Desde que descubrió su vocación por sorpresa gracias a la pequeña pantalla, Alberto Martín no ha dejado de perseguir su sueño: dedicarse a la moda. Permitirse fluir, rodearse de colegas en el trabajo y tener siempre presente que la vida es imprevisible le coronaron, junto a una fresca y muy bien resuelta colección, firmada ya con el nombre de su marca Boltad, como el mejor de su edición en Allianz EGO. Su merecido galardón aún no ha cumplido el año de vida y el diseñador nacido en Badajoz, formado (y premiado) en Madrid y recién aterrizado en Oporto, ya se prepara para dar el siguiente paso.
Entrevista extraída de ACERO vol. 5, publicada en julio de 2023. Hazte con tu copia aquí.
Este próximo movimiento, más consciente y meditado, pasa por el lanzamiento de un drop, presentado en exclusiva en las fotos que podéis ver en estas páginas. Pero tranquilos, porque ni la ovación en Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, ni el cambio en su sede de operaciones, ni el hackeo que sufrió su página web al poco de lanzarla, han cambiado su esencia.
Natural y cercano, Alberto sabe lo que es trabajar para otros, mudarse a una gran ciudad en busca de oportunidades y firmar trabajos más comerciales que parecen no gustar demasiado al feed de Instagram. También sabe, y lo ha comprobado, que la generación de creativos a la que pertenece está destinada a ayudarse. De Mori a Ralphie Choo, pasando por su mano derecha Julia o su compañero de profesión, Aarón Moreno. Ellos y muchos más ¡también su madre! tienen un lugar destacado en esta conversación, que arroja luz sobre el futuro y nos anima a no perder la esperanza.
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Alberto, tengo entendido que has estado en el Primavera Sound de Madrid este fin de semana. Estoy seguro de que hoy está siendo un lunes muy lunes (risas), cuéntanos, ¿a quién tenías más ganas de ver sobre el escenario?
Sí, me he venido a Madrid el finde y me vuelvo mañana para Oporto. El primer día vi a Kendrick Lamar y a Fred Again. Y el sábado a Sevdaliza, que me gustó mucho. También vi a Jockstrap, unos chicos de Londres que me encantaron, y a Caroline Polachek, increíble. Y no sé qué más vi…
¿No fuiste a Rosalía?
¡Eso es, sí! También a Bad Gyal, ¡y a Tokischa, que flipé!
Acabas de mencionar Oporto, pero yo tenía entendido que vivías en Madrid. ¿Te has mudado?
Llevo una semana y media en Portugal. Soy de Badajoz, he vivido 6 años en Madrid y ahora he vuelto al lugar en el que hice las prácticas en su momento, Oporto.
¿Y qué tal va el proceso de adaptación? ¿Cómo te ha recibido la ciudad?
La verdad es que bien, aunque entre el festival y todo… En octubre se me acaba el piso y no sé a dónde me iré, aún no hay nada decidido. Puede que vuelva a Madrid, que me vaya a Barcelona, que me mude fuera de España, no sé. Durante estos meses voy a ver si se nota mucho el impacto de estar en Madrid físicamente o no. Si estando en Oporto veo que la marca empieza a flojear, a lo mejor decido moverme a una ciudad más grande.
¿Y por qué has decidido irte ahora? ¿Estabas quemado de Madrid?
Porque allí hay mucha más industria. Estoy trabajando con unas costureras que lo hacen superbien, estoy muy contento. He decidido probar a subir el nivel de las prendas, y en Portugal hay un montón de fábricas de restos de tejido, más mercado en general. Quiero hacer la colección nueva desde allí y luego ya veremos.
Me interesa mucho cómo planteas tú, como diseñador y fundador de tu propia firma de moda, Boltad, una colección desde cero. ¿Sigues una rutina estricta o cada día es completamente distinto?
Me suelo despertar a las ocho de la mañana, a las nueve o diez me pongo a currar en la marca, y ya me paso todo el día trabajando en el proyecto. Si no estoy con los patrones o diseñando, estoy pensando en cómo podemos llevar las redes sociales. El último trabajo que he hecho ha sido la dirección creativa para un vídeo de Chico Blanco. Me ha introducido bastante en su proyecto y voy a estar currando con él, seguramente, bastante tiempo. Y si me salen trabajos de estilismo, también los cojo. Hace poco hice el estilismo para un anuncio de una marca de ventiladores (risas). 
Cuántas cosas, y eso que no ha pasado ni un año desde que ganaste el premio Mercedes-Benz Fashion Talent en la Semana de la Moda de Madrid. Además de haber cambiado de ciudad y seguir explorando otras facetas de la industria, ¿sientes que has cambiado mucho como persona? ¿Ves el futuro de forma distinta, te notas más confiado?
Creo que el punto de cambio, en verdad, te lo pones tú cuando creas tu web y comienzas a subir producto. Es ahí cuando te das cuenta de lo que quiere tu público, viendo si la gente pincha más en un producto o en otro, y eso te da un orden. Diría que trabajo lo mismo que hace un año, lo que pasa es que antes lo hacía sin ningún pensamiento. Solo quería hacer ropa, acabar la colección y ya. Ahora me empiezo a dar cuenta de que, si me organizo, puede llegar el día en el que viva de la marca.
Retrocedamos a ese momento en el que, unos días después de haber lanzado tu web, te metes a ver el historial de búsquedas y el número de visitas por primera vez. ¿Qué pensaste?
La verdad es que pensaba que iba a entrar menos gente los primeros días. En este tiempo me he dado cuenta de que hay que tener mucho producto, al final a una persona le gusta el blanco y a otra el rojo. Puede que la gente se meta más en la prenda blanca pero luego no la compre porque, aunque tenga el mejor diseño según ellos, no les guste ese color. No sé si me explico (risas).
Sí, sí. Me estoy acordando de la conversación que tuvimos con la diseñadora Paula Cánovas del Vas, en ACERO Vol. 4 sobre la importancia de la repetición y el impacto de tener, ya sea de forma consciente o inconsciente, un elemento de marca representativo. Un bolso, una falda, una silueta o un color, lo que sea, pero algo que posicione tu proyecto en la mente de los consumidores y les permita diferenciarlo del resto. ¿Tú ya lo tienes?
Justo para esta próxima colección estamos viendo si, con el dinero que tenemos, nos interesa más hacer un producto icono de la marca como el bolso de Telfar, o apostar por un abanico de productos mucho más amplio. Estamos reflexionándolo. 
Cuando te refieres a la próxima colección, ¿ya hay fecha de lanzamiento?
Seguramente sea en septiembre.
¿Y tienes claro dónde la vas a presentar?
Sí, pero todavía no se puede decir.
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Creo que somos muchos los que no habíamos oído hablar de Boltad hasta que desfilaste en Madrid pero, ¿cómo había sido el desarrollo de la firma hasta ese momento? 
En ese tiempo no vendía casi nada, solo alguna que otra vez por Instagram. Trabajaba mucho de estilista. Lo primero que hice fue el vestuario para un concierto de Mori, le conocía desde antes de que empezase a sacar música. Luego empecé a trabajar con Barry B y toda esta gente.
De hecho, Ralphie Choo puso la música de tu desfile en Madrid. ¿Se lo propusiste tú? ¿Estabais de cañas y a alguien se le ocurrió la idea?
No hubo ni que hablarlo, sabíamos que él lo iba a hacer. Él lo sabía, yo lo sabía. Fui a su casa, me enseñó todo lo que tenía e hicimos una selección. Fue bastante guay.
Si retrocedemos más en el tiempo, ¿ya jugabas con la moda en el instituto, en Badajoz? ¿Cómo te vestías?
Cuando era más pequeño me compraba la ropa mi madre, la verdad. No me interesaba mucho, ella me daba una sudadera y un vaquero y yo iba supercontento. Luego, hubo una época en la que empecé a hacer skate y me uní un poco a esa estética. Desde entonces ya fui cambiando todo el rato, pero creo que no me viene de ahí el estudiar moda; tiene más que ver con un documental que vi. Fue entonces cuando me di cuenta de que me llamaba la atención todo lo que representaba la moda, lo que es la palabra moda a nivel conceptual.
¿Qué documental era?
No me acuerdo, salió en la tele y decidí verlo (risas).
Esto rompe totalmente con la típica respuesta que sueles recibir cuando preguntas a un diseñador de dónde viene su pasión por la moda. Hay quienes dicen que fueron sus madres o abuelas las que les acercaron a la costura, otros reconocen que soñaban con ser el Alexander McQueen de su generación. Pero casi ninguno habla de algo tan fortuito ¡y he de decir que me encanta! Creo que hay que desmitificar un poco todo esto.
Total. Yo era supermal estudiante, no me podía estudiar un examen de Historia, era imposible para mí. No sabía qué iba a hacer en la vida, y después de ver ese documental me pregunté a mí mismo si este podía ser un camino. Empecé a mirarme lo que había que hacer para entrar en una universidad de moda. Yo dibujaba fatal, pero creía que lo podía intentar (risas). 
¿Qué te dijeron tus padres?
La verdad es que fliparon (risas). A mí no me daba la nota para entrar en la universidad, pero yo ya me había obsesionado, no había vuelta atrás. Fui investigando y me fue gustando mucho más. Le decía a mi madre que solo quería estudiar moda, era lo único que me motivaba. Lo que tenía claro es que no quería quedarme en Badajoz, ese era el objetivo.
¿Por qué?
Porque, al final, Badajoz es superpequeño y los círculos son muy cerrados. Cuando llegas a Madrid es una bomba de estímulos, todo funciona de otra manera. Al final me vine aquí a estudiar un curso de Diseño de Moda y aprendí lo suficiente para darme cuenta de que de verdad me gustaba. El siguiente paso era encontrar unas prácticas. Fui a ver un desfile a Ifema y allí conocí al diseñador David Catalán. Le pregunté si necesitaba alguien de prácticas y me dijo que sí, siempre y cuando me pudiese mudar a Portugal. Llamé a mis padres y me dijeron que si me interesaba, le diseñe caña. Y me fui a Portugal durante cinco o seis meses.
¿Cómo fue la experiencia?
Una locura. Yo no sabía que llevar una marca era tan difícil, él lo llevaba todo solo. Nos avisaron de que podía desfilar en Milán y David me dijo, “si queremos desfilar en Milán, tenemos que hacer no sé cuántas prendas” (risas).
¿Quién más conforma el equipo Boltad? ¿Cómo os repartís las funciones, sois un team cerrado?
Leo (Le Polo) se encarga de la parte gráfica en la ropa. Hemos llegado a la conclusión de que tenemos que trabajar de una manera más ordenada, porque hasta ahora ha sido todo tan improvisado que no hemos investigado mucho. También está Julia, ella ha estudiado Administración de Empresas. Ahora está haciendo el proyecto final de carrera sobre el plan de negocios de Boltad y estamos flipando (risas). Es como, bueno, vale, esto es una empresa; y ahora nos estamos dando cuenta de cómo funcionan las empresas. Ella ha estado en la marca desde el principio y me ayuda en todo lo que puede. 
Y ahora que estás viendo de cerca la parte empresarial, abriendo los ojos ante un mundo del que no tenías ni idea, ¿sientes vértigo? 
La verdad es que prefiero no pensarlo. Creo que todo es tan bonito cuando vas creando orgánicamente, cuando das un paso, te equivocas y aprendes de ello… Por ahora voy a seguir fluyendo, un año más a lo loco. Luego ya me pararé. 
Estamos hablando de un sector, el de la moda, en el que, al igual que en la música o el arte, algunas personas se convierten repentinamente en ídolos de masas. ¿Hay muchos egos? ¿Te has encontrado a gente muy falsa por el camino?
Te voy a hablar de mi generación, me interesa la gente que tiene mi edad y que está haciendo proyectos jóvenes. He creado un vínculo superbonito con Aarón de Emeerree. Un día quedamos para no recuerdo qué, y ya desde entonces nos vemos muy a menudo. Siento que la gente está muy unida, la verdad. A la gente que me rodea no le importa que exista tu marca, nos podemos ayudar y crecer juntos. 
¿Y qué hay de las ventas?
Sobre todo son ventas instantáneas, lanzas un producto y se vende. Luego hay un parón hasta que sacas otro producto. Solo hemos tenido la web abierta tres meses porque nos la hackearon.
¿Os hackearon la web?
Sí, nos dimos cuenta de que se cambiaron las letras de Google cuando buscabas la marca, ¡salía como en japonés! Ahí nos dimos cuenta de que había un problema que había que resolver. Hemos estado sin web dos meses y un amigo mío me lo ha ido solucionando cuando podía. 
Muchos jóvenes diseñadores se ven forzados a abandonar la carrera de fondo que es tener una marca de moda por la ansiedad que les genera. De la gestión de la incertidumbre a la inversión que conlleva arrancar, está claro que esta no es una profesión apta para para todos los públicos. ¿Tú cómo estás? ¿Te sientes fuerte?
Pues… (risas). Voy a intentar responderte. A veces te dan unos bajones increíbles, como que te deja de motivar todo y sientes que no puedes. No solo que no puedes, sino que no quieres. Pero siempre acabo remontando bien porque, al final, creo que es un privilegio ahora mismo que te pueda funcionar una marca. Una marca en la que estoy haciendo lo que me da la gana, hasta el día de hoy no he tenido que pensar en hacer una cosa por ganar más dinero. Ahora ya lo voy pensando.
Estás presentando, a través de las imágenes que acompañan esta entrevista, tu nuevo drop. Háblanos de él.
En el drop he querido seguir trabajando con el aerógrafo en las gorras y, por supuesto, he vuelto a colaborar con Leo. También hemos probado cosas con serigrafía para hacer más repeticiones, porque casi todos los productos que hacemos son únicos y es una locura. Hemos seguido el mismo concepto de la colección porque, al mismo tiempo, estoy planificando el desfile y haciendo el dosier. En el look azul que veis en las fotos he querido meter algo de lo nuevo, algo que vaya a salir en el desfile o parecido, para que ya se vaya viendo el cambio. Así voy probando y lo tengo para cuando presente la colección. Este drop lo he utilizado como un punto de reflexión. Hay una de las faldas que es reversible, y ya anticipa la que será una de las características principales de lo próximo que viene.
He leído que te sientes especialmente conectado con Londres, ¿tienes intención de presentar tu trabajo allí próximamente? 
Creo que en mi mente, sin ser consciente, muchos pasos los hago intentando llegar allí. No lo pienso por miedo a que no pase, pero hago movimientos para intentar que ocurra. Londres es mi sueño.
Los consejos de las madres siempre son los mejores, ¿cuál es el más útil que te ha dado la tuya? 
Me da demasiados consejos (risas). Siempre me dice que le gustan mis prendas. La última vez que vino le regalé la pieza que más le gustaba de la colección, y ahora va supercontenta enseñando a sus amigas lo que ha hecho su hijo.
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