Cariño es sin duda uno de los iconos del indie en España. Su tercer álbum de estudio, Todo por hacer, es prueba evidente de ello. Su sonido, tan alegre y cargado de energía, acompaña a unas letras marcadas por estados más cercanos al desamor o al recuerdo absurdo que queda de uno mismo cuando se mira desde fuera estando enamorado.
Escuchar un disco entero de las Cariño es como quedar con una amiga después del instituto para contarle todos esos dramas importantísimos que te pasaron durante la semana. Partiendo de esa premisa, creo que hay dos caminos que escoger: recordar esos tiempos con gusto o bajarte de inmediato.
La música de las Cariño es un estado de ánimo en sí mismo, que no siempre encuentra un match con la persona a la que llega. Es como el helado, hay que tener mucho antojo para querer comerte una tarrina entera. Pues con ellas pasa lo mismo, tienes que estar experimentando unos sentimientos muy concretos para querer escuchar un disco sin que se te haga bola. A pesar de que su trayectoria hasta el momento haya estado marcada por el tontipop, en Todo por hacer han intentado alejarse de esta estética y buscar un sonido distinto, y, aunque se nota que esa parte está más trabajada y cuidada, le sigue faltando otra seña de identidad para que no se parezca a todo lo anterior.
Las letras de Todo por hacer parecen por momentos tuits sacados de contexto con los que puedes empatizar o no. Ejemplos sobran, como en la canción Planeta raro, en la que comienzan diciendo: “Conocerte y no enamorarse de ti se hace imposible. Y no es solo por tu cara, es que tú eres increíble”. A pesar de ello, su estética tan abiertamente pueril no deja de ser una decisión consciente y con la que tú como oyente puedes decidir también conscientemente entrar. Yo, desde luego, encuentro mi límite al escuchar un par de canciones.
No creo que les haya salido mal la fórmula que llevan empleando hasta el momento; es más, creo que es un completo acierto el sonido electrónico que han incorporado a esta nueva entrega de su recorrido. Lo que no sé es cuándo les llegará el momento de dar un giro completo a su música y madurar como grupo. Algunas canciones, como Veneno, parecen desvincularse de lo que han hecho hasta ahora para acabar pareciéndose bastante a grupos como Cupido, al que estoy seguro wue no buscan parecerse.
Aún con todo esto, no hay que dejar de reconocerle las cosas buenas, como que su música ha escalado en cuanto a los nuevos sonidos que incorporan en canciones realmente logradas y disfrutables como B2B. Cariño nunca va a perder esa virtud para hacer disfrutar con su música.
Creo que Cariño se está distanciando poco a poco de lo que prometió ser cuando se dieron a conocer, pero no por ello voy a dejar de seguir confiando en todo lo que les queda por delante. Yo, por mi parte, seguiré cantando sus canciones (después de escribir todo esto) y gritaré con fuerza las frases con las que más puedo relatar.
Canción favorita: B2B.