Si algo caracteriza a Carolina Durante, y lo han reafirmado en Elige tu propia aventura, es que son fieles a su estilo por encima de todo; sin embargo, consiguen seguir sonando de lo más fresco. Los temas que abordan en sus letras no dejan de ser los mismos y su sonido se mantiene igual, pero no por ello dejan de ser un terremoto que te hace vibrar con todas y cada una de sus canciones. Esta vez han incorporado sonidos de trompetas y violines en algunas de sus canciones, haciendo de su musicalidad un conjunto más completo.
Seguramente, el logro más importante que ha conseguido Elige tu propia aventura es revelarse mediante sus letras contra uno de los problemas que más acosa a las generaciones de jóvenes: el éxito. Aunque esta sea una de las bandas actuales más importantes de España, ya sea por su recorrido, sus números o su impacto, el mensaje que nos han lanzado desde este último trabajo es el de aceptar el fracaso como parte de nuestra naturaleza humana. Abrazar de esta forma la derrota evidencia que el concepto ‘generación de cristal’ no es otra cosa que una farsa paternalista.
Uno de los claros exponentes de esta filosofía se encuentra en la canción Tempo 2, en la que se nos cuenta lo mucho que puede unir el odio. Un odio costumbrista, hacia los bebés que lloran en un sitio público o a las personas que dicen ‘eso es muy Leo’, como se dice textualmente en una de las estrofas. Aunque seguramente, la frase que más se clava en el cerebro de todos los jóvenes que han disfrutado el fracaso es una que aparece en el single homónimo del disco, en la que sentencia: “elijo ser como mi padre, elijo dejarte aparte”. Directo a los daddy issues. 
Pero el discurso de este álbum no acaba aquí. No solo reivindican el fracaso y la autodestrucción como algo bello en canciones como Joderme la vida, sino que también reivindican los placeres sencillos. Así lo cuenta en el single Hamburguesas, en la que destacan que “fuera hay cosas preciosas: hamburguesas, el fútbol, mi madre”, motores de cambio para salir de un cuadro depresivo. O en la que posiblemente sea la canción con la que más gente se sienta identificada, Tomé café, en la que se hace una oda a los casi superpoderes que te da una buena taza de café con leche.
Por supuesto, hay que hablar de una de las colaboraciones más inesperadas (pero geniales) que nos ha dejado este álbum. Rosalía se ha unido a la banda para dejarnos una canción tan especial como Normal, en la que adopta el rol de una exnovia que guarda un recuerdo difuso del que un día fue su pareja. La combinación entre ambas voces no deja de ser una mezcla de dos sabores que no sabías que casaban tan bien, como la granada en una ensalada.
Después de esta larga espera para todos sus fans, y sumando el parón de conciertos que han tenido durante este último año, estoy convencido de que han cumplido con creces con las expectativas que había depositadas sobre el ‘y ahora qué’. Sin duda, no hay que olvidar que este es un disco para gritar sus canciones a todo lo que dé la garganta, con una cerveza en la mano y, a ser posible, rodeado de gente a la que quieres con locura. 
Track favorito: Elige tu propia aventura.