Amara Caruncho, la diseñadora al frente de la marca de moda Coconutscankill, está oficialmente de vuelta. Sí, has leído bien. La joven firma que puso patas arriba el pabellón 14.1 de Ifema hasta en dos ocasiones, la última de ellas en la edición otoño/invierno 2020 de Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, reaparece ahora en escena tras más de dos años de ausencia. Y lo hace con más fuerza que nunca presentando su nueva colección cápsula, The Comebackill. Un lanzamiento que llega después de que la artista gallega, quien debutó en 2019 en el showroom de EGO, haya reconectado con la esencia de su proyecto más personal, tras una difícil etapa que la llevó a tomarse un tiempo durante el cual aprendió a escucharse más a sí misma.
Ni un bloqueo creativo, ni un confinamiento en soledad, ni una pandemia mundial han podido con la marca, que promete darnos muchas alegrías en los próximos meses. ¿Quieres saber más sobre su esperadísimo comeback? ¡Sigue leyendo!
Amara, han pasado más de 3 años desde que te vimos debutar en la pasarela Mercedes-Benz Fashion Week Madrid con tu colección Me, my-selfie and I. 3 años, una pandemia mundial y un break en la firma que te llevó a paralizar tu actividad completamente, al menos hasta donde sabemos. ¿Cómo estás y desde dónde nos respondes?
¡Hola, David! Pues estoy muy bien. Te respondo desde Vigo, ciudad a la que me mudé hace 2 años. Estaré entre Galicia y Madrid estos próximos meses.
Todo apunta a que ese parón en la historia de tu marca, Coconutscankill, ha llegado (¡por suerte!) a su fin, ¿no es así? ¿Podemos decir que oficialmente estás de vuelta?
¡Sí! estoy oficialmente de vuelta. Con muchas ganas, y también nerviosa.
Antes de entrar a hablar de la parte más alegre –me refiero a tu vuelta al ruedo, por supuesto–, te tengo que preguntar por estos 2 años en los que no hemos sabido mucho de ti. ¿Qué has estado haciendo?
Hacia el final del Covid, recibí una muy buena oportunidad de trabajo en Vigo, así que decidí mudarme y empezar de nuevo. Estos 2 años me han servido para analizar lo vivido con mi marca, y también para aprender mucho de la industria desde otros puntos de vista. Creo que todo me ha ayudado a dar el paso de comenzar de nuevo, pero con más herramientas.
Presentar tu trabajo sobre la pasarela, recibir el aplauso del público y poder expresarte a través de tus creaciones suena maravilloso. Pero, ¿cómo se gestiona emocionalmente un parón en el proyecto al que dedicas todas tus energías a consecuencia, en este caso, del Covid-19?
Tras el segundo desfile pensé que por fin era el momento, que la marca empezaba a despegar, y de repente todo se frenó. Fue un golpe muy duro que también se juntó con pasar todo el confinamiento sola, lo que da mucho tiempo para rayarse. El Covid me dejó un poco trastornada, aunque ya lo estaba de antes (risas).
¿Llegaste a pensar que la marca había muerto para siempre?
Sí, sobre todo cuando volvimos a la normalidad. El resto de mis compañeros se pusieron manos a la obra, y yo no fui capaz. Estaba desconectada de mi propio trabajo y, de alguna manera, le había cogido miedo a diseñar para la marca. Eso me frenaba y tuve que dedicarme un tiempo para mí, para saber qué me pasaba.
Ahora irrumpes de nuevo en la escena con The Comebackill , una colección cápsula a la que te refieres como “un pistoletazo de salida de un nuevo capítulo para la marca”. ¿Dónde queda el Coconutscankill que conocimos en EGO de la antigua pasarela Cibeles? ¿Seguirá estando presente, o estás decidida a empezar un nuevo episodio en tu trayectoria desde cero, sin ataduras?
La esencia y el concepto de la marca siguen por el mismo camino. Lo que ha cambiado, tal vez, tiene más que ver con mi visión personal. Querer descubrir nuevas siluetas y no frenarme por querer mantener una estética muy definida, vista en colecciones anteriores. Diría que ahora mismo me estoy atreviendo con un Coconuts más maduro, y también enfocado a un largo recorrido de marca.
Dos años dan para mucho, y estoy convencido que en este tiempo has reflexionado sobre los puntos fuertes y débiles de tu marca. ¿De qué has tomado nota y qué conclusiones has sacado?
En la distancia, pude darme cuenta de que lo más importante es que Coconutscankill siempre ha conseguido llegar y comunicar de manera potente su visión. Sus valores siempre han ido por delante y no han dejado indiferente a nadie. Las mejoras van enfocadas sobre todo en desarrollar un producto más comercial; no todas las prendas de la colección pueden ser algo completamente artístico y difícil de vestir. Encontrar el equilibrio entre ambos conceptos es clave, y actualmente estoy centrada en esto.
No puedo pasar por alto una de tus últimas publicaciones de Instagram, en la que compartías algo que creo que todos deberíamos recordarnos de vez en cuando. “A veces es necesario parar. Hacer por hacer no vale la pena”. ¿Tienes la sensación de que el sistema de la moda vive en una rueda de hámster permanente, haciendo las cosas por inercia o prestando demasiada atención al rumbo de otras marcas olvidando en ocasiones su propia esencia?
Me afectó mucho sentir que no podía seguir ese ritmo. Se frenó en el Covid, pero no tardó en volver a arrancar a su ritmo habitual. No me dio ni tiempo a asimilarlo. Me bloqueé creativamente, quise arrancar a la vez que todos los demás, pero a veces eso no es posible. No fue una situación idónea, pero aprendí a escucharme más. Cuando ves que no puedes, no pasa nada por hacerse a un lado el tiempo que necesites. Si lo fuerzas, lo más probable es que salga mal.
Lo que parece que no ha cambiado desde tus principios es la importancia que rodearte de colegas en los equipos creativos tiene para ti. Algo presente tanto en la campaña como en el lookbook que ahora presentamos. ¿Es esta una de las características que definen tu ADN de marca?
Sí, desde luego. Tengo la suerte de estar en contacto con gente con mucho talento, a los que admiro y aprecio profundamente. Su apoyo significa muchísimo para mí, además de que el momento del shooting se vuelve muy divertido y también distendido. La campaña la ha disparado Sergito Penas en Madrid, y el estilismo lo firma Martxel Montero. También aparecen nombres habituales de la escena madrileña como Alba Córdoba, Gara Argones o Juanan Usero en los créditos de este último lanzamiento. El lookbook que aparece en esta entrevista lo ha disparado Adri Cuerdo, y el estilismo en este caso lo firma Susana Fall . Este shooting lo realizamos en Vigo, junto a Zaida Vizoso y Raquel Rollos. Ha sido muy bonito unir en una misma colección Madrid y Vigo, ya que son las dos ciudades que han estado más presentes en mi vida estos últimos 10 años.
Cuéntanos, ¿cómo viviste este lanzamiento que ahora presentamos? ¿Dirías que ha sido el más emocionante hasta la fecha por todo lo que significa?
Sí que lo ha sido. Tanto en la campaña como en el lookbook estuve como un flan, la verdad. No puedo agradecérselo más al equipazo que ha formado parte de este momento. Emociona mucho volver al fin.
¿Y qué hay de Amara como persona, más allá de la marca? ¿Sigues siendo la misma que nos sorprendió a todos con la colección Imagina ser diseñadora, o te sientes muy cambiada cuando echas la vista atrás?
En parte sigo siendo la misma que antes, pero con unos años más de vida y de experiencia, que supongo que a todo el mundo le suma e influye a la hora de tomar decisiones. Lo más importante es que me he dedicado tiempo a conocerme y cuidarme, y me noto un poco más calmada.
¿Un error que no quieres volver a cometer?
Forzar por seguir para adelante sin plantearme bien qué estoy haciendo.
¿Un objetivo de aquí a 2 años?
De aquí a 2 años espero tener en buen funcionamiento los canales de venta de la marca. Hacer más fácil la compra de productos y que llegue lo más lejos posible. Además de, obviamente, poder hacer que funcione económicamente y se mantenga por sí sola.
Y por último, ¿un mensaje a todos esos jóvenes diseñadores que luchan día sí y día también por sacar su marca a flote en España?
Que le den duro y sigan adelante. Pero que intenten quitarle un poco de hierro al asunto, que se dejen llevar y no se preocupen de lo que piensen los demás.