado una perspectiva diferente de esta profesión y ha sido un proceso muy enriquecedor.

Dentro de mi cabeza hay muchas ideas sobre lo efímero. Me fascina la temporalidad de las cosas. Mi visión se nutre de referentes como Anne Imhof, Nicke Bildstein Zaar o Louis Gibson. Faust, la obra de Anne Imhof en la 57ª Bienal de Venecia, es una de mis favoritas.
Con la instalación que hice para Dominnico había que crear una estructura que permaneciera tres días en una habitación de hotel e incorporara los catorce nuevos diseños de la marca. Partimos de unas palabras clave que se asociaban con la colección: nieve, pieles, industrial, monocromo, furry, etc. Mi trabajo fue desarrollar una idea entorno a ellas.
Fue increíble estar en todo ese proceso y tener la posibilidad de diseñar un proyecto en el que tenía tanta libertad. Terminamos construyendo una estructura de andamios forrados de pelo blanco para dar la sensación de estar en la nieve, pero a la vez acompañar la ropa de la colección de con el pelo.

Compaginar proyectos me mantiene activo, disfruto mucho del reto que supone oscilar de una cosa a otra. Entré en contacto con la moda trabajando delante de las cámaras, y desde ese foco nació mi curiosidad por explorar el set design y la dirección de arte. Descubrí a lo que me quería dedicar cuando observaba en los rodajes en los que estaba cómo construían todo desde cero. Ahora, toda esta parte de diseño es mi ocupación principal, pero siempre que me llaman para seguir desfilando, acepto. Modelar no deja de ser algo que verdaderamente disfruto, me gustaría hacerlo más.

Bloodstein nace oficialmente en 2020 pero llevaba subiendo música a SoundCloud desde 2017 bajo el nombre de Bloodstainedwalls, y de ahí surgió el nombre. Yo llevo tocando la guitarra y el piano desde que tengo once años y la música siempre ha estado ahí, pero no fue hasta que empecé a ir a la universidad que me dediqué a componer.
Toda la oleada de SoundCloud rappers de 2016-2019 –Lil Peep, XXXTENTACION, Trippie Red, hasta Steve Lacy– fueron un gran referente. En cuanto a grabar, todo con los medios que teníamos: un móvil y unos cascos en la parte de atrás de un coche. Las primeras canciones de Bloodstein están grabadas en Garageband.
A pesar de ello, el proyecto poco tiene que ver con el hip-hop, y es una mezcla de mis referentes a lo largo de mi vida: Smashing Pumpkins, Red Hot Chili Peppers, Arctic Monkeys, Blur, The Neighbourhood, Joy Division o Fontaines D.C. Pero si algo caracteriza a Bloodstein eso es la mezcla de estilos.

Siempre he querido dedicarme a la música. Aunque pensara que no fuera posible o que era muy complicado y que debería tener un plan B, la música estaba todo el rato detrás de mi oreja. Como todo en esta vida, al principio no estaba muy claro el proyecto, y por eso mismo estudié Comunicación Audiovisual en la universidad mientras empezaba a ver lo de la música cada vez más factible. No fue hasta 2023, después de ganar el MadCool Talent, que la gente de la industria empezara a fijarse en mí. Ahí vi futuro al proyecto y decidí volcar toda mi energía en él.

Obviamente hay un factor clave, que fue la grabación en los estudios Los Invernaderos. Pasar de baterías MIDI a un batería real, grabar en el estudio con los amplificadores y los micrófonos tiene un sonido más post punk que casa con otras canciones como Algo complicado o Sigo en la ventana. La esencia de Bloodstein se mantuvo bastante a pesar de haber dado el salto del home studio a un estudio profesional (risas).

La verdad es que empecé haciendo algo totalmente diferente a lo que hago ahora, un estilo más lineal y minimal, cuando empecé a interesarme con el mundo del handpoke. Este último año diría que ha sido en el que más identificado me he sentido con lo que hacía, he ido creando mi propio lenguaje, aunque siempre está en constante transformación y evolución.

La verdad es que no tengo horarios fijos, ningún día es igual al anterior. Me organizo  las semanas en función de las citas que tenga, que es algo que varía, pero siempre hay algo que hacer; dibujar para sacar nuevos flashes, trabajar en encargos, redes sociales... Soy una persona bastante organizada e intento tener las cosas listas con algo de antelación, pero es cierto que dependiendo del volumen de trabajo, a veces se escapa un poco de mi control.

Normalmente trabajo con piezas customizadas; el cliente me suele comentar una idea general de lo que tiene en mente y ya lo vamos definiendo juntos. Me gusta trabajar de esta forma ya que creo que es algo bastante más personal, aunque también tengo flashes disponibles, un catálogo de obras personales con dibujos y conceptos que voy desarrollando y que están disponibles para elegirlos.

La verdad es que siempre he estado vinculada a la música porque ha sido mi mayor hobby y lo único con lo que he sido constante durante toda mi vida. Se me juntaron las ganas de aprender y, de alguna manera, la necesidad de escuchar en el club la música que yo echaba en falta. Me formé como pude con los pocos recursos que tenía, entre todas mis amigas y mi madre me regalaron una controladora y lo demás fue pura insistencia y pasión por lo que hacía hasta que me di cuenta de que realmente esta era mi cosa. Así que aposté todo por ello, como dice el refrán: fake it until you make it.

La realidad es que aún no he experimentado lo bien que se puede vivir de esto, y menos como mujer. Me siento superafortunada de rodearme de gente que pone en valor mi curro, pero es un trabajo muy precario en la mayoría de los casos.
Esta industria, mezclada con la noche, es un mundo bastante complicado para nosotras. Tengo la suerte de poder dedicarme a algo que me encanta, pero la realidad es que dentro del grupo de personas que se pueden ganar muy bien la vida de esto, el porcentaje de mujeres es ridículo. No es suficiente con tu talento, también se te exigen otras cosas que son insostenibles. Por mucho que me encante lo que hago, sé que tiene fecha de caducidad porque no seré joven y guapa para siempre y apenas existen referentes de mujeres DJs que únicamente se dediquen a ello pasada la treintena. Es triste pero es a lo que nos enfrentamos.

Cuando decides apostarlo todo a esto, lo único que puedes hacer es visualizarte en los sitios en los que siempre has soñado estar; si pierdes la ilusión estás perdida. El cincuenta por ciento es proyectar toda tu energía en lo que quieres, y la otra mitad, trabajar muy muy duro para conseguirlo. Tener claro quién eres tú y qué es lo que quieres.

Siempre habíamos bromeado con hacer un podcast porque nos creíamos supergraciosas, típica idea entre amigas que un día decidimos llevar a cabo, como otros cientos de podcast de España. Nuestra intención era darle un toque divulgativo, finalmente es más humor que divulgación, pero de alguna manera nos llegan mensajes de agradecimiento y aprendizaje.
Para nosotras no era un proyecto ambicioso, nos apetecía hacer algo juntas y aprender. Pensábamos que solo lo verían nuestras amigas, por lo que estamos muy agradecidas de que le guste a la gente y nos apoyen.

Ni idea, creo que cada podcast tiene su gracia. Algunos tienen invitados increíbles, dinámicas divertidas entre los presentadores, mucha gracia, discursos muy interesantes, historias chulas… Buscar cuál es vuestro nicho, qué se os da bien y ser lo más naturales posibles. Es difícil grabar tantas horas de manera impostada.

Creo que lo que ha pasado con Sálvame es básicamente una censura a la naturalidad, autenticidad y al buen humor. Sin mencionar también el componente político. No sé, la televisión es muy elitista, me encantaría que cualquier persona tuviera la posibilidad de crear un medio o formar parte de él. Al final hay protocolos y números que cumplir. Nosotras hacemos lo que queremos cuando queremos, hablamos de lo que nos da la gana y eso en la televisión, que está sujeta a los intereses y condiciones de empresarios y políticos, jamás sucederá.

¡Hola! Pues si te soy sincero, el maquillaje ha sido algo por lo que siempre he tenido una fijación y que en mayor o menor medida me ha acompañado toda mi vida. Aunque no fue hasta después de haberlo estudiado y de publicar mis primeras editoriales en print que realmente lo empecé a considerar una salida laboral viable, a pesar de todos los cumplidos de amigues y profesores que recibía por mi maquillaje desde mis más tiernos comienzos (allá cuando tenía entre quince y dieciséis años).

Siempre es bonito ver y sentir el esfuerzo de estos últimos seis años reconocido por los demás, tanto por tu gente cercana (mi madre está muy orgullosa) como por aquellas personas que admiras y llegas a considerar inalcanzables. Y a pesar de que muchas veces se me olvide reconocerme mis propios logros, echar la vista atrás y ver todo el camino recorrido me hace inundarme de ilusión al pensar todo el que queda aún por recorrer.

Yo siempre digo que es una carrera de fondo, no de velocidad: si eres bueno trabajando y eres bueno con la gente de tu alrededor, el día de mañana siempre tendrás trabajo. Sé bueno y constante, y tu trabajo hablará por sí solo. Muchas veces, no dominar las redes sociales no es un impedimento para conseguir llegar a donde quieres; hay muchas formas de ser maquillador y de dedicarse a este mundo, si una no te funciona, siempre vas a tener otro campo para probar suerte, porque aunque por desgracia lo normal es que no te salgan las cosas a la primera, es muy importante creer en lo que haces y perseverar hasta que lo consigas.

¡Hola! Desde mi experiencia, puedo decir que trabajar desde casa me ha ayudado mucho en toda mi base de entrenamiento y preparación para poder hacer lo que hago. También he tenido un entrenamiento muy exhaustivo en una compañía de danza-teatro que para mí ha sido el portal que me ha dado las herramientas para crear un lenguaje fuera de las normas.

La palabra camino me asusta. Qué terror saber cuál es mi camino… Lo único que puedo decir es que mi camino va a ser mío, que poco a poco estoy creando una identidad que últimamente está saliendo a pasear a la calle y que la gente puede observar. Pero es curioso, porque después de la carrera, que fueron cuatro años haciendo el grado en Teatro físico, me di cuenta que era lo que necesitaba. Ya no era lo que quería, sino que más bien era una necesidad de que mi cuerpo fuese el tránsito; otorgarme a mí mismo ser una herramienta para poner el cuerpo a los problemas del mundo, problemas como el amor.

Soy un monstruo devorando lo que me den de comer. No soy yo el que se mueve, sino todo lo que no puedes.

La H4na nace en un momento de búsqueda personal y de inconformismo en el que mi situación personal y sobre todo laboral necesitaba un cambio. Siempre he intentado explotar mucho mi parte creativa y en casa retroalimentamos mucho esta faceta, así que dentro de todas las posibilidades de cambio, no me resultó difícil elegir algo que me hiciese crear con las manos.
Empezando por la definición del concepto, fonéticamente, ‘Hana’ significa ‘flor’ en japonés; el objetivo es transmitir la idea de que el medio ambiente y la moda pueden no estar desconectados siempre que exista una producción responsable y ética. El verano de 2022 comencé a pintar y customizar prendas de ropa obsoletas que tenía por casa, empecé a subir este contenido a Instagram y a la gente le empezó a gustar. Desde el principio siempre fueron prendas únicas que encontraba.

Una de las mayores limitaciones que me encuentro en el proceso de evolución de La H4na es la falta de medios. En mi caso, nunca ha existido una base económica importante sobre la cual poder ir construyendo, sino que lo que empezó como una búsqueda de mí misma se terminó convirtiendo en un proyecto real al que dedico todo mi tiempo. Desde la elección de las prendas hasta su exposición en redes.
La forma en la que consigo que todo funcione es siendo muy perseverante y pegándome auténticas palizas algunos días. Y aunque no quiera romantizarlo, me reconforta el hecho de que sea mi propio proyecto y me marque propios mis ritmos.

Creo que, aunque ha habido cosas que ya formaban parte de mi propio estilo, sí ha sido un proceso bastante evolutivo. Supongo que cuando empiezas a crear algo y estás tanteando si tu público está receptivo, tienes más cuidado a la hora de plasmar cosas más disruptivas, y ha sido con el tiempo que me he permitido arriesgar más en el proceso, haciendo cosas que espero sigan evolucionando hacia lo que me vaya representando en cada momento.