Hay nombres que nos suenan más que otros; ya sea por casualidad, por gusto o por intención, nuestro directorio mental está, probablemente, sobresaturado con miles de ellos. Conocer al ser humano detrás de estos nombres es algo que no se consigue solo con buena memoria; este texto, que navega entre entrevista y conversación, será de gran ayuda para añadir dos personas más a tu lista de close friends, porque tal y como se leen, son. Casuales, con café en mano y una tostada de aguacate en el plato, Blanca Miró y Leticia Sala se enzarzan en una conversación sin fin que va del presente al pasado y nos lleva de París y sus desfiles llenos de glamour a Operación Triunfo o sus futuros proyectos. Más tarde posarían para estas fotos enfundadas en la colección de Chanel Métiers D’Art 2023/24. 
Entrevista extraída de ACERO vol. 7, publicada en abril de 2024. Hazte con tu copia aquí.
A Blanca y Leti las unen muchas cosas. Primero, una profunda y genuina amistad que se formó en el Primavera Sound y se consolidó con Chanel y París como testigos. Segundo, una visión de la vida similar, con puntos en común que datan desde la misma infancia y que las hace entenderse mejor que nadie. ¿Eso de completarse mutuamente las frases? Así. Y tercero: una fuente aparentemente infinita de creatividad que las mantiene ocupadas 24/7, pero que no les resta ni un mínimo de alegría.
Blanca, lo mismo te diseña con Delarge las gafas de sol perfectas que usarás todos los días, como te viste con colores y estampados de fantasía en La Veste o te pone la mesa más creativa que habrás visto en tu vida con À Table. ¿Leticia? Otro tanto. Su último libro, Los cisnes de Macy's representa un lenguaje literario con el que es posible resonar no de forma distante y académica, sino cercana, personal y sensible. La hemos visto también dando clase en OT, en los créditos de Rosalía o de paseo con su BFF, su hija Cleo. Mothers, indeed.
Hoy nos encontramos en una cafetería de Poblenou, en Barcelona, la idea es hacer de espectadores de una conversación que solo les pertenece a ellas. Pedido el desayuno y encendida la grabadora, es hora de comer y escuchar.
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Leticia: ¿Cómo nos conocimos? Sí, yo me acuerdo. En Mango, en una fiesta del Primavera Sound.
Blanca: Tía, ¡qué memoria! Igual hace nueve años de eso. Yo tengo más memoria visual.
Leticia: A partir de ahí nos fuimos encontrando en muchos eventos. Y mucho más tarde me pediste ser modelo en unas fotos para una colección hiciste.
Blanca: Para una colección que hice de bisutería con una marca sí.
Leticia: Esas fotos me encantaron y a día de hoy me siguen encantando. Eso fue como en 2018. Y desde entonces cada vez que nos vemos me engancho mucho a ti (risas).
Blanca: Tenemos como una conexión. Yo no recuerdo exactamente el día en que te conocí, pero recuerdo cosas que hemos pasado juntas. Por ejemplo cuando me casé y te pedí si me podías hacer un poema especial para recitarlo en la iglesia.
Leticia: Me hizo mucha ilusión. Y luego también hemos estado en París unas cuantas veces que hemos coincidido.
Blanca: De alguna manera, si sé que estás ahí, es como un refugio, es genial, porque así sabemos que si nos podemos escapar en algún momento, me voy a ir contigo y podemos hablar de muchas cosas.
Leticia: Recuerdo aquella vez en París, que estábamos en el hotel Madame Rêve y fuimos a una librería chulísima juntas. Porque es que además las dos tenemos un bagaje francés también. En París hablábamos en francés. 
Blanca: Yo, desde pequeña, ya iba a un colegio que hacía muchas materias en francés y luego en verano mi madre, en vez de tener todo el verano en Menorca con ellos y tal, me mandaba a Francia un mes y pico. Y ahora currando voy muchísimo y lo agradezco un montón.
Leticia: Hablando de París me parece que fue en 2018 también, en verano, que Chanel hizo una comida en su boutique de Passeig de Gràcia y coincidimos la dos. Tú ya estabas con Chanel. ¿Cómo empezaste tú con Chanel? 
Blanca: No me acuerdo ya (risas). Ah, sí, con unas fotos que hice para una editorial con uno de sus relojes, con el fotógrafo Rafa Gallar, hace ya un montón, como en 2017.
Leticia: Yo creo que un poquito después, cuando me invitaron a un desayuno que es donde nos conocimos. Oye, y ahora que me voy a estrenar en la Fashion Week con Chanel ¿qué tal es? Leí en la cuenta de Style Not Com algo parecido a que “puede sonar cursi, pero cuando es el día del show de Chanel, París lo sabe, lo sabe el ambiente” y me parece muy lindo. Se llena de glamour, ¿no? 
Blanca: Se llena de glamour, sí. Cuando estaba Karl Lagerfeld, los desfiles eran alucinantes y doy gracias de haber podido estar en varios antes de que muriese. El del cohete fue espectacular, es que parecía real, era alucinante.
Leticia: ¿En el del súper no estabas?
Blanca:  No, en ese no. Ahora, Virginie Viard creo que ha conseguido un look más fresco, más joven, ¿no?
Leticia: Aparte de la moda me interesa mucho el club de lectura que tienen que se llama Les Rendez-vous littéraires rue Cambon, liderado por Carlota Casiraghi, donde ella hace entrevistas a autoras. A mí, que justo estoy un poco a caballo entre moda y literatura, para mí Chanel es eso, engloba todo. Oye, Blanca, y tú cuándo tomaste conciencia de lo que era Chanel?
Blanca: Para mí, Chanel siempre ha sido Chanel.
Leticia: Yo es que, claro, como no vengo del mundo de la moda, es diferente. Porque tú llevas ya muchos años yendo a las fashion weeks, ¿verdad?
Blanca: Sí, cuando empecé a ir al principio era como ¡wow! Tal vez de alguna forma derrapabas, ¿no? Ibas a todo lo que te invitaban. Luego, poco a poco, con los años maduras y evolucionas. Ya sabes realmente con qué marcas te sientes identificada, ya no necesitas estar en todo y escoges muy bien a qué quieres ir y a qué no. Te das cuenta también que, de cara a las marcas, es importante que no estés en todo. Si tú al final te pides todas las marcas, te vas a todas las ciudades, ¿qué marca eres tú? ¿Qué representas? Pierdes un poco de credibilidad. 
Leticia: Tal cual. 
Blanca: Yo ahora reconozco que en los últimos años he aprendido a filtrar muy bien y también he aprendido a no tener FOMO. Cuando no he estado en un desfile que ha sido espectacular, no pasa nada, ya estaré la temporada que viene. Creo que lo importante al final es poder estar en cada temporada, pero picotear. Si te saltas alta costura, no pasa nada, irás la próxima.
Leticia: Claro. Demuestra más fidelidad hacia las que sí que has ido, ¿no?
Blanca: Totalmente. Te quieren a ti por tu estilo y por lo que tú representas. Si tú coges a una persona y la vistes, al final eres una modelo.
Leticia: Claro. Y no eres una modelo. Eres una persona de la calle, que les encanta tu estilo y que confían en tu capacidad de hacer looks y de representar esa marca. Es distinto, totalmente.
Blanca: Tú igual has estado más metida en otro mundo, ¿no? 
Leticia: Claro, sí. Yo tengo un pie fuera y un pie dentro, entre comillas. A mí lo que más me gusta es escribir y me gustaría dedicarme a eso toda la vida, pero también me interesa la moda. Es como un juego, como otra forma de escribir, en realidad. Al final estás expresándote, ambas son formas de expresión. 
Blanca: Yo creo que cuando entiendes el mundo de la moda es cuando entiendes cómo se juega, ¿sabes? Para mí es como una especie de juego, obviamente es mi trabajo, pero es un juego también. 
Leticia: Te quería hacer una pregunta. A mí me flipan siempre tus looks y haciendo un poco el símil con la escritura, a mí me preguntan, “oye, ¿cómo has llegado a esta frase tan simple que funciona tan bien?” Claro, lo que no ven es que yo he hecho un ejercicio casi diario de estar escribiendo y luego una de esas frases acaba siendo ganadora. Pero yo desde luego leo mucho para conseguir eso, por ejemplo. Y te quiero preguntar si, en tu caso, consigues estos looks que te haces como un juego y un trabajo mental diario o es algo más espontáneo. O sea, ¿cómo llegas a eso?
Blanca: En mi caso, es totalmente natural. De hecho, no me gusta nada irme a dormir y pensar qué me voy a poner mañana. 
Leticia: ¿No lo piensas?
Blanca: Yo creo que al final mis looks dependen 100% del mood de ese mismo momento. Si ese día, igual me ha pasado algo así, un poco más triste, igual me apetece ir más cómoda, me apetece ir igual más oscura. Si de repente me despierto y hace un día como hoy, pues igual me apetece jugar más. Me apetece arriesgar más, porque no me importa que me miren tanto ese día. 
Leticia: O sea, ni moodboard, ni referencias, ni nada. Está todo en tu cabeza. 
Blanca: Todo en mi cabeza. Normalmente, suelo empezar por los zapatos. Para mí es algo muy importante y es lo primero en lo que me fijo cuando veo a alguien, porque para mí los zapatos hablan de la persona. Y empiezo a construir por los zapatos, luego sigo por la parte de abajo, el pantalón, falda, tal.
Leticia: Ajá. Y vas subiendo.
Blanca: Y voy subiendo. Y luego el bolso es lo último. El bolso se adapta al look. Y con los años he visto una madurez también en mi estilo. Al principio me encantaba, bueno, y me sigue encantando, combinar los colores estampados, pero llega un momento en que yo creo que maduras, te relajas un poquito y al final también buscas un equilibrio.
Leticia: Bueno, es que tienes más oficio en encontrar ese equilibrio que quizás hace diez años, ¿no? 
Blanca: Sí, claro. Igual, no sé, ahora soy más elegante que antes. Antes era más arbolito de Navidad. Me ponía de todo.
Leticia: A mí me pasa contigo y con Leandra Cohen, que me encanta también. Digo, es que no sé cómo lo hacen. 
Blanca: ¡Estamos haciendo una gafa de sol con ella! 
Leticia: ¡Lo puso en su newsletter! 
Blanca: ¿Lo puso? 
Leticia: Sí. Lo puso. 
Blanca: ¡Ah! No lo he leído.
Leticia: En su newsletter. En un pie de foto puso como “por cierto, we are doing a collab”. Lo puso como muy random.
Blanca: Sí. Con mi marca de gafas, con Delarge. Tenemos un modelo que se llama Rongle, que son unas así redonditas y son muy su estilo, la verdad. Entonces le mandamos unas. Veíamos que cada día se hacía todos los looks con las mismas gafas. Entonces, al final, le dije, oye, Leandra, te mando otro color para que al menos puedas combinar. Y al final me dijo, “Blanca, ¿y por qué no hacemos unas juntas?”. Estamos haciendo dos colores, misma forma, pero dos colores. Sale en julio. 
Leticia: Qué ganas.
Blanca: Sí. Son lindísimas. Además, tiene una percha la tía, que se puede poner cualquier cosa. Es espectacular.
Leticia: Oye, y lo tuyo con la moda, ¿cuándo empieza?
Blanca: Yo en mi cole era un poco la oveja negra. Yo iba al cole cada día y no llevaba uniforme, entonces me decían, “ay, ¿de qué vas disfrazada hoy?”. Y por dentro pensaba, vas a querer lo que yo llevo (risas). Yo le robaba muchas cosas a mi madre, me vestía con el armario de mi madre.
Leticia: Yo me acuerdo de adolescente de jugar con la moda muchísimo. Me importaba un montón irme a El Camello, comprarme los pantalones de Avril Lavigne, que tenían las cuerdas, o sea, era muy gamberra, un poco skater en realidad. Pero me importaba muchísimo, muchísimo lo que me ponía. Transmitir el mensaje que yo era diferente también, en plan, no soy como vosotros.
Blanca: ¿Y en qué momento decides ser escritora?
Leticia: A ver, es que a mí lo de escribir también me ha venido de forma natural, igual que a ti.
Blanca: Pero, ¿por qué? ¿Desde pequeña? 
Leticia: En mi familia no hay escritores.
Blanca: Pero desde pequeñita escribías…
Leticia: De pequeña escribía en un diario.
Blanca: ¿Alguna vez has publicado algo de lo que escribías cuando eras pequeña? 
Leticia: En mi primer libro hice algún pantallazo, alguna cosa. Pero de adolescente, cuando salió el Fotolog, que no sé si a ti te llegó, pues yo de muy adolescente empecé a escribir textos y los ponía y ahí, tuve como un sentido de que lo que escribía conectaba con gente que estaba en cualquier sitio del mundo. Luego, cuando tuve que elegir la carrera, no tuve muy buen asesoramiento ni tampoco lo busqué. Hice derecho, fui abogada bla bla bla. Pero en un momento dado, ya era muy evidente que eso no era lo mío y lo dejé de un día para otro, y empecé en una ONG cultural que ya me fue acercando un poco más a lo que me gustaba
Blanca: ¿Pero ejerciste como abogada?
Leticia: Ejercí como abogada, estuve en la ONU en Nueva York y aquí en España, y lo dejé y me fui a la ONG. Entonces me quedé en el paro porque la ONG no se podía mantener. Y estando en el paro, buscando trabajo de cualquier cosa, abogada, periodista, porque hice también un máster de periodismo, empecé a publicar las notitas del móvil en las que yo escribía mis frases en Instagram. Era la época Instagram de 2016. Relativamente rápido, a los seis meses hubo una editorial que me pidió publicar un libro, luego ya hubo alguna marca que me pidió escribir algo para ellos y vino Vogue y me pidió empezar a escribir para ellos, entonces ya hubo como varios frentes abiertos.  
Blanca: Yo tenía un blog, Wonder Locker se llamaba, y ahí fue donde me descubrió Vanesa, mi representante.
Leticia: ¿Y tú qué habías pensado hacer antes de eso?
Blanca: Nada, yo fluir. No sabía lo que iba a hacer, no pensaba nada. Siempre he sido de ir sobre la marcha.
Leticia: Pero justamente tú tienes la empresa de gafas y La Veste y otras cosas. Precisamente, tú no eres una persona que solo ha dicho, venga, voy a ser influencer y ya. 
Blanca: Al principio igual sí, pero con el tiempo sentía una especie de vacío dentro. Yo no quiero ser una persona que se levanta por las mañanas y tener que pensar un look para ir a hacerme una foto porque a mí esto no me llena. Necesito hacer algo y decirle algo a este mundo. Y pensé en empezar mi marca, que también podía ser un plus para mí de cara a los clientes.
Leticia: Estaba pensando ahora que yo empecé a publicar en Instagram y en Instagram hay imagen, claro. Yo ponía fotos mías como un usuario común, selfie o fotito con mi perra. Pero al haber marcas que empezaron a pedirme escribir para ellos, también hubo marcas que de repente me enviaban cosas. Me di cuenta de que no tenía por qué desvirtuarse mi mundo literario por tener un perfil público. Además, a mí me interesa la moda en el sentido de que no es mi vida, pero el juego de la moda me parece muy guay y obviamente tengo sensibilidad hacia las cosas bonitas. Esa idea de perfil público me recuerda mucho como referente antiguo a Joan Didion, mi escritora favorita. Ella, antes de Instagram, ya hacía eso, en realidad, era una escritora con mucha personalidad que acabó haciendo campañas con Céline 
Blanca: Ah, es que esto es brutal. El término ‘influencer’ se ha ensuciado un poquito, ahora la gente no lo entiende muy bien, está todo como muy mezclado.
Leticia: Y que en el momento en que te envían algo, la gente ya dice que eres influencer. Perdona, que le envíen algo a alguien y diga thank you, ¿me tiene que influenciar? Para mí, tú eres influencer cuando yo veo tus looks y genuinamente me gustaría llevarlos a mi terreno. Pero no solo tu ropa, sino también tu lifestyle, tus mesas que, por cierto, quería preguntarte, ¿tienes alguna flor favorita? ¿Cuál es tu relación con las flores?
Blanca: Me encantan las amapolas, las mimosas también.
Leticia: Ahora es justo época de mimosa.
Blanca: Justo, sí. ¿Qué más me gusta? Me encantan los tulipanes, me chiflan. Ay, no sé, es que las flores en general son bonitas todas. Antes has dicho lo de las mesas. Me gusta explicarlo. Mi madre toda la vida ha sido como muy host, de invitar, comidas y cenas. Es lo que yo le llamo, Art de la Table, el arte de recibir.
Leticia: Es que es precioso eso.
Blanca: Y yo en mi casa siempre lo he visto. Mi madre, cuando venía gente a casa, me decía, “venga, Blanca, ayúdame a poner la mesa”. Ella es interiorista y le gusta la moda, como a mí. Yo creo que al final está todo muy relacionado, todo es el mundo estético. Cuando pasamos la época de Covid, yo estaba confinada con Vanesa en una casa que tenían en la montaña y empecé a jugar con lo que había en casa para darle un poco de alegría a este momento. Y empecé a poner mesas y a inventar con cosas que no eran ni mías, y me empezó a salir el venazo de mi madre. Ahora monté un Instagram aparte del mío que se llama Blanca À Table y empecé a poner mesas en mi casa y poco a poco las marcas me empezaron a pedir hacer mesas para ellos. 
Leticia: Es que al final está todo muy relacionado, es el gusto y la estética. Tú lo puedes aplicar a la ropa, pero también a tu casa, y lo puedes aplicar a la mesa y a un evento.
Blanca: A mí esto me encanta, soy un ser social, me encanta estar con gente. Constantemente busco estar conectada con alguien, poder hablar o inventar algo. A mí me encanta, mi padre era así y yo también lo soy. Lo he heredado. Me alegra la gente, me da vida. Yo salgo a la calle y me encanta enredarme con el portero, con la del bar, y mi marido me va diciendo, “venga, tira”. A mí me inspira la gente, la calle.
Leticia: A mí me inspira para escribir, por ejemplo, las emociones fuertes. El miedo, la tristeza, parece muy emo, pero para escribir es muy guay porque el miedo te lleva a imaginar escenarios malos y convertir eso en un texto puede ser interesante. Luego también escuchar mucho, desarrollar un montón la capacidad de escuchar los problemas o anécdotas de otros. Como tengo memoria, me acuerdo mucho de lo que la gente me explica, eso es material puro, material que meto como en mi hucha. 
Blanca: Tú cuándo vas a los sitios, ¿cómo es? ¿Libreta y a apuntar? ¿Tú ves historias? 
Leticia: En realidad, no es que me lo apunte concretamente, porque no soy así. Pero en general, siempre que alguien me explica algo que es susceptible de ser usado, luego yo hago un filtro porque no me gusta ser chivata y me gusta mantener la confianza de lo que me cuenta el otro.
Blanca: Si yo, por ejemplo, ahora cuento algo que te inspira y escribes sobre eso, igual nunca me daré cuenta… 
Leticia: Es justo lo que te voy a decir, tía, que la gente no se da cuenta. 
Blanca: Igual has escrito sobre mí y no me he enterado .
Leticia: Eso es, o sea, ese es el punto de origen. Luego te vas por las ramas y lo vas alterando. Lo que tú me explicas, el final ha sido de un modo y yo lo cambio porque me interesa. Pero sí que es verdad que el desarrollar mucho la escucha es genial. Me inspiro más a nivel de escucha que no visual. 
Blanca: Yo soy muy visual.
Leticia: Claro, tiene todo el sentido con lo que haces. Yo soy más de otra cosa. No sé cómo decirlo, pero más como de memoria.
Blanca: Yo soy muy visual y además me cuesta mucho concentrarme. Soy muy dispersa, dejo las cosas por todos lados. Al final estoy en mi mundo y no lo voy a cambiar porque es que no puedo cambiar. Lo intento y no puedo. 
Leticia: Bueno, esto suele pasar en la gente creativa. 
Blanca: Oye, ¿qué tal fue la experiencia de OT? ¿Qué hiciste exactamente?
Leticia: ¡Muy interesante! La verdad es que tuve dudas al comienzo. Hice una clase sobre escritura de canciones. Y me encantó. Estaba nerviosa, pero no tanto por hablar en público, que la verdad es que me encanta, cada vez me gusta más, sino porque imaginaba que el público iba a estar muy cansado, porque están agotados, es que no paran. Cansados y que no venían a verme a mí. Era todo un reto.
Blanca: Todo en contra (risas).
Leticia: A ver, había muchos obstáculos. Es verdad. Porque yo, cuando hago algo, en general, pues no sé, estoy en Valencia, voy a dar una charla de mis libros y vienen las chicas, porque son una mayoría apabullante de mujeres, que vienen a escucharme hablar sobre mi libro. Entonces, yo ya sé que esas chicas van con ilusión, con su libro, que quieren que lo firme, pero en este caso, esos chicos no sabían ni quién era yo. Entonces, era como, vale, tengo que captar su atención. Tengo una hora, tengo que enseñarles algo, tienen que aprender. Entonces, para mí fue un reto. Pero la verdad es que conforme fue avanzando, vi que estaban concentrados y que estaban con sus ojitos así brillantes, y  noté que les había gustado. Y luego, como todo está televisado, se les escucha a ellos decir, “¡wow! ¡Qué guay!” La verdad es que estuvo genial.
Blanca: Aquí estuvo Leti Sala.
Leticia: (Risas) La verdad es que me gustó. Estuvo muy bien. Y me ha ayudado a confirmar tanto que me gusta mucho hablar en público como que algún día haré de profe. 
Blanca: Podrías montar un taller. 
Leticia: Pensaré en ello. 
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