Cintia Lund es uno de esos personajes que parece haber salido de un cuento de Lewis Carroll, una canción de Bowie o una peli de John Waters. O de todo al mismo tiempo. Cintia es las Islas Canarias cuando se reflejan a través de los glaciares de Estocolmo. Y me pongo un pelín poético porque en verdad lo es (y en la entrevista encontrarás la clave). Al igual que la autora de la canción por la que le hemos preguntado. Nuestra querida Lund acaba de estrenar Cuando besar era legal, un single escrito durante la pandemia y, como dice la propia autora, lleno de sonidos ochenteros.
No hace falta que seamos muy agudxs para percibir que volvemos a vivir tiempos, digamos, oscuros. No hace falta que abandonemos nuestras rutinas, hobbies y pasiones para no sentirnos de alguna manera conmovidos. No hacen falta grandes alegatos. Lo que sí que necesitamos es seguir apoyando a aquellas personas que, con sus méritos, nos arrojan de inmediato un buen cubo de pura fantasía.
Debemos seguir hablando de nuestros artistas. Debemos seguir escribiendo sobre ellxs. Y desde ACERO, con esto estamos más que comprometidos. Así que no puedo sentirme más… mmm… excited de presentaros a una chica que es un pedazo de luz incandescente. Un torbellino de referencias, una voz de película, una imagen para estampar en miles de pegatinas.
Y no solo de cantar vive Cintia. Nuestra prota ha colaborado con nombres de esos que retumban en las búsquedas de Google. Isabel Coixet ha contado con ella para varios proyectos, al igual que Agatha (sí, Ruiz de la Prada), una de mis heroínas del estasblishment favoritas, por lo difícil que es encajarla. Y es que es imposible no rendirse a la energía de esta chica. Y si tuviésemos que elegir un crimen de verdad ilegal, besarnos en la boca con el diablo, lo único que se me pasa por la cabeza sería no escuchar lo que esta increíble artista ha venido a decirnos (o cantarnos).
Hola, Cintia. ¡Wow, me hace mucha ilusión entrevistarte! Antes de nada, me gustaría que te describieras para nuestros lectores utilizando una canción, un periodo histórico y, venga, por qué no, algo que consideremos hoy en día ilegal.
Sweet Dreams de Eurythmics es mi canción favorita de todos los tiempos, Annie Lenox me parece un modelo a seguir y siempre me ha inspirado; la llevo como fondo de pantalla en mi teléfono. Un momento en la historia… me quedo con la movida madrileña, ya que en este álbum en el que estoy trabajando rescato ese sonido, ojalá haber vivido esa época. Y me parece absurdo que sea ilegal enseñar pezones femeninos en Instagram.
¿Cómo comenzaste en la música?
Desde bastante pequeña, en el pueblo en el que crecí en Canarias, había un festival anual de la canción. Me presenté al primer certamen con un tema de la banda sonora de la película Perdona bonita pero Lucas me quería a mí, de Felix Sabroso. Tenía solo seis años. A partir de ese momento me fui presentando cada año, pero fue realmente mi tiempo en Nueva York a los diecisiete años lo que me motivó a componer mis primeras canciones y a buscar bolos. Fue en la gran manzana donde me planteé la música como una carrera.
Sé que eres una mezcla bastante extraordinaria, me refiero, eres sueca y canaria (y muchas cosas más seguro). Cuéntanos un poco cómo se compaginan, cómo viven en ti estas dos vertientes culturales tan aparentemente opuestas.
Digamos que mi parte canaria, mi acento, me da como carisma, es relajado, a veces graciosa, tengo mis momentos. La gente se sorprende cuando me escucha hablar y no sabe muy bien dónde ubicarme. Mi lado sueco es más serio, ser puntual por ejemplo. Realmente no lo pienso mucho, estas dos culturas tan opuestas me hacen ser quien soy.
Esto me lleva a preguntarte, ¿es quizá la tensión cultural (con tensión me refiero al choque de elementos que en principio parecen discordantes) la base de toda creación-inspiración artística?
Para mí, las diferentes lenguas suponen un aliciente para crear distintos sonidos, ya que no es lo mismo escribir y componer música en inglés que en español. Encuentro en la diversidad de idiomas una gran inspiración. Mi primer álbum fue en inglés porque me resultaba fácil componer en ese idioma. Mi segundo álbum, Aquí en Madrid, es completamente en castellano y me ha hecho descubrir un sonido diferente, aparte de haber sido un gran reto. Tengo alguna que otra canción en sueco, y de hecho, me gustaría sacar mi anterior tema No sé bailar en italiano. Si vienes a uno de mis conciertos escucharás inglés, castellano y francés.
Y ahora sí, hablemos de tu nuevo single, Cuando besar era legal. Lo primero que tengo que preguntarte, ya que me fascina, ¿de dónde surge el título? Es gracioso porque últimamente parece que ha habido mucho debate sobre la legalidad de ciertos besos. ¿Es esto pura coincidencia?
Es muy gracioso porque mucha gente me pregunta lo mismo, en referencia al polémico beso. En realidad es un tema que compuse durante la pandemia, y por lo tanto surge de las restricciones durante ese periodo, entre ellas el contacto físico. Pero cuando un artista saca un tema y lo publica ya no le pertenece, por lo que cada uno le da la interpretación que quiera.
¿De qué va la canción? ¿Qué has querido expresar?
La canción habla de dejar relaciones atrás, de liberarse y quitarse un peso de encima. De querer escapar de una situación en la que te sientes encerrado.
¿Es enamorarse a veces un acto ilegal contra nosotrxs mismxs?
Yo creo que sí. Muchas veces, o por lo menos en mi caso, me he empeñado en estar con personas que no me convenían. Me cuesta dejar ir, muchas veces he estado en relaciones más tiempo del que debería. Uno se ciega y no lo ve hasta que coge perspectiva con el paso del tiempo y me digo a mi misma, esto no tenía ningún sentido.
Háblanos de tu estilo. Desde Barbarella hasta Studio54, pasando por ABBA e incluso Greta Garbo en su época de gabardina y escondite en Nueva York. Se me ocurren miles y miles de referentes, pero quiero que me lo cuentes tú. ¿Qué te inspira a la hora de hacerte un look?
Me inspira todo aquello del pasado, soy una retro freak, pero sin perder el sentido de lo contemporáneo. Hoy en día es muy fácil, y si uno es curioso puede nutrirse de infinitas referencias. Me gusta cambiar de look y me encanta la moda, es una faceta de mi trabajo que me divierte y da un gran soporte a mi mensaje. Por ejemplo, para Cuando besar era legal, Fernando Diez Cabeza, el director del videoclip, y yo nos inspiramos en la new wave de las bandas británicas, en concreto en Human League. Así es como trabajo para crear mis looks, cada tema tiene su videoclip y cada vídeo refleja un universo lleno de referencias estilísticas.
¿Cuál ha sido en tu opinión el momento más sexy de tu vida?
Cada vez que tengo un concierto, saco mi parte más seductora y sexy. En particular, en mi último concierto en Madrid para las fiestas de San Isidro, me sentí especialmente sexy.
¿Y el más puritano?
Cuando hice la primera comunión supongo.
¿Es duro hacerse un hueco en la música? ¿Qué público te ha recibido mejor?
Sí lo es,  pero como cualquier disciplina artística. La música tiene la particularidad de haber sufrido una gran transformación debido a las tecnologías y la gran cantidad de artistas. Creo que ofrecer un buen directo es clave para hacerse un hueco hoy en día.
Tengo que decir que soy una artista del directo, y que el público me descubre en mis conciertos porque es donde lo doy todo en todos los niveles. No me puedo quejar del público de Madrid, Pamplona, Barcelona, Ibiza o Nueva York, pero tengo un lugar especial para mi público de Málaga, siempre me reciben especialmente bien.  
Últimamente te hemos visto colaborar con mujeres muy potentes como Isabel Coixet y Agatha Ruíz de la Prada. Cuéntanos un poco más sobre esto, ¿en qué han consistido y qué han supuesto para ti estos proyectos?
Isabel Coixet y Agatha Ruiz de la Prada son dos mujeres excepcionales y que han sido muy generosas conmigo. Conocí a Isabel en Málaga, donde canté para amenizar su presentación fotográfica Faces. He tenido la gran oportunidad de hacer un cameo en una de sus producciones, en concreto Foodie Love. La admiro sobre todo porque sé lo difícil que es hacer cine y es nuestra directora más internacional.
Conocí a Agatha en Nueva York. Poco a poco me he metido dentro de ese maravilloso universo que ha creado y he ido conociendo a su magnífico equipo, que siempre me trata muy bien. Mi gran hito con la marca ha sido poner música a su desfile, tanto en Madrid como en Nueva York. También la canción Ágatha, compuesta junto con el colectivo Aguaenmarte (Gars Nan y Yanara Espinoza), con el cual me encuentro colaborando en este momento, creando y compartiendo canciones.
¿Dónde te veremos próximamente?
Estoy en estos momentos en Nueva York cerrando conciertos. Estoy conectando con músicos en la ciudad y gestando colaboraciones en el mundo de la moda. Este otoño se publica mi segundo álbum, Aquí en Madrid. Creo que estaré mucho entre Madrid y Nueva York próximamente, aunque tengo pendiente una visita a Los Ángeles y también a México.
Aunque nos da mucha pena, vamos a ir cerrando esta entrevista. Pero me gustaría que nos contases algo loco para despedirnos. No sé, por ejemplo, imagínate que eres una emperatriz suprema de un reino inventado y en el día de tu cumpleaños puedes legalizar algo que antes ha estado prohibido. ¿Qué sería?
No se me ocurre nada superextravagante. Con los días que corren, si estuviera en mis manos y yo pudiera elegir, prohibiría las guerras en mi mundo ideal. Estoy muy afectada y aterrada por toda la masacre y las víctimas inocentes, es algo que me rompe el corazón, me da una pena increíble. Odio las injusticias.
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