Casi agosto y no has cogido un libro en todo el verano, ni siquiera para taparte la cara del sol. Te entendemos. El verano está corriendo como un rally y ni siquiera nos ha dado tiempo a superar el brat summer del año pasado. Y con TikTok España en carne viva, es difícil no caer en el doomscrolling. Para evitar que los ojos te terminen ardiendo igual que la arena cuando corres al agua, ACERO te trae cinco recomendaciones de libros que te reengancharán a la lectura. Y que harán que el dolor de pulgar no sea crónico.
Se te oscurece el pelo, de María José Hasta 
Pequeña y simpática dosis de relatos cortos. Este libro se siente como mirar las fotos de tu cámara digital después de un viaje. Un mix entre nostalgia y ternura con (el interminable) deseo de volver. María José Hasta traslada ese sentimiento hasta la infancia. Inteligente, tierna y divertida, su ópera prima es un diario de vida lleno de detalles de lo cotidiano y lo raro. Leticia Sabater en Huesca o preguntarte qué tipo de estudiante eres: Tipo A) Delfín, Tipo B) Sapo, Tipo C) Oveja… Con recuerdos que podrían estar sacados de tu journaling. Por ejemplo, agarrar un vaso de plástico muy blando y que se te sobe la bebida en una noche de verano en fiestas. Eso quedó plasmado en la galería de tu Sony.
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El sabotaje amoroso, de Amélie Nothomb
Seguimos pegados a la infancia como se nos pega la crema de sol. Esta vez siendo testigos del primer desamor de Amélie Nothomb. Una niña de siete años (la autora) tiene un flechazo con Elena, la golden girl durante su infancia en China en un ghetto de diplomáticos (sí, esas dos palabras se pueden juntar). Fiel a su estilo descarado e irónico, pone en los ojos de una niña la mente de un adulto. Y nos pone en la piel del deseo y la inocencia de quien se enamora por primera vez. Igual de platónico que un amor de verano. Cualquier libro de esta mujer es perfecto para reconectar con la lectura, si me preguntan. 
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Yo que nunca supe de los hombres, de Jacqueline Harpman
Imagina despertar un día encerrada en una jaula subterránea sin saber por qué, sin hombres, sin historia, sin futuro. En contraste con tus vistas al mar, Harpman te lanza a una distopía silenciosa, inquietante y sin respuestas, donde lo importante no es lo que pasa, sino lo que no pasa. Un libro para leer cuando el calor te aplana el alma, pero tú sigues preguntándote cosas. Y desde luego, añadirá más preguntas. Girl, it’s so confusing sometimes... 
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Un amor, de Sara Mesa
Nat, de todas las hadas, a ella le tocó ser la desquici-hada. La protagonista sí que esta confused y se muda a un pueblo, nada bucólico, para empezar de cero. Terminará enredada en situaciones turbias que revelan sus goteras, la necesidad de amor y la obsesión por mantenerlo. Si quieres una lectura ligera y que te enganche, esta es tu opción. Y aunque se quede corta para llegar a clásico, ya tiene adaptación al cine y la pilota Isabel Coixet. Por lo menos, podrás fingir que lo leíste. 
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Panza de burro, de Andrea Abreu
Panza de burro podría ser la prima ‘echadita pa’lante’ de Una amiga estupenda si Elena Ferrante hubiera nacido entre plataneras y verodes. Isora es esa amiga con la que la narradora siempre está en sol y sombra, con admiración y celos. Típico de la etapa de introducción al mundo, esas primeras pústulas que recuerdan a Lila y Lenù, también con temas a la espalda como las clases sociales, la familia y el despertar sexual. Ya lo delata el título desde el principio: esta novela está lleno de lore canario, que le da vida propia, como un volcán: Papiteide.
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