El encanto de Çantamarta no se puede encapsular en un sonido o nacionalidad concretos. La banda española-latina formada por Luislo, el vocalista medio venezolano medio colombiano, y los andaluces Omar y Beni, ofrece una de las propuestas musicales contemporáneas más vanguardistas e interesantes con un sonido único y original. A través de la combinación de diferentes estilos como el R&B, el neo-soul, el hip-hop y el house con la influencia de varios elementos culturales del caribe latinoamericano, han logrado colocarse en primera fila de la música actual, preparándose para lanzar su álbum debut a finales de año. Nos presentan su nuevo single, Pasarela, acompañado de un vídeo musical dinámico donde destaca el contraste entre sonido y una dura realidad.
Çantarmarta es un trío bastante atípico del panorama musical que prosperan gracias a la combinación de diferentes estilos musicales, culturas y bagajes que aportan sus miembros. El cruce se hace evidente en las historias, personajes y jerga con la que se componen cada una de sus canciones. A día de hoy, el grupo ha conseguido construir una discografía variada y extensa, con proyectos cortos. Entre ellos, llaman la atención sus colaboraciones con Rusowsky, Alba Reche, Crystal Fighters y Xavibo, entre otros, mostrando su versatilidad y talento musical y, sin duda, la razón por la que destacan entre tantos grupos dentro de la industria.
Para empezar, ¿en qué se diferencia Çantamarta de otros grupos musicales?
Creemos que la naturaleza tan diversa de nuestra música llama a personas de todo tipo, y eso nos parece muy único. En nuestros conciertos ha sido algo de lo que más hemos disfrutado. Nos encanta ver a alguien q de la escena grafitera y rapera venezolana o latina en un estado vulnerable o incluso bailando en un mismo espacio junto a otra persona de un perfil más alternativo o incluso pijo sin que eso suponga problema alguno. Hacer arte que permita conectar es lo que más disfrutamos como grupo. Otra cosa podría ser un piropo que nos hicieron hace poco sobre cómo, dentro de la escena urbana, somos un proyecto que hace mucho uso de la musicalidad. Es muy cierto que nos honra sentir que somos parte de una movida moderna y contemporánea, así tengamos un alma muy instrumental.
Presentáis nuevo single, que a la vez es el segundo adelanto de vuestro álbum debut, previsto para finales de año. Los ritmos pegadizos de Pasarela contrastan con los temas explorados por la canción, que trata del sentimiento migrante y los conflictos atravesados por muchxs jóvenes latinxs. ¿Pensáis que los artistas tienen cierta obligación moral de usar su plataforma para concienciar a la gente? ¿Es lo que buscabais con este tema?
No tiene por qué haberla y no debería ser algo obligatorio ni mucho menos. Pero no podemos negar la gran capacidad de influencia que tienen lxs artistas sobre quienes les escuchan. Por eso es necesario tener mucha responsabilidad con tu mensaje, sea reivindicativo o no, y esto va desde Baiuca incorporando en espacios de ocio la música tradicional de su tierra al trapero que quiere retratar su entorno de una manera bien cruda sobre un 808.
Sobre si queríamos concienciar a la gente o no, lo que queríamos era representar una fotografía de una realidad que toca de lleno a gran parte de la comunidad migrante. Tú eres libre de apreciarla desde la narrativa, sobre todo si es algo con lo que te puedas sentir identificado, al igual que ponerla solo pa’ menear las nalgas al son del estribillo (risas).
Pasarela incorpora elementos del hip-hop, dembow y música instrumental caribeña, presentando un abanico musical bastante amplio como la mayoría de vuestra discografía, en la que también combináis electrónica, neo-soul y R&B. ¿Pensáis que, al ser un grupo compuesto de personas con antecedentes culturales diferentes, se os hace más fácil mezclar géneros musicales? 
Claro, nuestro punto de partida ha sido muy heterogéneo. Y somos personas muy curiosas, esa vaina ayuda muchísimo a la hora de crear.
Hoy en día está muy de moda esa combinación de diferentes géneros y sonidos musicales, parecido al que hacéis vosotros, debido a la globalización de la industria entre otras cosas. Sin embargo, hay veces en la que se cuestiona y se tacha como apropiación cultural, debido a que hay ciertos géneros que se discriminan o reivindican a ciertas minorías, por ejemplo. ¿Qué opináis de clasificar (y limitar) a artistas por géneros?
Clasificar es diferente a limitar, al menos para nosotros. Los géneros son necesarios sobre todo para tenerlos de referencia o incluso como un ideal. Que te vinculen a un género u otro no está mal, pero que no se te permita explorar otros ritmos o que se te sancione por ello no es algo que nos guste mucho, sinceramente. Y ahí está el eterno debate entre puristas y vanguardistas. Ambos son necesarios, igualmente.
¿Podría hacer un artista español una canción de un género tradicionalmente latino, sin que sea apropiación cultural?
Claro, tú puedes apreciar una cultura lo suficiente como para acercarte a ella y trabajarla sin que eso sea un problema. La cosa está en que tu labor parta desde un punto honrado y respetuoso de los códigos que lo componen. Lo que puede chocar un poco es cuando se siente forzado. Claro que está chévere que quieras hacer reggaetón, pero no hace falta que de pronto representes un personaje que no te corresponde. No hace falta que te pongas a hablar como si fueras de Humacao, Puerto Rico, pa’ que disfruten de lo que haces y lo consideren algo de valor. Ni que de pronto te disfraces de Víctor Jara pa’ que te la den como un cantautor de música protesta.
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¿Pensáis que sigue habiendo prejuicio cuando se trata de ciertos géneros musicales internacionales?
Sí, claro. El dembow dominicano es un género tanto amado como odiado, pero sobre todo incomprendido y muchas veces subestimado, precisamente por el poco interés que se tiene al momento de ir más allá de un patrón rítmico o una letra que muy rápidamente se tilda de ‘cruda’ o ‘grosera’, como dicen por ahí. Se teme mucho lo desconocido, y eso es algo que como sociedad seguimos arrastrando.
¿Cómo habéis trabajado y compuesto el tema? ¿Por qué un título como Pasarela?
Para nosotros es sencillo, la pasarela es un pasillo que une realidades por muy dispares que puedan parecer a primeras. Pero también lo hemos hecho por la dualidad que tiene el concepto en sí. En el mundo de la moda, la pasarela es ese espacio por el que desfilan cuerpos, ideas y propuestas creativas de todo tipo ante la atenta mirada de personas cuya principal tarea es juzgarte, para bien o para mal. Pero la pasarela también es ese pequeño puente que une dos aceras o calles entre sí y que, al menos en ciudades latinas como Caracas, Guarenas o Medallo, son sitios muy vinculados al peligro, por lo fácil que resulta verse expuesto a la delincuencia y otros tipos de violencia.
Pero irónicamente, en esas mismas pasarelas quedan novixs para conocerse, amigxs para beber, pasa gente apurada al trabajo y hasta personas en situación de calle que buscan resguardo en las fuertes temporadas de lluvia. Son espacios de tránsito con una enorme diversidad de historias. Todo lo que venimos trabajando actualmente lo entendemos como una pasarela de historias, personajes y realidades, por eso es normal que este tema lleve ese nombre.
El vídeo, dirigido por Adri Sola y Lena Zafra, es sin duda vuestro el más performativo hasta el momento. Nos acerca al concepto de migración desde diferentes perspectivas: la fila de extranjería presentada al inicio, una coreografía con movimientos de instrucción premilitar como símil al entrenamiento mental y físico al que se enfrentan, entre otros. Todos estos elementos y treinta participantes han dado como resultado una pieza llena de color, movimiento y representación.  ¿Por qué le disteis un enfoque positivista a Pasarela cuando la canción trata de duras realidades a las que muchxs se enfrentan?
Nos parecía necesario que el sonido fuese dinámico y divertido, y es algo que conversamos mucho en su momento junto a Lena durante todo el proceso creativo, al igual que se insistió en el uso de colores primarios muy vivos como parte de esta historia. Eso también porque queríamos que, a través del performance, todo fuese más digerible cuando abrazase una letra que toca temas sensibles y no se esconde para nada en lo que nos dice. “Dios bendice al chambeador así le llegue con descuentos” es un ejemplo de ello. Es una manera graciosa de cambiar esa frase de que “al que madruga, Dios le ayuda”. Y eso va desde el joven rider que está en Cuatro Caminos esperando pedidos mientras sueña con poder dedicarse de lleno a la música como a la señora que cuida de personas mayores en barrios acomodados para con esa paga poder ayudar a los suyos en el otro lado del charco. Todos hacemos lo que hacemos con la esperanza de un mejor mañana.
¿Pensáis que el arte y la música tiene que reflejar la actualidad de alguna manera y puede servir de otra cosa que no sea el entretenimiento?
Una frase que nos gusta mucho es esa de que el artista siempre va a representar la época en la que vive, ya sea conscientemente o no. Nosotros siempre hemos tenido una vocación muy natural hacia el desarrollo de conceptos, historias y sonidos. Si esto sirve para armar debates o abrir conversaciones difíciles, algo bueno seguro que tiene, pero como dijimos antes, no creemos que tenga que ser un planteamiento obligatorio en la obra del artista.
A nivel estético, vuestra discografía siempre está muy cuidada y consigue una identidad visual muy única y original. ¿Qué os inspira?
Siendo tres, han sido muchísimas referencias las que congenian en el imaginario del grupo. Por ejemplo, Beni gusta mucho del mundo del anime y del uso de colores emotivos que representen bien las texturas sonoras que él crea. Luislo es un cinéfilo muy intenso y Omi tiene un gusto muy curado en cuanto a propuestas visuales que tengan carácter y estilo. El dinamismo entre los tres nos ha permitido crear una marca personal muy bonita, ya sea a través nuestra mano derecha durante varios años, Pablo Engo, y su influencia con visuales del mundo skater, o el arte gráfico de la movida urbana latinoamericana que tan cerca tenemos como influencia.
¿Tardáis mucho escogiendo una portada?
Es un aspecto que consideramos clave en nuestra música; solemos estar bastante en consenso los tres la mayoría de las veces, y eso siempre ayuda muchísimo cuando se está definiendo el qué o cómo se quiere un arte.
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¿Cómo os inspiráis a nivel lírico o sonoro?
A nivel lírico, la cotidianidad siempre tiene mucho protagonismo, y es algo que creemos se percibe mucho en lo que hacemos. Luego, a nivel sonoro, nos encanta partir de la improvisación. Esa es quizás nuestra herramienta creativa favorita en el momento de componer y producir un tema.
Algo que ha sucedido y sucede todavía en los grupos es que el vocalista del grupo acapara el protagonismo. Sin embargo, hay un equilibrio poco frecuente entre vosotros, en el que se nota que el proyecto es el conjunto sobre todo de vosotros tres. ¿Concretamente, qué tan importante es el conjunto de todos? ¿Cómo navegáis el ser amigos, socios y colaboradores dentro y fuera del grupo?
Es normal ver más a un frontman que al resto del grupo, y en nuestro caso, Lucho es muy bueno. Pero lo que verdaderamente hace que la gente entienda el sonido que hacemos es cuando ven la imagen grupal al completo, no cuando nos ven por separado. Y eso es lo que hace que la rueda gire a favor.
Se insiste mucho dentro del panorama urbano o alternativo que el camino del solista es una mayor garantía de éxito, pero para nosotros como grupo, incluso con todos los retos u obstáculos que tengamos en frente, siempre encontramos motivos para acompañarnos y cuidarnos durante el proceso. Eso vale oro. Somos socios, pero en muchos sentidos, también familia.
¿Sabíais que tenéis una distribución bastante equilibrada de oyentes hombres y mujeres? ¿Por qué creéis que es así?
(Risas) No lo sabíamos pero genial, nos encanta. La Ç es pa’ todo el mundo.
Os hemos podido ver actuar en recintos como la Industrial Copera en Granada, Razzmatazz en Barcelona o El Sol en Madrid, excluyendo festivales. Encarando el camino hacia vuestro primer álbum, ¿tenéis pensado hacer una gira?
Por supuesto, comenzaremos en Madrid este próximo 18 de octubre en La Sala del WiZink Center, donde presentaremos el álbum por primera vez, y después nos vamos para LATAM a cumplir fechas por varios países de la región. En el 2025 pretendemos hacer un tour por España y nos morimos de ganas de hacer festis. Nuestro deseo es tocar mucho este próximo año.
¿Hay colaboraciones en el disco? ¿Con quién os gustaría colaborar o trabajar?
Es un proyecto en el que ha colaborado mucha gente que queremos y admiramos mucho y eso es algo que nos enorgullece mucho. Respecto a colaboraciones futuras que nos gustaría tener, la realidad es que nos gusta mucha gente. Lia Kali, aparte de ser una grandísima persona, es alguien a quien respetamos mucho y nos encanta lo que hace. Cruz Cafuné también nos llama mucho la atención. Y a nivel internacional, la salsa de Rubén Blades, el merengue contemporáneo de Vicente García y el sonido rapero clásico atemporal de La Zaga son algunas de las muchas propuestas artísticas con las que nos encantaría poder colaborar pronto.
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