En su tercer álbum, estoy exagerando???, Gabriela Casero nos da un paseo por las voces de su cabeza, hablando sobre la importancia que hay que otorgar a los conflictos. A través del disco plasma una plétora de autocríticas y conversaciones consigo misma como quien habla con una amiga o se pasa la noche escribiendo borradores del móvil. Destaca por ser fiel a su identidad artística sin tener miedo a experimentar con múltiples géneros. Un proyecto lleno de letras que contradicen por completo a las instrumentales cañeras y hacen que hasta los oyentes se planteen sus propios debates internos. Ah, y mucha, mucha rabia.
Producido por la propia artista y Bearoid, el álbum demuestra un crecimiento personal a través de la introspección profunda que conllevan las reflexiones de la madrileña. Este trabajo aborda varios conflictos: las adversidades consigo misma, las de compartir piso en Madrid, el futuro y su presente. No faltan conflictos que no desea o no puede llegar a resolver, como la respuesta que no se llegó a dar en una discusión. Nos recuerda a esa amiga que siempre es demasiado honesta y va directo al grano, ya que Casero tampoco es fan de las metáforas. Al utilizar la composición como mecanismo para evitar una conversación directa enfrenta a sus oyentes con una ironía negra que plantea verdades incómodas. 
El álbum, que originalmente iba a estar dividido en dos, bebe de géneros como el indie rock contemporáneo, el bubblegum pop o el pop rock adolescente. Esa yuxtaposición entre letras realmente dolorosas e instrumentales alegres y movedizas reflejan un poco ese sentimiento de seguir el ritmo acelerado de la vida en Madrid a pesar de la agitación interior. Esta exploración y catarsis de anarquía emocional y euforia enrabietada encuentra su fin después de tanta reflexión y emociones en agotamiento. Agotamiento por no poder controlar todo siempre, lo cual inevitablemente resulta en miles de preguntas más que esperemos que culminen en otro proyecto igual de destacable. A todo esto, ¿Gabriela Casero estaba exagerando? Que nos lo cuente ella. 
Por fin tenemos tu tercer disco, estoy exagerando???. ¡Enhorabuena! ¿Cómo has sentido la recepción del proyecto?
Muy bien, todo cosas buenas. Puede que sea porque ya estaba contenta de antes pero me ha parecido que toda la gente cuya opinión valoro tenía algo bueno que decir (y el resto también).
Para la gente que aún no te conozca, ¿cómo describirías el proyecto de Casero?
Hmmm… Es difícil pero diría que es sincero, especial, sensible, curioso; no sé. Un poco insultante, un poco gracioso.
Tu alias está ligado a tu estilo musical y lírico, caracterizado por abordar temas cotidianos y reales. El hecho de sacar música bajo Casero, que también es tu apellido, cierra un círculo. ¿El alias es un guiño a la simplicidad deliberada de captar lo domestico y familiar en tu música o te lo pusiste porque es tu apellido?
Nada que ver con el adjetivo. Ni lo pensé, vamos, era mi apellido por ponerle algo y ya está. Habría elegido otra cosa, creo, si hubiera querido decir que era algo doméstico. Pero se ve que no reflexioné mucho rato.
¿Hay algún mensaje o moraleja que quieras que se lleven tus oyentes?
No (risas). No tengo ninguna lección moral que dar. De hecho, creo que el disco es todo lo contrario, una especie de oda a no poder ser una persona equilibrada. Pero sabiendo que nadie lo es.
Los que te llevan siguiendo un rato sabrán que trabajar con Bearoid, con quien has coproducido este álbum, no es ninguna novedad. ¿Cómo ha evolucionado vuestra relación y estilo de trabajar?
Cada vez nos llevamos peor. Pero gracias a ello optimizamos el tiempo que tenemos que pasar el uno con el otro y somos los dos mucho mejores músicos y productores juntos. No se lo digo pero le admiro bastante.
¿Te considerarías una persona melancólica o lo canalizas todo a través de tu música y eso te sirve de catarsis?
Soy muy melancólica. La gente que me conoce más, cuando me ve triste, me pregunta, ¿has estado haciendo melancolía? Que es pensar en cosas del pasado. Y casi siempre es que sí. Pero bueno, también me sirve un poco de catarsis.
Si no estuvieras contando las vivencias que relatas a través de la música, ¿cómo lidiarías con ello o a quién se lo contarías?
Ya hablo de esto en una de las canciones pero escribo muchísimo. Tengo cien mil diarios escritos en mi idioma inventado. También tengo una amiga a la que nunca veo en persona pero con la que me mando audios larguísimos. Hablo mucho con muy pocas personas.
Entre tu anterior disco, Me doy cuenta, y este, ¿de qué cosas se ha dado cuenta Gabriela Casero?
De que estaba más enfadada de lo que estaba reconociendo por miedo a no tener razón o estar exagerando. De que las cosas me afectan más de lo que me gustaría.
Tu identidad visual ha estado siempre muy vinculada al álbum, y el maquillaje estilo Joker aparece como motivo repetido en la portada y los elementos audiovisuales del disco. Previamente has destacado no ampararte en personajes creados para defender este proyecto, entonces, ¿de dónde sale el mundo audiovisual de estoy exagerando???? ¿Has sido la payasa en las situaciones que narras?
No pienso en ese aspecto como Joker, aunque hay cosas en común en el trasfondo. Pero lo veo más como alguien que quiere arreglarse tanto para dar buena imagen que pasa a dar la impresión contraria. Es para mí haberme contenido o controlado tanto que todo acabe desbordando. Y no me parece que eso sea un personaje más de lo que lo puedo ser yo con eyeliner, ropa que se lleve y el pelo planchado y teñido cualquier día.
Hace tiempo tenías otro proyecto personal en inglés, Mow, el cual precedió y convivio paralelamente durante un tiempo con Casero. ¿Hay algo que hayas aprendido de Mow que te haya servido para Casero?
Creo que no. Cosas que me funcionaron para Mow no funcionan para Casero y viceversa. Hacer música y estar en este entorno me parece una cosa muy confusa. Lo que he podido entender habiendo tenido los dos proyectos es que he tenido mucha suerte y que estoy agradecida.
Has estudiado Diseño Gráfico y te encargaste de las portadas de Mow. En Casero, ¿cuánto control has tenido sobre la dirección de arte?
Hice las portadas del primer disco de Casero y la dirección de la del segundo, hice el maquillaje y el peinado y también me he maquillado yo para todo este disco. Por eso supongo que no veo que sea un personaje. He elegido por qué camino quería ir pero me he fiado totalmente de Eva Rausell para tomar las decisiones estéticas que me parecían importantes. Ha sido un muy buen trabajo en equipo.
Estoy exagerando??? tiene un hilo conductor muy claro: tu descontento con las relaciones sentimentales, amistades y tu ciudad. ¿Cómo es tu relación con Madrid ahora mismo? ¿Ha habido un antes y después?
Estoy descontenta con los autobuses de Madrid, sin duda; cada vez es más drama cuando se te va uno en la cara porque pasan pocos. Pero no diría que estoy particularmente descontenta con la ciudad, tendré que irme a vivir a otro lado porque nadie puede pagar estos alquileres y con el calentamiento global la mitad del año te mueres, pero nací en Madrid y si pudiera permitirme seguir aquí lo haría, le tengo cariño.
El 15 de noviembre presentaste el disco en Barcelona y hay varias fechas más anunciadas de la gira que acompaña al álbum. ¿Tienes algún ritual que sigues para los directos?
Hemos estado ensayando mucho más de lo que había ensayado nunca. Pero más allá de ese ritual, ninguno. Ponerme nerviosa y enferma y tener que hacer una recuperación milagrosa quizás es lo más frecuente cuando tengo concierto.
Después de plantearte si realmente estabas exagerando, ¿qué preguntas siguen rondando por tu mente?
Hay tantas que no puedo contestar. No soy una de estas personas que va por la vida existiendo con tranquilidad. Analizo todo, pienso mucho y cosas muy raras, me preocupo por cosas que no están pasando y por otras que sí, tengo dudas y preguntas de todo tipo… Si fuera millonaria, haría muchísimos experimentos.
Finalmente, la pregunta que todos queremos saber, ¿estabas exagerando?
No creo. Puede que un poco, pero bueno, hubo una escalada en la situación que no fue solo cosa mía.
Casero_FlordeCuchillo_4.jpg