Tras el éxito de sus EPs Vacaciones en septiembre y Darkside, C Marí vuelve a la carga con Sempre Cor, álbum que nos tenía a todos expectantes, curiosos por saber con qué nos deleitaría Charlie en su primer proyecto de tales dimensiones.
Publicado el 12 de diciembre, el disco incluye catorce canciones que abarcan desde el regueatón más puro hasta baladas cargadas de emoción y creadas desde el storytelling más crudo y sincero. Con este trabajo, el artista reafirma su filosofía: si no se hace con el corazón, no vale la pena.
Sin una promo excesiva, C Marí dejó que su música hablara por sí sola con adelantos como La ropa, una bachata que nos dejó a todos expectantes, pasando por Tan lines, que personalmente fue mi tema del verano, y Qtalhoy, ligero y sincero, CMarí nos preparó para un disco que conecta en todos los sentidos. Tanto fue así que la semana previa al lanzamiento, Charlie decidió presentar 2AM, un rap breve pero directo que cerró con fuerza el preludio al disco.
Acompañado de catorce visualizers que enriquecen su experiencia, Sempre Cor nos muestra a un artista que no escatima en poner pasión y autenticidad en cada una de sus obras.
El álbum abre con Intro, una pieza que susurra “Sempre Cor, Sempre Cor”. Esa frase resume toda su filosofía: “Tengo que poner el corazon, si no no lo hago”. No es solo una declaración de intenciones, es la promesa de que cada tema está hecho con una honestidad brutal.
La versatilidad del disco es uno de sus puntos fuertes. Desde el reguetón infeccioso de Contacto, una colaboración más que esperada con John Pollon, hasta la balada Mil veces, que retrata el amor cotidiano con frases como: “Mil fotos que te hago y no te gustan ni dos”, CMarí se mueve con soltura entre diferentes estilos y emociones. Cada canción es un retrato íntimo que nos mantiene a todos conectados.
En DSPB (Dime si podré buscarte), CMarí se sumerge en el desamor con una narrativa que logra ser universal y personal al mismo tiempo. La línea "Tan real el vínculo, no se puede escribir" resuena con una sinceridad cruda, mientras que la base acompaña esa mezcla de vulnerabilidad y fuerza.
El valenciano también nos regala Richter, otra joya sobre el desamor, con frases como: “Verte y no tocarte es como rezar a un dios que no responde”. En contraste, Bachata y reguetón se presenta como un banger perfecto para la discoteca, mostrando la habilidad de CMarí para moverse entre lo introspectivo y lo explosivo.
Las colaboraciones en el disco destacan por su química. Mushkaa brilla en Sempapa junto a la produ de Blnco, un himno inesperado que combina perfectamente el estilo de cada artista, y que consigue evocar verano en pleno invierno.
Sempre Cor es más que un conjunto de canciones; es un reflejo de la autenticidad de CMarí. Aquí no hay artificios ni fórmulas fáciles, solo un artista que se entrega por completo en cada nota. Definitivamente, no es un álbum para escuchar de fondo; es un álbum para disfrutar con todos los sentidos puestos en ello.
Track favorito: Intro.